NIÑO JESÚS TRIUNFANTE
Felipe de Ribas (Córdoba, 1609 –
Sevilla, 1648)
Segundo cuarto siglo XVII
Madera policromada
Santuario del Carmen Extramuros,
Valladolid
Escultura barroca. Escuela sevillana
Aunque fue un fenómeno generalizado, en España este tipo de
representaciones fueron especialmente populares en territorio andaluz, donde
los escultores comenzaron a realizar de forma masiva la singular iconografía
del sagrado niño, siendo el jienense Juan Martínez Montañés el que
consiguió establecer en Sevilla los modelos de mayor calidad, basados en el
perfeccionismo formal y la energía infantil, creando modelos con atractivos
rasgos faciales y un personal tratamiento de los cabellos, destacando el Niño Jesús Triunfante tallado en 1606 para la parroquia del Sagrario de Sevilla.
En el panorama sevillano de la primera mitad del siglo XVII, una
síntesis estilística de los modelos de Martínez Montañés y Juan de Arce caracterizaría
el modelo aportado por el cordobés Felipe de Ribas, al que corresponde
este Niño Jesús del santuario del Carmen Extramuros de Valladolid, cuyas
rasgos formales se repiten miméticamente en el magnífico ejemplar que guarda el
Museo Nacional de Escultura de Valladolid —de procedencia desconocida—, en el
conservado en la iglesia de San Pedro de Montijo (Badajoz) o en el de la
Hermandad del Valle con sede en la iglesia de la Anunciación de Sevilla, siguiendo
un modelo que parece directamente inspirado en el Dulce Nombre de Jesús,
escultura realizada por Jerónimo Hernández hacia 1582 para la capilla de
la misma advocación, alumbrada por la Cofradía de la Quinta Angustia en la parroquia
de Santa María Magdalena de Sevilla.
La cabeza se coloca ligeramente ladeada, con frente despejada, boca pequeña y barbilla poco pronunciada. Un recurso característico en el escultor son los dedos largos y delicados, así como un cabello voluminoso que cae en forma de gruesos mechones que producen pronunciados bucles junto a las orejas, con una expresión facial ensimismada y una mirada melancólica que prefiguran los futuros sufrimientos de la Pasión, en cuyo desenlace triunfará sobre la muerte, lo que convierte a la elegante figura infantil en una alusión directa a la celebración de la Resurrección.
EN TORNO AL ESCULTOR FELIPE DE RIBASNacido en Córdoba en 1609, Felipe de Ribas fue uno de los grandes
renovadores de la escultura y la traza de retablos en Sevilla y Córdoba a
partir de la segunda década del siglo XVII.
Desplazado a Sevilla, centro neurálgico andaluz en aquel tiempo, entre
1621 y 1625 realizó su formación junto a Juan de Mesa. Tras regresar a Córdoba por
un periodo de cinco años para hacer frente a una crisis familiar, se trasladó
de nuevo a Sevilla para trabajar en el estudio de Alonso Cano al comenzar la
década de 1630. Juan de Mesa había muerto en 1627 y Martínez Montañés, ya
anciano, culminaba el proceso de evolución estilística desde el manierismo al
naturalismo barroco, proceso compartido por el escultor Francisco de Ocampo. Un
hecho decisivo fue la llegada a Sevilla en 1636 del escultor flamenco José de
Arce, que con una obra directamente inspirada en Bernini y Rubens y recogiendo
el refinamiento emocional del escultor flamenco François Duquesnoy, supuso la penetración
en Sevilla de las fórmulas del barroquismo pleno, por entonces contrapuesto al
estilo de Alonso Cano.
Para la realización de sus contratos, Felipe de Ribas, arquitecto de
retablos y escultor, trabajó con frecuencia en colaboración con sus dos
hermanos: el ensamblador y también
escultor Francisco Dionisio de Ribas, igualmente autor de una buena serie de
imágenes del Niño Jesús que siguen unos estilemas similares, y Gaspar de Ribas,
pintor y maestro dorador.
Felipe de Ribas fue autor de una copiosa obra distribuida por Sevilla y su zona de influencia. Entre su producción se encuentra el retablo dedicado a San Juan Bautista en el monasterio sevillano de Santa Paula, realizado en 1637 y en cuya hornacina central se encuentra la imagen de San Juan Bautista salida de las gubias de Martínez Montañés, sobre la que aparece un fantástico relieve del Bautismo de Cristo elaborado por Felipe de Ribas. Para la misma iglesia hizo el retablo del Santo Cristo, cuya imagen titular se atribuye a Pedro Millán.
Felipe de Ribas. Niño Jesús, 2º cuarto s. XVII Museo Nacional de Escultura, Valladolid |
En cuanto a las imágenes aisladas, es destacable el Nazareno de la
Misericordia, tallado en 1641 y convertido en la imagen titular de la
Hermandad de las Siete Palabras de Sevilla, con sede en la iglesia de San Vicente
Mártir. Felipe de Ribas también fue autor del Nazareno de la Salud,
perteneciente a la Hermandad Sacramental de San Pedro de Sevilla, siéndole
atribuido el magnífico Ecce Homo que se conserva en la capilla del
Cristo de la Buena Muerte de la Real Colegiata de San Hipólito de Córdoba.
Felipe de Ribas. Niño Jesús, 2º cuarto s. XVII Iglesia de San Pedro, Montijo (Badajoz) |
Informe y
fotografías: J. M. Travieso.
Felipe de Ribas. Niño Jesús, 2º cuarto s. XVII Hermandad del Valle, iglesia de la Anunciación, Sevilla |
Jerónimo Hernández. Niño Jesús, 1582 Iglesia de Santa María Magdalena, Sevilla |
José de Arce. Niño Jesús Museo del Santo Ángel, Sevilla |
Felipe de Ribas. Anunciación, 1638 Procedente del Convento de la Concepción, Lebrija Actualmente en colección particular |
ALGUNAS OBRAS DE FELIPE DE RIBAS
Felipe de Ribas Izda: Retablo del monasterio de San Clemente, 1639-1657, Sevilla Dcha: Retablo de la iglesia de San Pedro, 1641-1647, Sevilla |
Felipe de Ribas. Cristo de la Divina Misericordia Hermandad de las Siete Palabras, iglesia de San Vicente Mártir, Sevilla |
Felipe de Ribas. Jesús de la Salud Hermandad Sacramental de San Pedro, Sevilla (Foto Daniel Salvador) |
Felipe de Ribas (Atribución). Ecce Homo Real Colegiata de San Hipólito, Córdoba |
Francisco Dionisio de Ribas. Imágenes del Niño Jesús Izda: Hacia 1645, Hispanic Society of America, Nueva York Centro: Mercado del arte / Dcha: Hacia 1650, Museo de Bellas Artes de Sevilla |
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