MOSAICOS DEL EMPERADOR JUSTINIANO
I Y LA EMPERATRIZ TEODORA
Musivaras bizantinos anónimos
546-547
Mosaico
Iglesia de San Vital, Rávena
Mosaico bizantino
Iglesia de San Vital, Rávena |
La técnica del mosaico —opus musivum— hunde sus orígenes en la noche de los tiempos. Ya fue utilizada en Babilonia en torno al siglo VIII a.C. y por asirios, egipcios, persas y griegos entre otras culturas de la Antigüedad, aunque fueron los romanos quienes lo practicaron y perfeccionaron hasta límites asombrosos. La técnica, consistente en realizar una obra artística a base de teselas o pequeñas piezas de piedra, cerámica, vidrio y otros materiales semejantes, que unidas mediante un aglomerante como el yeso, permitía formar composiciones decorativas y polícromas tanto de tipo geométrico como figurativo. La posibilidad de hacer múltiples variaciones y combinaciones en su estructura, para ajustarla a los gustos de los demandantes, junto a la versatilidad de los materiales utilizados y su carácter duradero, hicieron del mosaico una fuente inagotable de refinada creación artística en todo el Occidente durante el Imperio Romano, siendo mayoritaria su colocación como pavimentos.
Ábside de la iglesia de san Vital, Rávena |
El mosaico bizantino presenta sus propias características, como el conseguir la mayor suntuosidad en los interiores de los edificios para transmitir mensajes simbólicos relacionados con el poder de la Iglesia y el Estado. Para ello se utilizaron dos modalidades técnicas heredadas del mosaico romano, como el tradicional opus tesselatum, con teselas cuadradas de aproximadamente 1 cm de lado, y el evolucionado opus vermiculatum, con teselas de menor tamaño que permiten una mayor definición en el dibujo y el trazado de los contornos, siendo frecuente la aplicación mixta de ambas modalidades. Además, se incrementó la “paleta” de las teselas de mármol y piedras de distintos colores con otras realizadas en cerámica vidriada de rico colorido, incorporando dos modalidades totalmente novedosas, como las teselas circulares y otras vidriadas con láminas de oro y plata que proporcionan una luminosidad sorprendente por su aspecto variable según la incidencia de la luz.
Ábside de la iglesia de San Vital, Rávena |
Otra característica es la férrea jerarquización en la disposición
espacial de las figuras, no sólo en determinada escena, sino también en las
diferentes partes del edificio. Con ello se trata de reflejar el orden divino
de las cosas, que se corresponde con el orden imperial, personificado en el
Emperador. De modo que la decoración mural se ajusta a un esquema teológico,
siendo colocadas las figuras en determinado lugar del edificio según su importancia,
tanto en sentido longitudinal como vertical, estableciendo un camino que conduce
de la entrada de la iglesia al presbiterio, el espacio más sagrado destinado al
misterio eucarístico y la divinidad, que generalmente aparece separado de la
nave por un arco triunfal ornamentado con figuras simbólicas.
Mosaico de la corte de Justiniano en el ábside |
En el repertorio figurativo se establecen dos categorías. Una dedicada a los personajes religiosos, como Cristo, la Virgen, cortejos de santos y santas y escenas bíblicas, incluyendo todo un repertorio simbólico, con el crismón, la cruz, etc., y otra de carácter aúlico, con representaciones de la familia imperial y altos dignatarios. En ambos casos no se pretende el naturalismo que procuraba el mosaico romano, sino una representación idealizada y anticlásica basada en la claridad y la simplicidad representativa, prevaleciendo el mensaje sobre la forma, con expresivos elementos simbólicos de tipo antinaturalista.
Mosaico del séquito de Teodora en el ábside |
Por su parte, las figuras siguen unos modelos estereotipados y convencionales poco realistas, con rostros inexpresivos en los que destacan los ojos, los pies dispuestos en forma de V, la estilización corporal mediante el uso de un canon alargado (en ocasiones hasta de nueve cabezas), y la carencia de rasgos individualizados, salvo en algunas representaciones de los personajes imperiales, alcanzando en ocasiones una gran riqueza colorista.
La corte del emperador Justiniano, 546-547 |
LA CORTE DE JUSTINIANO Y DE SU ESPOSA TEODORA
La ciudad de Rávena conoció el esplendor y el estilo grandilocuente del mosaico bizantino, siendo el mausoleo de Gala Placidia, que construido entre 425 y 430 constituye uno de los conjuntos colorísticos más bellos del mundo antiguo, el punto de partida de una escuela y una tradición cuyo desarrollo desembocará en el siglo VI en la decoración mural de San Vital, en cuyo cascarón del ábside aparece un mosaico que representa a Cristo Cosmocrátor, imberbe y sentado sobre el orbe con atuendo de emperador. A un lado, San Gabriel acompaña a San Vital, titular de la iglesia, al que se ofrece la corona, y al otro San Miguel acompaña al obispo Eclesio, que entrega como ofrenda la maqueta de la iglesia (imagen de cabecera).
