17 de octubre de 2022

Visita virtual: RETABLO DE SANTA ANA, los traumáticos restos de un infortunio







RETABLO DE SANTA ANA

Gabriel Joly (Varipont, Picardía, Francia, h. 1470-Teruel, 1538)

1529-1530

Alabastro policromado

Real Monasterio de Santa María de Sijena, Villanueva de Sijena (Huesca)

Escultura renacentista. Escuela aragonesa

 

 






Recreación del Retablo de Santa Ana a partir de la fotografía
de Ricardo Compaire que conserva la Diputación de Huesca
 
     Si existe un complejo abacial víctima de la destrucción, del expolio de su rico patrimonio y con innumerables trabas para la recuperación de sus pertenencias, un caso paradigmático es el Monasterio de Santa María de Sijena, en la provincia de Huesca, una fundación impulsada en 1183 por Sancha de Castilla (Toledo, 1154-Villanueva de Sijena, Huesca 1208), que destinada a religiosas de la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén tuvo la función de panteón de los reyes aragoneses. Esta reina consorte del rey Alfonso II de Aragón participó activamente en la administración del monasterio, al que hizo numerosas donaciones y al que se retiró al enviudar en 1196, disponiendo ser enterrada en la capilla de San Pedro, deseo que se cumplió tras su muerte en 1208.

Actualmente el Monasterio de Sijena es un tesoro en tierras de Huesca y al mismo tiempo en tierra de nadie, pues la recuperación de parte de su patrimonio expoliado constituye un sangrante proceso jurídico en el que están involucradas instituciones políticas como el Gobierno de Aragón y la Generalitat de Cataluña, así como el Museo de Lérida y el Museo Nacional de Arte de Cataluña de Barcelona, ambos receptores de buena parte de las obras expoliadas, todos ellos partícipes de la mayor discordia artístico-política producida en España en tiempos recientes.

Detalle del Nacimiento de la Virgen

     El origen de la disputa se inició en el siglo XIX y se continuó en los años 80 y 90 del siglo XX, cuando las monjas sanjuanistas realizaron la venta de algunas obras al mejor postor, hecho convertido en un clásico de las relaciones entre el clero rural y el patrimonio artístico español, siendo en este caso la Generalitat de Cataluña la que se convertiría en el mejor postor para quedarse con el tesoro en los años 80.

Ante la reclamación presentada por el Gobierno de Aragón y en cumplimiento de la resolución judicial dictada en 2015 por un juez de Huesca, 53 piezas del Museo Nacional de Arte de Cataluña tuvieron que ser devueltas en 2016 (dos se extraviaron) y en 2017 otras 44 que se encontraban en el Museo de Lérida, de cuyas salas fueron evacuadas por fuerzas de la Guardia Civil y los Mossos d’Esquadra, al negarse la Generalitat a efectuar su entrega. Tras ser trasladadas al Monasterio de Sijena, parte de las cuales aparecen actualmente expuestas en un museo provisional que ocupa la inmensa nave de los antiguos dormitorios conventuales, figurando entre ellas unas puertas mudéjares policromadas de un palacio prioral, objetos de la vida cotidiana de las monjas, como ropa, menaje, ajuar litúrgico, reliquias y libros, sepulcros de monjas y abadesas del siglo XV, relieves en alabastro del siglo XVI atribuidos a Gabriel Joly y pinturas religiosas de los siglos XVII y XVIII.

Detalle del Nacimiento de la Virgen

     Como respuesta, la Generalitat, el MNAC y el Museo de Lérida interpusieron recursos legales que tuvieron su respuesta en enero de 2021, cuando el Pleno de la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo hizo pública la sentencia determinando, entre otras cosas, que las obras estaban protegidas por la situación de indivisibilidad del monasterio tras ser declarado Monumento Nacional en 1923, que los bienes no fueron vendidos por sus propietarios reales —la priora del Monasterio de Valldoreix, que firmó la venta de las obras en 1983, no tenía facultad para disponer de esos bienes—, que las obras son propiedad de las monjas de la Orden Sanjuanista del Monasterio de Sijena y que por lo tanto deben permanecer en el monasterio oscense, al tiempo que corrobora las sentencias de primera estancia de 2015 y de la Audiencia Provincial de 2017, que declararon nulas las operaciones de venta entre las monjas, la Generalitat y el Museo de Arte Nacional de Cataluña.

