3 de julio de 2023

Theatrum: HISTORIA DE LA VIRGEN VULNERATA, viñetas para una historia conmovedora


 


CICLO DE LA HISTORIA DE LA VIRGEN VULNERATA  

Diego Díez Ferreras (Carmona, Sevilla, h. 1640 - Valladolid, 1697)

1679

Óleo sobre lienzo

Iglesia del Real Colegio de Ingleses de San Albano, Valladolid

Pintura barroca. Escuela castellana

 



     Uno de los ciclos pictóricos barrocos más interesantes que se conservan en Valladolid es el que narra de forma visual la profanación de una imagen de la Virgen con el Niño en Cádiz, durante el asalto llevado a cabo por tropas inglesas y holandesas en 1596. Más que por sus valores artísticos, el conjunto tiene un extraordinario valor testimonial por el revulsivo que supuso aquel agravio en la sacralizada sociedad vallisoletana, con el Colegio de Ingleses de San Albano como escenario, lo que daría lugar a una renovada devoción por la defenestrada imagen que se mantiene hasta nuestros días. 

EL REAL COLEGIO DE INGLESES DE SAN ALBANO  

Durante el reinado de Isabel I, comenzó en Inglaterra una sangrienta persecución de los católicos que hizo que la formación de sacerdotes ingleses fuera imposible. Ante esta situación, la Iglesia buscó ayuda en otros países europeos. En 1568 el Cardenal William Allen estableció el Colegio de Ingleses de Douai, Francia, que contó con la protección del rey español Felipe II. 

     En 1588, año en que la Armada Invencible partió hacia Inglaterra con la esperanza de restaurar el catolicismo, tres estudiantes ingleses de aquella fundación se desplazaron a Valladolid con la intención de fundar un nuevo colegio en un país católico. Aunque fueron bien recibidos por sacerdotes y simpatizantes, los temores a la potencia inglesa hicieron que al poco tiempo de llegar fueran arrestados como sospechosos. Al cabo de un año, el jesuita Robert Persons, que aspiraba a reinstaurar en Inglaterra la iglesia católica, se entrevistó con Felipe II para pedir ayuda en la creación de seminarios que formarían sacerdotes para trabajar en su país, siéndole permitido solicitar fondos a las autoridades de Valladolid.

Tras la puesta en libertad de los seminaristas ingleses y con el padre Robert Persons a la cabeza, encontraron alojamiento cerca del convento de Santa Clara. En 1589 se fundaba el Real y Pontificio Colegio de Ingleses — Royal English College— bajo la advocación de San Albano, considerado el primer mártir inglés durante la conquista romana, ocupando una casa situada en el lugar del actual edificio colegial, al que acudieron nuevos estudiantes procedentes de Douai, entre ellos los futuros mártires Robert Drury y Roger Filcock. Este hecho fue conocido por Isabel I que, tras ser proclamada reina en 1591, denunció el trabajo de seminaristas y jesuitas de San Albano de Valladolid.     

     Desde Valladolid se fundarían otros colegios de ingleses, como el de San Gregorio de Sevilla en 1592 y el de San Jorge de Madrid en 1610. Todos ellos formarían sacerdotes que regresarían a realizar su misión en Inglaterra, donde al ser considerados traidores corrían el riesgo de ser arrestados y ejecutados. 

En otro orden de cosas, en esta confrontación entre España e Inglaterra, hemos de referirnos a un hecho singular: el ataque por sorpresa, en 1596, de la flota inglesa y sus aliados holandeses a la ciudad de Cádiz, donde se sucedieron los hechos de la profanación de la Virgen Vulnerata que Diego Díez Ferreras narra en las pinturas de la iglesia del Colegio de Ingleses de Valladolid, a las que después nos referiremos con detalle.

Dicha iglesia fue construida, entre 1671 y 1676, por iniciativa de Manuel de Calatayud, rector del Colegio de Ingleses en aquellos años, que tras un arduo proceso de dificultades económicas, con paciencia realizó “demandas” a otras casas jesuitas, personajes e instituciones de otros lugares de España, incluidos los monarcas, consiguiendo recaudar los fondos necesarios para encomendar al arquitecto Pedro Vivanco una nueva iglesia de plan central inspirada en modelos cortesanos, como San Antonio de los Portugueses de Madrid, aunque el modelo más próximo es la iglesia del convento de San Bernardo de Alcalá de Henares, con planta elíptica, capilla mayor, seis capillas laterales y cubierto con una gran cúpula ovalada.

