MUSEO DEL PRADO
Madrid
Cuando el Greco murió en Toledo el 7 de abril de
1614, tenía entre sus enseres 130 libros que se conocen parcialmente por dos
inventarios redactados por su hijo Jorge Manuel Theotocópuli: el que escribió
unas semanas después del fallecimiento del pintor y el otro que elaboró en 1621
como testimonio de los bienes que aportaba a su segundo matrimonio.
Fundamentándose en los documentos originales de
estos inventarios, cinco secciones articulan el discurso de la muestra:
Los padres griegos y la herencia
clásica
Esta sección muestra la ascendencia que la cultura
griega tuvo sobre el pintor, que siempre se mostró muy orgulloso de sus
orígenes, a través de obras clásicas de Homero, Apiano Alejandrino, Jenofonte y
otras consagradas a Alejandro Magno, héroe de la historia helena y paradigma de
mecenas de las artes por su protección a Apeles, de quien el Greco pudo
considerarse una moderna encarnación. Esta sección también destaca la ausencia
de libros de Platón y la presencia, en cambio, de otros de Aristóteles en su
biblioteca.
Metamorfosis en Italia
La segunda sección revisa la definitiva
transformación que sufrió la pintura del Greco tras pasar por Venecia, Roma y
otras ciudades italianas. Fue entonces cuando, a través de una labor
autodidacta muy intensa mediante el conocimiento de la obra de otros artistas,
el contacto con hombres de letras y la lectura, asimiló la práctica y la teoría
artísticas dominantes. Entonces comenzó a considerar la pintura como un
discurso autónomo que trascendía la representación moralizante de los asuntos
inspirados en la mitología, la historia y la historia sagrada.
La pintura como ciencia
especulativa
Este ámbito es el centro argumental de la muestra
pues el Greco consideró que la pintura podía imitar lo visible, pero también lo
imposible, es decir como una herramienta para explorar las maravillas de lo
real y representar asuntos mitológicos o los misterios religiosos.
Vitruvio y los términos de la
arquitectura
Aunque el Greco defendió la hegemonía de la pintura
respecto a la escultura y la arquitectura, en su época era común considerar a
esta última como la más destacada entre las artes por su vinculación
tradicional con las artes liberales y porque su conocimiento era indispensable
para llegar a ser un hombre universal. Así debió de considerarse el Greco,
quien diseñó la arquitectura de algunos de los retablos en que se instalaron
sus pinturas y escribió un tratado arquitectónico cuyos contenidos y paradero
se desconocen. Estos motivos explican la presencia en su biblioteca de varios
ejemplares del tratado de Vitruvio y los más importantes que se publicaron en
su tiempo como los de Sebastiano Serlio, Vignola o Andrea Palladio.
El problema de la imagen
religiosa
La sección final de la exposición muestra cómo,
aunque dedicó buena parte de su producción a la pintura religiosa, el Greco no
dedicó una sola de sus reflexiones a ella y apenas tuvo once libros
relacionados con la religión que, más allá de lo que debió de ser su propia fe
religiosa, debía de consultar para adecuar sus pinturas a la doctrina y al
decoro.
HORARIO DE VISITAS
De lunes a sábado: de 10 a 20 h.
Domingos y festivos: de 10 a 19 h.
PRECIOS
Entrada única al Museo. Esta entrada permite visitar el Museo y otras
exposiciones coetáneas el día de la visita.
De lunes a sábado de 10.00 a
18:00h, domingos y festivos de 10:00 a 17:00h
General: 14 €
General + Guía (libro guía de la Colección): 23 €
Reducida: 7 €
Gratuita: 0 €
Grupo turístico: 14 € / persona (Sólo a través del CAV)
Grupo cultural: 7 €
Grupo educativo: 0 €
De lunes a sábado de 18:00 a
20.00h, domingos y festivos de 17:00 a 19:00h
General: 7 €
Reducida: 3,5 €
Gratuita: 0 €
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