CRISTO CON
LA CRUZ A CUESTAS
Atribución: Luis de
Morales, el Divino (Badajoz, 1509-Alcántara, Cáceres, 1586)
También atribuido a Benedetto
Rabuyate (Florencia, 1527-Valladolid, 1592)
Hacia 1560
Óleo sobre
madera
Real Iglesia
de San Miguel y San Julián, Valladolid
Pintura
renacentista española
En la enorme Sacristía de la Real Iglesia de San
Miguel y San Julián, convertida en un interesante museo de pintura y escultura,
se guarda una representación de Cristo
con la cruz a cuestas junto a la que una cartela informa que pertenece al
círculo de Luis de Morales. Como en otras muchas ocasiones, la autoría
definitiva está por concretar, aunque de lo que no cabe duda es que se trata de
una excelente pintura que muestra uno de los temas devocionales que en las
décadas centrales del siglo XVI más se repitieron en el taller del insigne
pintor extremeño.
LA ICONOGRAFÍA ITALIANA DE "CRISTO PORTACROCE"
Como tema iconográfico deriva de la descontextualización
de la figura de Cristo en la escena del Camino
del Calvario, de la que se eliminan los personajes y elementos narrativos secundarios
para presentar únicamente lo esencial: la figura de Jesús sufriente sobre un
fondo neutro y portando sobre el hombro la pesada cruz.
Sebastiano del Piombo. Izda: Cristo portacroce, 1537, Museo del Hermitage, San Petersburgo Centro: Camino del Calvario, Museo del Prado. Dcha: Cristo portacroce sobre pizarra, Museo del Prado |
Aunque no está claro quién fue el pintor pionero en
realizar este modelo, entre los que lo experimentaron repetidamente, en una y
otra variante, se encuentra el veneciano Sebastiano Luciani (1485-1587), más
conocido como Sebastiano del Piombo, un pintor muy apreciado por la clientela
hispana. Éste pintó la escena de su mano al menos en cuatro ocasiones. La
primera, un Camino del Calvario
compuesto por varias figuras, para el valenciano Jerónimo Vich y Valterra. Las
tres restantes, ya con la única figura de Cristo —Cristo portacroce—, la primera para Fernando de Silva, conde de
Cifuentes y embajador de España en Roma, la segunda para un cliente desconocido
y la tercera, según Vasari, para la familia Grimani1.
Mientras que la versión realizada en 1537 para
Fernando de Silva se identifica con la conservada en el Museo Estatal del
Hermitage de San Petersburgo, se considera que tanto la pintura encargada por
Jerónimo Vich como la segunda versión de Cristo
portacroce, pintada sobre pizarra posiblemente para un cliente
español, son las que se conservan en el
Museo del Prado.
Sabido es que la obra de Sebastiano del Piombo causó
un gran impacto sobre Luis de Morales, mientras que en Italia el pintor y el
tema eran criticados por su carga violenta hasta ser considerada la escena
desagradable a la vista, motivo por el que en la pintura del Museo del Prado la
figura de Cristo no sólo prescinde de la corona de espinas, sino también de las
heridas sobre la frente.
Parece evidente que las repetidas pinturas de Cristo con la cruz a cuestas realizadas
por Luis de Morales toman como punto de partida la pintura realizada por
Sebastiano del Piombo para Fernando de Silva, aunque el pintor extremeño
intensifica los rasgos de dolor, acordes con la mentalidad española, a través
de sutiles detalles como las heridas sobre la frente a pesar de no llevar
corona de espinas, el cuerpo enjuto y la túnica abierta, para expresar un
momento de calculado sufrimiento, es decir, haciendo su propia interpretación
sobre un modelo preexistente, cuyo éxito en tierras hispanas explica que
también el pintor portugués Manuel Denis, contemporáneo de Morales y al
servicio de la emperatriz Isabel, pintara en 1544 en Castilla una versión2,
ajustada al original de Sebastiano, en la que al lado de la firma figura la
inscripción "Sebastianus venetus
inventor" (Convento de San José, Ávila), reconociendo el valor creativo
del original.
De esta manera, inspirándose en modelos italianos,
como tantos grandes artistas españoles del Renacimiento, Luis de Morales configura
una serie de poderosos iconos ajustados a una religiosidad hispana sujeta a
determinadas reglas políticas y culturales, figurando entre ellos el tema de la
Piedad y la peculiar representación
de Cristo con la cruz a cuestas con
todas sus variantes.