Retablo mayor de la iglesia del Colegio de Ingleses de San Albano
Junto a la Vulnerata, esculturas de San Albano, Tomás Beckett y San Eduardo de Francisco de Rincón
En las puertas, pinturas de ángeles de Diego Díez Ferreras
 

     El centro devocional de la iglesia del Colegio de Ingleses de San Albano sería la imagen de la Virgen Vulnerata, que sigue presidiendo el retablo mayor con los mismos signos del ultraje que presentaba cuando llegó a Valladolid en 1600 en presencia de la reina Margarita de Austria, tras ser reclamada por los jesuitas de este colegio con la intención de que los seminaristas ingleses reparasen espiritualmente la profanación realizada por sus compatriotas durante el ataque a Cádiz.

Para colocar al culto la imagen de la Vulnerata, en 1677 se encargó un retablo mayor al ensamblador Blas Martínez de Obregón, finalmente realizado por Francisco Villota, donde se mantuvieron las esculturas del retablo preexistente, realizadas a comienzos del siglo XVII por Francisco de Rincón, que representan a los santos ingleses San Albano, titular del Colegio, al mártir Tomás Beckett y a San Eduardo el Confesor, rey de Inglaterra.

Cúpula con pinturas de Diego Díez Ferreras

     Asimismo, para los retablos de las capillas de la nueva iglesia, Manuel de Calatayud eligió a los escultores más prestigiosos del momento en Valladolid, herederos en la segunda mitad del siglo XVII del estilo implantado por Gregorio Fernández, figurando entre ellos Alonso de Rozas, Juan Antonio de la Peña, Juan de Ávila y su hijo Pedro de Ávila, que participaron en dos retablos dedicados a las Familias de la Virgen y de Jesús, en otros dos con los temas pasionistas del Calvario y la Piedad, en el dedicado a destacados santos jesuitas y en el de los arcángeles y la Inmaculada.

Al mismo tiempo, las labores de pintura se encomendaron a Diego Díez Ferreras, que tras la muerte de Diego Valentín Díaz era el pintor más notable de la ciudad. Este se encargó de realizar los ocho lienzos colocados en la cúpula que representan al Salvador, la Inmaculada Concepción, San José con el Niño, Santa Isabel con San Juan Bautista niño, San Juan Evangelista, María Magdalena, San Joaquín y Santa Ana con la Virgen niña, a los que se sumaron las pinturas de ángeles sobre las puertas laterales del retablo mayor y posiblemente las incluidas en el retablo dedicado a los santos jesuitas. Pero sin duda, la obra pictórica más interesante es el ciclo de ocho pinturas de gran formato que, colocadas con grandes marcos sobre las tribunas que se abren a la nave, narran con detalle la historia de la Virgen Vulnerata y su llegada a Valladolid. 

LA HISTORIA DE LA VIRGEN VULNERATA SEGÚN DIEGO DÍEZ FERRERAS

Las pinturas, que fueron terminadas por Diego Díez Ferreras en 1679, narran en forma de ocho monumentales viñetas la conmovedora historia de la que fue protagonista una imagen de la Virgen con el Niño que fuera realizada en madera de pino en un taller sevillano, a mediados del siglo XVI, y que recibía culto en la catedral de Cádiz.

El contexto de la historia se encuentra en medio de la sangrienta guerra, no declarada, que estalló a finales del siglo XVI entre los reinos de Inglaterra y España, después de que en 1588 el rey Felipe II, apoyado por el papa Sixto V, enviara la primera Armada Española con el objetivo de restablecer el catolicismo en Inglaterra, encabezando un intento de derrocar a la reina protestante Isabel I, hecho al que sucedieron episodios intermitentes durante diecinueve años en el que los dos bandos obtuvieron éxitos militares, aunque ninguno pudo reclamar la victoria general. 

Escena 1: Una flota inglesa y holandesa desembarca en el puerto español de Cádiz

En junio de 1596, una flota compuesta por 14.000 marineros ingleses y holandeses, liderados por el conde de Essex, zarparon hacia el puerto sureño de Cádiz con la intención de capturar la flota española en un ataque sorpresa, como así ocurrió.

