21 de febrero de 2022

VIAJE: ASTURIAS, GASTRONOMÍA Y CULTURA, 19 y 20 de marzo 2022

Puerto de Luarca

PROGRAMA 

Sábado 19 de marzo   VALLADOLID - LUARCA - OVIEDO

Salida de Valladolid a las 7 horas de Vallsur y a las 7:15 horas de Plaza Colón. Partiremos con dirección al Principado de Asturias, tras breves paradas llegaremos a Luarca: la villa blanca de la costa verde con el rio negro: descendemos en un cementerio con vistas, allí aludiremos a una de las grandes personalidades de la villa blanca: Severo Ochoa, Premio Nobel de Medicina por contribuir al descubrimiento de la secuencia del ARN en 1957. Al igual que otros asturianos sus ascendentes se enriquecieron en Cuba con la emigración y podremos contemplar la influencia de esta arquitectura “indiana” tanto en el cementerio como en nuestro paseo por la villa blanca. Paseo caminando desde el mirador hasta el puerto pesquero y el tránsito de los peregrinos en el Camino Norte. Tendremos nuestro Almuerzo típico costero en al estilo marinero en el Restaurante Sport de Luarca.

Posterior a la comida, continuaremos al Cabo Busto/ Cabo Vidio, Inmensidad, paz y tranquilidad son las sensaciones que uno tiene cuando se asoma a cualquiera de los siete miradores sobre el mar que hay en esta ruta. Acantilados imposibles que miran al Cantábrico, sobre playas de rocas, y horizonte al frente, a Oriente y a Poniente.

Llegada al hotel AC FORUM**** en Oviedo y realización del check-in. A continuación, efectuaremos un recorrido por la capital del Principado de Asturias, veremos plazas como la Escandalera, Fontán y Alfonso II, ya al anochecer podremos observar los edificios iluminados del centro de la ciudad. Destacamos la arquitectura modernista que caracterizó el ensanche de la ciudad a principios del siglo XX decorada durante los 90 con esculturas de bronce figurativas y con gran ambiente debido a la zona peatonal y comercial del centro, una vez terminada la visita disfrutaremos la cena en el hotel y alojamiento. 

Oviedo
Domingo 20 de marzo DOMINGO   OVIEDO - AVILES - OVIEDO - VALLADOLID

Después del desayuno, salida hacia Avilés, donde realizaremos la vista a la ciudad del Adelantado de la Florida: Pedro Menéndez de Avilés. Disfrutaremos de sus calles porticadas, la iglesia de Sabugo del antiguo barrio de pescadores, palacios barrocos como el de Camposagrado, hablaremos del pintor de cámara con Carlos II, Carreño de Miranda y continuaremos con la visita al Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer, posteriormente tomaremos el vermut – de sidra, ¿no? – en un local típico  de Avilés, acompañado de bollo preñao. A su finalización nos dirigiremos a Oviedo para conocer un proyecto gastronómico único: donde diferentes empresarios se aúnan para promocionarla SIDRA, lugar donde efectuaremos la comida típica “Espicha”.

Finalizaremos nuestro viaje con un recorrido por los lugares principales del casco histórico de Oviedo, y regresaremos a Valladolid donde tenemos prevista la llegada sobre las 23 horas. 


Oviedo
PRECIO SOCIO en habitación doble: 215 €
PRECIO NO SOCIO en habitación doble: 225 €
SUPLEMENTO HABITACIÓN INDIVIDUAL: 30 €
 

REQUISITOS: Grupo de 30 personas. 

INCLUYE:

Estancia de 1 noche en Hotel AC FORUM 4**** en OVIEDO
         Autocar de 59 plazas
         Distribución de Habitaciones individuales/dobles
         Régimen de Pensión Completa.
         Guía local acompañante.
         Almuerzo en restaurante Sport  de Luarca, con Menú de:
                Pastel de Cabracho
                Arroz con Bogavante
                Postre
Avilés, Centro Cultural Niemeyer
Vermut
       Bollo preñao
                Sidra
         Comida típica: Espicha en calle Gascona.
                Tabla de Quesos Asturianos
                Tortillas Españolas
                Chorizos a la Sidra
                Calamares a la Romana
                Croquetas de Jamón con Reducción de Pedro Ximénez
                Chipirones Pumarada
                Escalopines al Cabrales
                Frixuelos y arroces con leche caseros
                Pan, Sidra, Jarras de Cerveza, Vino y Agua
                Café y Licores de la Casa
        Cena en el Hotel AC FORUM
        LUARCA
Arroz con bogavante
Almuerzo típico marinero (ya detallado)
Visita de la localidad con guía local
        CABO DE BUSTO/CABO VIDIO
        Paradas para disfrute del paisaje (acantilados, rocas, playas, horizonte
al frente, oriente y poniente)
        AVILÉS
        Visita de la localidad con guía local
        Visita Al Centro Cultural Oscar Niemeyer (entrada incluida)
        Vermut (ya detallado)
        OVIEDO
        Visita de la ciudad iluminada
        Recorrido diurno por el casco histórico con guía local

        Seguro de viaje Coberturas COVID
        Dossier informativo del viaje
        Acompañante DOMUS PUCELAE
 
Sidra asturiana
NO INCLUYE
Extras en los hoteles (lavadora, minibar, teléfono, etc.).
Extras y todo lo que no esté especificado en el apartado anterior.
 

