19 de mayo de 2017

Theatrum: LA VIRGEN ENTREGANDO EL ESCAPULARIO A SAN SIMÓN STOCK, una escenografía de sentido fervor carmelitano











ALTORRELIEVE DE LA VIRGEN ENTREGANDO EL ESCAPULARIO A SAN SIMÓN STOCK
Taller de Gregorio Fernández (Hacia 1576, Sarria, Lugo-Valladolid 1636)
Andrés Solanes (Valladolid, 1595-Vitoria, 1635) 
Hacia 1635
Madera policromada
Museo Nacional de Escultura
Procedente del convento de Nuestra Señora del Carmen (Carmelitas Calzados), Valladolid
Escultura barroca española. Escuela castellana












Reconstrucción virtual del retablo (J. M. Travieso)
Formando parte de los fondos del Museo Nacional de Escultura, de aquellos que habitualmente no aparecen expuestos en la colección permanente, se encuentra el monumental altorrelieve de la Imposición del escapulario a San Simón Stock, una obra que presidió el retablo mayor del desaparecido convento de Nuestra Señora del Carmen de Carmelitas Calzados. Este fue objeto de destrucción durante la invasión francesa y de sus componentes solamente se ha conservado este altorrelieve que, tras el proceso desamortizador de Mendizábal, fue recogido en el Colegio de Santa Cruz, sede del recién creado Museo Provincial de Bellas Artes de Valladolid, institución que desde 1933 se reconvertiría en Museo Nacional de Escultura.

Es Isidoro Bosarte1 quien en 1804 nos proporciona la principal fuente informativa para poder recomponer el aspecto de dicho retablo, pues en su recorrido por Valladolid fija su atención en él y escribe: "El retablo principal del Cármen calzado, que es de Gregorio Hernandez, da á entender desde luego que es traza de buen escultor. Consta de dos cuerpos de arquitectura, el de abaxo es corintio, y contiene quatro columnas. El segundo viene á ser un grande ático para rematar en un arco que incluye un calvario con las figuras del Crucifixo, la Virgen y San Juan, todas del tamaño natural. El cuerpo corintio contiene en medio una gran medalla de mucho relieve, cuyo asunto es la Virgen entregando el escapulario á San Simon Stoc. Por los paños solamente y no por las cabezas, á fuerza de mirar y remirar esta medalla, he podido conocer ser de Hernandez. En los intercolumnios son de mucho mérito las efigies de los dos Santos Cirilos".

Convento de Ntra. Sra. del Carmen (Carmelitas Calzados) de Valladolid
Detalle del Plano del Campo Grande, 1780, Museo de Valladolid
Con tan detallada descripción, podemos emprender un ejercicio de reconstrucción visual tomando como referencia otro retablo que se ajusta a la perfección a la descripción de Bosarte: el de la iglesia del convento de San José (Carmelitas Descalzas) de Toledo, quinta fundación de Teresa de Jesús. En efecto, el cuerpo también presenta cuatro columnas corintias, con santos en los intercolumnios, y una escena central de gran formato, a lo que se suma un Calvario bajo un arco en el ático. Para recomponer el retablo vallisoletano sólo es preciso sustituir la pintura central del retablo toledano por el relieve de la Imposición del escapulario a San Simón Stock y las imágenes de Santa Teresa y San Juan de la Cruz por las de San Cirilo de Alejandría y San Cirilo de Jerusalén citadas por Bosarte, dos esculturas desaparecidas junto al Calvario y la figura del Padre Eterno que lo coronaba2.

Por tanto, el retablo respondía a una tipología barroca caracterizada por la colocación de una gran escena central, generalmente pintada, que en el ámbito castellano, y más concretamente en algunos templos carmelitanos, fue sustituida por relieves monumentales con un extraordinario volumen y un realismo potenciado por la policromía, dando como resultado una espectacular escena que captaba la atención desde cualquier punto de la iglesia. 
Retablo mayor de la iglesia del convento de Santa Teresa, Ávila
Un significativo ejemplo de esta tipología la encontramos en la iglesia del convento de Santa Teresa de Ávila, donde el retablo mayor aparece presidido por el monumental relieve que representa la visión que tuvo "la Santa" en el Monasterio de Santo Tomás, con la Virgen y San José otorgándole su gracia. Idéntico impacto visual debería causar en Valladolid el relieve de La Virgen imponiendo el escapulario a San Simón Stock.