En nuestros días se realizan obras en el monasterio, según un proyecto museográfico definitivo elaborado por el equipo de arquitectos Pemán y Franco, que incluye el conjunto monástico y las obras que constituyen el tesoro retornado. 

Detalle del Nacimiento de la Virgen
EL RETABLO DE SANTA ANA  

Dentro del lote de obras artísticas devueltas al Monasterio de Sijena por el Museo de Lérida, figuran cuatro altorrelieves en alabastro, conservados de forma fragmentaria, que formaron parte de un retablo dedicado a Santa Ana que, con estructura plateresca, estuvo ubicado en una hornacina abierta en el muro del extremo norte de la crujía oriental del claustro. El retablo fue muy dañado por el fuego en 1936, conservándose solamente cuatro fragmentos que mantienen restos de su primitiva policromía y que representan las escenas del Nacimiento de la Virgen, los Desposorios de la Virgen, la Santa Generación y la Commiseratio Patris.

Aunque la realización del retablo no está documentada, se considera obra del gran maestro francés Gabriel Joly, que lo habría labrado entre 1529 y 1530, fecha en que está documentada la presencia del escultor en el Monasterio de Sijena, para el que además realizó otra serie de obras, que serán comentadas más adelante, por encargo de doña Beatriz de Olcinella, priora de este convento de fundación real.

Gabriel Joly
Izda: Muerte de Santo Domingo de Guzmán, 1520-1524, retablo iglesia Sta. María de Tauste (Zaragoza)
Dcha: Nacimiento de la Virgen, 1529-1530, retablo de Santa Ana, Monasterio de Sta. María de Sijena (Huesca)

     Más determinante sobre su autoría es el inconfundible estilo que muestran las esculturas, que a pesar de su evidente deterioro permiten percibir la habilidad técnica en el trabajo del alabastro, la creativa expresividad en la composición de escenas y la influencia recibida del taller de Damián Forment de Zaragoza, mostrando una evolución hacia el manierismo romano influenciado en buena parte por las obras de Miguel Ángel, cuyos modelos afloran en numerosas de sus obras, como en este caso.

Los cuatro altorrelieves, de fuerte sustrato clasicista, presentan expresivas escenas plenas de dinamismo, con elementos muy elaborados y un depurado acabado técnico, siguiendo la estela que Damián Forment había implantado en el Reino de Aragón. Gabriel Joly realiza unas figuras esbeltas y estilizadas que presentan una belleza formal muy idealizada e impregnada de cierta melancolía, evitando en todo momento de recrearse en el dolor y el drama. En sus esculturas destaca el minucioso labrado del alabastro, donde la tersura de las carnaciones se contrapone a los abundantes pliegues de las vestiduras, en las que, al igual que en los múltiples objetos incluidos en la narración, aparecen numerosos detalles descriptivos. La exquisitez plástica se repetiría en los motivos ornamentales de la mazonería del retablo, desgraciadamente perdida. 

Desposorios de la Virgen
El Nacimiento de la Virgen   

Gabriel Joly plantea una escena intimista en la que incluye hasta siete personajes que con gran naturalismo aparecen en altorrelieve de forma escalonada. En la parte inferior dos matronas colocadas en primer término se ocupan de la Virgen Niña, a la que una de ellas acaba de enfajar siguiendo la costumbre de la época, mientras la otra, arrodillada junto a un brasero, sujeta paños calientes cuidadosamente doblados. Su cabeza levantada origina una diagonal que conduce a la figura convaleciente de Santa Ana, que caracterizada madura y con gesto extenuado —hasta entonces había sido estéril— aparece reposando sobre dos cojines en un lecho cubierto por una manta ribeteada con flecos.

En la parte superior, definiendo un tercer plano, aparecen tres jóvenes mujeres en posiciones diferentes que asisten a la parturienta —Santa Ana es patrona de las mujeres embarazadas a la hora del parto—, una de ellas acercándole un plato con comida donde se reconocen dos huevos, mientras las otras dos parecen mantener una conversación. El escultor detalla las vestiduras y las tocas, con numerosos pliegues menudos expresados con fuerte naturalismo. 

Detalle de los Desposorios de la Virgen

     El grupo escultórico conserva restos de una policromía que sin duda le proporcionaría un aspecto muy diferente, presentando carnaciones matizadas por el color y como motivos ornamentales rameados dorados sobre los paños blancos, un recurso muy habitual en los alabastros de Gabriel Joly.

