SAN SEBASTIÁN
Gian Lorenzo Bernini (Nápoles,
1598 – Roma, 1680)
1616-1617
Mármol
Museo Nacional Thyssen Bornemisza,
Madrid
Escultura barroca
Una vez recuperado, San Sebastián volvió a interpelar al emperador
Diocleciano, que ordenó su detención y le condenó a ser apaleado hasta la
muerte. Murió el 20 de enero de 290 y su cuerpo fue arrojado a la cloaca Máxima
para evitar ser localizado por los cristianos, pero se le apareció en sueños a santa
Lucina, que se ocupaba de dar sepultura a los mártires, para indicarle dónde se
hallaba y pedirle que le diera cristiana sepultura, como así ocurrió en las
catacumbas de la Vía Apia de Roma que toman su nombre.
Como es habitual en el genial escultor, la representación de San
Sebastián se aparta de la representación tradicional para infundir una
mayor expresividad basada en un formidable estudio anatómico en el que el
mármol queda desmaterializado para convertirse en morbidez carnal, con un trabajo
de pulimento de aspecto cerúleo que contrasta con la superficie mate —simplemente
desbastada— de la roca en que se apoya y el tronco del árbol al que permanece
atado, que presenta una gruesa corteza y brotes con hojas que asoman sobre sus
hombros.
San Sebastián, que presenta un tamaño inferior al natural (98 cm de
altura), apenas puede mantener el equilibrio, siendo retenido por las ataduras
que sujetan su brazo derecho a una rama seca, mientras el brazo izquierdo cae
inerte hasta la cintura y las piernas parecen deslizarse apoyándose únicamente
sobre los dedos de los pies, con las venas remarcadas y los músculos todavía en
tensión.
Como acostumbra, Bernini coloca el centro emocional en la cabeza, apoyada hacia atrás, con la boca entreabierta y los ojos cerrados, reflejando un instante en que el mártir se debate entre la vida y la muerte.
En la escultura, que fue realizada cuando aún trabajaba en el taller paterno, representa en la trayectoria del escultor el inicio de una dirección autónoma respecto al estilo de su padre, Pietro Bernini, con quien que se había trasladado a Roma cuando tenía seis años. En ella se aprecian ecos de la obra de Miguel Ángel, especialmente de la Piedad del Vaticano y de la Piedad Bandini del Museo de la Opera del Duomo de Florencia, que a principios del siglo XVII se encontraba en Roma, especialmente en la languidez del cuerpo agónico, heredando la habilidad para plasmar las texturas de la piel y los ropajes, así como la capacidad para impregnar al mármol de emoción y movimiento. Por otra parte, la suavidad del modelado recuerda tanto la pintura de Correggio —en la dulzura del pathos— como la que Rubens realizara recién llegado a Roma —San Sebastián curado por ángeles, 1601-1602, Palacio Corsini—, con un delicado trabajo de la superficie anatómica que proporciona a la escultura una destacada calidad pictórica.
Informe: J. M.
Travieso.
La escultura en el Museo Nacional Thyssen, Madrid |
Gian Lorenzo Bernini. Martirio de San Lorenzo, 1617 Colección Contini Bonacossi, Galería de los Uffizi, Florencia |
Gian Lorenzo Bernini. Martirio de San Lorenzo, 1617 Colección Contini Bonacossi, Galería de los Uffizi, Florencia |
Gian Lorenzo Bernini. Martirio de San Lorenzo, 1617 Colección Contini Bonacossi, Galería de los Uffizi, Florencia |
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Curiosamente el santo de la fe cristiana y católica llamado San Sebastián es el patrono de la ciudad de Palma de Mallorca donde se celebra su festividad y su santo en el mes de enero cada año organizándose actos tanto oficiales por parte del Ayuntamiento como lúdicos y festivos por parte de diferentes organizaciones.
ResponderEliminarRespecto a la estatua realizada en mármol en aquella lejana época solamente se puede decir que se observa la maestría total del artesano y escultor que la hizo el cual demostró que dominaba la técnica ya a esa temprana edad digna del mejor de los maestros. Este escultor legó para la posteridad una obra de arte en mayúsculas.