30 de diciembre de 2020

Visita virtual: BELÉN NAPOLITANO, apoteosis barroca en la tierra del barroco








BELÉN NAPOLITANO
Diferentes escultores y artesanos activos en Nápoles en el siglo XVIII
1725 - 1790
Madera, terracota, textiles, orfebrería, artesanía del barro, cristal, cera, etc.
Museo Salzillo, Murcia
Arte rococó y popular








Hasta hace seis años, los belenes napolitanos más importantes de España, expuestos de forma permanente para el disfrute del público en general, eran el del Museo Palacio March de Palma de Mallorca y el del Museo Nacional de Escultura de Valladolid, ambos espectaculares. Sin embargo, desde el año 2014 se ha venido a sumar a ellos el belén napolitano del Museo Salzillo de Murcia, con el que se establece una triada de visita imprescindible para los amantes de esta modalidad artística.

El belén napolitano del Museo Salzillo de Murcia y el del Museo Nacional de Escultura de Valladolid se pueden considerar hermanos en su origen, pues ambos comparten el ser fantásticas colecciones reunidas pacientemente, con esfuerzo y conociendo a fondo este tipo de arte, por los coleccionistas madrileños Emilio y Carmelo García de Castro Márquez, dos hermanos apasionados por tan original manifestación multidisciplinar, que decidieron vender ambos conjuntos cuando consideraron que las instituciones a las que estaban destinados eran dignas de incorporar unas colecciones tan originales y de tanta categoría como las que ellos habían conseguido reunir durante más de veinte años, siendo su objetivo fundamental el evitar su dispersión en el futuro.

Misterio
La colección de Valladolid, compuesta por 620 piezas elaboradas en Nápoles entre 1725 y 1790, fue adquirida por el Estado a los hermanos García de Castro en 1996 y destinada al Museo Nacional de Escultura, donde pasó e engrosar sus incomparables fondos de escultura barroca. Hasta diciembre de 2015, el belén fue expuesto en una sala del Palacio Villena, dentro de una larga vitrina que como un gran diorama incluía la escenografía diseñada y elaborada por los propios coleccionistas. El montaje fue remodelado y desde el 22 de diciembre de 2015 se presenta en una "caja mágica", diseñada por Ignasi Cristià, con una nueva escenografía que concede un total protagonismo a las figuras.

La colección murciana, compuesta por 600 piezas realizadas en Nápoles en las mismas fechas, fue adquirida en octubre de 2014 a Carmelo García de Castro (Emilio había fallecido en febrero de ese año) por la Fundación San Antonio, titular de la Universidad Católica de Murcia (UCAM), para ser expuesta en el Museo Salzillo, donde pone el contrapunto estético, estilístico, técnico y conceptual al célebre Belén de Salzillo, con el que además establece una estrecha conexión, ya que Nicolás Salzillo, padre del genial escultor, realizó su formación en los talleres napolitanos de los hermanos Perrone entre 1689 y 1697, antes de su llegada a Murcia. De igual manera, esta admirable colección encuentra un excelente acomodo en una región en la que se produce una de las más destacadas artesanías belenísticas de España.

La génesis de la compra del belén se produjo de una forma más o menos fortuita, después de que el Belén de Salzillo abandonara el museo murciano para ser expuesto, en la Navidad del año 2013, en el madrileño Centro Cibeles, atendiendo la petición del Ayuntamiento de Madrid. Para compensar esta carencia en la sala vacía del Museo Salzillo, se decidió exponer en ella, entre el 6 de diciembre de 2013 y el 2 de febrero de 2014, el segundo de los belenes de los hermanos Emilio y Carmelo García de Castro, tan apreciado por ellos y considerado por los expertos no sólo como la colección privada más importante de España, sino también una de las mejores del mundo. El éxito de público fue espectacular —más de 20.000 visitantes en un mes— por lo que, teniendo en cuenta lo delicado del montaje y desmontaje de la instalación, así como la fragilidad de las figuras, se decidió prolongar la muestra durante un año más, hasta febrero de 2015.