En la escena no pasan desapercibidas las similitudes compositivas con el relieve en madera policromada de la Muerte de Santo Domingo de Guzmán que integra el retablo de la iglesia de Santa María de Tauste (Zaragoza), contratado por Gabriel Joly en 1520 junto a Gil Morlanes el Joven1.

En los ciclos de la Vida de la Virgen eran usual la inclusión, junto al Nacimiento de la Virgen y la figura de Santa Ana, de la Presentación de María en el templo y los Desposorios de la Virgen. En este retablo se incluyeron las tres escenas, aunque la dedicada a la Presentación, que ocupaba el lado opuesto en el cuerpo del retablo, desgraciadamente se ha perdido. 

Detalle de los Desposorios de la Virgen
Los Desposorios de la Virgen   

Este magnífico altorrelieve ocupaba la casa central de la predela del retablo. Está igualmente compuesto por siete personajes dispuestos de forma simétrica, tres hombres y tres mujeres a cada lado del sacerdote que ocupa el eje central, dando lugar a una composición diáfana y animada por el dinamismo de las figuras. La figura del sacerdote, revestido de indumentaria litúrgica y en posición de contraposto, une las manos de la Virgen y San José, que extienden los brazos hasta juntar sus dedos. Sus cuerpos presentan un airoso movimiento, especialmente el patriarca, que decididamente avanza su pierna derecha produciendo la ondulación del manto, contrastando su ímpetu con el reposo del sacerdote.

Tras él se coloca la figura de un hombre joven barbilampiño que porta un cordero para la celebración, símbolo que prefigura el sacrificio de Cristo. A su lado un hombre barbado gira la cabeza, teniendo estas dos figuras su contrapunto en el lado opuesto, donde aparecen dos mujeres jóvenes, una de ellas con el cuerpo definiendo un movimiento en serpentinata, luciendo un lujoso vestido ceñido a la cintura con un lazo y portando una cesta con dos tórtolas como ofrenda ritual. Entre ella y la Virgen asoma la cabeza de otra mujer testigo del acto que dirige su cabeza hacia el espectador. Bajo las largas túnicas asoman los zapatos de los personajes, un recurso plástico muy utilizado por Gabriel Joly. 

Santa Generación
La Santa Generación   

Es el altorrelieve de mayores dimensiones que ocupaba un lugar preferente en la casa central del primer cuerpo del retablo. Representa la genealogía de la Virgen, con su madre Ana y su hijo Jesús, estableciendo una Trinidad terrenal. De nuevo el escultor establece una escena intimista en el que las figuras, ajenas al espectador, gesticulan mostrando su afecto mutuo, destacando la espontánea reacción de la figura rolliza del Niño, que sujetado por la Virgen sobre sus rodillas gira el cuerpo ante el ofrecimiento de su abuela de una cesta con frutas. Las figuras representan tres generaciones bien definidas: la madurez, la juventud y la infancia, con Santa Ana y la Virgen luciendo una indumentaria similar, compartiendo amplios mantos que dejan adivinar la posición de las piernas y producen profundos pliegues en diagonal que originan un efectista juego de claroscuros, diferenciándose en los trabajos de las cabezas, Santa Ana cubierta con la toca utilizada en la época por las viudas y la Virgen con un toca liviana que se cruza en el pecho y deja visible una larga melena rubia.

Detalle de la Santa Generación

     El grupo conserva restos de la policromía en el fondo, las carnaciones y las vestimentas, con los habituales rameados dorados sobre el fondo marfileño del alabastro. 

Commiseratio Patris o Compasión del Padre           

Según documenta una fotografía realizada por Ricardo Compaire y conservada en la Diputación de Huesca, en la que aparece el Retablo de Santa Ana antes de su destrucción, podemos conocer que este relieve se situaba en el ático estableciendo la presencia de la Trinidad celestial. La iconografía es muy poco frecuente, pues en esta época este espacio solía estar ocupado por un Calvario, que es sustituido por la figura de Dios Padre entronizado y manteniendo en su regazo el cuerpo de Cristo muerto. De nuevo el relieve presenta un evidente contrapunto entre el cuerpo inerte de Cristo, desnudo y recién desclavado de la cruz, y la dinámica y vigorosa figura del Padre, que envuelto en voluminosos ropajes le sujeta acusando el peso con sus piernas inclinadas y sujetándole por la cintura.

