1 de mayo de 2025

Excellentiam: VIRGEN DEL ROSARIO, precedente de un arquetipo fernandesco







VIRGEN DEL ROSARIO

Gregorio Fernández (Sarria, Lugo, 1576 – Valladolid, 1636)

1621

Madera policromada, 1,58 m

Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, Tudela de Duero (Valladolid)

Escultura barroca. Escuela castellana

 

 






     Dentro de la iconografía mariana desarrollada por Gregorio Fernández a lo largo de su vida profesional el tema de la Inmaculada Concepción fue el más abundante, seguido de la Virgen del Carmen por la vinculación del escultor con la Orden Carmelitana, para la cual hizo más de una veintena de obras para más de una decena de conventos descalzos de Castilla. La primera imagen con la característica iconografía por él ideada de la Virgen del Carmen la realizó hacia 1627 para el Convento del Carmen Calzado de Valladolid por iniciativa del padre fray Juan de Orbea. Esta obra, considerada una obra maestra definida por el estilo del maestro, a lo largo del tiempo recibió los elogios de Palomino y Ponz. Para Ceán Bermúdez era una de las mejores esculturas del artista, opinión compartida por Sangrador y Vítores, que también llegó a contemplarla en su emplazamiento, presidiendo un altar colocado en el lado del Evangelio de la iglesia del desaparecido convento. Fue Martí y Monsó quien la señaló como obra de Gregorio Fernández.

     Desgraciadamente el original se encuentra desaparecido —tal vez destruido— a consecuencia de una oscura maniobra que fue publicada por el historiador vallisoletano Juan Agapito y Revilla. Según éste, tras la supresión del convento carmelita y su reconversión en Hospital general, la admirada talla de la Virgen del Carmen fue recogida en el Museo Provincial de Valladolid —así figura en el Catálogo de 1843— futuro Museo Nacional de Escultura. Sin embargo, en la sesión del 27 de noviembre de 1864 se comunica que Manuel Safont, vecino de Madrid, solicita al Museo una imagen de la Virgen del Carmen, petición que la Comisión rechazó de plano por tratarse de un particular. Al insistir el señor Safont en la petición, y tras buscar apoyo en la Corte, la apreciada escultura tuvo que serle entregada por real orden del 5 de febrero de 1868. Según Luis González Frades, presidente de la Academia Provincial de Bellas Artes, la imagen estaba destinada a una capilla que se estaba levantando en una dehesa de Piedrabuena (Ciudad Real) propiedad del señor Safont, pero la capilla no se terminó. Este influyente peticionario acabó vendiendo la dehesa y otras tierras, tras lo cual los compradores intentaron vender la imagen. Es en este momento cuando se pierde el rastro de la Virgen del Carmen de Gregorio Fernández en tierras manchegas1.    


     En aquella imagen el maestro estableció definitivamente un arquetipo caracterizado por presentar a la Virgen de pie y sujetando al Niño Jesús desnudo en su brazo izquierdo —portando en una mano el globo terráqueo y con la otra bendiciendo—, presentándose revestida con el hábito del Carmelo, con el escapulario cayendo al frente muy vertical y con el escudo del Carmen Descalzo sobre el pecho, una amplia capa que se dobla en los costados y un fino velo que cubriendo su cabeza se cruza deslizándose desde la izquierda por delante del cuello y del pecho dejando asomar una larga melena de tonos castaños claros. El hecho de que el hermoso rostro esboce una tierna sonrisa, junto a la vivacidad del Niño (tallado de forma independiente), convierte esta modalidad mariana, junto a las cortes de ángeles, en una de las obras más amables en la producción de Gregorio Fernández, lo que tal vez explique la enorme devoción que la imagen despertó en Valladolid.

     No obstante, en años sucesivos en el taller de Fernández y por sus seguidores se hicieron otras versiones de dicha imagen que nos permiten aproximarnos al original, como la Virgen del Carmen del convento de San José de Medina de Rioseco (seguramente la más cercana), la Virgen del Carmen de la iglesia del Carmen Extramuros de Valladolid, la Virgen del Carmen del santuario del Carmen de Calahorra (La Rioja) o la Virgen del Carmen de la iglesia de Santa Teresa de Ávila, todas ellas con similares características derivadas del original fernandino (ver ilustraciones al final del artículo). 

En un somero análisis de esta modalidad iconográfica se aprecia que el escultor ya había ensayado el modelo arquetípico en algunas obras realizadas en un tiempo anterior. Es el caso de la Virgen de las Candelas de la iglesia de San Lorenzo de Valladolid, tallada en 1623, donde el escultor ya anticipa la disposición corporal con un suave contrapposto, el brazo derecho flexionado con la mano concebida para sujetar algún objeto postizo —en este caso una candela—, la cabeza cubierta con una toca que se cruza en diagonal por el frente, la caída de paños formando los característicos pliegues de aspecto metálico y sobre todo la forma reverencial de sujetar al Niño Jesús sobre su brazo izquierdo, con su mano sujetando un ampuloso pañuelo que cae formando una efectista cascada de pliegues. La figura infantil, que está tallada por separado en plena desnudez, bendice con su mano derecha y mientras sujeta el orbe con la izquierda, con las piernas a distintas alturas mostrando una contenida vivacidad levemente girada hacia la figura materna. 