LAS PINTURAS DEL NAZARENO DE LUIS DE MORALES
A pesar de la indudable influencia, se desconoce si
Luis de Morales conoció los originales de Sebastiano del Piombo o lo hizo a
través de copias, como la realizada por Manuel Denis para Álvaro de Mendoza,
capellán de la corte, obispo de Ávila y protector de santa Teresa. Por otra
parte, y según Palomino, el extremeño trabajó para Felipe II, propietario del
original de Sebastiano del Piombo tras la muerte del embajador en Roma, siendo
posible que por este motivo conociera el original3 en el monasterio de El Escorial.
En la composición, Luis de Morales mantiene la
colocación de la figura de Cristo en escorzo, la cabeza ladeada, la perspectiva
de la cruz y la mano derecha en tensión, mientras acentúa el patetismo mediante
una anatomía descarnada y sutiles lágrimas sobre las mejillas.
Izda: Luis de Morales. Cristo con la cruz a cuestas. Colegiata de Osuna Dcha: Luis de Morales o Benedetto Rabuyate. Cristo con la cruz a cuestas. Iglesia de San Miguel, Valladolid |
Entre las versiones de Cristo portacroce realizadas por Luis de Morales destacan, por su
calidad, la que se conserva en la Colegiata de Nuestra Señora de la Asunción de
Osuna (Sevilla), de la que se desconoce la identidad del comitente, y la conservada
en el Museo del Patriarca de Valencia —Real Colegio Seminario del Corpus
Christi—, pintada en 1566 a petición de san Juan de Ribera cuando era obispo de
Badajoz, asiduo cliente del pintor que trasladó consigo la aquella pintura
cuando en 1569 tomó posesión como arzobispo de Valencia4.
Luis de Morales supo adaptarse a la perfección a la
religiosidad de un personaje como Juan de Ribera, que evolucionó desde el
erasmismo a una devoción alentada por místicos como fray Luis de Granada
(1504-1588), en cuyos escritos sobre la vida contemplativa y la búsqueda de
perfección, sobre todo en su obra Libro
de la oración y meditación, tuvo enorme repercusión en las artes plásticas
españolas desde mediados del siglo XVI al proporcionar en sus escritos una
imaginería mental de gran capacidad evocadora que estimuló a los artistas5.
Luis de Morales. Cristo con la cruz a cuestas. Museo del Patriarca, Valencia |
A su vez, retroalimentándose los escritores y
artistas, la repercusión de este tipo de representaciones pasionales entre los místicos
españoles fue grande, siendo conveniente recordar que santa Teresa llegó a recomendar
el disponer en sus fundaciones obras con esta temática. También es
significativo el caso de la pintura de Cristo
con la cruz a cuestas que se
conserva en la catedral de Salamanca, atribuida al taller de Luis de Morales y
pintada a petición del canónigo Francisco Sánchez de Palacios, en cuyo marco
figura un versículo de Isaías que proclama "En verdad él llevó nuestras dolencias y cargó nuestros dolores",
inscripción que inspiró a Tomás Luis de Victoria (1548-1611) el motete Vere languores, cantado en la liturgia
del Viernes Santo.
No obstante, estas pinturas religiosas también llegaron
a provocar las críticas de Pacheco acerca de la poca ortodoxia iconográfica por
parte de Morales, en cuanto a las representaciones del Ecce Homo y Cristo con la
cruz a cuestas sin la corona de espinas6.
Otra versión de
Cristo con la cruz a cuestas de
Luis de Morales, datada entre 1560 y 1565, se guarda en el Museo Nacional de
Arte de Cataluña como depósito de la Real Academia Catalana de Bellas Artes de
Sant Jordi, aunque en realidad procede de la iglesia de Sant Gaietá (Padres
Teatinos) de Barcelona. Esta pintura, que hasta 1936 se atribuía a la escuela
de Rafael, ha sido restaurada en tiempo reciente y estudiada con motivo de
presentarse en una exposición, siendo desde entonces atribuida sin reservas a
Luis de Morales, tal como se presenta en la colección permanente del MNAC. En
ella el pintor, a pesar de mantener la diagonal que marca la composición,
incluye como variantes una túnica color carmesí, las dos manos visibles y un
contrastado veteado en el madero de la cruz que destacan sobre un fondo neutro,
lo que le proporciona valores escultóricos.
Esta obra antecede a otra versión, elaborada hacia
1570, que se conserva en el Kunstmuseum Basel de Basilea, en la que Morales
cambia el formato y la iconografía introduciendo en la escena las figuras de la
Virgen y San Juan junto al Nazareno.
Aún existen otras tres versiones del tema que se
consideran obras del taller de Morales. Una en el Colegio de Religiosas
Franciscanas Clarisas de Montijo (Badajoz), otra en la Colección Grases de
Barcelona y la tercera esta de la iglesia de San Miguel de Valladolid, todas
repitiendo con fidelidad la tipología.
