SANTO DOMINGO PORTANDO UNA ESTRELLA
/ APARICIÓN DE LA VIRGEN A SANTO DOMINGO
Jorge Oteiza (Orio, Guipúzcoa, 1908
- San Sebastián, 2003)
1953 / 1954
Aluminio fundido / Piedra
Exterior del ábside la iglesia / Entrada
del Colegio de los Dominicos de Arcas Reales, Valladolid
Escultura contemporánea. Modelado
en estilo abstracto
Para el Colegio de los Dominicos de Arcas Reales de Valladolid, complejo
realizado por el arquitecto Miguel Fisac entre 1953 y 1954, cuyo proyecto fue
premiado en el Concurso de Arquitectura religiosa de Viena, Jorge Oteiza recibió
el encargo de realizar distintas esculturas. El escultor ya había colaborado
con los arquitectos Francisco Javier Sáenz de Oíza y Luis Laorga en el
Santuario de Nuestra Señora de Aránzazu (1950-1954) de Oñate, donde la obra diseñada por
Oteiza para la fachada principal—14 apóstoles en lugar de 12 y con una plástica
abstracta— provocó el descontento del Obispado de San Sebastián, que le acusó
prácticamente de herejía y ordenó la suspensión cautelar de los trabajos de
Oteiza, siendo inaugurado el santuario en 1955 sin sus esculturas. Resueltos
los problemas, el proyecto se culminó en 1969 con los apóstoles en la base y una
imagen igualmente abstracta de la Piedad coronando la fachada. Del mismo modo,
colaboró con Sáenz de Oíza y José Luis Romaní en el proyecto de una "Capilla
en el Camino de Santiago", que ganó el Premio Nacional de Arquitectura en
1954.
Respondiendo a la petición, para el proyecto de Fisac en Valladolid
Oteiza presentó bocetos con diversos temas, como el profeta Elías en su carro
de fuego, una escuadra de ángeles, un reloj de sol con la figura de Cristo
resucitando a Lázaro, un grupo con la Aparición de la Virgen a Santo Domingo y
Santo Domingo portando una estrella. De todos ellos solo fueron aceptados e
incorporados los dos últimos por ajustarse a los ideales dominicos.
Estas esculturas responden a un momento clave en la trayectoria de
Oteiza, cuando desde lo figurativo comienza a experimentar formas abstractas,
como también ocurriera en el Apostolado y la Piedad de la fachada
de Aránzazu o en la Piedad incorporada al exterior de la iglesia gótica de
San Vicente de San Sebastián. El grupo de la Aparición de la Virgen a Santo
Domingo, realizado en 1954 en piedra y colocado próximo a la entrada del
Colegio, es el menos evolucionado, contrastando la parte pulida de las
carnaciones con la piedra apenas desbastada de las vestiduras. Sin embargo, el
grupo respeta la autonomía de cada elemento arquitectónico, incorporando la
singularidad de lo orgánico a las superficies geométricas y lisas de la
arquitectura.
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Oteiza. Apostolado, 1969 Fachada de la Basílica de Nuestra Señora de Aránzazu, Oñate |
El entendimiento entre el arquitecto y el escultor es más apreciable en
la escultura de Santo Domingo portando una estrella, fundida en aluminio
en 1953 y concebida como una prolongación del exterior del ábside ligeramente
convexo de la iglesia, con formas abstractas que rematan una pantalla alta y
delgada que adquiere el aspecto de la vela o la proa de un barco que abre el camino
hacia el infinito al resto de edificaciones del Colegio, consiguiendo que todo
el conjunto se focalice hacia ese vértice en que parece flotar el santo fundador
dominico como un elemento autónomo que sugiere un esfuerzo por desprenderse de
lo terrenal y buscar lo trascendente. Oteiza elige uno de los atributos
tradicionales del santo, la estrella que, según la leyenda, apareció sobre su
frente durante su bautismo. Estas esculturas comienzan a manifestar uno de los
conceptos que caracterizará la obra de Oteiza: el llamado vacío activo.
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1950-1955. Basílica de Aránzazu, Oñate |
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Oteiza. Piedad, aluminio fundido, instalada en 1999 Iglesia de San Vicente, San Sebastián |
MACLA DE DOS CUBOIDES ABIERTOS
Jorge Oteiza (Orio, Guipúzcoa, 1908
- San Sebastián, 2003)
1973 / Colocado en 2004
Piedra
Recinto de la iglesia de San
Agustín, Valladolid
Escultura contemporánea. Tallado
en estilo abstracto
En el proceso de experimentación de Oteiza, en los años 1956 y 1957
comenzó a realizar los juegos de aperturas en los cuboides Malevich, que se
irían complicando, mediante los diferentes modos de seccionar la piedra,
originando composiciones de gran riqueza expresiva y dinamismo en las que el
escultor daba mayor importancia al vacío generado por su acción que al objeto
final obtenido. Con un lenguaje arquitectónico de carácter monumental, sus
obras son el resultado de la unión de diferentes partes que forman una unidad,
sin que pierdan el carácter fragmentario con el que están compuestas, pues las relaciones
entre las partes no son estables y simétricas, sino dinámicas e inestables, lo
que convierte la obra en una matriz espacial que domina el vacío de su entorno.
El término macla deriva del lenguaje geológico y se refiere a la
asociación de dos o más cristales gemelos orientados simétricamente respecto a
un eje o un plano, con un aspecto de unión inseparable. Sin embargo, los
cuboides Malevich adoptan una forma asimétrica, normalmente con varios planos
rectos, orientados entre sí diagonalmente, que a su vez se combinan con otros
planos incurvados. Esta fusión de elementos produce la sensación de una alta
concentración de energía, proporcional a la que se necesitaría para separarlos.