SAN SIMÓN STOCK    

La veneración de San Simón Stock es recurrente en las comunidades de la Orden del Carmelo, compartiendo la arraigada devoción al profeta Elías y a San Juan Bautista. 
Nacido hacia 1175 en la aldea de Aylesford, Kent (Inglaterra), en 1247 fue elegido en su pueblo natal como sexto General de la Orden de Carmelitas. A él se debe el abandono de la vida eremítica originaria del Carmelo para pasar a formar comunidades mendicantes y de apostolado, contando con la aprobación del papa Inocencio IV, cambio estructural que le sitúa como uno de los principales personajes de la historia de la Orden del Carmen. Tras veinte años de gobierno y fundaciones, moría en el convento de la ciudad de Burdeos, casi centenario, en mayo de 1265.
Su fervor mariano —fue autor de los himnos Flos Carmeli y Ave Stella Matutina— y sus continuas súplicas a la Madre de Dios solicitando una muestra de su protección a la Orden del Carmelo, dio lugar a una tradicional leyenda piadosa por la cual el santo tuvo una aparición milagrosa en Cambridge el 16 de julio de 1251. En ella recibió de manos de la Virgen el santo escapulario del Carmen, que además le declaró que como signo especial de gracia sería un privilegio de salvación de quienes murieran con él puesto, motivo por el que la institución del escapulario fue desde el siglo XVI un rito muy difundido en el mundo católico.

LA ICONOGRAFÍA DEL RELIEVE

Es precisamente el momento en que se produce aquel milagro el representado en el altorrelieve procedente del convento de Nuestra Señora del Carmen de Valladolid, donde con grandes dimensiones —2,61 m. de ancho y 3,89 m. de alto— aparece el santo inglés arrodillado y colocado de perfil mientras recibe el escapulario de manos de la Virgen del Carmen, que en posición sedente también luce el hábito carmelitano y sujeta en su regazo al Niño Jesús. En la escena se incluyen otros personajes, como el pequeño San Juan Bautista en la parte celestial arrodillado a los pies de Jesús, identificado por su característico manto rojo, así como dos ángeles a los lados del santo sujetando vestiduras litúrgicas, lo que sugiere que el milagro se produce en el momento de prepararse para oficiar, tres ángeles que tañen instrumentos en la parte superior de la gloria abierta, que refuerzan el carácter festivo de la concesión del privilegio, y siete pequeñas figuras de querubines que revolotean entre nubes vaporosas.

Como es habitual en los altorrelieves fernandinos, existe un fuerte contraste entre la volumetría de las figuras colocadas en primer plano, que en este caso llegan a alcanzar los 75 cm. de profundidad, y las figuras del fondo, pasando bruscamente del acentuado espesor de las figuras del primer y segundo plano, casi tratadas en bulto redondo, a la planicie del fondo pintado (en este caso no conservado), disposición repetida en el relieve del Bautismo de Cristo que procedente de la iglesia del Carmen Extramuros (Carmelitas Descalzos) también se conserva en el Museo Nacional de Escultura.

El planteamiento de la escena se encuadra en el tipo de representaciones barrocas tan del gusto de la época, donde los artistas reflejan los milagros en el momento en que se producen, muchas veces en un ambiente cotidiano o doméstico y con la mayor naturalidad. La composición, que sigue el tradicional esquema de dos espacios, uno superior de carácter celestial y otro inferior terrenal, viene marcada por la gran diagonal que establecen la figuras de San Simón y de la Virgen, reservando los espacios de arriba y abajo para la ambientación narrativa y los detalles secundarios, estableciendo entre las figuras un elocuente cruce de miradas que junto con el lenguaje de las manos constituyen el principal elemento discursivo.

Los personajes están tratados de forma diferente, pues mientras que las figuras principales presentan una caracterización personalizada, de acuerdo a los cánones estéticos del taller de Gregorio Fernández, entre las que destaca por su dinamismo la anatómica desnudez del Niño Jesús, las representaciones angélicas presentan tres tipologías estereotipadas que se repiten formando grupos, en todos los casos con pliegues en las indumentarias muy quebrados y con aspecto metálico como seña de identidad de los modos fernandinos.