INFORMACIÓN Y RESERVA DE PLAZAS: Por correo en domuspucelae@gmail.com o llamando al tfno. 608 419 228. Inscripciones a partir de las 0 horas del 18 de febrero y fecha límite del pago total del viaje el 3 de marzo en Viajes Tempo Tours, c/ Miguel Iscar 16, junto a Banco de Sabadell, tfnos. 983 213630 y 983 666663. Persona de contacto: Pablo Parrilla. Horario: de lunes a viernes de 10.00 a 14.00 y de 17.00 a 19.00 horas. 

FORMAS DE PAGO: Efectivo, Tarjeta de Crédito, o mediante transferencia a la cuenta bancaria que proporcionará la agencia, indicando en el concepto Asturias gastronómica “Domus Pucelae” y el nombre de los viajeros.  Enviar copia de la transferencia por correo a: info@imaginaunviaje.com



IMPORTANTE:

        Es aconsejable que las personas inscritas estén vacunadas.
        Los asientos serán distribuidos en filas alternas.
        Uso obligatorio de mascarilla en el autocar. 

* * * * *

15 de febrero de 2022

VIAJE: CUENCA Y SU ENTORNO, 12 y 13 de marzo 2022

Mosaico de la Villa Romana de Noheda
PROGRAMA 

Sábado, 12 de marzo: VALLADOLID – CUENCA

Salida de Valladolid a las 7,20 h. desde Vallsur y a las 7,30 h. desde la Plaza de Colón con dirección a Cuenca, realizando 2 paradas durante el viaje. Llegada estimada a las 13 h. Alojamiento y almuerzo. 

Salida a las 14 h. en autocar hacia la Villa Romana de Noheda para realizar una visita guiada:

Grupo 1, 15 personas: Entrada a las 14,30 h.

Grupo 2, 15 personas: Entrada a las 15,30 h.

Al finalizar, salida hacia las pintorescas Lagunas de Cañada del Hoyo.

Laguna rosa de Cañada del Hoyo
Regreso al hotel, cena y alojamiento.

  

Domingo, 13 de marzo: CUENCA – MONASTERIO DE UCLÉS

Tras el desayuno, paseo por el casco monumental de Cuenca visitando la Catedral y su Museo catedralicio y el Museo Arqueológico.

A las 14 h. comida en el hotel.

A las 16 h. salida hacia el Monasterio de Uclés.

A las 17,30 regreso a Valladolid, con llegada aproximada a las 22 h. 


PRECIO SOCIO: 175

PRECIO NO SOCIO: 185 € 

Monasterio de Uclés
REQUISITOS: Grupo de 20 personas. 

INCLUYE:

- Viaje de ida y vuelta en autocar. 

- Una mascarilla por viajero.

- Entrada y visita guiada a la Villa Romana de Noheda.

- Visitas a la Catedral de Cuenca, museos reseñados y Monasterio de Uclés.

- Comida y cena el día 12, desayuno y comida el día 13 en el hotel Alfonso VIII. 

NO INCLUYE

Extras y todo lo que no esté especificado en el apartado anterior. 

RESERVA DE PLAZAS: Por correo en domuspucelae@gmail.com o en el telf. 608419228 a partir de las 0 horas del día 13 de febrero de 2022. 

* * * * *

VIAJE: TIERRA DE CAMPOS-LAGUNAS DE VILLAFÁFILA-TORO, 26 de febrero 2022

Ermita de Santa Ana, Pozuelo de la Orden

PROGRAMA 

Salida de Valladolid con dirección a Medina de Rioseco, con parada para un café en Cafetería Cubero.

Traslado a Pozuelo de la Orden para visitar la ermita mudéjar de Santa Ana.

Traslado a Villamayor de Campos para visitar la antigua iglesia de San Esteban, convertida en Centro de Interpretación de la Carpintería en Blanco.

Traslado hasta el paraje natural de las Lagunas de Villafáfila, enclave de aves acuáticas, esteparias y migratorias en Castilla y León.

Al finalizar la visita, traslado a Malva, donde se realizará la comida. 

Por la tarde traslado a Toro, donde a las 16,30 h. tendrá lugar una visita guiada por el Paseo del Espolón, Colegiata, Alcázar, Palacio de los Condes de Requena, Arco del Reloj y Plaza Mayor, con una duración de 2 horas.

Lagunas de Villafáfila, Zamora

A las 20 h. regreso a Valladolid.

 

PRECIO SOCIO: 55

PRECIO NO SOCIO: 60

 

REQUISITOS: Grupo mínimo de 18 y máximo de 30 personas.

 

INCLUYE:

- Viaje de ida y vuelta en autocar. 

Colegiata de Toro
- Una mascarilla por viajero.

- Entradas a los lugares reseñados.

- Comida en el restaurante La Pacheca de Malva.

 

NO INCLUYE

Extras y todo lo que no esté especificado en el apartado anterior.

 

RESERVA DE PLAZAS: Por correo en domuspucelae@gmail.com o en el telf. 608419228 a partir de las 0 horas del día 13 de febrero de 2022. 