En las maclas funcionan dos tipos de energías contrapuestas. Una externa
que moldea el cuerpo sólido y otra interna como consecuencia de la fusión de
elementos. Esto produce una tensión dinámica que Oteiza convierte en
expresividad, con una estabilidad derivada de su posición sobre el plano del
suelo, donde una de sus caras es la base de apoyo, mientras las otras se abren
al espacio circundante.
El emplazamiento de la Macla de dos cuboides abiertos de
Valladolid se eligió cuidadosamente en 2004 en un entorno de ruinas pétreas y
excavaciones. Para ello, Oteiza concibió un plano de apoyo, estableciendo una
plataforma neutra que no interfiere en la lectura de la obra, capaz de soportar
el peso estructurando los movimientos. Sobre ella reposan los cuboides a modo
de brazos abiertos. Con ello se crea un ámbito propio singularizado que en
Valladolid se completa con un banco corrido en ángulo desde el que los
espectadores pueden contemplar la obra aislada en el centro. Las texturas
rugosas y grises del pavimento contrastan con el pulimentado de los cuboides y su
tonalidad más oscura, que parecen impulsados por un movimiento telúrico que emana
del interior de la tierra.
RETRATO DE UN GUDARI LLAMADO
ODISEO
Jorge Oteiza (Orio, Guipúzcoa, 1908
- San Sebastián, 2003)
1975 / Colocado en 2002
Chapa recortada, soldada y pintada
Jardín delantero de la Fundación
Segundo y Santiago Montes, Valladolid
Escultura contemporánea. Plegado
en estilo abstracto
A la etapa final de las experimentaciones de Oteiza, pertenecen las
composiciones basadas en el plegado de chapas que configuran un tipo de
esculturas que adquieren un carácter arquitectónico. En ellas, el objetivo es
construir un hueco interior habitable mediante superficies yuxtapuestas. Estas
son de chapa recortada y soldada en sus aristas, con el grosor estándar del
propio material constructivo. En este tipo de esculturas han desaparecido los
vestigios de la masa modelada de su primera época (como en el Santo Domingo
portando una estrella del Colegio de los Dominicos de las Arcas Reales) ni
se experimenta sobre el volumen como ocurre en las maclas volumétricas de los
cuboides (como ocurre en la Macla de dos cuboides abiertos asentada en
el recinto de la iglesia de San Agustín), pues en estas piezas todo el esfuerzo
se dedica a definir una envolvente que active y haga significante el vacío
interior, hecho que se consigue con la operación del plegado concebida como la
transición de unas caras a otras siguiendo las ortogonales del triedro euclídeo.
En estas esculturas cobran una suma importancia los recortes a los que
se someten los planos de ese triedro y la selección precisa de las aristas más
decisivas para soportar el conjunto y definir un prisma virtual dinámico. El
plegado garantiza la superposición y el siluetado de unas caras del cubo
virtual sobre otras a través, justamente, del vacío interior, que sirve de
puente entre los distintos planos plegados y recortados. Las composiciones
presentan la paradoja de ser bidimensionales, ya que las caras actúan como
siluetas oscuras sobre el vacío espacial luminoso y limpio.
Una versión del modelo original del Retrato de un gudari llamado
Odiseo de 1975 se encuentra colocada en el jardín que da acceso a la
Fundación Segundo y Santiago Montes de Valladolid. Esta obra, que expresa de
forma muy clara las últimas experimentaciones del escultor, antes de que
decidiera abandonar la escultura, tras llegar a la conclusión de que había
culminado su experimentación artística, y se retirara al pueblo navarro de
Alzuza para escribir ensayo y poesía.
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Oteiza, 1958. Caja metafísica. Homenaje a Leonardo Caja vacía con gran apertura, Museo Guggenheim, Bilbao |
Se trata de un regalo de Jorge Oteiza como recuerdo de la figura de
Santiago Montes, amigo personal del escultor desde que coincidieran en la etapa
de Aránzazu, figurando en la escultura la inscripción “A Santiago Montes con el
profundo afecto de Oteiza”. Esta Fundación se creó en Valladolid en 1994, por
iniciativa de Cristina y Catalina Montes, con la finalidad de dar continuidad a
la labor humanitaria, social, artística y cultural llevada a cabo en distintos
países por los dos hermanos, fallecidos en 1989. El Salvador, país en que ambos
trabajaron y en el que Segundo Montes fue asesinado (junto a cinco jesuitas y
dos trabajadoras de su residencia de la UCA), es el epicentro de la labor
humanitaria que la fundación lleva a cabo en el ámbito internacional.
La ubicación concreta de la escultura dentro del jardín, al igual que la
forma y el tamaño de la base fueron decisión del propio Oteiza, quedando
instalada en 2002, siete años después de la inauguración de la Fundación Segundo
y Santiago Montes y un año antes del fallecimiento del escultor vasco.
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Oteiza. Construcción vacía, acero corten, 1957 San Sebastián |
Informe y
fotografías: J. M. Travieso.
Bibliografía
ZAPARAÍN,
Fernando y RAMOS, Jorge, Escuela de Arquitectura de Valladolid: Oteiza en
Valladolid. Boletín de la Real Academia de Bellas Artes de la Purísima Concepción
(BRAC), nº 47, Valladolid, 2012, pp. 139-150.
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Oteiza. Variante ovoide de la desocupación de la esfera, acero corten, 1958 Bilbao |
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Fundación Museo Jorge Oteiza, 2003, Alzuza, Navarra |
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Jorge Oteiza 1908-2003 |
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