SAN JORGE / SANT JORDI
Pere Niçard
1468-1470
Óleo sobre tabla
Museo Diocesano, Palma de Mallorca
Procedente de la desaparecida
iglesia de San Antonio de Padua
Pintura gótica hispano-flamenca
La apertura de la ruta atlántica o de Flandes en el siglo XIV, reforzó
el puerto de Palma de Mallorca como tránsito de la marina italiana de Génova,
Pisa, Florencia y Venecia, consolidándose en el siglo XV como centro neurálgico
a partir de la conquista de Nápoles por Alfonso el Magnánimo. De este modo, el
puerto de la Ciudad de Mallorca se convirtió en el cruce de todas las rutas
comerciales del Mediterráneo Occidental, incluyendo las que tenían como destino
el estrecho de Gibraltar, Canarias o Flandes. Como consecuencia, la ciudad y su
puerto se convirtió en punto de encuentro de todo tipo de barcos, mercancías,
gentes y conocimientos de la época.
SAN JORGE, UN
SANTO MUY VENERADO EN LA EDAD MEDIA
La historia de San Jorge es un relato del que no existe ninguna certeza
histórica, aunque una tradición secular hizo enraizar su devoción en muchos
lugares del mundo, seguramente por la conmovedora historia ligada a su figura.
Según la leyenda, San Jorge nació a finales del siglo II en la región de
Capadocia (en la actual Turquía), por entonces perteneciente al Imperio romano,
hijo de Geroncio, un oficial del ejército, y de Policromía. Siendo muy joven se
hizo soldado como su padre e ingresó en el séquito del emperador Diocleciano,
llegando a ser uno de sus guardias personales.
La leyenda más célebre atribuida a San Jorge, recogida en la Leyenda Dorada,
es su lucha y victoria sobre un dragón en Capadocia. Según esta, un dragón
anidó junto a una fuente que suministraba el agua de una ciudad. Para apartar
al monstruo de la fuente, los ciudadanos le ofrecían a diario un par de ovejas,
pero esto no le era suficiente, por lo que por orden del rey comenzaron a
ofrecerle un sacrificio humano decidido al azar entre los habitantes. Un día la
suerte recayó sobre la princesa local, lo que produjo que su padre, el rey, clamara
sin éxito por la vida de su hija. En un momento en que la joven estaba a punto
de ser devorada, entra en escena San Jorge, armado y a caballo, que en un duro
enfrentamiento consigue matar al dragón y salvar a la princesa. Como gesto de
agradecimiento, aquellos ciudadanos abandonaron el paganismo y se convirtieron
al cristianismo.
La leyenda de San Jorge, que hunde sus raíces en el mito griego de Perseo y Andrómeda y en las luchas de los ejércitos celestiales, capitaneados por San Miguel, contra los ángeles rebeldes que representan el mal, dio lugar a una interpretación cristiana del mito, por la que San Jorge —en su condición de Miles Christi, soldado de Cristo— simbolizaría al creyente, el caballo blanco a la Iglesia y el dragón vencido a la idolatría, el paganismo, el pecado y al mismo Satanás.
El 21 de junio de 1468 la junta de la Cofradía de Sant Jordi o de los
Caballeros de la Ciudad de Mallorca encargó un retablo de tablas pintadas, presidido
por su santo titular, a los pintores Pedro Niçard y Rafael Mòger, estipulando
que la obra debería ser entregada el 23 de abril de 1469, festividad de Sant
Jordi. Este plazo no debió cumplirse, pues el 3 de junio de 1470 algunas
personas se presentaban como valedores de Niçard por si no terminaba la obra,
de lo que se deduce que el retablo debió rematarse en ese año.
La Cofradía solicitó al rey Alfonso el Magnánimo la cesión de la antigua
lonja de los genoveses, pero debido a que no había tiempo para su
acondicionamiento se eligió como sede la iglesia de San Antonio de Padua, donde
ya existía una capilla dedicada al santo guerrero.
En aquel momento Rafael Mòger era el pintor oficial del consejo de la
ciudad y mantenía intensas relaciones con artistas franceses de Niza y la
región de Picardía, siendo quien introdujo en Mallorca y en el gremio de
pintores a Pere Riçard, al que se le supone natural de Niza y del que no se
conocen datos personales, tan sólo referentes a su actividad entre 1468 y 1470,
cuando realiza una obra de estilo hispano-flamenco, con una gran minuciosidad
que revela el influjo de Jan van Eyck.