* * * * *

14 de febrero de 2022

Visita virtual: TRÍPTICO DEL DESCENDIMIENTO, fusión de recursos flamencos e italianos




TRÍPTICO DEL DESCENDIMIENTO

Ambrosius Benson (Lombardía, entre 1490 y 1500 – Brujas, 1550)

1532

Óleo sobre tabla de roble

Sala de Pintura del Claustro Bajo, Catedral de Segovia

Pintura flamenca

 

 



Sala de Pintura del Claustro Bajo, Catedral de Segovia

      A pesar de no haber viajado nunca a España, durante el segundo cuarto del siglo XVI la pintura flamenca de Ambrosius Benson tuvo una enorme aceptación en el mercado español, al que llegaron una importante serie de obras realizadas en su taller de Brujas, buena parte de ellas a centros religiosos de Segovia, entre las que se encuentra el impresionante Tríptico del Descendimiento que, realizado entre 1532 y 1536, recaló en el convento segoviano de la Merced, desde el que pasó a la iglesia de San Miguel, donde fue contemplado por Ponz en 1787, y posteriormente a la Catedral, recibiendo culto durante muchos años en la capilla de la Piedad. En la actualidad el tríptico preside, desde el año 2018, el museo o Sala de Pintura del claustro bajo de la catedral segoviana, donde destaca por la espectacularidad de su colorido y la grandiosidad de su monumental formato. En opinión del especialista Georges Marlier, se trata de la obra maestra de Ambrosius Benson y una de las más sobresalientes de la pintura flamenca del siglo XVI. 

El hecho de que sus obras no llegaran firmadas a España, ha motivado que a pesar de su fama y aceptación no fuera un pintor lo suficientemente reconocido hasta el siglo XIX, tras descubrirse sus iniciales en una de las pinturas, que genéricamente le eran atribuidas como “Maestro de Segovia”. 

     Sin embargo, Ambrosius Benson formó parte, junto a Adriaen Isenbrandt  y Jan Provost, de la última generación de pintores de Brujas, caracterizados por abandonar paulatinamente la tradición gótica para incorporar las novedades del renacimiento italiano, realizando una pintura que fusiona tradición e innovación, tanto en los recursos plásticos —es destacable el uso del sfumato leonardesco— como en el formato de las obras, aunque la temática de su prolífica obra —escenas religiosas, profanas y abundantes retratos—, así como el tipo de composición, sigan fieles a la tradición flamenca. 

EL TRÍPTICO DEL DESCENDIMIENTO  

Con la dramática escena del Descendimiento sobre tabla de roble como tema central, la obra adopta el formato de un tríptico flamenco tradicional, pero a gran escala, en este caso con un panel rectangular rematado en arco de medio punto y enmarcado por una moldura cajeada, así como dos puertas laterales, sujetas por dos grandes bisagras, que se adaptan a la misma forma y que están pintadas tanto por el interior como por el exterior. 

El panel del Descendimiento sigue una composición piramidal, de concepción renacentista, condicionada por la cruz ligeramente escorzada, que ocupa el centro, y la escalera que en ella se apoya colocada en diagonal. En la escena se incluyen once personajes que sabiamente dispuestos permiten captar con detalle los pormenores del dramático momento, que es presentado como una fugaz instantánea. 

     En el grupo destaca, por su posición central y su desnudez, el cuerpo exánime de Cristo, sumamente estilizado y dispuesto en una diagonal que equilibra a la escalera. Su cuerpo es sujetado por Nicodemo, que lujosamente vestido con brocados y encaramado en lo alto de la escalera acaba de desclavar las manos y de retirar la corona de espinas. Más abajo, un ayudante maduro (posiblemente el Cirineo), con gesto grave y de forma reverencial sujeta las piernas con sus manos cubiertas por el sudario, mientras que más abajo y en la parte derecha José de Arimatea, con rica vestidura aterciopelada y turbante, ha dejado sus chapines en tierra para trepar por la escalera y con los brazos levantados hace el ademán de recibir el cuerpo de Cristo, al que cedería la sepultura preparada para sí mismo. 

En la parte inferior se acentúan los valores dramáticos con la figura de la Magdalena, situada en el centro junto a la cruz y con la mirada elevada hacia Cristo, y a su izquierda un grupo formado por la Virgen, que adelanta sus brazos deseando recibir el cuerpo de su Hijo transida de dolor, con los ojos enrojecidos y lágrimas en las mejillas, que es sujetada y consolada por un joven San Juan, revestido de una simbólica túnica roja y con los ojos igualmente llorosos, mientras a su espalda la joven María Salomé seca sus lágrimas y María Cleofás hace un gesto de resignación. 

     En el lado opuesto contemplan la escena dos personajes, uno de ellos con aspecto de soldado, con ricas vestiduras y una daga colgada a la cintura, que posiblemente representa a Longinos por el gesto de arrepentimiento al colocar su mano sobre el corazón, y junto a él una persona de raza negra con turbante y las manos en ademán de oración. Sobre el suelo pedregoso el pintor sustituye la presencia de la calavera, que simboliza el Gólgota, por una quijada situada en primer término como alusión a la muerte. En el cielo, por debajo del madero de la cruz, siguiendo la tradición flamenca revolotean cinco ángeles entre nubes que proporcionan un carácter sagrado a la escena, mientras el fondo está recorrido por un paisaje muy luminoso en el que se aprecia una vista de Jerusalén, con construcciones flamencas, y una formación de montañas y valles cuyas tonalidades atemperadas acentúan la sensación de lejanía. 

