4 de junio de 2025

Exposición: CHILLIDA, MÍSTICA Y MATERIA, hasta el 14 de septiembre 2025


 

MUSEO NACIONAL DE ESCULTURA

Palacio de Villena

Valladolid

 

 El Museo Nacional de Escultura, en colaboración con el Museo Chillida–Leku, dedica una exposición a Eduardo Chillida, uno de los más destacados artistas españoles y renovador clave de la escultura del siglo XX.

La exposición propone un acercamiento a la obra y pensamiento de Chillida, abordando aspectos fundamentales tales como la ontología de la materia, el espacio interior, la levitación y la poesía mística, a partir de un total de 54 piezas —de distintas dimensiones y materiales—, muchas de ellas fundamentales en la trayectoria del escultor. Para lograr plasmar este relevante objetivo se contará con un importante lote de préstamos procedentes de instituciones públicas y colecciones privadas, tanto españolas como extranjeras. Aunque la escultura tendrá un papel fundamental en la exposición, igualmente se incluirán piezas sobre papel, medio que Eduardo Chillida trabajó sistemáticamente a lo largo de toda su trayectoria.

Foto Europa Press
(Texto: MNE)    

 

HORARIO DE VISITAS

Martes a sábados, de 10:30 a 14:00 h y de 16:00 a 19:30 h

Domingos y festivos, de 10:30 a 14:00 h

Entrada gratuita.



 


Foto ABC









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1 de junio de 2025

Theatrum: CAJITAS ZOOMORFAS, piezas singulares de la cultura vaccea




CAJITAS ZOOMORFAS

Anónimos coroplastas de la cultura vaccea

Entre el siglo IV y la mitad del siglo I a. C.

Barro cocido

Procedentes del poblado vacceo del Soto de Medinilla, Valladolid. Museo de Valladolid

Cerámica de los celtas vacceos, Segunda Edad del Hierro

 

 



     En primer lugar, recordaremos que los vacceos fueron un pueblo englobado en el grupo de celtas peninsulares que, procedentes de tierras centroeuropeas, desde la primera mitad del siglo VI a. C. se asentaron en la cuenca media del Duero, desde Burgos hasta Zamora y Salamanca, incluyendo toda la provincia de Valladolid y parte de las circundantes. En torno a la región Vaccea estaban asentados otros pueblos, como los cántabros y turmogos al Norte, los celtíberos arévacos al Sudeste, los vettones al Sudoeste y los astures al Oeste.

Organizados en grandes núcleos de población, muy separados entre sí, sus ciudades eran entidades políticas con plena soberanía que estaban situadas junto a los grandes cauces fluviales del Pisuerga y el Duero, siendo sus principales actividades la agricultura —de tipo colectivista— y la ganadería trashumante. Está demostrado que las ciudades vacceas participaban plenamente de la cultura celtibérica de la Segunda Edad del Hierro, con artesanos que producían cerámicas, adornos, herramientas y armas. Asimismo, está probada la existencia de una vía terrestre para el comercio del estaño entre la civilización vaccea y la civilización de Tartessos en la época de apogeo de esta última, vía que puso en contacto a los pueblos de interior con los más evolucionados del sur de España y que posteriormente sería utilizada por la Antigua Roma, conocida como la Vía de la Plata.  

Recreación del poblado vacceo del Soto de Medinilla
Ilustración de José Ramón Almeida

     El pueblo prerromano de los vacceos, que el historiador romano Apiano consideraba “otra estirpe de los celtíberos”, fue objeto de reiterados ataques por el ejército romano hasta su sometimiento definitivo en las campañas realizadas entre los años 73 y 56 a. C., dirigidas por Pompeyo y Quinto Cecilio Metelo Pío, tras lo cual pasaron a formar parte de la Hispania Citerior. 

