18 de noviembre de 2020

Visita virtual: PUPPY, una mascota colosal como icono pop de Bilbao














PUPPY
Jeff Koons (York, Pensilvania, 1955)
1992
Acero inoxidable, sustrato y plantas en floración
1240 x 1240 x 820 cm
Museo Guggenheim, Bilbao
Escultura contemporánea. Arte pop








Puppy, escultura viva convertida en icono del Bilbao actual, es una de las obras más emblemáticas de la colección del Museo Guggenheim de esta ciudad. Fue creada en 1992 por el artista norteamericano Jeff Koons para ser colocada en un castillo situado a cincuenta kilómetros de Kassel, coincidiendo con la celebración en esta ciudad alemana de la "documenta", una de las exposiciones de arte contemporáneo más importantes del mundo. La peculiar escultura causó auténtica sensación a pesar de no participar en aquel evento artístico. Después la obra no pudo conservarse por tener un armazón de madera y tuvo que ser renovada con una estructura de acero inoxidable, tal y como se muestra actualmente, para su posterior presentación en el exterior del Museo de Arte Contemporáneo de Sidney, siendo trasladada en octubre de 1997 al Museo Guggenheim de Bilbao, poco antes de su inauguración, que ya la había adquirido para formar parte de los fondos del museo.

La obra fue creada en una época controvertida en la trayectoria de Jeff Koons, que ya era conocido por las icónicas piezas de la serie Banalidad. El año anterior había presentado una serie de pinturas, esculturas y fotografías titulada Made in heaven (Hecho en el cielo), en la que mostraba al artista y su pareja, la actriz Ilona Staller, más conocida como Cicciolina, como unos modernos Adán y Eva, serie que fue clamorosamente denostada y vituperada por la crítica americana. Sin embargo en 1992, dando continuidad a ese adverso momento, hizo su aparición Puppy, que se convirtió en la gran estrella durante la citada celebración en Kassel.

La escultura es de dimensiones colosales —12 metros de altura— y representa un cachorro de perro de la raza West Highland terrier, cuyo origen se encuentra en una pequeña escultura de madera de un perrito terrier de pelo blanco que había realizado en 1991, sobre el que Jeff Koons, en base a su interés por la escala y la monumentalidad, ideó convertir en escultura gigante, empleando un sofisticado modelo de ordenador para establecer una original escultura orgánica en la que fusiona una iconografía edulcorada de amable cachorro con el tratamiento de un jardín clásico europeo del siglo XVIII, esto es, un monumento al sentimentalismo.

Puppy está compuesto por un armazón metálico de acero inoxidable —de 15 toneladas de peso—, que como una gigantesca cápsula adopta la forma de un "Caballo de Troya", con un amplio interior al que se accede por una puerta trasera y en el que se desarrolla el sistema de riego controlado por ordenador. La superficie está recubierta por un mallazo metálico que soporta la tierra y una tela geotextil que mantiene la turba y favorece el crecimiento de las plantas, admitiendo sobre su superficie hasta 38.000 macetas florales regadas por imperceptibles varillas de riego por aspersión.  Las plantas son renovadas dos veces al año para adaptarlas a las condiciones climáticas, durante la temporada de primavera-verano (begonias, alegrías, lobelias, petunias y claveles) y la de otoño-invierno (pensamientos resistentes al frío). La figura del perro sólo presenta una zona sin flores en la papada, donde son colocadas plantas de hiedra que crecen hacia abajo. Estas características la convierten en la escultura floral más grande del mundo.


Con esta original escultura el artista quiere transmitir cómo el hombre intenta controlar la naturaleza sin conseguirlo, pues, al tratarse de una superficie viva, el aspecto se descontrola afectando a colores y dibujos, con lo que la escultura adquiere matices permanentemente cambiantes por su continuo crecimiento. Este hallazgo estético proporciona al arte pop de una dimensión que hasta entonces no tenía.
En este sentido, hay que reseñar que Jeff Koons no sólo se limitó a diseñar la figura, su estructura y el sistema de riego, sino que también realizó el diseño de los dibujos que forman las flores, cuyos cíclicos cambios realizados por el Museo Guggenheim, respecto al tipo de flores y dibujos, deben ser aprobados por él, lo mismo que cualquier otro problema planteado por el revestimiento floral.

La escultura de Puppy, de aspecto paradójicamente contenido y cambiante al mismo tiempo, yuxtapone referencias elitistas a otras de la cultura popular, poniendo de manifiesto el deseo del artista de que la finalidad de esta escultura pública sea la de atraer, suscitar optimismo e infundir confianza y seguridad como guardián a las puertas del Guggenheim, causando en los espectadores admiración y alegría al irradiar positividad, motivo por el que es especialmente atractiva para los niños. No en vano el enfoque del trabajo artístico de Jeff Koons viene marcado por las fiestas que conoció durante su infancia en su ciudad natal de York, donde participaba del entusiasmo colectivo que producían los globos y los desfiles de carrozas de flores, lo que se traduce en esta obra en la fusión del pasado y el presente del autor.


Informe y fotografías: J. M. Travieso.











































(Foto Wikipedia)
















Jeff Koons, Terrier, madera, 1991



















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