NUESTRA SEÑORA DE TIEDRA VIEJA
Ermita de Nuestra Señora de Tiedra Vieja
Tiedra (Valladolid)
El lugar, cargado de resonancias épicas, se identifica con el asentamiento de la ciudad vacceo-romana de Amallóbriga (declarado Bien Arqueológico de Interés Cultural), después convertido en el núcleo de la primitiva villa de Tiedra, que así permaneció hasta 1171, cuando por voluntad del rey Fernando II de León el caserío se trasladó a su actual emplazamiento para reforzar la frontera con el reino de Castilla, en un espigón que domina el valle del Duero hacia la ciudad de Toro.
El santuario se levanta no muy lejos del castillo que conoció una especial actividad en el siglo XI, cuando Sancho II de Castilla ordena a Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid, la reunión con su hermana doña Urraca en esta fortaleza para solicitar la cesión de la ciudad de Zamora, por la que recibiría a cambio la ciudad de Medina de Rioseco y el infantado de Valladolid, incluyendo el propio castillo de Tiedra. Como doña Urraca no accediera a esta capitulación propuesta por El Cid, Sancho II sitió la ciudad de Zamora, donde encontró la muerte.
En el siglo XII, tras la muerte de Alfonso VII en 1157, la villa de Tiedra pasó a pertenecer al reino de León, aunque años después el rey leonés Alfonso IX se la entregaba a doña Berenguela como compensación a su separación, pasando a pertenecer a la corona de Castilla. En 1285 Sancho IV de Castilla donó la villa y otras posesiones a don Pedro Álvarez de Asturias, que la dejó en herencia a su hija Teresa Pérez, casada con Alfonso de Meneses, con lo que la población quedaría vinculada a la influyente familia castellana de los Meneses.
EL SANTUARIO
La hospedería, de grandes dimensiones, presenta al exterior herméticas fachadas de piedra recorridas en su perímetro por una bancada ininterrumpida de piedra, con una sobria fachada de aire herreriano al exterior que está coronada por una espadaña de dos cuerpos. Se accede al recinto a través de un amplio zaguán de tres naves, con pilares cruciformes sencillos y cubierto por una cúpula y bóveda de crucería en los tramos de la nave central y bóvedas de arista en los laterales. En su interior se encuentra el brocal de uno de los antiguos pozos del albergue. Este espacio comunica con el gran Patio de la Hospedería, levantado en el siglo XVI, que presenta dos de sus lados porticados a doble altura, recorridos por grandes arquerías de medio punto de ladrillo que dan acceso a las dependencias —perdidas en gran parte— y que en el piso inferior descansan sobre pilares pétreos ochavados.
Santuario de Ntra. Sra. de Tiedra Vieja, Tiedra |
La cabecera se articula en dos espacios, uno en forma de falso crucero de planta cuadrada, que está cubierto por una cúpula rebajada sobre pechinas, construida en ladrillo y profusamente decorada con pinturas murales del siglo XVIII, destacando las figuras de los Cuatro Evangelistas que ocupan las pechinas. Este espacio aparece separado de la nave mediante una reja barroca, sobre basamento pétreo, que fue elaborada en 1759. En el centro del pavimento, se encuentra la losa de una sepultura que fue colocada en 1897 y que fue costeada por suscripción por los tiedranos, incluyendo los de "allende los mares", que contiene los restos de Francisco Alderete y de su hija Francisca Alderete, benefactora del recinto y fallecida en 1624. Este espacio está reservado al Patronato del Santuario de la Virgen de Tiedra Vieja, integrado por el Ayuntamiento, pues se trata de una de las pocas ermitas que no pertenece al Arzobispado de Valladolid, sino al pueblo de Tiedra.
Zagúan de entrada y patio de la hospedería |
Patio de la hospedería |
LA VIRGEN DE TIEDRA VIEJA
Nuestra Señora de Tiedra Vieja, como no podía ser de otro modo, cuenta con un extenso historial de milagros, siendo uno de los más recordados el obrado a favor de un niño de diez años al que una mula desbocada arrastró a lo largo de trescientos metros sin que sufriera lesión alguna. Este tipo de prodigios atribuidos fue el detonante para que se expandiera, en el ámbito rural, la enorme devoción que goza la Virgen hasta nuestros días, que como agradecimiento a los favores obrados a lo largo del tiempo ha recibido todo tipo de ofrendas o exvotos, en unos casos joyas como anillos, pulseras, coronas, etc., que custodia el Patronato, en otros, de tipo popular, en forma de las habituales piezas de cera, pinturas conmemorativas y cientos de fotografías, pues los agradecimientos llegan a nuestro tiempo, como puede comprobarse en los que aparecen como testimonios en uno de los muros del templo.
Interior de la iglesia. Camarín de la Virgen |
El último de los lujosos trajes con que se agasaja a la Virgen fue confeccionado en 1996, en seda y pasamanería de oro, por devotas vecinas de Tiedra. De su atavío se encargan tres camareras, que en agosto realizan con esmero los cambios del vestuario que la imagen lucirá hasta las fiestas del Corpus del año siguiente.
Entre las tradiciones asentadas en torno al culto a Nuestra Señora de Tiedra Vieja figura la de las "Cáñamas", consistente en la venta de un lote de productos (avellanas, bonito, carne, vino, melocotón en conserva y mantecadas), que tiene su origen en los alimentos que se ofrecían a los forasteros que pasaban el día en la ermita venerando a la Virgen sin llevar provisiones. Otra tradición se mantiene en las fiestas del Corpus y son las llamadas "Posturas de la Virgen", consistente en una puja popular, expresada tradicionalmente en fanegas de trigo (actualmente cada fanega equivale a 2,40 euros), para tener el privilegio de meter las andas procesionales en la ermita tras la tradicional romería. Asimismo, otra costumbre es la de pujar en agosto por unas corderas ofrecidas por los devotos, siendo destinados los fondos recaudados al mantenimiento de la ermita.
Cúpula del primer tramo de la cabecera |
Informe: J. M. Travieso.
Cúpula del camarín y remate del baldaquino |
Pinturas murales del camarín: Misterios de la Virgen |
Sepultura de Francisca Alderete, benefactora del santuario |
Órgano del santuario de Nta. Sra. de Tiedra Vieja |
Exvotos en la nave de la iglesia |
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