En el catálogo de la exposición monográfica sobre
Luis de Morales celebrada en 2015 en el Museo del Prado, Joan Yeguas Gassó confirma
la autoría de Luis de Morales de la obra conservada en el museo de Barcelona, a
pesar de las características diferentes respecto a las pinturas de Osuna y
Valencia, tenidas por originales del pintor, apuntando la atribución de la
pintura de Valladolid al pintor Benedetto Rabuyate (1527?-1592)7, lo
que le confiere el valor de una copia.
Luis de Morales. Cristo con la cruz a cuestas, 1560-1565 Museo Nacional de Arte de Cataluña, Barcelona |
El florentino Benedetto Rabuyate, afincado en
Valladolid desde 1550, es un excelente pintor que trabajó para Felipe II en el
Real Sitio de Valsaín. También realizó murales en el monasterio de Santa María
de Valbuena, participó, junto al pintor Gaspar de Palencia, en el Retablo de la Resurrección de la Real
Chancillería (hoy en el Museo Nacional de Escultura) y consta que para el
antiguo Palacio de Justicia de Valladolid realizó una pintura de la Virgen con el Niño copiando un original
de Sebastiano del Piombo, desgraciadamente desaparecida como las pinturas que
realizara para la iglesia de San Andrés.
Ahora bien, sería lógico pensar que Benedetto
Rabuyate, que difundió y ejerció su influencia en el círculo vallisoletano sobre
los modos de la pintura italiana del momento, hubiese tomado como modelo para
la pintura de Cristo con la cruz a
cuestas el original de Sebastiano del Piombo, pintor en el que se inspiró
en otras ocasiones, como también lo hiciera Manuel Denis. Sin embargo, la
pintura presenta una gran similitud en composición y colorido con la pintura original
de Morales de la Colegiata de Osuna —son prácticamente idénticas—, de la que
cabe la duda que el florentino llegara a conocer durante su estancia en
Valladolid.
Por tanto, ¿se puede descartar definitivamente que
la pintura de la iglesia de San Miguel sea un original de Luis de Morales? ¿Su
atribución a Benedetto Rabuyate está justificada o simplemente responde a la necesidad
de especular sobre un posible autor? Solamente una limpieza de la pintura que
realce y clarifique sus valores estilísticos y un estudio a fondo del soporte y
los pigmentos podrían despejar estas dudas, como ya ocurriera en el caso de la
pintura de Barcelona, cuyo estilo difiere de las obras personales del
"Divino".
Luis de Morales. Camino del Calvario, h. 1570. Kunstmuseum Basel, Basilea |
Mientras tanto podemos seguir admirando esta pintura
de impecable ejecución, magnífico acabado y fuerte carga mística que refleja
los padecimientos de Jesús camino del Gólgota, resaltados por las lágrimas
sobre las mejillas, los hematomas producidos sobre la frente por la corona de
espinas ausente, los músculos del cuello en tensión y la mano nerviosa con
dedos separados y huesudos que intentan aferrarse a la cruz.
Su presencia en la iglesia de San Miguel, antiguo
templo de la Compañía de Jesús en Valladolid, parece el lugar idóneo para ubicar
este tipo de pintura devocional que, a
través de los padecimientos de un Cristo humanizado, intenta estimular la
meditación y la disposición anímica de fieles laicos y novicios de acuerdo a la
metodología de discernimiento aplicada por San Ignacio de Loyola en sus Ejercicios espirituales, publicados en
1548.
Informe y fotografías: J. M. Travieso.
Detalle de Cristo con la cruz a cuestas. Iglesia de San Miguel, Valladolid |
NOTAS
1 PEREDA, Felipe: Luis de
Morales, pintor divino, en El Divino
Morales, edición de RUIZ GÓMEZ, Leticia. Catálogo de la exposición
celebrada en el Museo del Prado. Madrid, 2015, p. 55.
2 PEREDA, Felipe. Ibídem, p.
57.
3 FALOMIT, Miguel: Cristo con la
cruz a cuestas, en El Divino Morales,
edición de RUIZ GÓMEZ, Leticia. Catálogo de la exposición celebrada en el Museo
del Prado. Madrid, 2015, p. 190.
4 FALOMIT, Miguel. Ibídem,
p. 191.
5 TRAVIESO ALONSO, José Miguel: Simulacrum.
En torno al Descendimiento de Gregorio Fernández. Domus Pucelae,
Valladolid, 2011, p.123.
6 FALOMIT, Miguel. Ibídem,
p. 191.
7 YEGUAS GASSÓ, Joan: Cristo con
la cruz a cuestas, en El Divino
Morales, edición de RUIZ GÓMEZ, Leticia. Catálogo de la exposición
celebrada en el Museo del Prado. Madrid, 2015, pp. 196-197.
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Excelente trabajo . Mis felicitaciones
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