En la gran tabla de San Jorge el fondo dorado habitual en la pintura
gótica, utilizado para infundir un carácter intemporal y celestial a los
personajes sagrados, deja paso, siguiendo los modelos flamencos, a un extenso
paisaje, lo que unido al empleo del óleo y la descripción minuciosa de todos
los elementos, impregnan a la pintura de un marcado estilo flamenquizante.
Estas características de la pintura inducen a pensar que el origen de Pere Niçard estuviese en la Picardía francesa, región de la que huyeron varios artistas cuando entró en conflicto en 1465. Posiblemente el pintor huyera a Aviñón y después se desplazara a Mallorca. Joan Rosató, pintor y mercader de Niza, establecido en Mallorca, fue nombrado el año 1469 cónsul de Niza en Mallorca. Él podría haber sido quien facilitara la llegada de Niçard y su incorporación al taller de Rafael Mòger, aunque Niçard acabaría creando su propio estilo.
TABLAS DE LA PREDELA DEL RETABLO DE SAN JORGEDe las cinco tablas de la predela se conservan tres en el Museo Diocesano
de Palma de Mallorca.
Cristo Varón
de Dolores
Obra de Pere Riçard, ocupa en encasamento central y presenta a Cristo
dentro del sepulcro mostrando las llagas de la corona de espinas, las manos y
el costado. Le acompañan a los lados las figuras de la Virgen, con túnica roja
y cubierta por un manto azul, y San Juan, con túnica verde y una capa roja. Al
fondo, a los lados del eje central que marca la cruz, sobre la que aparecen los
clavos y el rótulo de Inri, sobre un fondo oscuro se diseminan las Arma Christi,
apareciendo de izquierda a derecha la túnica de Cristo, el cáliz, el paño de la
Verónica, la bolsa con monedas de Judas, una trompeta, cintas, un farol, la
lanza con la esponja y el calderín con hiel y vinagre, las cañas de la
coronación, la cabeza y las manos de un sayón, los flagelos, la espada de San
Pedro con la oreja de Malco, la corona de espinas, las manos de Pilatos, la
escalera, la lanza de Longinos, una azada, unas tenazas y una columna coronada
por el gallo que cantó a San Pedro, todos estos elementos representados de
forma esquemática.
Predela. Pere Niçard. Cristo Varón de Dolores |
Esta tabla situada en la parte izquierda, por el contrato debería haber
sido realizada por Pere Niçard, pero ante el parón de la obra en 1470,
finalmente fue realizada por Rafael Mòger. Representa el patio de un castillo
en cuyo centro un verdugo, que obedece las órdenes de un capitán a caballo,
acaba de decapitar al santo mártir, cuya alma es elevada a los cielos por dos
ángeles. A los lados se colocan grupos de ciudadanos y de soldados, mientras
por los ventanales asoman cabezas de mujeres. Compuesta por figuras
inexpresivas, en la escena prevalece el valor narrativo.
Conquista de
Mallorca por las tropas de Jaime I en 1229
Esta es la tabla más interesante de las conservadas de la predela por su contenido iconográfico. Es obra de Pere Niçard y en ella se representa la conquista de la Ciudad de Mallorca por las tropas de Jaime I el Conquistador el 31 de diciembre de 1229, asalto en el que según el Libro de los Hechos de Jaime I, la Crónica de Marsili y la Crónica de Desclot, fue asistido por San Jorge.
Predela. Rafael Mòger. Decapitación de San Jorge |
Un análisis detallado permite reconocer la calle de San Miguel, en la que se aglutinan los combatientes musulmanes con turbantes y escudos bilobulados, mientras las tropas cristianas avanzan por detrás de la Puerta de Santa Margalida. Entre ellos se identifican las figuras ecuestres de San Jorge, con sobrevista blanca, una cruz roja y nimbo de rayos sobre su cabeza, junto al rey Jaime I cubierto por el casco con el dragón alado. A su lado camina el caballero Nuño Fernández de Lara y otro desconocido jinete que porta la divisa de los Moncada.
En resumen, las tres escenas en las que aparece San Jorge intentan
destacar aspectos de la cruzada, del martirio de la milicia cristiana y la
glorificación de San Jorge, tan presente en el imaginario mallorquín.
Predela. Pere Niçard. Conquista de Mallorca por Jaime I en 1229 |
Fotos de otras
representaciones de San Jorge: webs de los diferentes museos.
Jean Mansel. La Flor de la Historia h. 1455 Biblioteca Real de Bélgica, Bruselas |
No hay comentarios:
Publicar un comentario