Fastiginia: Antiguos gigantes y cabezudos, una arraigada tradición

Estampas y recuerdos de Valladolid

     El año 1946 el Ayuntamiento de Valladolid encargó la figura del Tragaldabas como complemento festivo a los tradicionales gigantes y cabezudos, saliendo a la calle por primera vez el 15 de septiembre de aquel año durante las Ferias y Fiestas. Sin duda la nueva figura del gigante tragón puso en evidencia el deplorable estado de los gigantes y cabezudos que animaban las fiestas por entonces, de modo que tres años más tarde también éstos fueron renovados y sustituidos por otros menos grotescos que sus precedentes, de altura ligeramente mayor y vestuario más elaborado, justamente los que han llegado a nuestros días.

     Los nuevos gigantes y cabezudos mantuvieron la identidad de los modelos anteriores, ya asociados definitivamente a la tradición festiva de Valladolid y concretamente a dos hechos históricos ocurridos en la ciudad: el enlace de los Reyes Católicos y la muerte del almirante Cristóbal Colón. Porque sin duda estos hechos son los que inspiraron por entonces la elección de los personajes que encarnan los gigantes y cabezudos, presididos por Isabel la Católica y Fernando de Aragón, acompañados por parejas que representan a distintos continentes, formadas por un moro y una mora (África), un chino y una china (Asia) y un indio y una india (América), todos ellos ligeros para poder danzar al ritmo marcado por grupos de dulzaineros.

     Ocho gigantes con sus mejores galas en cuya comparsa figuraban cuatro cabezudos que representaban dos maceros reales, un chino y un indio, aunque con el tiempo la identidad de estos cabezudos se ha desvirtuado y se han sumado a ellos las figuras de un torero, una bruja, un bandolero y un pirata que realzan su pintoresco desfile.

     Pero los ocho gigantes y los cuatro cabezudos tuvieron como antecesores los que figuran en la fotografía tomada durante las Ferias y Fiestas de 1947 en la Plaza de la Universidad por un tal Manolo, unas figuras ceñidas a la cintura y con grandes cabezas que acompañadas de rudimentarios cabezudos atraían la curiosidad de grandes y pequeños en aquellos grises años de postguerra. Sobre estos muñecones se guarda documentación gráfica en el Archivo Municipal de Valladolid, de donde procede la imagen que hemos seleccionado.

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