ARCÁNGEL SAN MIGUEL
Gregorio Fernández (Sarria, Lugo,
1576 - Valladolid, 1636)
Hacia 1634
Madera policromada, 340 x 175 x
100 cm
Iglesia Colegial de San Miguel
Arcángel, Alfaro (La Rioja)
Escultura barroca. Escuela
castellana
Pero esta donación no solo se encontró con el inconveniente de que la escultura llevaba en la peana las armas del donante cuando la iglesia era de patronato real, sino que incluso Pérez de Araciel solicitaba hacer constar en un rótulo al autor de tal donación. Por este motivo se estableció un pleito entre el donante y el Cabildo, siendo consultado el obispo de Tarazona sobre el asunto. Para poner fin a estas desavenencias con el Cabildo, el donante decidió regalar la escultura directamente al propio rey Felipe IV, patrón de la iglesia, que el 2 de septiembre de 1635 firmó una cédula en Madrid autorizando que la imagen fuese colocada en el altar mayor, pero sin ningún tipo de escudo de armas.
En la cédula resolutiva firmada por el rey Felipe IV, este se refiere a
Gregorio Fernández como autor de la escultura de San Miguel considerando
estar hecha “de mano del escultor de mayor primor que hay en estos mis
Reinos…”, lo que testimonia el reconocimiento generalizado, incluso en la
propia Corte, del escultor gallego afincado en Valladolid, cuya creatividad y nivel
de ejecución técnica propició numerosos seguidores e imitadores, sobre todo en
la mitad norte de España. Por otra parte, en la misma cédula se cita que el
precio pagado por la escultura de San Miguel fue la nada desdeñable
cantidad de quinientos ducados, cantidad que no sólo venía determinada por sus
dimensiones colosales —3,40 m de altura—, sino también por la esmerada
ejecución técnica de esta escultura que es representativa de la paulatina
barroquización en la última etapa de Gregorio Fernández, en este caso dotada de
una impactante teatralidad, con el predominio de líneas abiertas propias del
barroco.
El Arcángel aparece de pie, en contrapposto, pisando con su pie
derecho la figura vencida del demonio. En su mano derecha enarbola una lanza
terminada en forma de cruz y en la izquierda una rodela en cuyo frente aparecen
escritas las iniciales “QSD” (Quién como Dios), estableciendo con la posición desplegada
de los brazos una línea abierta en la composición que proporciona a la imagen un
sugestivo movimiento y un aspecto victorioso. Viste una amplia túnica corta, cuyo
paño forma pliegues muy movidos que acentúan los efectos del claroscuro, un
peto ajustado al pecho sobre el que cruza en diagonal una ancha banda, anudada
a la altura de la cintura, y un manto que se sujeta en el hombro izquierdo y
discurre por la espalda formando plegados quebrados y caprichosos, aunque en
realidad el dorso es plano, en la línea de una escultura concebida para ser
colocada sobre el tablero liso de un retablo.
A los pies, en una posición muy forzada, aparece la figura del maligno
encarnada por un hombre maduro, con una potente anatomía desnuda, garras en los
dedos e intencionada fealdad para simbolizar el Mal, aquí vencido por el Bien encarnado
por el Arcángel. El agarrotamiento de sus dedos y la expresión de su rostro
expresan desesperación, con nariz aguileña, boca entreabierta dejando asomar
los dientes y barba entrecortada de dos puntas.
En esta figura, a la que le faltan las alas, el escultor cambia el
aspecto juvenil del demonio que realizó en 1606 en el San Miguel del
retablo de la primitiva iglesia de San Miguel de Valladolid (actualmente en el
retablo mayor de la actual iglesia de San Miguel y San Julián de la misma ciudad).
Por el contrario, la figura demoniaca, al igual que toda la composición arcangélica,
está muy próxima al San Miguel Arcángel que Gregorio Fernández incorporó
al retablo mayor de la iglesia de San Miguel de Vitoria, obra realizada entre
1624 y 1632, compartiendo por tanto su pertenencia a la última etapa del gran
maestro.
En la extensa producción de Gregorio Fernández, la escultura de San
Miguel Arcángel de Alfaro se puede considerar una obra maestra que destaca
por su calidad, por su envergadura y por la fuerza que transmite con su airosa
composición, dotada de un movimiento etéreo que le proporciona un carácter
triunfante y en el que la madera se transmuta magistralmente en un material
ingrávido.
Informe y fotografías: J. M. Travieso.
Notas
1 Cédula de Felipe IV de 2 de septiembre de 1635. Libro de acuerdos capitulares, libro 7, fol. 501. Archivo parroquial de la Colegiata de San Miguel Arcángel de Alfaro.
2 PARRADO DEL OLMO, Jesús María: San Miguel. En catálogo de la exposición “Gregorio Fernández / Martínez Montañés. El arte nuevo de hacer imágenes”, Catedral de Valladolid, Valladolid, 2024, p. 224.
3 MARTÍN GONZÁLEZ, Juan José: El escultor Gregorio Fernández. Ministerio de Cultura, Madrid, 1980, pp. 239-241.
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GREGORIO FERNÁNDEZ. San Miguel en el retablo-baldaquino de la iglesia de San Miguel Arcángel, Alfaro (La Rioja) |
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GREGORIO FERNÁNDEZ. San Miguel en el retablo-baldaquino de la iglesia de San Miguel Arcángel, Alfaro (La Rioja) |
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Fragmento de la cédula firmada por el rey Felipe IV el 2 de septiembre de 1635 Archivo de la Colegiata de San Miguel, Alfaro (La Rioja) |
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Aspecto de la Colegiata de San Miguel Arcángel Alfaro (La Rioja) |
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GREGORIO FERNÁNDEZ San Miguel, 1606, iglesia de San Miguel, Valladolid |
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GREGORIO FERNÁNDEZ (Atribuido) San Miguel, Sacristía de la iglesia de San Miguel, Valladolid |
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San Miguel Arcángel Izda: Atribuido a Gregorio Fernández, sacristía de la iglesia de San Miguel, Valladolid Dcha: Gregorio Fernández, h. 1634, Iglesia Colegial de San Miguel, Alfaro |
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GREGORIO FERNÁNDEZ Retablo mayor 1624-1632, iglesia de San Miguel, Vitoria |
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