     En la tabla de la puerta izquierda aparece una exquisita e italianizante representación del Arcángel San Miguel, figura en posición frontal, con el cuerpo en serpentinata y adoptando la clásica posición de contraposto. Aparece revestido con indumentaria militar a la romana, con una sofisticada coraza dorada con adornos cincelados, un amplio manto azul y una diadema de oro y perlas rematada con una cruz. En su mano derecha sujeta una lanza en forma de cruz y en la izquierda sostiene una balanza con la que pesa un alma y la lista de sus pecados, mientras a sus pies se encuentra el maligno vencido. El segmento circular de la parte superior está enteramente ocupado por un luminoso paisaje en el que destaca un árbol en segundo término y al fondo un paisaje montañoso en el que se ubica una ciudad, con un celaje poblado de nubes dispuestas en diagonal. 


     Del mismo modo, en la puerta derecha aparece representado San Antonio de Padua ligeramente escorzado, revestido con el hábito y el cíngulo franciscano, sujetando una cruz de orfebrería en su mano derecha y en la izquierda un libro sobre el que reposa el Niño Jesús bendiciendo. Al fondo se divisa un paisaje, serpenteado por diversos caminos y un río, en el que se intercalan diversas construcciones y pequeñas escenas costumbristas, con la vista de un monasterio y una ciudad en lontananza. Al igual que la tabla de San Miguel, el celaje está recorrido por nubes dispuestas en diagonal. 

Cuando el tríptico está cerrado, en el exterior las dos puertas componen la escena de la Anunciación, composición en grisalla con las figuras del arcángel San Gabriel, que se aparece a la Virgen portando el caduceo de los mensajeros envuelto por una filactería, y María orando ante un atril aceptando el mensaje. Sobre ella sobrevuela el Espíritu Santo en forma de paloma y al fondo el espacio está cerrado por un pretil y un fondo rojo liso. Siguiendo la tradición flamenca, al igual que las grisallas, cobija la escena el fingimiento arquitectónico de un arco lobulado de madera, con formas de flor de lis, pintado sobre los paneles. 

     Sobre la base de un dibujo preciso (ejecutado con negro carbón en la capa subyacente) y una técnica muy depurada, en la composición son admirables los efectos de los brillantes colores, conseguidos con una paleta muy personal, destacando el cuerpo nacarado de Cristo, la estratégica y equilibrada distribución de los rojos y el verde, el tratamiento de los paños blancos y los tonos violáceos de las vestiduras de la Virgen, con mezcla de pigmentos rojos y azurita. Con suma habilidad Ambrosius Benson define con el color las diferentes texturas, como la madera de la escalera y la cruz, las calidades de los brocados y terciopelos de las indumentarias, con pliegues de arista al modo flamenco, y los pequeños detalles realistas característicos de la pintura flamenca, como las lágrimas en algunos rostros, al tiempo que su personal estilo queda definido por la expresión contenida de los personajes y la gestualidad de las manos, de dedos largos y huesudos. En las anatomías el pintor incorpora un sombreado difuminado tomado de las experiencias italianas, con logrados matices del sfumato, utilizado al modo de Leonardo, a base de la aplicación de sucesivas capas transparentes. 

San Miguel y San Antonio de Padua en las puertas
AMBROSIUS BENSON Y SU TALLER DE BRUJAS 


Ambrosius Benson nació en una desconocida población de Lombardía entre los años 1490 y 1500, trasladándose en 1510, siendo muy joven, a la ciudad de Brujas, donde obtuvo la ciudadanía en 1518. Allí completó su formación trabajando una temporada en el taller de Gerard David, maestro con el que tuvo problemas que originaron un proceso judicial por dos baúles que conteniendo patrones y dibujos Benson había dejado en su taller. En 1519 ya aparece inscrito como maestro independiente en el Gremio de Pintores, teniendo un segundo juicio con Gerard David a causa de los baúles citados, siendo sentenciado su maestro a un encarcelamiento temporal y a que Ambrosius Benson trabajara algunos días a la semana en su taller. 

A partir de 1520 su taller comienza a crecer, conociéndose que en el mismo se encontraban como aprendices Joachim Spaers y Jacob Vinson. Entre 1522 y 1530 alquila hasta tres puestos para vender sus pinturas en el mercado anual, llegando a ocupar altos puestos en el Gremio de Pintores brujense. Por esos años comienza a realizar una prolífica serie de pinturas religiosas que continúan la tradición flamenca, a las que se suman abundantes retratos de damas y caballeros y temas profanos en los que destacan sus personales representaciones de banquetes con conciertos, lo que induce a pensar en un taller con numerosos colaboradores, hecho que también explica la desigual calidad de algunas obras. 