Uno de los asentamientos vacceos de la Edad del Hierro se encuentra localizado en “El Soto de Medinilla”, un yacimiento descubierto en los años 30 del siglo XX y situado en uno de los meandros del río Pisuerga a su paso por la ciudad de Valladolid (a unos 3 km al norte de la ciudad). Este es uno de los más importantes y mejor conocidos asentamientos de esta época en la península ibérica, con un intenso poblamiento que se prolongó a lo largo de seis o siete siglos, entre el 800 y el siglo II a. C., lo que ha permitido sistematizar la primera Edad del Hierro en el centro de la cuenca del Duero. Tanto en el Soto de Medinilla como en el resto de los poblados se han identificado viviendas de planta circular, construidas con adobes, y estructuras rectangulares que debieron tener la función de graneros o almacenes. 

Restos del poblado vacceo del Soto de Medinilla. Sondeo 1989-1990 

     En las excavaciones del Soto de Medinilla, a orillas del río Pisuerga, aparecieron distintos tipos de cerámica doméstica que se han datado entre los años 200 y 50 a. C., es decir, en la plenitud de la Segunda Edad del Hierro. En su conjunto presentan una vinculación con la cerámica de tipo celtibérico, aunque adaptadas a los gustos y tradiciones locales, destacando el predominio de pequeñas copas y botellas, así como un tipo de decoración geométrico, por lo general en tonos marrones y negros. Significativas piezas de este tipo, procedentes del Soto de Medinilla, se exponen en el Museo de Valladolid.

Pero hay que destacar un singular tipo de piezas cerámicas elaboradas por los celtas vacceos en la Segunda Edad del Hierro. Son un tipo de “cajitas” de pequeño tamaño que tienen una forma prismática rectangular, con una oquedad en forma de recipiente en la parte superior, las superficies de las paredes decoradas con motivos geométricos, cuatro pequeñas patas en las esquinas de la base y un asa vertical en uno de los lados menores con forma de un cuarto de círculo y que en ocasiones presenta detalles —como pequeñas protuberancias que sugieren orejas— que dotan al objeto del aspecto abstracto de una representación animal, pudiéndose reconocer a veces con facilidad el aspecto formal de un carnero, un bóvido o un caballo.

Cajita zoomorfa vaccea con decoración excisa
El Soto de Medinilla. Museo de Valladolid

     Estas cajitas zoomorfas fueron comunes en los asentamientos vacceos de la Meseta Norte —ver la ilustración de las variantes tipológicas encontradas en el yacimiento de Pintia (donde se hallaron más de un centenar y medio de piezas), en los términos vallisoletanos de Padilla y Pesquera de Duero—, aunque en este caso fijamos nuestra atención en una serie de ellas que fueron encontradas en el yacimiento vallisoletano del Soto de Medinilla junto a otro tipo de piezas, como recipientes o curiosos sonajeros. Este tipo de piezas, tan representativas de la producción cerámica vaccea, conocieron su momento álgido en el periodo de plenitud de la cultura vaccea, esto es, durante los siglos III y II a. C., comenzando a cambiar sus características o llegando a desaparecer a partir del siglo I a. C., coincidiendo con las guerras Sertorianas.

Uno de los rasgos peculiares de las cajitas zoomorfas es la abigarrada decoración del exterior realizada con gran variedad de técnicas, destacando entre ellas el uso de la excisión o talla a bisel, relacionada con la técnica aplicada a la artesanía de la madera. Con ella se componen motivos triangulares que combinados toman la forma de estrellas de dos, cuatro u ocho puntas, así como trazados en zigzag. En la definición de su tipología son importantes tres criterios: estructura, decoración y habilidad técnica. En cuanto al aspecto morfológico puede ser muy variado, pudiendo establecerse una tipología considerando si la cajita presenta patas o no, si tiene asas y el tipo de las mismas, el tipo de decoración aplicada o si no presentan ningún tipo de decoración, etc.      

Cajita zoomorfa vaccea con decoración excisa
El Soto de Medinilla. Museo de Valladolid
La técnica excisa

Esta técnica decorativa fue desarrollada desde la Prehistoria y aplicada en el arte popular tradicional de distintos pueblos del mundo, especialmente en la talla de objetos de madera realizados por las gentes dedicadas a la ganadería. Para ello, con el empleo de utensilios cortantes, como cuchillos, navajas o gubias se realizaba el corte a bisel y se extraía el material sobrante. La carencia de muestras en madera de esta época se explica por su condición de material orgánico, de fácil descomposición, mientras la cerámica o la piedra son materiales mucho más duraderos.

