RETABLO DE LA EPIFANÍA
Alonso Berruguete (Paredes de Nava, Palencia, h. 1489 - Toledo, 1561)
1537
Madera policromada
Iglesia de Santiago, Valladolid
Escultura renacentista española. Escuela
castellana
La calidad de este retablo no pasó desapercibida para señeros historiadores del arte, que sin embargo erraron en la adjudicación de su autoría. Si tanto Palomino, Ponz y Cean Bermúdez, seguidos tiempo después por Sangrador Vítores, lo consideraron obra de Juan de Juni, otros historiadores, como Bosarte, González Moral y Ortega y Rubio propusieron a Gaspar de Tordesillas como autor. El problema de la autoría quedó despejado cuando en 1914 Juan Agapito y Revilla publicaba el contrato2 firmado en 1537 por Alonso Berruguete con el cambista (banquero) don Diego de la Haya ante el escribano Francisco de Dueñas, documento en el que se detallan cómo habrían de ser cada uno de los componentes de un retablo destinado a la capilla funeraria que este acaudalado personaje disponía en la iglesia de Santiago de Valladolid.
Pero además, en el retablo, que integra tanto altorrelieves como esculturas exentas —Virgen con el Niño, Calvario y otras desaparecidas— aparece otra de las “rarezas” de Alonso Berruguete, como son las figuras de los donantes en el banco, cuyos retratos intentan fidelizar la fisionomía de los personajes, lo que constituye una representación de tipo civil o profana poco habitual en la obra de este escultor.
Predela. Diego de la Haya con San Juan Bautista y Catalina Barquete con San Juan Evangelista |
Predela. Don Diego de la Haya con San Juan Bautista |
BANCO O PREDELA
El banco aparece dividido en tres calles que presentan tres encasamentos flanqueados por paneles con decoración de grutescos a candelieri y
balaustres adelantados profusamente decorados con motivos en relieve. En la
parte central una hornacina, que eleva su altura hasta el límite del friso que
lo separa del primer cuerpo, aparece rematada por una venera y dividida en dos
espacios mediante una columna jónica colocada en el centro. A los lados de esta
se colocarían las desaparecidas imágenes exentas de Cristo atado a la columna y
de un sayón azotándole que formaban la escena de la Flagelación.
Los donantes
don Diego de la Haya y doña Catalina Barquete
Detalle del banquero Don Diego de la Haya |
Predela. Detalle de San Juan Bautista y del banquero don Diego de la Haya |
Predela. Doña Catalina Barquete y San Juan Evangelista |
PRIMER CUERPO
Como ya se ha dicho, en el primer cuerpo o cuerpo principal el escultor aplica como novedad un diseño del espacio estructural que prescinde de la separación arquitectónica de las tres calles del retablo, simulando un escenario teatral unificado, cubierto por una gran venera decorada en los bordes con dos cabezas de querubines, en el que adquiere mayor importancia la escena representada, que es la Adoración de los Reyes Magos, compuesta por un triple grupo de gran formato y en altorrelieve, en el que se establece una dicotomía compositiva de serenidad-agitación. Se remata con un amplio friso decorado por tableros con motivos de grutescos en relieve, siguiendo el horror vacui, netos incluidos, y recorrido por una pequeña cornisa.
La Adoración
de los Reyes Magos
Predela. Detalle de doña Catalina Barquete y San Juan Evangelista |
Primer cuerpo. Adoración de los Reyes Magos o Epifanía |
El grupo colocado a la izquierda, según la vista del espectador, representa a los reyes Melchor y Gaspar con su séquito. El primer plano está ocupado por Melchor, que dispuesto de perfil y postrado de rodillas alza sus brazos entregando su ofrenda. Está caracterizado como un anciano, con el cabello canoso alborotado, una larga barba y la túnica completamente dorada en consonancia con su regalo. A sus costados se colocan dos sirvientes dispuestos en escorzo y con la indumentaria decorada con una rica policromía a base de picados y esgrafiados.
Epifanía. Detalle de la Sagrada Familia |
Otro tanto ocurre en el grupo de la derecha, donde aparece representado el rey Baltasar y cuatro acompañantes en forma de figuras con posturas caprichosas e inestables, con secas anatomías y una policromía que alterna las superficies doradas con otras preciosistas a base de esgrafiados, recursos que intensifican la intensidad emocional del grupo. Destaca la figura del rey Baltasar, que, siguiendo un movimiento helicoidal, aparece caracterizado como un joven de raza negra cuya cabeza se vuelve hacia el espectador. De esta manera Berruguete, mediante un ejercicio de arriesgada composición manierista, se ajusta al convencionalismo de representar en los Reyes las tres edades del hombre y su procedencia de Europa, Asía y África, los tres continentes conocidos cuando se produjo a Epifanía o presentación al mundo de Dios hecho hombre.
Epifanía. Detalle de la Virgen |
SEGUNDO CUERPO
El segundo cuerpo se adapta a la división en tres calles de idénticas dimensiones, con tres encasamentos cubiertos por formas aveneradas y flanqueados por tableros con relieves de grutescos a candelieri que están precedidos por balaustres que soportan los netos. Su iconografía está dedicada a la maternidad de la Virgen, combinando los altorrelieves dedicados a la Anunciación y la Natividad, colocados en las calles laterales, con la figura exenta de la Virgen con el Niño que preside la hornacina central, que se halla ligeramente adelantada.
Epifanía. Detalle de San José |
El espacio sugiere una alcoba intimista a través de la colocación de una
cama con dosel al fondo y un pequeño reclinatorio al frente sobre el que reposa
un libro de oraciones. La Virgen sorprendida en su lectura, gira su cuerpo hacia
el ángel, mientras con su gesto y la gesticulación de las manos expresa sumisión.