     Contrajo matrimonio en dos ocasiones, la primera con Anna Ghyselin, con quien tuvo dos hijos, Guillaume Benson y Jan Benson, después pintores que posiblemente colaboraron en el taller paterno, y en segundas nupcias con Josyne Michiels, con quien tuvo una hija, además de otras dos fuera del matrimonio. En 1533 compraba una casa al comerciante español Lucas de Castro, pagando la mitad de su precio con ocho pinturas que fueron tasadas por los concejales de Brujas. En 1536 fue nombrado director del Gremio de Pintores, momento en que se había convertido en uno de los pintores más prestigiosos de Brujas de la primera mitad del siglo XVI. 

El flujo comercial de compraventa de lanas y tejidos que se desarrolló entre Brujas y Segovia por aquellos años, facilitó la relación del pintor con comerciantes españoles, siendo un tal Sancho de Santander, citado en varios documentos, quien pudo ejercer como intermediario para la exportación de sus obras a España, localizándose como procedentes del ámbito de Segovia más obras que en su propio país. 

De toda su producción sólo se conocen dos obras firmadas: el Tríptico de San Antonio de Padua (Musées Royaux des Beaux-Arts de Belgique, Bruselas) y una Sagrada Familia (colección privada) y otras siete solamente fechadas, aunque basándose en criterios estilísticos se atribuyen a su taller más de ciento cincuenta pinturas.

Detalle de San Miguel

     Ambrosius Benson murió entre el 12 y el 19 de enero de 1550, siendo enterrado en la iglesia de Nuestra Señora de Brujas.

 

Informe: J. M. Travieso.

 





Detalles de San Miguel








Detalle del paisaje de San Miguel









Detalle de San Antonio de Padua














Puertas cerradas con la escena de la Anunciación


Ambrosius Benson. Nacimiento de la Virgen / Sta Ana, la Virgen y el Niño / Piedad
Pinturas religiosas en el Museo del Prado, procedentes del Convento de Santa Cruz de Segovia













AMBROSIUS BENSON

MUESTRA DE PINTURAS RELIGIOSAS, RETRATOS Y PINTURAS PROFANAS











Ambrosius Benson. Deipara Virgo y detalles. Museo Real de Bellas Artes, Amberes










Ambrosius Benson. Virgen con el Niño, h. 1530
Museo de Bellas Artes, Sevilla


Ambrosius Benson. La Magdalena leyendo, National Gallery, Londres / La Magdalena, Museo Groeninge, Brujas
/ Mujer leyendo, Museo del Louvre, París / Retrato de Anne Stafford, Museo de Arte, San Luis, Misuri
/ Sibila Pérsica, Museo Nacional de Varsovia








Ambrosius Benson. Detalles de La Magdalena leyendo, National Gallery de Londres / Retrato de 
Anne Stafford, Museo de Arte de San Luis / Mujer leyendo un libro de Horas, Museo del Louvre









Ambrosius Benson
Caballero orando, Museo Thyssen Bornemisza, Madrid / Retrato de hombre con anillo, Col. privada, Alemania
/ Retrato de hombre con libro, Museo de Arte Carnegie, Pittsburgh / Retrato hombre con flor, Fondation
 Bemberg, Toulouse / Retrato de Otho Stochoven, Museo Groeninge, Brujas








Ambrosius Benson. Detalles de Caballero orando, Museo Thyssen Bornemisza, Madrid
/ Retrato de hombre con anillo, col. privada, Alemania / Retrato de Otho Stochoven, Museo Groeninge, Brujas









Ambrosius Benson. Pintura profana. Banquete y concierto, Museo de Bellas Artes, Blois
/ Banquete y concierto, Museo de Castelvecchio, Verona / Banquete y concierto, Museo del Louvre










* * * * * 

7 de febrero de 2022

Socios de Domus Pucelae: ASAMBLEA GENERAL, 12 de febrero 2022


Se comunica a todos los socios la convocatoria de Asamblea General:

 

DÍA: Sábado, 12 de febrero de 2022.
HORA: 11,30 h. primera convocatoria/ 12 h. segunda convocatoria.
LUGAR: Salón de Actos del Centro Cívico José Luis Mosquera, calle Pío del Río Hortega 13, Huerta del Rey, Valladolid. 

 Orden del día: 

1 .- Lectura y aprobación, si procede, del acta de la asamblea anterior.

2 .- Lectura y aprobación, si procede, del balance económico de 2021.

3 .- Presentación de actividades.

4 .- Presupuesto 2022.

5 .- Elección de cargos.

6 .- Ruegos y Preguntas. 

Convocan: Secretario y Presidente de Domus Pucelae. 

El modelo para presentación de candidaturas a la Junta Directiva enviado por correo a los socios podrá ser entregado vía e-mail o en mano hasta el comienzo de la Asamblea del 12 de febrero de 2022.

Se recuerda a los socios que las cuentas están a su disposición para su consulta antes de la Asamblea, pudiendo pedir cita para su revisión por los cauces habituales: teléfono, correo electrónico o apartado de correos. 

