27 de febrero de 2020

Visita virtual: CRISTO CRUCIFICADO, una inconfundible expresión melancólica













CRISTO CRUCIFICADO
Alejo de Vahia (Renania? - Becerril de Campos, Palencia, 1515)
Activo entre 1480 y 1515
Realizado en el periodo 1485-1490
Madera policromada
Museo Iglesia de Santa María, Becerril de Campos (Palencia)
Escultura tardogótica castellana













Uno de los escultores góticos más interesantes en Castilla fue Alejo de Vahía, autor de una prolífica obra que abarca, tanto en piedra como madera, la realización de relieves, esculturas exentas, sillerías de coro, sepulcros y púlpitos, siempre con un inconfundible sello personal.
De origen nórdico, se desconocen los datos biográficos anteriores al establecimiento de su taller, hacia 1480, en la población palentina de Becerril de Campos. En una ápoca decantada por el gusto hispano-flamenco, allí produciría una abundante producción de obras religiosas que quedaría repartida por diversas poblaciones de Palencia y Valladolid (por entonces dependiente de la diócesis palentina), incluyendo pueblos zamoranos y la catedral de Oviedo.

La identificación en su obra de rasgos propios de la escultura gótica tardía realizada en talleres de Limburgo, del Bajo Rin o de Westfalia, induce a pensar en su procedencia germánica, desde donde llegaría a España plenamente formado y desarrollando un estilo personal muy definido, caracterizado por el envaramiento de las actitudes, la definición de los volúmenes con agudas aristas lineales, esquematismo anatómico, convencionalismo de las expresiones y delicadeza en la gestualidad, siendo constante en los rostros el uso unas veces de esquemas ovalados, alargados y de finas facciones, y otras veces con formas más redondeadas y achatadas, siempre con ojos rasgados y caídos hacia los lados, nariz afilada, la comisura de la boca bien perfilada y un peculiar trabajo de barbas y cabellos, en general dispuestos de forma simétrica, prevaleciendo en las figuras un aspecto ensimismado y melancólico y reflejando un dramatismo atemperado.

Dentro de la producción de este escultor, la realización de la figura de Cristo crucificado ocupa un lugar importante, pues se llegan a contabilizar en más de veinticinco los ejemplares conservados, lo que supone su iconografía más repetida. Una clasificación de esta tipología ha sido estudiada por Clementina Julia Ara Gil1, igualmente autora de dar a conocer la definición de la personalidad del escultor y del amplio catálogo de sus obras2.

Rasgos propios del siglo XV en la configuración de la iconografía del crucifijo son el presentar una gruesa corona de espinas tallada con el cabello, el mostrar la cabeza ligeramente inclinada sobre el hombro derecho, la disposición de los brazos casi horizontales, apenas elevados sobre la cabeza, el cuerpo vertical y alargado —sin la proyección delantera de las rodillas— y la colocación de los pies cruzados y girados hacia adentro, así como un perizonium que se acorta sensiblemente respecto a los modelos del siglo XIV y se ciñe a la cadera en forma de banda cruzada, en ocasiones con anudamientos laterales, lo que proporciona a la figura una forma de huso. A estos parámetros, con sus propias peculiaridades, responden los modelos de Alejo de Vahia.  

Entre ellos se aprecian ligeras variantes, cuyas diferencias radican en la disposición del cabello, el tratamiento anatómico y el modo en que el perizonium se ciñe a las caderas, siendo este último elemento el que marca las diferencias más determinantes entre los distintos ejemplares por tallados por este escultor, en unos casos con el paño cruzado cayendo desde los lados y en otros rodeando el cuerpo horizontalmente con pliegues estrechos, en ambos casos anudado a un costado y con la caída vertical de uno de los extremos.

Hoy fijamos nuestra atención en el ejemplar de Cristo crucificado que se conserva en el Museo Iglesia de Santa María de Becerril de Campos, que puede considerarse como el arquetipo de los modelos más antiguos realizados por Alejo de Vahia, que Ara Gil clasifica dentro del grupo de "los crucifijos con el perizonium cruzado", un recurso estilístico utilizado en el arte flamenco desde la primera mitad del siglo XV y adoptado en Castilla en los modelos realizados antes de 1500, siendo los realizados por Alejo de Vahia con esta característica el grupo más numeroso y más antiguo de los que salieran de su taller, recibiendo el tratamiento del perizonium ligeras variantes a lo largo de su producción.