La Virgen del Rosario de Tudela de Duero 

Pero aún puede rastrearse un precedente iconográfico fernandino anterior, como la Virgen del Rosario de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Tudela de Duero (Valladolid), elaborada por Gregorio Fernández por encargo de Antonio del Río, regidor y vecino de Tudela de Duero, para recibir culto como titular de la cofradía de Nuestra Señora del Rosario2, establecida en el templo tudelano desde 1603. Concertada en 2.900 reales, el escultor entregó la imagen en Valladolid al citado regidor tudelano el 19 de junio de 1621 en presencia del escribano Miguel Becerra y de testigos como Luis Gómez y Gabriel de Canseco, licenciado y vicario de Tudela, ambos comisarios del Santo Oficio, así como Jerónimo Burgueño3.

Desde entonces, la Virgen del Rosario permaneció al culto en la iglesia tudelana como titular de la antigua cofradía. Gregorio Fernández trabajó para la citada iglesia en varias ocasiones, ocupándose de concluir el retablo mayor y realizando el tabernáculo del mismo, así como elaborando el delicado y manierista Arcángel San Gabriel que actualmente se conserva en el Museo Diocesano y Catedralicio de Valladolid. Con el paso del tiempo, la Virgen del Rosario sufrió una serie de barnizados y repintes que llegaron a enmascarar su calidad, quedando poco a poco desvinculada del maestro gallego. Aunque Antonio Ponz al visitar la iglesia reparó en la calidad de la talla y Martín González llegó a considerarla copia de buena calidad de un original de Gregorio Fernández que habría sido realizada en el segundo cuarto del siglo XVII.

     Fue Jesús Urrea quien en 1988 dio a conocer la carta de obligación suscrita por el regidor tudelano Antonio del Río con Gregorio Fernández, en la que posiblemente se incluía la policromía de la talla, documento que, aunque no se trata del contrato original, certifica la autoría como obra original del gran maestro4.

La Virgen del Rosario anticipa la inminente iconografía de la Virgen del Carmen, en este caso montada sobre una peana de nubes entre las que revolotean graciosas figuras de querubines, incluso de cuerpo entero como el colocado al frente. La posición de la Virgen sugiere un leve contrapposto, con la rodilla derecha adelantada, junto a una gestualidad mayestática, aunque en líneas generales no representa a ninguna advocación concreta, siendo la colocación del brazo y la mano derecha con los dedos entreabiertos y flexionados, concebidos para sujetar un objeto postizo, los elementos que determinaron la sujeción de un rosario y dieron la pauta para mostrar los futuros escapularios de la Virgen del Carmen.

     La Virgen viste una túnica ceñida a la cintura por un cíngulo, una capa que le cubre por completo y se curva en los costados y un velo que rodea su cabeza y se cruza en diagonal a la altura del cuello dejando entrever una larga melena. Son destacables los abundantes pliegues de la túnica y del manto en la parte inferior, con aspecto quebrado a modo de abolladuras metálicas, un recurso que define los modos de tallar las telas por el escultor en los años en que se hace la imagen. Asimismo, en esta talla Gregorio Fernández avanza la colocación y características del modelo del Niño Jesús: tallado por separado en plena desnudez, sujeto por la Virgen en su brazo izquierdo y reposando de forma reverencial sobre un gran pañuelo que cae en vertical formando efectistas pliegues reducidos a finísimas láminas, un cuerpo rollizo y airoso, con la mano derecha en actitud de bendecir, las piernas colocadas a distintas alturas y ensortijados cabellos con un bucle abultado sobre la frente.


     La escultura conserva la policromía original oculta, pues esta ha quedado enmascarada bajo sucesivos repintes aplicados a lo largo del tiempo, ofreciendo en la actualidad una capa con una serie de colores planos en túnica, manto, toca y pañuelo que fue elegida durante su restauración con motivo de una exposición en Madrid entre noviembre de 1999 y enero de 2000, momento en que fueron eliminados los agresivos barnices para permitir imaginar su apariencia original.     

 

 

Informe y fotografías: J. M. Travieso.

 


Notas


1 AGAPITO Y REVILLA, Juan: La obra de los Maestros de la Escultura Vallisoletana. Papeletas razonadas para un catálogo, II, Casa Santarén, Valladolid, 1929, p. 127.

2 URREA FERNÁNDEZ, Jesús: Gregorio Fernández 1576-1636. Catálogo exposición de la Fundación Santander Central Hispano, Madrid, 1999, pp. 132-133.

3 URREA FERNÁNDEZ, Jesús: Una Virgen del Rosario de Gregorio Fernández. Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología: BSAA, Año 1988, núm. 54, Varía de Arte, Universidad de Valladolid, pp. 425-427.

4 URREA FERNÁNDEZ, Jesús. Op. cit., p. 427.

 











La Virgen del Rosario en la iglesia de la Asunción de Tudela de Duero










GREGORIO FERNÁNDEZ. Virgen de las Candelas, 1623
Iglesia de San Lorenzo, Valladolid














Seguidores del modelo de la Virgen del Carmen de Gregorio Fernández
Izda: Virgen del Carmen, 1620-1630, convento de San José, Medina de Rioseco (Valladolid)
Centro: Virgen del Carmen, santuario del Carmen, Calahorra (La Rioja)
Dcha: Virgen del Carmen, iglesia de Santa Teresa, Ávila 












Anónimo. Virgen del Carmen, h. 1676
Santuario del Carmen Extramuros, Valladolid












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