La pintura muestra en la parte derecha la tranquila llegada —sin resistencia— de la flota inglesa a la costa de Cádiz, mientras en la parte izquierda se recrea el altar de la Virgen en la catedral, al que acuden a orar ciudadanos gaditanos temerosos de la invasión y algunas autoridades militares. Como nota anecdótica, ante el altar aparecen tres niños que juegan a la guerra sobre caballos de juguete.

Llegada a Cádiz del la flota inglesa y holandesa en 1596














Altar de la Virgen con el Niño en la catedral de Cádiz










Escena 2: Los atacantes ingleses y holandeses vencen la poca resistencia ofrecida por la tropa española, mientras los gaditanos rezan a los pies de una imagen de la Virgen María con el Niño Jesús

Cuando ingleses y holandeses llegaron a la ciudad de Cádiz, apenas encontraron resistencia por estar desprevenidas las tropas españolas. Tras imponerse los invasores, les fue permitido por sus comandantes el saqueo de la ciudad, aunque con la orden expresa de que respetaran a los ciudadanos gaditanos, que ante el inesperado ataque fueron en masa a pedir protección al popular altar que en la catedral disponía la popular imagen de la Virgen con el Niño.

Ataque de ingleses y holandeses a la ciudad de Cádiz

     En la parte izquierda de la pintura aparecen soldados invasores imponiéndose a los españoles, con una vista al fondo de embarcaciones invasoras en la bahía de Cádiz. Estas actúan de nexo de unión con una vista del altar catedralicio de la Virgen, al que acuden ciudadanos nobles para suplicar protección.

 





Los gaditanos acuden a la catedral a pedir protección









Escena 3: Los soldados atacantes derriban la imagen de la Virgen con el Niño

Ante la tristeza de algunos fieles gaditanos, los soldados derriban a golpes la imagen de la Virgen de su altar catedralicio.

 







La Virgen profanada en la catedral de Cádiz










Escena 4: La imagen de la Virgen María es arrastrada por las calles hasta la plaza del mercado

Los fieles gaditanos contemplan, con impotencia, como algunos soldados de las tropas inglesas arrastran con saña la imagen de la Virgen María y el Niño Jesús desde la catedral hasta la plaza del mercado, donde la someten a toda clase de vejaciones.

 

La imagen arrastrada por los soldados ingleses









Escena 5: Los atacantes mutilan con sus armas la imagen de la Virgen María y el Niño Jesús, dejándola con daños irreparables

Los soldados ingleses con sables y hachas acaban mutilando a golpes, en la plaza pública, la escultura devocional, a la que asestaron en la cara profundos cortes, la amputaron los brazos y redujeron a astillas la figura del Niño Jesús, del que quedaron como testigos unos muñones de los pies pegados al regazo de la Virgen. Los restos de la imagen profanada fueron arrojados a un vertedero situado fuera de la ciudad, de donde fueron parcialmente recuperados por doña Luisa de Padilla, esposa del conde de Santa Gadea, que por entonces ostentaba el cargo de Adelantado de Castilla. Este matrimonio decidió guardarla en un lugar de honor en la capilla de su palacio en Madrid. 

Escena 6: La condesa llora tras acceder a que la Virgen mutilada sea llevada al Real Colegio de Ingleses de Valladolid

Enterados los jesuitas del colegio vallisoletano de que la imagen profanada de la Virgen estaba custodiada en Madrid, el padre John Blackfan, procurador del English College, contando con el apoyo de los provinciales jesuitas, solicitó al Adelantado de Castilla y su esposa que fuera entregada la imagen al Colegio de Ingleses de Valladolid, donde se tendría la oportunidad de ver reparada la afrenta producida por sus compatriotas. 

Los jesuitas solicitando la entrega de la imagen para el Colegio de Ingleses

     Tras un periodo de negociaciones, durante el que se produjo la muerte de Felipe II en 1598 y la sucesión en el trono de su hijo Felipe III, los colegiales ingleses lograron que el año 1600 la imagen fuese enviada desde Madrid al seminario vallisoletano. En esos momentos ya circulaban rumores sobre el traslado de la propia Corte también a Valladolid, hecho que se haría oficial en enero de 1601.

