Alejandro Carnicero (Íscar, Valladolid, 1693 - Madrid, 1756)
Hacia 1736
Madera policromada
Iglesia de los Santos Juanes, Nava del Rey (Valladolid)
Cofradía del Señor de la Buena Muerte de Nava del Rey
Escultura tardobarroca castellana
Ahora vamos a referirnos a la magnífica escultura de un Cristo crucificado que bajo la advocación de Señor de la Buena Muerte se conserva en la iglesia de los Santos Juanes de Nava del Rey, del cual, aunque no existe documentación que lo avale, pienso que es acertada su atribución a Alejandro Carnicero, siguiendo un criterio basado tanto en razones estilísticas como circunstanciales que más adelante serán expuestas.
EL POLIFACÉTICO ALEJANDRO CARNICERO
Ceán Bermúdez apunta, en su Diccionario de los más ilustres profesores de las Bellas Artes en España (publicado en Madrid en 1800), que entre los años 1712 y 1716 colaboró con su maestro José de Larra realizando unos relieves del retablo mayor de la Catedral de Zamora. Esta colaboración se repetiría entre 1714 y 1719 en la realización de unos medallones pétreos para las enjutas de los arcos y las paredes altas de la capilla mayor y el crucero de la Catedral Nueva de Salamanca, donde José de Larra dirigió un equipo formado por Francisco Antonio Martínez de la Fuente, Francisco Esteban, Alonso Rodríguez y Alejandro Carnicero, que dieron forma a diez medallones pétreos colocados en el exterior y cuarenta y ocho en el interior, de los cuales los que representan a San Jerónimo, San Gregorio, San Agustín y San Ambrosio correspondieron a Carnicero. Desde 1719 a 1726 son pocas las noticias del artista, que comienza a trabajar independizado de su maestro, con el que, no obstante, mantiene sus colaboraciones.
A partir de 1723 reaparece en Salamanca, donde realiza los grabados de San Pedro de Alcántara y San Andrés Avelino, en cuya firma se identifica como escultor. En 1724 vuelve a colaborar con José de Larra en el equipo dedicado a realizar el coro de la Catedral Nueva de Salamanca, obra dirigida por Alberto Churriguera, para el que realiza los tableros de San Lucas y San Marcos, los del mayor calidad del conjunto. Su primera obra escultórica es una Virgen del Rosario que elabora en 1726 para la desaparecida parroquia salmantina de San Román.
Entre 1724 y 1727 Alejandro Carnicero realiza en Salamanca los pasos procesionales de la Flagelación o Los Azotes (del que se conserva un dibujo preparatorio en la Biblioteca Nacional de Madrid) y La Caña, a petición de Manuel Francisco Pérez de Parada, mayordomo de la Cofradía de la Vera Cruz, en los que manifiesta su dependencia de los modelos creados por Gregorio Fernández en Valladolid, influencia que se repite en otras de sus obras. El 20 de abril de 1727 recibe el hábito de Terciario Carmelita, siendo nombrado el 7 de diciembre maestro de novicios. Ese año realizaba un San Miguel Arcángel para la parroquia de Santa María de Alaejos (Valladolid).
Entre 1730 y 1735 Alejandro Carnicero acomete una de sus obras más originales: 21 medallones para el denominado Pabellón Real y 20 para el Pabellón de los Conquistadores de la Plaza Mayor de Salamanca, comenzada a construir por Alberto Churriguera. Colocados en las enjutas de los arcos de los soportales, representan a Reyes y Conquistadores de la historia de España, todos con su cartela acreditativa.
Según Ceán Bermúdez, en 1736 realizaba la formidable escultura de San Miguel Arcángel para el Hospital de San Miguel de Nava del Rey (Valladolid), actualmente depositada en la iglesia de los Santos Juanes de esa población, contratando ese mismo año un San Martín partiendo su capa con un pobre para la parroquia de Cogeces de Íscar, como imagen titular de la cofradía allí existente. Asimismo, Martín González atribuye a Alejandro Carnicero la Piedad que corona el Retablo de la Buena Muerte de la iglesia de San Miguel de Valladolid (antigua Casa Profesa de la Compañía de Jesús), que habría sido realizada entre 1737 y 1738 y cuyo modelo repetiría diez años más tarde en el retablo mayor de la Catedral de la Asunción de Coria (Cáceres). Obra de Carnicero es igualmente el San Juan Nepomuceno que se conserva en la vallisoletana iglesia de San Miguel, que procede de la desaparecida iglesia de San Julián4, lo mismo que la Virgen de la Compasión, actualmente en el Santuario Nacional de la Gran Promesa de Valladolid.
Paso procesional del Señor de la Buena Muerte Iglesia de los Santos Juanes, Nava del Rey (Valladolid) |
Durante la década de los cuarenta aparece por un tiempo documentado en Murcia, aunque en 1745 estaba de nuevo en Salamanca, donde en noviembre de ese año su tercera mujer, Manuela Mancio (antes había estado casado con Feliciana y Manuela de Leguina), tuvo a su hija Francisca Cecilia, que debió morir prematuramente. Con Manuela Mancio, natural de Valladolid, tuvo en enero de 1748 a Antonio Nicanor, su cuarto hijo. Por esos años fue fundador y hermano mayor de una cofradía de pintores y escultores que tenía su sede en la iglesia salmantina de San Adrián.
