Iglesia de la Sagrada Familia en su primitivo emplazamiento. |
Estampas y
recuerdos de Valladolid
En el Paseo de Zorrilla, en la confluencia de las
calles de Magallanes y Tres Amigos, se levantaba la iglesia de la Sagrada
Familia, que contaba con un convento de franciscanos anexo. Su silueta, con
aspecto de airosa ermita, todavía es recordada por muchos vallisoletanos.
La sencilla iglesia, cuya historia no llegó a
sobrepasar los 70 años, había sido financiada por don Pedro Pardo Urquiza,
industrial vallisoletano, y su devota esposa Ángela San José Goicoechea, según
constaba en una lápida mural colocada en el presbiterio. Con diseño del
arquitecto Jerónimo Ortiz de Urbina, y su hijo Antonio como maestro de obras, fue
consagrada el 15 de octubre de 1899, absorbiendo parte de la feligresía hasta
entonces perteneciente a la parroquia de San Ildefonso. Levantada en
mampostería y ladrillo, lo más singular era su fachada pétrea inspirada en el
estilo románico, con un bello portal y una espadaña de dos vanos como
campanario, anticipándose en el uso de este estilo al que veinte años
después se recrearía en el cuerpo bajo de la Academia de Caballería.
Su interior era sumamente austero, con planta de
cruz latina formada por una sola nave y un discreto crucero, presidido por un
sencillo retablo mayor de dos cuerpos, el inferior con pinturas del Sagrado
Corazón de Jesús y de María, obra del prestigioso pintor Gabriel Osmundo Gómez,
y el superior con el grupo de la Sagrada Familia (actualmente en el convento de
Santa Isabel) en la hornacina central y a los lados el Santo Ángel de la Guarda y San
Pedro Nolasco, todas ellas obras de Pedro Martí, con taller en Barcelona, en la línea de los populares
y almibarados talleres religiosos de Olot.
Pequeños retablos de similares características se
hallaban en el crucero, uno con la imagen de San Ramón Nonnato, en el lado del
Evangelio, y dos con la Virgen del Carmen y San Antonio de Padua en el lado de
la Epístola, éste último por expreso deseo de la dama que financió la obra, acompañándose
de un crucifijo colocado junto a la entrada y pequeñas tallas sobre peanas en los
muros que representaban a santos franciscanos, como San Pascual Bailón, San
Pedro Regalado, etc., colocados después del asentamiento en 1923 de la Venerable
Orden Tercera en el complejo, que fue entregado por don Remigio Gandásegui, arzobispo de la ciudad.
Nueva iglesia de los franciscanos en el Paseo de Zorrilla. |
Pasado el tiempo, la insuficiente capacidad del
templo en el momento de expansión de la ciudad, una vez superada la crisis de
la postguerra, motivó que la orden franciscana proyectara un nuevo templo en
los años 50 del siglo XX, obras que se llevaron a cabo en el mismo Paseo de
Zorrilla, prácticamente enfrente de la antigua iglesia, entre 1951 y 1956,
siendo el arquitecto Julio González quién levantara un moderno y espacioso
templo con un alto campanario en la fachada, cambiando la advocación de la
Sagrada Familia por la de la Inmaculada, un templo convertido en parroquia y después
decorado en su interior y exterior con un santoral de la orden elaborado en
mosaico por un padre franciscano.
En 1967 la antigua iglesia de la Sagrada Familia fue
derribada y su fachada desmontada y vendida a un particular que la reconstruyó
en la finca Los Álamos, situada en un enclave al sur y cercano a Valladolid,
donde actualmente se conserva en perfecto estado. En su lugar se levantó
después una moderna torre de viviendas, sobre la que impresionamos, a modo de
ectoplasma, la presencia del efímero templo ocupado hasta los años 60 por los
franciscanos.
Fachada de la Sagrada Familia en su emplazamiento actual. |
Quedaba atrás la corta historia de una iglesia de la
que permanecerían en la memoria dos circunstancias devocionales: la
recuperación de la antigua cofradía franciscana, desde 1978 denominada Cofradía
de la Orden Franciscana Seglar V.O.T., con su participación en los cortejos de
Semana Santa con el emblemático y elocuente paso procesional de La Santa Cruz y sus austeros hábitos franciscanos, y la popular
devoción a San Antonio de Padua, que cada 13 de junio celebraba su festividad con
novenas, panecillos repartidos por los franciscanos y una procesión del santo
que impregnaba el pequeño templo de un inolvidable aroma de azucenas que
después eran repartidas entre las feligresas.
Don Remigio Gandásegui, arzobispo de Valladolid, entrega la iglesia a los franciscanos en 1923. |
Siento informarle que las fechas de la construcción del nuevo templo de los padres Franciscanos en el paseo Zorrilla son erróneas, ese error también se observa en la Wikipedia,
ResponderEliminarPues las fechas de 1951 a 1956 son las fechas del proyecto de obra y no de la obra en sí. Siendo la fecha de erección el 14/03/1965
http://www.archivalladolid.org/entidad.php?Clave=tinmacul