San Gabriel, que sugiere el vuelo con las alas desplegadas, la indumentaria agitada
y las piernas cruzadas, indica con la mano derecha levantada el origen de su
mensaje. No falta el búcaro con lirios que como símbolo de virginidad es una
constante en esta escena.
En este relieve Berruguete extrema la búsqueda de la belleza formal en las figuras que, alejada de los cánones flamencos preponderantes en su tiempo, se decanta por los modelos del Renacimiento italiano; la cabeza de la Virgen con ecos rafaelescos y la del ángel con reminiscencias de la estatuaria clásica. Se remata con un acabado polícromo preciosista, con matices en las carnaciones y esgrafiados en forma de rayados, punteados, motivos vegetales, etc., aplicados de forma selectiva, contribuyendo el brillo del oro a impregnar la escena de un carácter sobrenatural. Estos matices fueron puestos en valor durante la reciente restauración llevada a cabo por Carmen Wattenberg, restauradora del Museo Nacional de Escultura.
Epifanía. Detalle del Niño Jesús |
Con el mismo formato que el anterior, colocado en el encasamento
derecho, se encuentra el relieve de la Natividad, que presenta una
original, inusual y personalísima composición en la que destaca la atormentada
gestualidad de San José y la disposición corporal del Niño. Como elemento de
ambientación, al fondo se observan las ruinas de un templo clásico en el que se
aprecian pilastras, un entablamento y cornisas, todo ello sin atenerse a las
leyes de perspectiva, meramente testimonial. Como elemento narrativo, entre esta
arquitectura asoman las cabezas de la mula y el buey que comen en un pequeño
pesebre.
Sorprendente es la figura de San José, que colocado en una inestable
posición de rodillas y con el torso inclinado hacia atrás levanta su mano hasta
la cabeza a modo de gesto de incomprensión, efecto reforzado por la agitación
de los cabellos y barbas y un semblante angustiado. Manuel Arias encuentra en
esta figura la influencia formal del célebre grupo del Laocoonte, que
realizado en el siglo II a.C. fue descubierto en 1506 (actualmente en los
Museos Vaticanos), una obra para la que, a los cuatro años de su descubrimiento,
fue convocado un concurso por Bramante, a petición del papa Julio II, para
recomponer el grupo, siendo seleccionados cuatro de los mejores artistas de
Roma en el momento: Jacopo Sansovino (ganador del concurso), Zacheria Volterra,
el Vecchio de Bolonia y el propio Alonso Berruguete. A su regreso a España,
Berruguete acusaría la influencia del pathos del grupo helenístico, a
modo de constante dramática, en numerosas de sus obras.
Epifanía. Grupos de los Reyes Magos |
Virgen con
el Niño
Epifanía. Detalle del rey Melchor |
ÁTICO
Epifanía. Detalle del rey Gaspar y su séquito |
En los extremos del ático, rematando dos columnas abalaustradas de orden gigante que abarcan toda la altura del retablo (precedente de las que Berruguete trazara para el retablo de la iglesia de Santiago de Cáceres), aparecen colocados dos clípeos calados, ornamentados con coronas con motivos vegetales, trazas sinuosas y pequeños pebeteros en la parte superior, en los que se insertan los estilizados bustos de San Pedro y San Pablo, cuya talla responde al más genuino estilo berruguetesco.
Epifanía. Detalle del rey Baltasar y su séquito |
Alonso Berruguete compone un grupo similar al del retablo de la Mejorada
de Olmedo (1523-1526, Museo Nacional de Escultura), aunque con esculturas menos
gotizantes y sin la presencia de la Magdalena. El grupo está formado por Cristo
crucificado con la Virgen y San Juan a los lados, que, como es habitual en el
escultor, evitan la repetición formal de estas figuras en otros retablos, aunque
mantienen su estilo inconfundible.
Cristo presenta una anatomía esbelta y modelada con esmero en cada uno
de sus detalles, con los brazos muy inclinados, la cabeza girada hacia la
izquierda del espectador y un tratamiento que representa el arquetipo de su
personal estilo, con el cabello formando largos filamentos rizados, rostro
afilado con barba puntiaguda, ojos entreabiertos y rasgados, boca abierta y la
corona de espinas tallada en el mismo bloque como era común en su época,
incorporando en el paño de pureza el recurso manierista de un cabo ondeando al
viento que aporta movimiento a la composición.
Epifanía. Detalles de los reyes Gaspar y Baltasar |
Segundo cuerpo y ático |
Informe y fotografías: J. M. Travieso.
NOTAS
1 Manuel Arias es subdirector del Museo Nacional de Escultura desde 1993 y académico de la Real Academia de Bellas Artes de Valladolid desde 2008. Como investigador, es especialista en el arte del Renacimiento y Barroco, siendo objeto de sus estudios los escultores Juan de Juni y Alonso Berruguete, a quien ha dedicado la monografía Alonso Berruguete, Prometeo de la escultura (Diputación de Palencia, 2011).
2 AGAPITO Y REVILLA, Juan: De arte en Valladolid; Valladolid, 1914, p. 16.
3 AGAPITO Y REVILLA,
Op. cit… p. 19.
Segundo cuerpo. Anunciación |
Segundo cuerpo. Detalle de la Anunciación |
Segundo cuerpo. Natividad |
Segundo cuerpo. Detalle de la Natividad |
Segundo cuerpo. Detalle del Niño Jesús de la Natividad |
Segundo cuerpo. Virgen con el Niño |
Segundo cuerpo. Detalle de la Virgen con el Niño |
Ático. Calvario y detalle de Cristo crucificado |
Ático. Detalle de la Virgen y San Juan del Calvario |
Ático. Clípeos con los bustos de San Pablo y San Pedro |
Aspecto general del retablo |
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