3 de marzo de 2021

Excellentiam: RETABLO DE LA VIRGEN DEL PÓPULO, testigo de las transacciones comerciales en Medina del Campo













RETABLO DE LA VIRGEN DEL PÓPULO
Anónimo
Hacia 1520
Madera policromada
Museo de las Ferias, Medina del Campo (Valladolid)
Procedente de la Colegiata de San Antolín
Escultura renacentista española

 

 






     En el Museo de las Ferias de Medina del Campo se conserva un pequeño retablo renacentista que está presidido por una imagen de la Virgen con el Niño y que constituye una singularidad histórico-artística por ser testimonio de su funcionalidad en los ritos litúrgicos que se celebraban, en tiempos del emperador Carlos V, en la plaza que era escenario de las dos afamadas ferias medinenses que se celebraban anualmente. El retablo procede de la Colegiata de San Antolín, situada en la Plaza Mayor de la villa, donde recibía culto en una capilla exterior que con forma de balcón o tribuna se abre en su fachada con la finalidad de permitir el oficio de misas públicas los días de feria no festivos, para que los mercaderes pudiesen cumplir con el precepto religioso sin ausentarse de sus negocios. Esto la convierte en el antecedente más antiguo de las capillas abiertas conservadas, aquellas que dieron lugar a las "capillas de indios", ampliamente difundidas por iglesias de Hispanoamérica.


     Con esta finalidad, la capilla-balcón fue construida entre los años 1516 y 1523 siguiendo las disposiciones fundacionales dictadas el 15 de marzo de 1516 por Alonso García del Rincón, arcediano de Cuéllar, abad de Compludo (diócesis de Astorga), cuarto abad de la Colegiata y célebre por su significación en la Guerra de las Comunidades. Esta capilla exterior, autorizada según bula del año 1513 por el papa León X, suponía un segundo altar de la capilla que bajo la advocación de Nuestra Señora del Pópulo —aunque oficialmente dedicada a la Inmaculada Concepción— fue levantada en la cabecera de la nave del Evangelio de la Colegiata, con la que se comunica directamente por una escalera. Esta disposición se detalla en el documento fundacional: "En memoria la nuestra Santísima Concepción, en la dicha nuestra capilla se hagan… dos altares de esta manera: el uno, y más principal, que esté dentro de la misma capilla, y el otro altar segundo se haga en lo alto de la dicha capilla, metido en la pared de la mano izquierda, en la parte de fuera hacia la plaza, y este altar esté siempre bien hecho y ataviado con sus puertas y reja…"

     El retablo, tallado enteramente en madera de pino por un desconocido escultor hacia 1520, presenta una sencilla estructura de concepción plateresca, con un tablero ensamblado entre dos columnillas con fustes de extremos helicoidales y el centro decorado con formas vegetales en relieve, que presenta un arco ojival en cuyo interior se despliega un nimbo en relieve formado por rayos apocalípticos, con aspecto de llamas, que sirve de fondo a la imagen exenta de la Virgen del Pópulo, que descansa sobre una ménsula inferior decorada con un serafín con alas desplegadas. Otras dos cabezas de serafines se colocan en las enjutas del arco y remata la parte superior un pequeño friso con un discreto doselete central. El retablo se completa con una polsera formada por dos paneles laterales, decorados con grutescos en relieve y dispuestos a candelieri que proporcionan una gran riqueza decorativa al conjunto, que alcanza unas dimensiones de 192 cm de altura por 155 cm de anchura.

 

La Virgen de Pópulo

La escultura de la Virgen con el Niño que preside el retablo presenta un tamaño ligeramente inferior al natural —138 cm de altura— y sigue el modelo del icono bizantino del siglo VI de la Virgen del PópuloSalus Populi Romani— que recibe veneración en la basílica de Santa María la Mayor de Roma, con la Virgen erguida y sujetando al Niño en su brazo izquierdo. La imagen titular presenta estilemas en el tratamiento de las cabezas y los paños relacionados con las novedades artísticas llegadas de la Italia renacentista, lo que ha llevado a sugerir que posiblemente fuese una obra importada, pues su promotor, el abad Alonso García del Rincón, mantuvo estrechas relaciones con Italia, falleciendo en Roma en 1533.