Para la elaboración de la decoración excisa o a bisel, el punto de partida era la utilización en la elaboración de la pieza de una masa arcillosa muy decantada, que cuando se encontraba en estado semiseco, pero maleable —a modo de cuero—, se cortaba con un objeto cortante con una inclinación de 45º y limpieza de corte. De este modo eran delineados motivos geométricos fundamentalmente rectilíneos (de forma muy excepcional curvilíneos), adoptando como formas más habituales los triángulos —llamados “dientes de lobo” si son muy agudos—, formas romboidales, cuadrados o trazos en zigzag, en la mayoría de ocasiones combinados. En otras ocasiones la decoración de limita a sencillas incisiones en forma de cuña que, de forma aleatoria, ocupan toda la superficie.

Cajita zoomorfa vaccea con decoración excisa
El Soto de Medinilla. Museo de Valladolid

     La aplicación de la excisión en la decoración cobra una especial relevancia en las cajitas zoomorfas, en las que es posible que esta técnica no sólo se aplicara con una función estética, sino también protectora, con lo que los vacceos dotarían a estos objetos de una capacidad mágica o sobrenatural. Esta teoría se basa en que los diseños geométricos poseen su propio valor simbólico en cada cultura, con un significado particular en aquellas creencias o religiones que no permitían la representación de deidades en forma humana o de cualquier ser vivo. De esta forma, el uso de motivos geométricos se convertiría en el medio para manifestar algún tipo de mensaje, en el caso de las cajitas zoomorfas codificando, mediante un lenguaje visual, unos conceptos aceptados por el conjunto de la sociedad vaccea. 

La funcionalidad de las cajitas zoomorfas

A día de hoy y dada la variedad de contextos en que han sido encontradas, tanto en viviendas de los poblados como formando parte de ajuares funerarios, se desconoce la función concreta que tenían estas piezas en la cultura vaccea, apuntándose a lo largo del tiempo distintas teorías. En un principio, dado que por entonces las cajitas habían aparecido en el interior de viviendas del poblado, se sugirió que pudieran tratarse de saleros o especieros, relacionando su forma y su función con objetos utilizados con este fin en la cultura tradicional de los pastores castellanos.

Cajita zoomorfa vaccea con decoración excisa
El Soto de Medinilla. Museo de Valladolid

     Esta teoría no es desdeñable, teniendo en cuenta que la sal es un compuesto químico que aporta elementos minerales imprescindibles para el buen funcionamiento de los seres vivos. En un principio se obtenía directamente de la naturaleza, pero a partir del Neolítico, con el cambio de alimentación de las personas y la estabulación de los animales, que no podían encontrar pastos en el entorno de las zonas salinas, obligó a incorporar en las comidas el suplemento necesario para compensar aquel déficit. De este modo la sal se convertirá en un producto de primera necesidad, no sólo por su valor fisiológico, sino también por su uso como condimento, para la conservación de los alimentos, en trabajos de esquileo, curtido de pieles, doma, forja del hierro o en medicina. 

     La sal, como elemento íntimamente ligado a la vida cotidiana, también formó parte de la actividad económica al menos desde el Bronce Final y la Edad del Hierro, apareciendo explotaciones saliníferas y el consecuente comercio de lo que llegó a ser denominado “oro blanco”, controlado por las élites de la sociedad.

Debido a tan amplia aplicación funcional y por sus propiedades, la sal accedió al mundo espiritual como elemento purificador con valores simbólicos propios, como la estabilidad y permanencia identificadas con la inmortalidad o la eternidad, lo que puede explicar su habitual presencia en los rituales funerarios. En definitiva, que debido a la presencia de la sal en la vida cotidiana, es fácil de entender que el salero tuviera un tratamiento singular en su elaboración, tanto por el material utilizado como por su diseño o decoración. 

