LAS TENTACIONES DE SAN ANTONIO
ABAD
Jan Brueghel el Viejo (Bruselas,
1568 – Amberes, 1625)
Hacia 1604
Óleo sobre lienzo, 155 x 237 cm
Museo Nacional de Escultura,
Valladolid
Procedente de la Casa Pía de la
Aprobación de Santa María Magdalena, Valladolid
Pintura barroca flamenca
Magdalena de San Jerónimo había iniciado su actividad como dama de
corte, trasladándose a Madrid para ejercer como "dueña de cámara" de
la infanta Isabel Clara Eugenia, hija predilecta de Felipe II, a la que en 1598
el rey otorgó como dote los Países Bajos y el ducado de Borgoña ante su
inminente matrimonio con su primo hermano el archiduque Alberto de Austria,
nieto de Carlos V. En la toma de posesión de la infanta como soberana de los
Países Bajos, fue acompañada hasta Flandes por Magdalena de San Jerónimo, que
consiguió durante esta estancia una autorización especial del papa Clemente
VIII para recopilar un importante cargamento de reliquias procedentes de
conventos e iglesias de Colonia y Tréveris, así como un importante conjunto de
pinturas flamencas.
De aquellos tres lienzos conservados el más destacado es el de Las tentaciones de San Antonio Abad, una pintura que, siguiendo la estela de El Bosco, despliega una gran fantasía en una composición bulliciosa en la que seres fantásticos e infernales hostigan al santo eremita, que soporta los tormentos con paciencia.
El protagonista de este cuadro, que a pesar de ocupar el centro de la
pintura casi pasa desapercibido entre la maraña de seres fantásticos, es San
Antonio Abad, nacido el 12 de enero del año 251 en Comas, cerca de Heracleópolis Magna, en el Bajo Egipto,
durante el Imperio romano, que está considerado como el fundador del movimiento
eremítico cristiano. El relato de su vida, que primero fue transmitido por la
obra de San Atanasio y después exaltado por San Jerónimo, fue popularizado en
el siglo XIII por el dominico genovés Santiago de la Vorágine en La leyenda
dorada, donde se afirma que fue reiteradamente tentado por el demonio en el
desierto, tentaciones que se convertirían en un tema favorito de la iconografía
cristiana, sobre todo después de que en el siglo XI se fundara bajo su
advocación una orden hospitalaria. Como atributo suele aparecer acompañado de
una jabalina a la que, según la leyenda, curó de la ceguera junto a sus
jabatos, permaneciendo desde entonces junto a él y defendiéndole de otras
alimañas del desierto, y una campanilla.
Ocupando el centro aparece sentado San Antonio, que revestido de hábito
y caracterizado como un anciano de larga barba y cabellos canosos —según la
tradición alcanzó los 105 años de edad— que lee ensimismado sobre una mesa
colocada en el umbral de su refugio, cuya techumbre se arquea por el peso de
los seres infernales sobre ella encaramados. Sobre la mesa reposa la
campanilla, mientras debajo de ella dormita la jabalina, sus dos atributos
tradicionales.
En un plano más alejado y a menor escala se representa el tercer
episodio en la parte superior derecha, donde precedido por un cortejo de
demonios con camellos se divisa un paisaje en el que se distingue un río, una
ciudad en lontananza y un caserío en el que destaca una iglesia. En la parte
superior aparece San Antonio levitando hacia el cielo, mientras un violento grupo
de demonios trata de evitarlo agarrándole del hábito, de la oreja y
propinándole golpes, a los que se suman otros volátiles con forma de peces
amenazantes. Completando la escena, a las puertas de la iglesia se produce un
enfrentamiento, con un personaje que, encaramado a una escalera, en el ataque ha
prendido fuego al tejado.
Esta pintoresca pintura de tan notable calidad adolece de un deficiente estado de conservación, aunque en una restauración realizada en 1999 se recuperó su aspecto original, pues había sido objeto de numerosos retoques, haciendo más verosímil su atribución a Jan Brueghel el Viejo1, que lo podría haber realizado en Amberes o Bruselas, para satisfacer un encargo cortesano, poco antes de su traslado a Praga en 1604. Durante su estancia en la Casa Pía de la Aprobación de Santa María Magdalena, esta pintura fue copiada en 1605 por el vallisoletano Juan Pantoja de la Cruz2, pintor real que recibió el encargo de la reina Margarita de Austria y lo entregó a Hernando de Rojas, guardajoyas de la reina, perdiéndose desde entonces su rastro.