La corte del
emperador Justiniano
El emperador aparece en el centro de la composición, en posición frontal
y en actitud de realizar a la iglesia la ofrenda de una patena de gran tamaño
para el culto. Luce las galas de emperador, coronado, con un lujoso manto
púrpura que se sujeta sobre el hombro derecho con un vistoso broche, ricos
zapatos y con la cabeza rodeada por un nimbo que le confiere un rango sagrado.
A los lados aparece acompañado por miembros de su corte, entre los que se han
identificado al obispo Maximiano por el rótulo sobre su cabeza, por vestir ropas
litúrgicas propias del cargo y portar una gran cruz gemada en sus manos como
autor de la consagración de la iglesia. Entre este y el emperador se coloca
Juliano, el argentario que financió las obras con una importante suma. Junto al
obispo, más a la derecha, se sitúan dos eclesiásticos, uno de ellos con
tonsura, que portan objetos litúrgicos, como un misal lujosamente encuadernado
y un incensario con las brasas visibles.
General Belisario / Emperador Justiniano / Obispo Maximiano Detalle del mosaico La corte del emperador Justiniano |
Alejadas de una intención realista, con una visión idealizada de Justiniano y la fusión en su persona del poder político y religioso, las figuras deambulan por un simbólico prado de color verde intenso y sus siluetas se recortan sobre el habitual fondo de teselas vidriadas doradas, lo que confiere a la escena un carácter intemporal, sobrenatural y sacralizado. Las figuras muestran un hieratismo que les proporciona solemnidad, con pliegues en la indumentaria poco naturales, los pies dispuestos en la característica forma de “V” y una perspectiva irreal (ptolomeica) con distintos puntos de vista. En su ejecución se emplea la técnica del opus vermiculatum y se incorporan, en las joyas del emperador, teselas circulares, destacando el intenso colorido de la composición.
El séquito de la emperatriz Teodora, 546-547 |
El mismo esquema se emplea en el mural que representa el séquito de la
emperatriz Teodora, la mujer que como artista circense tuvo que superar muchas
dificultades para contraer matrimonio con Justiniano en una sociedad tan
jerarquizada, lo que consiguió tras ser aprobada una ley que permitía los
casamientos entre diferentes clases sociales. Convertida en emperatriz, ejerció
una gran influencia en la política y la corte imperial, incluyendo las batallas
libradas por Belisario, siendo posiblemente este el motivo por el que aparece
representada en iguales condiciones que el emperador.
Teodora ocupa el centro compositivo, en posición frontal, revestida de una
túnica bordada en su parte inferior, ricos zapatos y un lujoso manto púrpura
que, igualmente en la parte inferior, lleva bordada la escena de los Reyes
Magos con sus ofrendas, en alusión a su rango real, así como una lujosa corona
y un amplio pectoral en los que se emplean novedosas teselas circulares. La
emperatriz hace donación a la iglesia de un cáliz de gran tamaño que,
inevitablemente, recuerda al que se conserva en el Museo de Historia de Haskovo
(Bulgaria), que contiene una inscripción que proclama ser una donación de Justiniano
y Teodora.
En la parte izquierda se encuentra una entrada palaciega, una pequeña fuente y dos personajes cortesanos, uno de los cuales descorre una cortina. Este gesto de intimidad junto a la emperatriz, induce a pensar que se trate de dos eunucos custodios. Toda la composición presenta una perspectiva ptolomeica de líneas divergentes y un hieratismo gestual que proporciona solemnidad al conjunto, en este caso reforzado por la inclusión, como fondo de la emperatriz, de una arquitectura absidial rematada por una venera y de un toldo colgante por encima de las mujeres, elementos que al igual que las indumentarias presentan un colorido exuberante que realza el lujo y la ostentación cortesana.
Detalle de Teodora con un cortesano y Antonia, esposa del general Belisario |
A estos mosaicos murales de carácter áulico, sobre las arcadas del
presbiterio les acompañan dos grandes mosaicos de significación eucarística en
forma de tímpanos. En uno se representan episodios de Abraham, con la visita de
los tres ángeles junto al roble de Mambré y el sacrificio de Isaac, y en el de
enfrente Abel y Melquisedec ofreciendo sacrificios.
La iglesia de San Vital, junto a otros siete edificios de Rávena, fue declarada por la Unesco en 1996 como Patrimonio de la Humanidad.
Detalle de la emperatriz Teodora Aplicación de teselas circulares |
Informe: J. M. Travieso.
Cáliz con inscripción que informa que es una donación de Justiniano y Teodora, siglo VI Museo de Historia de Haskovo (Bulgaria) |
Historias de Abraham: Visita de los tres ángeles en Mambré y sacrificio de Isaac. Presbiterio de San Vital, Rávena |
Sacrificios de Abel y Melquisedec, 546 Presbiterio de San Vital, Rávena |
Retrato del emperador Justiniano Iglesia de San Apolinar Nuevo, Rávena |
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esto es una mierda
ResponderEliminarExcelente. Gracias.
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