Cajita zoomorfa vaccea con decoración de incisiones
en forma de cuña
El Soto de Medinilla. Museo de Valladolid

     Al publicarse en 1970 los ejemplares de cajitas zoomorfas encontrados formando parte de ajuares funerarios procedentes de Cuellar, Palenzuela o Padilla de Duero, empezaron ser consideradas cajas de ofrendas, opinión que se mantuvo en los años 80 del siglo XX. Por esos años también comenzaron a interpretarse como pebeteros donde se quemaría incienso, cáñamo, perfumes u otros productos aromáticos, equiparando su función a la de algunos recipientes de Oriente Próximo, aunque en su gran mayoría no existen evidencias de fuego en su interior. Otras teorías las consideran lámparas, lucernas e incluso medidas de capacidad, aunque por la multiplicidad de contextos en que aparecen no está claro que tuvieran una única función. 

 

Informe y fotografías: J. M. Travieso.

 


Cajita zoomorfa vaccea con decoración de incisiones
en forma de cuña
El Soto de Medinilla. Museo de Valladolid
Bibliografía 

ALFAYÉ VILLA, Silvia: Iconografía Vaccea: Una aproximación a las imágenes del territorio vacceo. En ROMERO CARNICERO, Fernando y SANZ MÍNGUEZ, Carlos: De la Región Vaccea a la Arqueología Vaccea, Vaccea monografías 4, Valladolid, 2010. 

DELIBES DE CASTRO, G., ROMERO CARNICERO, F. y RAMÍREZ RAMÍREZ, M. L.: “El poblado ‘céltico’ de El Soto de Medinilla (Valladolid). Sondeo estratigráfico de 1989-90”. En G. Delibes de Castro, F. Romero Carnicero y A. Morales Muñiz (eds.), Arqueología y medio ambiente. El primer milenio a. C. en el Duero Medio. Valladolid: Junta de Castilla y León, 1995, pp. 149-177. 

PALOL, P. DE y WATTENBERG, F.: Carta Arqueológica de España. Valladolid. Valladolid: Diputación Provincial de Valladolid, 1974. 

ROMERO CARNICERO, Fernando: De “El Soto de Medinilla” a la Cultura del Soto. En Conocer Valladolid, IX Curso de patrimonio cultural 2015-2016, pp. 13-38. 

ROMERO CARNICERO, Fernando y RAMÍREZ RAMÍREZ, M. L.: “Sobre el ‘celtismo’ de la ‘cultura’ del Soto”. Universidad de Valladolid, Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología, LXVII, 2001, pp. 40-80. 

Cajitas zoomorfas vacceas con decoración excisa
El Soto de Medinilla. Museo de Valladolid
SANZ MÍNGUEZ, C.: Los Vacceos: cultura y ritos funerarios de un pueblo prerromano del valle medio del Duero. La necrópolis de Las Ruedas. Padilla de Duero (Valladolid). Valladolid: Junta de Castilla y León y Ayuntamiento de Peñafiel. Arqueología en Castilla y León, Memorias 6, 1997. 

SANZ MÍNGUEZ, Carlos, CARRASCAL ARRANZ, Juan Manuel Y RODRÍGUEZ GUTIÉRREZ, Elvira: Cerámica. Objetos singulares, I. Cajitas vacceas. Anuario Vaccea, núm. 10, Centro de Estudios Vacceos Federico Wattenberg, Universidad de Valladolid, 2017. 

WATTENBERG, Federico: La región vaccea. Celtiberismo y romanización en la cuenca media del Duero. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas y Diputación Provincial de Valladolid. Bibliotheca Praehistorica Hispana II, 1959.

 



Cajita zoomorfa vaccea con decoración excisa
El Soto de Medinilla. Museo de Valladolid










Cajita zoomorfa vaccea con decoración excisa
El Soto de Medinilla. Museo de Valladolid










Ajuares vacceos
El Soto de Medinilla. Museo de Valladolid










Cajita zoomorfa vaccea sin decoración
El Soto de Medinilla. Museo de Valladolid










YACIMIENTO VACCEO DE PINTIA (Padilla de Duero, Valladolid)
Tipología de cajitas zoomorfas vacceas. Ilustración tomada de Vaccea 10, Universidad de Valladolid





















Cerámica doméstica de tipo celtibérico: Embudo, orza, copa y jarra, siglo III - I a. C.
Necrópolis de Las Ruedas (Padilla de Duero) y yacimiento vacceo del Soto de Medinilla (Valladolid)
Museo de Valladolid





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