Como es habitual en estas representaciones del escultor, este crucifijo, de tamaño natural —1,82 m. de altura—, presenta un escaso nivel de dramatismo, con apenas un tenue gesto de dolor en los rasgos estereotipados del rostro, especialmente por la forma de los ojos, entreabiertos, rasgados y caídos, la nariz recta y las cejas arqueadas, al tiempo que el rictus de la boca, que casi sugiere una sonrisa, contribuye a una gestualidad serena y llena de dulzura. Igualmente, este crucifijo ofrece otra constante en la iconografía de Alejo de Vahia para este primer grupo, consistente en la caída vertical de una parte de la melena por delante del hombro derecho, mientras que en el lado izquierdo el cabello se dirige hacia atrás, dejando visible el hombro, disposición que cambiará en sus últimos crucifijos, donde la melena caerá verticalmente, a los lados de la cabeza, en forma de mechones simétricos.
Siguiendo la costumbre de la época, la corona de espinas aparece tallada en el mismo bloque que el cabello, en este caso con dos ramas entrelazadas a las que se incorporan afiladas espinas.    

Por su parte, la descripción anatómica presenta un acusado rigor esquemático, a pesar de la búsqueda de una representación naturalista en articulaciones —hombros muy pronunciados—, huesos —costillas resaltadas— y músculos, que en los brazos definen un característico surco horizontal en forma de "Y", ofreciendo un tórax abultado y dos pliegues verticales que definen el vientre en el abdomen. Característico es también el perfil curvilíneo de la espalda, el estrechamiento de la cintura, las caderas redondeadas y el vientre prominente, así como la definición de las rótulas de las rodillas, las tibias marcadas en arista y la colocación de los pies cruzados en rotación interna, siempre con el pie derecho remontando el izquierdo. En su conjunto, el tratamiento anatómico es ajeno a los toques naturalistas que en la época se comenzaban a aplicar por influencia de los postulados renacentistas.

Respecto al perizonium, este adopta la forma de una banda ceñida y cruzada en la cintura y parte de las piernas, ofreciendo al frente el característico borde superior en forma de "V" y en el costado derecho un cabo del paño cayendo en vertical de forma muy simple, en este ejemplar con modificaciones posteriores por añadidos postizos de tela encolada. La simulación del paño queda resuelta mediante finos plegados oblicuos, de aristas afiladas, que se ajustan al cuerpo, recordando la técnica de "paños mojados".
Alejo de Vahia. Cristo crucificado, 1485-1492, Museo Marés, Barcelona
(Foto Museo Marés)
Asimismo, y como es habitual, el madero de la cruz presenta un acabado liso, en este caso sin conservar la cartela del INRI.

Este Cristo crucificado de Becerril de Campos supone una obra de referencia en la producción temprana del escultor, que desde pocos años antes había instalado su taller en dicha población, ofreciendo en el tratamiento esquemático de su anatomía un estilo relacionado con las tallas que Alejo de Vahia realizara para el retablo de la iglesia de Santa María de esa población, en cuya composición contó con la colaboración del pintor Pedro Berruguete, en un periodo comprendido entre 1485 y 1490, lo que permite datar el crucifijo en ese periodo, previo a la hispanización de su estilo y su evolución hacia un tratamiento más suave de las formas.

Grandes similitudes con este crucifijo presenta el que se conserva en el Museo Marés de Barcelona.


Informe y fotografías: J. M. Travieso.





Alejo de Vahia. Arcángeles San Gabriel y San Miguel, finales siglo XV
Museo Iglesia de Santa María, Becerril de Campos (Palencia)
NOTAS

1 ARA GIL, Clementina Julia: Los crucifijos de Alejo de Vahia, aproximación a una clasificación tipológico-cronológica. Boletín de la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción (BRAC) nº 47, Valladolid, 2012, pp. 9-24.

2 ARA GIL, Clementina Julia: En torno al escultor Alejo de Vahía (1490-1510). Ediciones Universidad de Valladolid, 1974.










Alejo de Vahia. Virgen con el Niño y apóstoles, finales siglo XV
Museo Iglesia de Santa María, Becerril de Campos (Palencia)

















Alejo de Vahia. Los Cuatro Evangelistas, finales siglo XV
Museo Iglesia de Santa María, Becerril de Campos (Palencia)
















Alejo de Vahia. Padre Eterno, hacia 1500
Museo Iglesia de Santa María, Becerril de Campos (Palencia)
















Alejo de Vahia. Cristo crucificado, periodo 1492-1500
Museo Iglesia de Santa María, Becerril de Campos (Palencia)
















Alejo de Vahia. Detalle de Cristo crucificado, periodo 1492-1500
Museo Iglesia de Santa María, Becerril de Campos (Palencia)













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