A. C. Domus Pucelae 

* * * * *      

1 de febrero de 2022

Theatrum: VANITAS, NIÑO JESÚS DORMIDO, ternura, fragilidad y mística





VANITAS, NIÑO JESÚS DORMIDO

Giovanni Battista Morelli (Roma, ? – Madrid, 1669)

Entre 1659 y 1669

Terracota policromada

Museo Nacional de Escultura, Valladolid

Escultura barroca

 



     A pesar de la magnífica calidad de sus obras, la personalidad artística de Giovanni Battista Morelli, como destacado escultor del Seicento italiano, todavía no es lo suficientemente conocida, debido en parte a que fue un artista viajero y también por la dificultad de localizar sus obras a falta de noticias documentales. Su puesta en valor parte de un estudio realizado en 1976 por el historiador Alfonso Pérez Sánchez, que localizó la escultura de San Juan Bautista niño en el Museo del Prado, obra que encaja en los inventarios reales, y a la investigación de Mercedes Agulló Cobo, que realizó el primer estudio y el más importante hasta el momento de este escultor que estuvo activo en la corte de Felipe IV. 

La obra conocida de Giovanni Battista Morelli le coloca, ante todo, como un especialista en trabajos de estuco con fines decorativos y en la realización de esculturas en terracota, en ambos casos mostrando un personal estilo que deriva de su condición de discípulo de Alessandro Algardi. Es un artista que, tras comenzar su trayectoria en Roma, recorre las cortes de París y de Madrid, adonde llegó en 1659 para trabajar en la decoración del Palacio de Aranjuez y donde muere en 1669. 

     Durante su estancia en Madrid realiza una serie de obras que no se han conservado, siendo seguras solamente dos: la ya citada escultura de San Juan Bautista niño del Museo del Prado, restaurada por esta institución hace pocos años, y el importante conjunto de estucos, con figuras de putti y personajes mitológicos, realizados en el gabinete real del Palacio de Aranjuez, que aparecieron de forma fortuita, tras un falso techo, en el año 2002, un conjunto que supone una importante aportación al catálogo de la obra de este artista en España. 

EL NIÑO JESÚS DURMIENTE 

Por sus características estilísticas y técnicas, se atribuyen a Morelli una serie de esculturas del Niño Jesús durmiente que habría realizado en Madrid entre 1659, año de su llegada, y 1669, año de su muerte, que repitiendo los mismos estilemas están modeladas en terracota y con un acabado policromado. En este grupo se integra la escultura del Niño Jesús dormido, en su condición de Vanitas, del Museo Nacional de Escultura de Valladolid, que perteneció a la colección barcelonesa de Eusebi Güell, vendida en parte por sus herederos en 1985, siendo adquirida esta obra por el Estado en 1987 para ser entregada al museo vallisoletano.  

     Esta escultura, modelada en terracota y con un trasfondo contrarreformista, presenta al Niño Jesús profundamente dormido y recostado sobre un paño, mientras abraza un simbólico corazón en llamas. Le sirven de lecho cabezas de querubines alados que le identifican como figura sagrada, motivo que se repite en la peana sobre la que descansa la figura, igualmente modelada en barro y con formaciones de nubes recorridas longitudinalmente por otra serie de cabezas de querubines. Su iconografía deriva de los postulados del arte cristiano emanados del Concilio de Trento (1545-1563), en la que se comenzó a acentuar la inocencia y la fragilidad infantil de un Jesús humanizado, incorporando a las representaciones de su infancia prefiguraciones de la Pasión en las que se combina la ternura infantil con el componente trágico que supone el drama pasionario, un tipo de representaciones devocionales muy frecuentes en España durante el siglo XVII, tanto en pintura como en escultura. 


     En el arte barroco unas veces el Divino Infante aparece dormido sobre una cruz, otras sobre una calavera, cuya iconografía es una trasposición de las vanitas clásicas en las que el dios Cupido adoptaba una actitud similar para unir alegóricamente los extremos de la infancia y la muerte. En la escultura que tratamos aparece acompañado de un corazón ardiente y con ojos que alude a la vigilancia permanente de la divinidad, según consta en un versículo del Cantar de los Cantares: “Yo duermo y mi corazón vigila”, al tiempo que adquiere el valor de una reflexión sobre la generosidad divina y el heroísmo en la entrega del propio cuerpo como fin redentor de su nacimiento, manteniendo en la figura un aspecto de inocencia y ternura que prevalece sobre la referencia a la muerte y al pecado. Este tipo de imagen devocional, presentada con diversas modalidades iconográficas en las que la gracia infantil aparece impregnada de un contradictorio aire de tristeza, siempre con la finalidad de conmover e incitar a la piedad, alcanzó una gran difusión en la España barroca con la intención de promover la meditación sosegada, siendo especialmente reclamadas para las clausuras y oratorios particulares de la aristocracia. 

     En la obra de Giovanni Battista Morelli es destacable el interés por las figuras infantiles, caracterizadas por sus cuerpos carnosos, cabelleras rizadas y voluminosas, carrillos hinchados, boca pequeña y ojos resaltados, según modelos tomados de Algardi, ofreciendo un aire de languidez que caracteriza el estilo de Morelli. En unos casos las utiliza como elementos decorativos supeditados a la arquitectura —putti realizados en estuco que sujetan emblemas u otros elementos— y en otros como figuras devocionales elaboradas en barro, como las realizadas en su etapa madrileña, donde el escultor, de formación romana, se adapta al gusto de los comitentes españoles incorporando un acabado policromado, como consta en los inventarios reales. 