Alejandro Carnicero. Grabado de la Virgen de los Cuchillos, 1719 Plancha Museo Nacional de Escultura, Valladolid |
Alejandro Carnicero moría en Madrid el 6 de octubre de 1756, a los 63 años de edad. Su partida de defunción y su testamento fueron publicados por el Marqués de Saltillo. Por su prolífica y variada obra se convirtió en el representante más destacado de la escuela escultórica salmantina de la primera mitad del siglo XVIII. De sus cuatro hijos, Gregorio e Isidro también fueron escultores, Antonio llegó a ser pintor de cámara y José se dedicó al grabado, siguiendo la senda de su padre.
EL SEÑOR DE LA BUENA MUERTE
La rotunda imagen del Señor de la Buena Muerte, que se conserva en la iglesia de los Santos Juanes de Nava del Rey, procede del patrimonio del antiguo Hospital de San Miguel, en cuya iglesia recibía culto en una capilla de la nave del Evangelio con forma de arco-hornacina y decorada con pinturas murales fingiendo cortinajes.
Alejandro Carnicero. Paso de la Flagelación, 1724-1727 Capilla de la Cofradía de la Vera Cruz, Salamanca |
Para la dotación del Hospital de San Miguel fueron requeridos notables artífices del momento, siendo buen ejemplo de ello el fastuoso retablo mayor, que elaborado entre 1736 y 1737 presentaba una hornacina central, flanqueada por estípites y columnas salomónicas, en cuyo interior albergaba la espectacular imagen de San Miguel Arcángel venciendo a Luzbel, una de las esculturas más sobresalientes de Alejandro Carnicero, que la realizó en Valladolid en 1736. Asimismo, las diferentes capillas acogieron importantes obras de Luis Salvador Carmona, como el grupo escultórico de San Joaquín con la Virgen Niña y un San José con el Niño. Todas estas imágenes citadas, actualmente se conservan en el iglesia de los Santos Juanes, pues tras un incendio en 1865 y el posterior estado de ruina de la iglesia, el patrimonio del hospital fue diseminado y paulatinamente víctima de un implacable expolio. Entre las obras trasladadas a la iglesia parroquial, también se incluyó el Señor de la Buena Muerte.
Alejandro Carnicero. Cristo de la Flagelación, 1724-1727 Capilla de la Vera Cruz, Salamanca |
Pero aún son más contundentes las analogías estilísticas de este crucifijo con otras obras del escultor. Sirva como referencia la imagen de Cristo del paso de la Flagelación de la Cofradía de la Vera Cruz de Salamanca, documentada obra de Alejandro Carnicero que fue realizada pocos años antes. En ambos casos la iconografía es hereditaria de los modelos de Gregorio Fernández, repitiendo en uno y en otro los mismos estilemas, como el tratamiento de los cabellos, con abultados mechones rizados que remontan la oreja y dos pequeños rizos sobre la frente, la barba afilada y terminada en dos puntas, el bigote separado por el surco nasolabial o la boca entreabierta permitiendo contemplar los dientes y la lengua.
Alejandro Carnicero. Medallones de Pedro I el Cruel y Colón, 1730-1735. Plaza Mayor de Salamanca |
Por todo ello el Señor de la Buena Muerte se puede adscribir a Alejandro Carnicero, que en esta escultura demuestra que desde el más puro barroco, incluyendo la influencia que los maestros de la escuela de Toro ejercieron sobre la escuela salmantina, el escultor evoluciona hacia los aires academicistas difundidos desde la corte madrileña.
Alejandro Carnicero. San Miguel Arcángel, 1736 Iglesia de los Santos Juanes, Nava del Rey (Valladolid) - Foto J.M.T. |
Alejandro Carnicero. Piedad, 1737-1738 Retablo de la Buena Muerte, iglesia de San Miguel, Valladolid Foto J.M.T. |
Informe: J. M. Travieso.
Fotografías del Señor de la Buena Muerte del autor.
Notas
1 LÓPEZ-BORREGO, Rafael Manuel: Aportaciones a la vida y obra de Alejandro Carnicero, escultor del siglo XVIII, Boletín del Seminario de Arte y Arqueología (BSAA) nº 63, Universidad de Valladolid, 1997, p. 428.
2 La plancha de cobre del grabado de la Virgen de los Cuchillos, el primero de los conocidos de Alejandro Carnicero, se encuentra en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid, al que fue donada por la Asociación de Amigos del Museo después de ser adquirida al anticuario barcelonés Palau Antiguitats en septiembre de 2017.
Alejandro Carnicero. Virgen de la Compasión, h. 1738 Santuario Nacional de la Gran Promesa, Valladolid - Foto J.M.T. |
5 RIVERA BLANCO, Javier: Alejandro Carnicero y el órgano de la Catedral de León. Boletín del Seminario de Arte y Arqueología (BSAA) nº 44, Universidad de Valladolid, 1978, pp. 485-490.
6 LORENTE JUNQUERA, Manuel: Los relieves marmóreos del Palacio Real de Madrid. Archivo Español de Arte, 1954, pp. 58-71.
Alejandro Carnicero Izda: San Juan Nepomuceno, h. 1738, iglesia San Miguel, Valladolid Dcha: Santa Tecla, h. 1748, Capilla Sta. Tecla, Catedral de Burgos |
Alejandro Carnicero. Rey Wamba, h. 1750 Plaza de Oriente, Madrid |
Alejandro Carnicero. Relieves del Consejo de Órdenes Militares y del Consejo de Castilla, h. 1750 Museo del Prado, Madrid (Fotos Museo del Prado) |
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