BREVE SEMBLANTE DEL PINTOR JAN BRUEGHEL EL VIEJO O BRUEGEL DE VELOURSEste pintor flamenco, nacido en Bruselas en 1568 en el seno de una
familia de grandes artistas, era hijo de Pieter Brueghel el Viejo, que murió
cuando era niño, y nieto de Pieter Coecke y de Mayken Verhulst Bessemers, su abuela
materna, que era miniaturista y que según la tradición fue su primera maestra,
a lo que siguió, según el tratadista Karel van Mander un aprendizaje junto a Pieter
Goetkind. En su obra decidió seguir un camino personal, sin repetir de forma
estereotipada los modelos de su padre, como hiciera su hermano Pieter Brueghel
II. Fue conocido como Brueghel de Velours (de Terciopelo) por su técnica
pictórica, siendo denominado por algunos tratadistas como Jan Brueghel el Viejo
para distinguirlo de su hijo Jan, que fue hábil discípulo y colaborador suyo.
Alcanzó un gran prestigio profesional y social durante su vida, teniendo
una pléyade de seguidores durante los siglos XVII y XVIII, aunque ninguno
alcanzó su perfección técnica.
Tras una estancia temporal en Praga en 1604, contactó con los
archiduques Alberto e Isabel Clara Eugenia, convirtiéndose, junto a Rubens, en
uno de sus pintores favoritos, llegando a ser pintor de cámara de los regentes
de los Países Bajos desde 1606 hasta su muerte. Cuando en 1618 los archiduques
visitaron Amberes, el municipio decidió regalarles una muestra de los doce
mejores pintores de la ciudad, siendo elegido Jan Brueghel como director del
proyecto. El regalo fueron dos grandes lienzos que representaban la alegoría de
los sentidos, en los que colaboraron Rubens y Frans Snyders. Réplicas de las
dos pinturas se conservan en el Museo del Prado con los títulos de La Vista
y El Olfato, que forman una serie con El Gusto, El Oído y El
Tacto, cuyos originales debieron sucumbir en el incendio del palacio de
Coudenberg en Bruselas en 1731.
El estilo de su primera época sigue la tradición del siglo XVI,
mostrando la influencia de los grandes maestros del paisaje, como Joachim
Patinir, Henri Met de Bles y Cornelis van Dalem, así como de los modelos de su
padre Pieter Bruegel el Viejo. Es en los primeros años del siglo XVII cuando
comienza a hacer innovaciones, siendo sus paisajes cada vez más realistas y
menos pintorescos, más llanos y con las líneas horizontales dominando las composiciones.
En la primera década del siglo ya ha consolidado su nuevo estilo en un
repertorio variado que mantendrá hasta su muerte.
Otras pinturas muestran la habilidad de Jan Brueghel para representar flores
y frutas que en forma de guirnaldas o festones enmarcan un medallón que en ocasiones
contiene un tema mitológico, como en Cibeles y las Estaciones (1615-1618),
o bien religioso, como en las versiones de Guirnalda con la Virgen y el Niño
de 1619 y 1621 — todas ellas en el Museo del Prado— donde destaca el dibujo
preciso y minucioso, las pinceladas menudas y el brillante colorido.
Jan Brueghel el Viejo murió en Amberes en 1625. La dinastía artística de los Brueghel continuó con dos de sus hijos: su primogénito, Jan Brueghel, el Joven, y Ambrosius Brueghel. A pesar de que fue enormemente imitado y copiado, su único alumno documentado fue el pintor de bodegones Daniel Seghers.
Pieter van der Heyden sobre dibujo de Pieter Brueghel el Viejo Tentaciones de San Antonio Abad, 1557, Biblioteca Real de Bélgica |
Informe y fotografías: J. M. Travieso.
El Bosco. Tríptico de las Tentaciones de San Antonio Abad, h.1500 Museu Nacional de Arte Antiga, Lisboa |
Notas
1 MARCOS VILLÁN, Miguel Ángel: Tentaciones de San Antonio Abad. Ficha catalográfica CE0879 en la Web del Museo Nacional de Escultura, CERES.es, Red Digital de Colecciones de Museos de España.
2 MARCOS VILLÁN, Miguel Ángel: Los lienzos de Flandes de la Casa Pía de la Aprobación de Valladolid: Pantoja de la Cruz, copista de Memling (?) y Brueghel de Velours. En: VV.AA. Conocer Valladolid 2019, XII Curso de patrimonio cultural, Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción, Ayuntamiento de Valladolid, 2021, pp. 199-219.
Jan Brueghel el Viejo Cristo en la tempestad del mar de Galilea, 1596 Museo Nacional Thyssen-Bornemisza, Madrid |
Jan Brueghel el Viejo (paisajes) y Hendrik de Clerck (figuras) La Abundancia y los Cuatro Elementos, 1606 y h.1615, Museo del Prado |
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