Como tema carmelitano relacionado con la exaltación mariana del Carmelo, la visión de San Simón Stock alcanzó su mayor expansión en los siglos XVII y XVIII, predominando en las obras pictóricas. Este altorrelieve fue restaurado en 2008 por la empresa Pátina, S.L., que recuperó todos los valores pictóricos de su policromía, y presentado en público en la exposición "Teresa de Jesús, maestra de oración" que Las Edades del Hombre celebró en Ávila y Alba de Tormes en 2015.

AUTORÍA  

Seguramente se pueda relacionar el encargo de este monumental relieve con la figura de Fray Juan de Orbea, prior del convento del Carmen Calzado y ferviente admirador de Gregorio Fernández, con el que mantenía estrechos lazos de amistad y con el que actuó, a modo de mecenas, recomendando sus obras a conventos carmelitanos de Valladolid y poblaciones limítrofes.

El ensamblaje de la obra se estaba levantando en 1635, por lo que sería realizada ese año o el anterior. Es 1635 el año en que el rey Felipe IV, en una cédula conservada en la Iglesia Colegial de Alfaro (La Rioja), declara a Gregorio Fernández como "el escultor de mayor primor que hay en estos mis reinos". Sin embargo, en ese tiempo el escultor ya había comenzado a sufrir achaques de salud que le impedían trabajar a temporadas3. Esto explica que en este relieve, de concepción típicamente fernandina, se aprecie una considerable participación de colaboradores de su taller y no alcance la excelencia de sus obras personales, a pesar de su indudable mérito.

Con base al análisis estilístico, actualmente se viene aceptando la participación de Andrés Solanes, "maestro de escultoría" del círculo más íntimo de Gregorio Fernández, a cuyas creaciones originales se ajusta con gran fidelidad, aunque sus figuras se perfilen como más pesadas y anchas, con un canon menos esbelto, aunque manteniendo la calidad de las cabezas y la minuciosidad de los cabellos, así como las expresiones y los modos de doblar las telas, ampulosas y con plegados quebrados de aspecto metálico, siguiendo el férreo academicismo creado por el maestro en Valladolid4.

 Apoyando esta atribución, están los grandes paralelismos de estilo existentes entre este relieve y el paso procesional de la Oración del Huerto de la Cofradía de la Vera Cruz de Valladolid, obra documentada de Andrés Solanes, cuyo tratamiento de los paños y cabezas, así como la tipología de los ángeles, tienen una relación evidente, siendo especialmente significativo el paralelismo entre el ángel procesional y el que sujeta el alba en el relieve de San Simón, ambos con el mismo tipo de túnica, idénticos plegados y la misma tipología humana.

Seguramente este relieve de la Imposición del escapulario a San Simón Stock sea la última obra de Andrés Solanes en Valladolid, pues el 20 de diciembre de 1635 moría prematuramente en Vitoria en casa de su amigo el pintor Diego Pérez y Cisneros, cuando se encontraba allí desplazado para gestionar unos retablos del convento franciscano de Aránzazu por petición de su maestro Gregorio Fernández, al que en su testamento5, redactado el 18 de diciembre, le comunica que "...mi boluntad fue grande pues arisgue por serbirle mi salud y bida y conforme a buena conciencia lo dejo en su mano la labor de mi trabajo".     


Informe y recreación del retablo: J. M. Travieso.
Fotografías: Museo Nacional de Escultura, Las Edades del Hombre e Internet


NOTAS

1 BOSARTE, Isidoro: Viage artistico a varios pueblos de España, Tomo 1. Madrid, 1804, p. 208.

2 HERNÁNDEZ REDONDO, José Ignacio: Entrega del escapulario a San Simón Stock. En Teresa de Jesús, maestra de oración. Las Edades del Hombre, Ávila, 2015, p. 86.

3 TRAVIESO ALONSO, José Miguel: Simulacrum, en torno al Descendimiento de Gregorio Fernández. Domus Pucelae, Valladolid, 2011, p. 146.

4 URREA FERNÁNDEZ, Jesús: Nuevos datos y obras del escultor Andrés Solanes (U 1635). Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología (BSAA), Tomo 55, Valladolid, 1989, pp. 483-484.

Andrés Solanes
Izda: Ángel del paso La Oración del Huerto. Iglesia de la Vera Cruz
Dcha: Ángel de la Imposición del escapulario a San Simón Stock
5 URREA FERNÁNDEZ, Jesús: Nuevos datos y obras... Op. cit. p. 484.















Francisco de Solís. Visión de San Simón Stock
Mercado del arte




















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