1 de diciembre de 2011

Fastiginia: MUNDIAL DE FÚTBOL 1982, cuando treinta años no es nada


Estampas y recuerdos de Valladolid

     Entre el 13 de junio y el 11 de julio de 1982 se celebró en España la Copa del Mundo de Fútbol, conocida popularmente como el Mundial 82, entre cuyas sedes se encontraba Valladolid, ciudad que cuenta con un histórico equipo, fundado en 1928, que conoció glorias en Primera División, aunque en la actualidad no pase por sus mejores momentos. Para los seguidores del "Pucela" y los colores blancovioletas, aquel acontecimiento tuvo una especial importancia, ya que para tal celebración se construyó, siguiendo un proyecto de Ricardo Soria, el "Nuevo Estadio Municipal José Zorrilla", con capacidad para 26.512 espectadores sentados.

     Bajo los auspicios de la FIFA, el acontecimiento fue publicitado en cada una de las catorce sedes con carteles realizados por la Galería de Arte Margth de París, que encargó su diseño a reconocidos artistas internacionales, correspondiendo a Valladolid una obra del artista yugoslavo Vladimir Velickovic, que con su peculiar estilo plástico venía a representar lo que definía su lema: "Unas tijeras".
     Aunque ya han pasado casi treinta años, muchos vallisoletanos recuerdan la imagen del cartel, pero desconocen la identidad de su autor. Como el evento ha pasado a formar parte de la historia de la ciudad, creemos conveniente revisar una serie de datos básicos.

     Vladimir Velickovic nació en 1935 en Belgrado, actual capital de la República de Serbia, por entonces integrante de Yugoslavia. Aunque se graduó en Arquitectura, se decantó por su vocación pictórica, iniciando su actividad primero en Belgrado y después en Zagreb. En 1965 recibió el Premio de la Bienal de París, ciudad donde se asentaría un año después. Allí es donde realiza en 1982 el cartel destinado a Valladolid, tras lo cual ejercería la dirección de un taller de la Escuela de Bellas Artes de París, cargo que desempeñó hasta el año 2000.

     Sus trabajos se caracterizan por un tipo de figurativismo especialmente fuerte y brutal en el que aparecen con frecuencia hombres y animales sufrientes, sobre todo ratas y perros, con los cuerpos contorsionados de dolor, presos de terror. En su paleta predomina el color negro salpicado por tonalidades carnosas y sanguíneas con la intención de expresar las atrocidades de las que fue testigo, sobre todo en Belgrado, su ciudad natal, durante la Segunda Guerra Mundial. La presencia de sus "lesionados" y de la muerte es una constante en su obra y define su búsqueda autobiográfica, que intenta dejar una "cicatriz" de la violencia humana en el espectador que contempla su obra.

     La misma dureza quedó plasmada en la escena futbolística que anunció la sede de Valladolid, cuyo flamante estadio acogió los encuentros entre Francia, Checoslovaquia y Kuwait, integrantes del grupo D, en cuyo desarrollo ocurrieron infinidad de anécdotas curiosas. La más destacada la protagonizada por el jeque Fahid Al Ahmad Al Sabah, hermano del emir de Kuwait, que no estando de acuerdo con una decisión del árbitro llegó a bajar al césped y consiguió eliminar un gol, imponiendo su criterio en el enfrentamiento de su país contra Francia, suceso que costó al árbitro soviético Miroslav Stupar su futuro profesional.

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