Detalle de la Santa Generación

     Tanto la figura de Cristo, habitual en las representaciones de la Piedad, como la venerable figura del Padre, con largas barbas y una abultada y vaporosa vestimenta, presentan evidentes influencias de los modelos de Miguel Ángel, tanto por su rotundidad corporal como por el movimiento de los paños y su larga barba.

 

OTRAS OBRAS DE GABRIEL JOLY EN EL MONASTERIO DE SIGENA 

Formando parte del patrimonio recuperado por el Monasterio de Sijena también se encuentran restos de otras obras elaboradas por Gabriel Joly, desgraciadamente muy mutiladas y algunas de ellas irrecuperables. 

Grupo del Nacimiento de Jesús

Este grupo escultórico en alabastro policromado, compuesto por ocho figuras y cuatro animales, representa la Adoración de los Pastores

Commiseratio Patris

     Con una composición muy equilibrada y ajustada a las leyes de simetría, sobre el eje se coloca la rolliza figura del Niño Jesús sobre un canasto cubierto con pañales y en actitud de bendecir, apareciendo a su lado un ángel arrodillado, con las alas desplegadas y las manos cruzadas al pecho con gesto reverencial. Sobre ellos se finge un pesebre en el que asoman las cabezas de la mula y el buey. Junto al Niño, a cada lado se encuentran las figuras arrodilladas de la Virgen y San José, que parecen ensimismados en gesto de adoración y entrega, la Virgen con las manos juntas a la altura del pecho y vestida con una túnica, manto y una toca; San José con la mano derecha sobre el corazón, cubierto por una túnica, un amplio manto y con la cabellera abultada formando rizos.

En los extremos se colocan parejas de pastores, en la izquierda uno con actitud contemplativa apoyado sobre un cayado y otro portando un cordero, que tienen su contrapunto en el lado opuesto en otro en posición de contraposto con un cordero en brazos —tiene la cabeza mutilada—, al que acompaña otro con la cabeza recompuesta. Todas las figuras conservan restos de la policromía, en la que de nuevo se alternan colores planos con ribetes y rameados dorados.

Detalle de Commiseratio Patris

     Por algunas antiguas fotografías sabemos que el grupo se encontraba en el Salón de la Priora, desconociéndose más datos sobre su ubicación en el monasterio. Por sus características estilísticas, se data hacia 1530, fecha en que está documentada la presencia de Gabriel Joly en el Monasterio de Sijena. 

Restos del Retablo de la Infancia de Jesús

 Se conservan fragmentos de otro retablo igualmente elaborado en alabastro por Gabriel Joly, del que algunas fuentes informan de su primitiva ubicación en la capilla de San Juan, de donde habría pasado fragmentado a la Sala Capitular, según testimonia una fotografía firmada por Quiroga y conservada en el Archivo Histórico Provincial de Huesca. En su diseño original estaba compuesto por una estructura de madera que enmarcaba las escenas y provisto de dos puertas. El retablo sufrió un deterioro irreparable a causa del fuego en 1936, durante la Guerra Civil, conociéndose que entre su iconografía figuraba en la casa central de la predela el desaparecido grupo del Llanto sobre Cristo muerto, sobre el que se colocaba en la hornacina principal del primer cuerpo el grupo de Jesús entre los doctores, flanqueado por hornacinas con las figuras de San Cristóbal y San Jerónimo, de las que no quedan restos. Sí se conservan fragmentos de las figuras exentas de San Juan Bautista y San Gabriel, aunque todo ello se reduce a un conjunto de patéticos fragmentos testimoniales, con restos de policromía, de lo que debió ser un magnífico retablo elaborado, al igual que el de Santa Ana, entre 1529 y 1530. 

Piezas recuperadas en el museo provisional
UN  DRAMA  IRRESOLUBLE    

A lo largo del tiempo del Monasterio de Sijena fue expoliado completamente todo, y decir todo es exactamente eso, todo, imposible de resumir en un pequeño artículo. Entre las obras más destacadas hay que citar el monumental Retablo Mayor de la iglesia, uno de los grandes proyectos pictóricos del renacimiento español que corrió a cargo de Rodrigo de Sajonia, denominado Maestro de Sijena, bajo el mandato de la priora María Ximénez de Urrea (1510-1521). Desmembrado en el siglo XVIII, sus tablas se hallan actualmente dispersas en el Museo de Santa Cuz de Toledo, el Museo de Zaragoza, el Museo de Huesca, el Museo del Prado de Madrid, el Museo Nacional de Arte de Cataluña de Barcelona y el Meadows Museum de Dallas, entre otros.