Una réplica muy cercana al Niño Jesús durmiente sujetando un corazón inflamado del Museo Nacional de Escultura, se conserva en una colección privada, aunque en esta versión se prescinde de la peana con cabezas de ángeles para ser colocada sobre otra más convencional de forma ochavada. Asimismo, Morelli realizó en terracota policromada otras versiones en las que el Niño Jesús dormita sobre una calavera, acentuando el carácter de vanitas, como en el Niño Jesús durmiente que cuando esto se escribe se encuentra en el mercado del arte (Jaime Eguiguren, Arts & Antiques), que porta una cartela con la inscripción “No hay cosa que más despierte que dormir sobre la muerte”. Idénticos ejemplares, pero sin la inscripción, se encuentran en una colección privada (policromada) y en la Galería Sotheby’s de Londres (sin policromar). 

     Otra obra infantil de Morelli de su etapa en España es la terracota sin policromar y en posición semierguida del Museo del Prado, que se ha identificado como San Juan Bautista niño por la piel de animal que someramente recubre su cuerpo. Es la única pieza de este escultor que ha llegado hasta nosotros relacionada con las que aparecen citadas en los inventarios reales y en las Vidas de Antonio Palomino. La figura está basada en modelos infantiles italianos difundidos por Alessandro Algardi, como en su Hércules niño con una serpiente, cuyos recursos plásticos son repetidos por sus colaboradores, como es el caso de Morelli en esta terracota o del relieve de pórfido de Tommaso Fedele, también en el Museo del Prado, que representa la figura infantil de Hércules. 

 

BREVE SEMBLANTE DE GIOVANNI BATTISTA MORELLI
Apuntes tomados del estudio de Roberto Alonso Moral 

Giovanni Battista Morelli. Niño Jesús durmiente con corazón
Terracota policromada. Colección privada

     Giovanni Battista Morelli inicia su trayectoria en Roma, ciudad donde nace en fecha desconocida y donde según Antonio Palomino fue discípulo de Alessandro Algardi, con el que se forma como modelador ligado a la corriente clasicista del barroco romano. Allí trabajó en el equipo de este maestro en las empresas papales para celebrar el jubileo de 1650. También trabaja con Bernini, que lo llama para realizar la decoración en estuco de los arcos de la nave central y en los medallones dedicados a los mártires de la Iglesia que decoran las pilastras de las naves de la basílica de San Pedro, magna obra donde el gran maestro dio los dibujos y delegó la ejecución a un total de 41 escultores. De esta empresa, Jennifer Montagu le atribuye la Alegoría de la Inocencia (1647) de uno de los arcos de la nave central, donde se aprecia su ligazón con el estilo de Algardi. Igualmente, se le considera autor de los ángeles que acompañan al medallón que representa a san Simaco. 

Junto a Algardi también participa en la decoración de la basílica de San Juan de Letrán, en el equipo elegido por Virgilio Spada, camarero secreto y limosnero del papa Inocencio X, que decidió los artistas que trabajarían en la empresa. Para ello dio dibujos y modelos en barro (según las investigaciones de Jennifer Montagu) siguiendo las precisas pautas iconográficas marcadas por Virgilio Spada, siéndole atribuido el estuco de la Expulsión de Adán y Eva del Paraíso. Allí se revela como un genial estuquista, hecho fundamental para su posterior carrera artística. 

Giacomo Francia. Grabado del Niño Jesús dormido sobre la cruz,
al fondo cartela con el versículo "Yo duermo y mi corazón vigila", 1510-1530
British Museum, Londres

     El mismo Virgilio Spada le hace el encargo de un busto de su padre, Paulo Spada, para el que Morelli da el modelo en barro para su posterior fundición en bronce.  También se le atribuye el exquisito friso decorativo, con putti y guirnaldas, del transepto de la iglesia de San Ignacio de Roma, según diseño y dirección de Algardi. La trayectoria del escultor se para en Roma en 1650, perdiéndose su rastro hasta 1659, cuando ya está instalado en Madrid.

Aunque no hay noticias documentales, según Antonio Palomino pasó por la corte de París, donde trabajó para la monarquía francesa. El único indicio de esta estancia es su matrimonio con la francesa Juana de Archera (¿Jeanne d’Arc?), citada en su testamento y fallecida antes que el escultor. En ese momento el cardenal Mazarino, defensor de la corriente clasicista italiana, estaba renovando la decoración de los palacios reales y del suyo propio (actual Biblioteca Nacional de París), eligiendo para ello a un grupo de artistas italianos. En ese momento el cardenal Mazarino y Luis de Haro, valido de Felipe IV, rivalizaban por la hegemonía europea, situación que cambia con la Paz de los Pirineos de 1659, año en que Morelli llega a España. En esta supuesta etapa francesa es posible que Morelli trabajara en la decoración de estucos de las renovadas estancias de Ana de Austria, esposa de Luis XIII, que presentan una gran variedad de estilos.

G. B. Morelli. Niño Jesús dormido sobre una calavera, 1659-1669
Jaime Eguiguren, mercado del arte (Foto de la galería)

     A su llegada a España pasa un tiempo en Valencia trabajando en la decoración de estucos de la Cartuja de Valdecrist, actualmente en ruinas. Según Palomino, desde Valencia envió Morelli varias obras a la corte para ganarse el favor real, entre ellas unos niños alados con insignias de la Pasión que fueron enviados a Velázquez, junto a una carta en la que le ofrece sus servicios. Estas obras, que fueron del agrado de Felipe IV y pagadas por la casa real, constan en los inventarios reales hasta 1800, año en que Ceán Bermúdez recuerda haberlos visto en el guardajoyas del palacio, expoliado por Murat durante la invasión francesa. 