La Virgen, cuya disposición frontal contrasta con la figura escorzada del Niño, viste una túnica larga con el cuello rematado por una cenefa y un ampuloso manto que le recubre por completo formando abundantes pliegues diagonales y con las características formas de "V" al frente, en todos casos con un tratamiento redondeado muy suave, ajeno a las bruscas aristas que prevalecían en la escultura hispanoflamenca de su tiempo. El manto cubre parcialmente su cabeza, bajo el que se aprecia una larga melena simétrica que le llega hasta el pecho y un rostro ovalado y carnoso con cejas arqueadas, ojos ligeramente rasgados, nariz larga y recta, boca pequeña con surco nasolabial y mentón y mejillas prominentes. Su mano derecha aparece mutilada, lo mismo que el espacio bajo los pies, donde mantiene las huellas de una luna creciente que en su día la identificaban como la Inmaculada Concepción en una época en que todavía no estaba consolidada su iconografía.

Balcón del Pópulo, Colegiata de San Antolín
Medina del Campo

       El airoso Niño, con idénticos rasgos faciales, viste una túnica de una pieza que le llega a los pies, presentando mutilaciones en ambas manos, aunque es posible sugerir que con la derecha otorgase su bendición y que en la izquierda sujetase un pequeño libro con las Sagradas Escrituras, siguiendo la iconografía convencional.

Como dato curioso, tras el manto de la Virgen y en la espalda del Niño, la escultura presenta rebajes con formas cajeadas que pudieron contener reliquias —que hacían furor en la época— o guardar algún documento con una intención que se nos escapa.  

Desgraciadamente, por la colocación del retablo a la intemperie, y por la extrema climatología de Medina del Campo, el conjunto ha perdido la mayor parte de su policromía, aunque se aprecian restos de las labores de estofados simulando brocados, de las carnaciones y de algunas partes doradas, como los cabellos, apreciándose en la restauración realizada en 2010 reiteradas intervenciones superpuestas en la policromía. Durante esta reciente intervención se aprovechó para hacer una réplica del retablo que fue colocada en la capilla-balcón de la Colegiata de San Antolín, mientras el original pasó a integrar los fondos del Museo de las Ferias, donde se puede admirar a corta distancia.

Colegiata de San Antolín, Plaza Mayor de la Hispanidad
Medina del Campo

       A modo de epílogo diremos que este fantástico retablo, que fue estudiado a fondo por José Ignacio Hernández Redondo en 1998, con motivo de su presentación en la exposición «Mercaderes y Cambistas», es la obra artística más directamente vinculada con las célebres ferias1 de Medina del Campo que se celebraban en los meses de mayo y octubre y que convirtieron a la villa, desde las últimas décadas del siglo XV, en la capital mercantil y financiera de Castilla. Asimismo, es una de las piezas iconográficas más originales entre las numerosas obras artísticas que atesora la Colegiata de San Antolín, cuya fachada se abre a la extensa Plaza Mayor de la Hispanidad y cuyo origen se debe a los deseos del monarca Fernando de Antequera, nacido en Medina del Campo en 1380, de dotar a su villa natal de una sede episcopal o colegial, hecho que se consumó en 1480 con Fernando el Católico, que retomando los deseos de su abuelo consiguió del papa Sixto IV la preceptiva bula que elevaba el templo a la categoría de colegiata, con un abad mitrado al frente. El templo sería reedificado, a partir de 1503, por Juan Ruiz de Medina, segundo abad de la Colegiata, obispo de Segovia y presidente de la Real Chancillería, que adquirió el patronato de la capilla mayor para convertirla en su panteón.

De esta manera, la Virgen del Pópulo fue testigo desde su balcón de algunos hechos excepcionales, como la aparición de la letra de cambio en las ferias medinenses o la quema de Medina del Campo en agosto de 1520 tras la sublevación comunera, movimiento al que Medina del Campo fue fiel hasta el final. El modelo del Balcón del Pópulo medinense fue imitado por el arzobispo Carrillo de Albornoz en el desaparecido convento de San Francisco de Valladolid, cuya fachada se abría igualmente a la Plaza Mayor de la ciudad, subsistiendo aún el modelo en iglesias y catedrales de Hispanoamérica. 

Informe y fotografías: J. M. Travieso.

 

NOTAS

1 Con la colocación del Balcón del Pópulo los cambistas y mercaderes podían adorar al Santísimo desde la plaza y las tiendas. Según la tradición, cuando cerraban un trato durante la celebración de la misa, estos se consideraban válidos y surtían efecto desde ese preciso momento.


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