En la pintura se suceden las acciones. En la parte derecha un grupo de jesuitas solicitan a los monarcas su intercesión para trasladar la imagen a Valladolid, en la parte central se aprecia el arranque de la procesión con la imagen sin brazos colocada sobre una carroza y a la izquierda la condesa Luisa de Padilla llora al despedirse de la Virgen Vulnerata, a la que había recubierto de un rico manto y había dotado de una corona de pedrería.

 


Llanto de la condesa al partir la imagen hacia Valladolid









Escena 7: Nuestra Señora Vulnerata llega en procesión a las puertas del Real Colegio de Ingleses de Valladolid

La esperada llegada de la imagen al Colegio de San Albano se produjo el 8 de septiembre de 1600, según orden de Felipe III, en forma de una solemne procesión acorde con la pompa habitual en las celebraciones importantes. Su esposa, Margarita de Austria había cedido una litera para ser trasladada en secreto desde Madrid a Valladolid.

Siguiendo el protocolo, la imagen fue depositada en el desaparecido convento del Carmen Calzado, desde el que el 7 de septiembre partió un cortejo formado por nobles a caballo, cuatro padres jesuitas y veinticuatro seminaristas ingleses acompañando a la imagen, que penetró en la ciudad por la Puerta del Campo (arranque de la Calle de Santiago) mientras repicaban los campanarios de la ciudad. La procesión llegó hasta la primitiva catedral de Valladolid, que había adquirido este rango cuatro años antes (1596), donde fue recibida por el Cabildo, pasando la imagen aquella noche en la antigua Colegiata custodiada por los seminaristas ingleses.

La imagen de la Vulnerata llega bajo palio
al Colegio de Ingleses de San Albano de Valladolid

     En la mañana del 8 de septiembre se celebró una función litúrgica en la catedral, con la asistencia de todos los integrantes del Colegio de San Albano, y por la tarde salió una procesión a la que se incorporaron miembros de cofradías, congregaciones locales, doscientos sacerdotes y el corregidor de Valladolid, llegando la Virgen Vulnerata bajo palio al Colegio de San Albano acompañada de una gran muchedumbre incorporada lo largo del recorrido. La reina Margarita de Austria, que no había desfilado en la procesión por motivos de seguridad, contempló desde un lugar de honor en el interior del templo la llegada de la Virgen y los actos de su entronización, para los cuales había hecho llegar ricas colgaduras del patrimonio real.

     En los días sucesivos se celebró en San Albano un novenario en el que participaron miembros de instituciones como la Chancillería, la Inquisición, la Universidad y el Cabildo catedralicio. El último día la Virgen fue coronada por Bartolomé de la Plaza, primer obispo de Valladolid, que en su sermón se refirió al sacrilegio padecido por la imagen gaditana como la “Señora vulnerada”, apelativo devocional con el que sería conocida a partir de entonces. 

La octava escena sobre el presbiterio de la iglesia
Escena 8: Adoración de la Vulnerata por la Corte.

La última de las pinturas, colocada sobre el muro en que se abre el presbiterio, representa a la Virgen Vulnerata entronizada en Valladolid y coronada por dos ángeles, mientras es adorada por Carlos II, doña Mariana de Austria y otros personajes de la Corte, aunque la visita de ese monarca al Colegio de San Albano nunca llegó a producirse.

 

En la actualidad la imagen desfigurada de la Virgen Vulnerata, aunque con las partes conservadas restauradas, ofrece el mismo aspecto que cuando llegara a Valladolid aquel 8 de septiembre de 1600, siendo ilustrada la causa de su aspecto mutilado en la monumental serie de ocho pinturas que recorren la parte alta de los muros de la iglesia barroca, cuyo patronato sigue ostentado, desde el reinado de Carlos III, el rey de España, que por una Real Cédula sigue controlando el nombramiento de los rectores del Real Colegio de Ingleses de San Albano.   

Las pinturas en la iglesia del Colegio de Ingleses de Valladolid

Informe: J. M. Travieso.

Fotos de las pinturas: Web del Real Colegio de Ingleses de San Albano de Valladolid.

Resto de fotografías: Del autor del artículo. 







Detalle de la escena 6 sobre una tribuna de la iglesia








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