Morelli llega a Madrid apoyado por Velázquez, como estuquista especializado, cuando en la corte se está renovando la decoración de los sitios reales. Cuando está trabajando para la corte, Morelli también atiende otros encargos, como una Fuente de Venus apoyada sobre cuatro leones y con cuatro putti vertiendo agua, para el jardín del palacio de Juan Domingo Méndez de Haro, conde de Monterrey, situado en el actual Paseo de Recoletos madrileño. Igualmente, en la biblioteca de Gaspar de Haro y Guzmán, Leticia de Frutos a documentado la presencia de siete figuras de terracota, que representaban a los siete planetas, realizado por Morelli, lo que demuestra el gusto por el escultor entre la nobleza. 

G. B. Morelli. Detalles de Niño Jesús dormido sobre una calavera y la inscripción "No hay cosa
que más despierte que dormir sobre la muerte" (Fotos Jaime Eguiguren, Arts & Antiques)

     Para la madrileña iglesia de San Antonio de los Portugueses realiza un friso en estuco relacionado con los realizados en la iglesia de San Ignacio de Roma, siendo evidente la relación de las obras romanas con las que realiza en España. Obras de Morelli también se localizaron en el Alcázar de Madrid, hasta ahora no localizadas, aunque por el hecho de no ser bien pagado por la corte (en su testamento todavía reclama los pagos por su trabajo en Aranjuez), en Madrid tuvo que trabajar para comitentes particulares. Es en esa época cuando realiza la serie de terracotas policromadas que representan al Niño Jesús durmiente, destinadas a oratorios particulares, que muestran el entronque con las figuras infantiles realizadas en Italia por escultores de la órbita de Algardi. 


Giovanni Battista Morelli. Niño Jesús dormido sobre una calavera
Izda: terracota policromada, colección privada / Dcha: terracota sin policromar, Sotheby's, Londres 

     Un trabajo fundamental de Morelli fue la decoración del Palacio de Aranjuez —posiblemente la causa de que el escultor llegara a España—, donde su presencia está constatada en 1661, año en que es nombrado escultor de corte por Felipe IV, probablemente por la intervención de Velázquez, y le encargan la restauración de las esculturas genovesas que decoran la Fuente de Hércules del jardín de la isla (que en la actualidad no mantiene el aspecto original). No se han conservado los mascarones en barro, para su posterior fundición en bronce, que fueron encargados para la base de dicha fuente. 

Anónimo. Cupido dormido sobre una calavera, s.XVI
Alabastro. Museo Nacional de Escultura, Valladolid

     Según documenta Gloria Martínez Leiva, en Aranjuez comienza su labor como estuquista en la galería central en octubre de 1663 y continúa hasta abril de 1664. Los trabajos se interrumpen por la muerte de Felipe IV en 1665, fecha en que regresa a Valencia, aunque vuelve a Madrid durante la regencia de Mariana de Austria para continuar los trabajos. De la decoración de las bóvedas, que debió tener un aspecto grandioso, con la llegada de los Borbones se eliminaron los estucos de la galería central y los del dormitorio, quedando enmascarados bajo un falso techo los del despacho de Carlos II, que seguían un modelo más sencillo a los que los estuquistas italianos realizaron en el Palacio Pitti de Florencia, con marcos dorados en relieve en la medalla central del techo y en los tondos circulares y trapezoidales en las paredes. Estos estucos de Morelli, fueron felizmente localizados y recuperados en el año 2002, aunque, como ya ocurriera anteriormente, adquirió más notoriedad el conjunto de pinturas que realizara Luca Giordano en 1696, que impuso su propio programa iconográfico, hecho que hasta nuestros días de dificultado la justa valoración de Giovanni Battista Morelli en España, que murió en Madrid en 1669. 


Izda: Giovanni Battista Morelli. San Juan Bautista niño, terracota, Museo del Prado
Dcha: Alessandro Algardi. Hércules niño con serpiente, mercado del arte

Informe y fotografías de la escultura: J. M. Travieso. 

 

Bibliografía

AGULLÓ, Mercedes, y PÉREZ SÁNCHEZ, Alfonso E.: «Juan Bautista Morelli», Archivo Español de Arte, vol. XLIX, n.º 194, Madrid, 1976, pp. 109-120. 




Bartolomé Esteban Murillo. Niño Jesús dormido sobre la cruz, s. XVII
Izda: Fairfax House, York / Dcha: Museo del Prado, Madrid









Giovanni Battista Morelli. Friso en estuco, hacia 1650.
Transepto de la iglesia de San Ignacio, Roma (Foto Wikipedia)










Giovanni Battista Morelli. Estucos del gabinete de Carlos II
Palacio de Aranjuez, Madrid (Foto Wikipedia)










Giovanni Battista Morelli. Estucos del gabinete de Carlos II
Palacio de Aranjuez, Madrid (Foto Wikipedia)








* * * * *