4 de noviembre de 2020

Pie memoriae: EL MILAGRO DE LAS RANAS, un exvoto para la memoria en Arrabal de Portillo
















EL MILAGRO DE LAS RANAS
Iglesia de San Juan Evangelista
Arrabal de Portillo (Valladolid)
















Adentrándonos en el campo de las curiosidades históricas y religiosas de nuestra tierra, algunas realmente sorprendentes, hoy fijamos nuestra atención en la población vallisoletana de Arrabal de Portillo, donde en fecha imprecisa se creó la Cofradía Sacramental y de Ánimas, cuya finalidad era la de honrar al Santísimo Sacramento y dar culto a las benditas ánimas del Purgatorio. La creación de dicha Cofradía tuvo su origen en la celebración de un acto de desagravio tras producirse el robo sacrílego de hostias consagradas, al que siguió, según la leyenda piadosa, un curioso hecho milagroso que nunca fue olvidado y que fue protagonizado por las ranas de un arroyo de este pueblo, desde entonces denominado arroyo del Corpus.

Si de dicho milagro se conocen todos los detalles, no ocurre lo mismo con la fecha concreta en que se produjo, al que siguió la fundación de la Cofradía, aunque es posible que ocurriera en 1520, ya que en la iglesia parroquial de Arrabal de Portillo se conserva un cuadro manuscrito que recuerda la celebración solemne, en los días 12 y 13 de junio de 1920, del cuarto centenario de la fundación canónica de la Cofradía Sacramental y de Ánimas, a la que siguió la construcción de la desaparecida ermita del Corpus Christi, donde fue venerado el Cristo de las Injurias hasta su traslado en el siglo XVIII a la ermita del Ecce Homo, vecina a la iglesia de San Juan Evangelista.

La memoria histórico-piadosa de Arrabal de Portillo quedó plasmada en el siglo XVIII en un pequeño retablo que fue colocado en la ermita del Ecce Homo y que muestra una pintura, de autor anónimo y factura popular, en la que se representan los pormenores del singular milagro. Bajo la pintura, en una cartela escrita a dos columnas, se narran con detalle los hechos ocurridos. Su transcripción es la siguiente:
"En el rigor del invierno, una noche que había nevado, un hombre entró en la iglesia del Arrabal de Portillo, abrió la Custodia y hurtó el copón con las formas, y a distancia de un tiro de bala, echó las formas en el arroyo que pasa por dicho Arrabal, y procurando huir, no pudo pasar de junto a un peral que había inmediato. Y pasando un arriero con su recua oyó cantar las ranas con mucho ruido, y causando admiración por ser el tiempo tan contrario, se arrimó al arroyo y vio en el agua las formas y alrededor un cerco de ranas que no dejaban de cantar. Dio parte a la justicia y al cura del dicho Arrabal, se prendió al ladrón y con toda la reverencia se recogieron dichas formas y volvieron a la iglesia. Y en dicho sitio se edificó una ermita con el nombre del Corpus Christi, y en ella se venera la imagen del bendito Cristo de las Injurias.
Se renovó año de MD..."

De acuerdo a esta narración, en la pintura aparece en primer plano el arroyo en el que destaca un grupo de ranas croando y dispuestas en círculo, a modo de coro, en torno al grupo de hostias que, lanzadas por el autor del sacrilegio, flotan sobre las aguas. Arrodillado en la orilla, vestido con ropas litúrgicas, se identifica al cura de Arrabal, que se dispone a recoger las hostias acompañado de acólitos que sujetan faroles y velas. Junto a él se encuentra el representante de la justicia y un grupo de personajes que observan asombrados el milagro. En la parte izquierda, acompañado de sus mulas cargadas y de un joven ayudante, se halla el arriero que escuchó el canto de las ranas y dio el aviso. Para completar la secuencia, la pintura se completa en la parte superior con una representación del caserío de Arrabal, hacia cuya iglesia se dirige una procesión con las hostias tras ser rescatadas del arroyo.

El retablo que cobija la pintura, de trazado neoclásico y elementos decorativos  rococós, ha sido restaurado recientemente y trasladado en 2018 a la nave de la epístola de la monumental iglesia portillana de San Juan Evangelista, donde fue bendecido por el actual Cardenal Arzobispo de Valladolid. En su nueva ubicación aparece custodiado por otros dedicados a San Isidro Labrador y San Antonio de Padua, estando rematado en su parte superior por un crucifijo gótico de la primera mitad del siglo XIV (catalogado por C.J. Ara Gil), que rememora al Cristo de las Injurias que siempre estuvo colocado junto a la pintura.

Todos estos elementos se engloban en las tradiciones religiosas que en tiempos pasados se localizaban en el ámbito rural, que en este curioso caso de las ranas cantoras dio lugar a la celebración de una popular procesión del Corpus, celebrada el domingo siguiente al Jueves de Corpus, con presencia de danzantes, que todavía tiene vigencia por mantenerse activa la Cofradía Sacramental y de Ánimas, que entre sus prerrogativas mantiene el derecho a tocar las campanas, en recuerdo de los hermanos difuntos, hasta la medianoche del segundo domingo de noviembre, interviniendo en las procesiones del jueves y viernes santo y organizando en cada ocasión cultos y diferentes convocatorias gastronómico-festivas.  


Informe y fotografías: J. M. Travieso.































































Interior de la iglesia de San Juan Evangelista, Arrabal de Portillo
















Exterior de la iglesia de San Juan Evangelista, Arrabal de Portillo
















Ermita o capilla del Ecce Homo, Arrabal de Portillo

















Fiesta del Corpus, ermita del Ecce Homo, Arrabal de Portillo













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