Obra principal también fue el Retablo de la Virgen pintado entre 1367-1381 por Jaume Serra, vendido a la Junta de Museos de Barcelona en 1918 y hoy conservado completo en el Museo Nacional de Arte de Cataluña.

Gabriel Joly. Grupo del Nacimiento de Jesús, 1529-1530, Monasterio de Sijena 

     Capítulo aparte es el caso de las pinturas murales de la Sala Capitular del Monasterio de Sijena, obra maestra del arte del 1200 y obra primordial del arte medieval hispánico, cuya iconografía alterna escenas del Antiguo y Nuevo Testamento ajustadas al marco arquitectónico, combinando temas entre los muros y los arcos, cuya magnificencia quedó muy bien reflejada en la acuarela que realizara Valentín Carderera2. Las pinturas sufrieron los efectos del incendio de 1936, tras lo que un equipo de especialistas llegados de Barcelona se ocupó de su traspaso a lienzo y de su posterior restauración. En 1940 ingresaron en el Museo Nacional de Arte de Cataluña, donde se recreó el espacio de la sala capitular, tal y como se muestra en nuestros días. Este conjunto pictórico también es objeto de reivindicación por parte de las instituciones aragonesas.       

Detalles del grupo del Nacimiento de Jesús

     Otras obras todavía permanecen en el Museo de Lérida, entre ellas el Trono de doña Blanca de Aragón y Anjou, obra singular del siglo XIV, las esculturas de la Virgen del Parlatorio, Virgen yacente y San Gregorio, la predela del retablo de la Inmaculada y otras pinturas, como las que presentan emparejadas a Santa Eulalia con Santa Úrsula y a Santa Lucía con Santa Águeda.

 

Informe y fotografías: J. M. Travieso.

Fragmentos del retablo de la Infancia de Jesús

 Notas 

1 MORTE GARCÍA, Carmen y CASTILLO MONTOLAR, Margarita: El retablo mayor renacentista de Tauste. Institución Fernando el Católico (C.S.I.C.), Diputación de Zaragoza, Zaragoza, 2012. 

2 LANZAROTE GUIRAL, José María y ARANA COBOS, Itxziar: Valentín Carderera. Viaje artístico por Aragón. Monumentos arquitectónicos de España. Institución Fernando el Católico, Zaragoza, 2013.

 



Retablo de la Infancia de Jesús
Foto Quiroga, Archivo Histórico Provincial de Huesca














Museo provisional en el antiguo dormitorio conventual









Portada románica de la iglesia del Monasterio de Sijena









Ábsides románicos de la iglesia del Monasterio de Sijena









Acuarela de Valentín Carderera
Sala Capitular del Monasterio de Sijena con algunas dueñas










Gabriel Joly. Quinta Angustia
Izda: 1525-1526, iglesia de Sta. María Magdalena, Zaragoza
Dcha: H. 1532, Retablo de Santiago, Colegiata de Bolea (Huesca) 

OTRAS  ESCULTURAS  DE  GABRIEL  JOLY  

 







Piedad, 1537, iglesia de San Pedro, Teruel











Izda: Virgen con Niño, 1526, iglesia de  Villafeliche (Zaragoza)
Dcha: Adoración de los Reyes, h. 1532, ret. de Santiago, colegiata de Bolea








Retablo de Santiago y detalle de San Miguel, h. 1532
Colegiata de Bolea (Huesca)












San Juan Bautista, alabastro, h. 1532
Retablo de Santiago, colegiata de Bolea











Profetas, madera al natural, h.1530, Institute of Arts, Detroit











San José, madera natural, 1532-1536
Institute of Old Masters Research Collection











Sagrada Familia con San Juan niño, madera natural, 1535, Museo Nacional de Escultura, Valladolid 









Izda: Adoración de los Pastores, 1536, retablo Catedral de Teruel
Dcha: Retablo de la Adoración de los Pastores, h. 1535,
Museo Nacional de Escultura, Valladolid










Segundo cuerpo del retablo de la Catedral de Teruel, 1536








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