Gloria de ángeles
Durante ese tiempo se fue consolidando la idea de que el belén se quedara definitivamente en el museo murciano, siendo asumida finalmente esta propuesta por la Universidad Católica San Antonio de Murcia como contribución a la cultura murciana, de modo que el 4 de octubre de 2014 se firmó el acuerdo de transacción entre Carmelo García de Castro, propietario del belén, y José Luis Mendoza, presidente de la UCAM, firmando también el contrato Pedro Antonio Sánchez, consejero de Educación, Cultura y Universidades, Antonio Gómez Fayrén, presidente del Museo Salzillo, y Rafael Gómez, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Murcia. Ni que decir tiene que una adquisición tan importante produjo una enorme alegría en la ciudad del Segura.

Desde entonces el belén napolitano del Museo Salzillo ofrece una colección de sorprendentes figuras del siglo XVIII, a diferentes escalas, que responden a los cuatro apartados preceptivos de todo belén napolitano, como son el ambiente pastoril en el que tiene lugar el anuncio a los pastores, el mercado en torno a la posada en alusión a la que fue negada a la Virgen y San José, el espacio donde se produce el nacimiento de Jesús y el exótico cortejo de los Reyes Magos, en todos ellos con figuras acompañadas de decenas de animales de todo tipo y por centenares de pequeños objetos a escala —finimenti— para ambientar cada uno de los pasajes.

El pastor Benino y su hijo Armenzio, inicio de la narración
El montaje de cada belén napolitano, en base a su elaboración multidisciplinar, ofrece un aspecto diferente. El del Museo Salzillo tiene el suyo propio, respondiendo a los gustos de sus anteriores propietarios, que dirigieron una instalación con las mismas características que tuvo el montaje inicial del belén napolitano del Museo Nacional de Escultura de Valladolid. El belén se presenta en el interior de una larga vitrina, dispuesta en forma de "L", que recorre longitudinalmente una amplia sala, combinando la escenografía tradicional de este tipo de belenes con una instalación adaptada a los criterios museísticos actuales. Con una profundidad de aproximadamente un metro y con una iluminación uniforme, la vitrina permite al espectador contemplar a corta distancia las diferentes escenas del relato para irse asombrando de la vivacidad de las figuras y su acusado barroquismo.

La escenografía, concebida y en parte elaborada por los hermanos García de Castro, presenta un largo caserío, con edificios a diferentes alturas, que se recorta sobre un diorama de fondo azulado. 
Ámbito pastoril
El espacio se organiza en forma de gradas, oscilado desde el primer plano en la parte inferior, convertido en una larga calle que recorre todo el belén, hasta la parte más alta del fondo con la silueta ruinosa de los edificios, reservando los niveles intermedios para establecer una amalgama de plataformas y escaleras de trazado desigual y laberíntico por las que deambulan cientos de figuras. Dentro de la escenografía, destaca el monumental templo reservado al Misterio, que, convertido en el epicentro de la composición, presenta una forma de exedra formada por diez columnas sobre pedestales y una escalinata sobre la que se colocan los personajes sagrados.

Giuseppe Sanmartino. Ciego pidiendo limosna (academia)
Aunque la colección dispone de todos los personajes preceptivos en todo belén napolitano, que los coleccionistas dieciochescos de Nápoles codificaban como un verdadero arte para iniciados y con el carácter de un divertimento lúdico, en este caso la instalación no se corresponde con las secuencias narrativas tradicionales, que comenzaban con el sueño del pastor Benino en un ambiente pastoril, sueño profético que los espectadores irían descubriendo a través de las sucesivas escenas costumbristas ambientadas en el siglo XVIII, comenzando por el mercado en torno a la posada, en cuyo entorno confluyen todos los oficios de la época y todo tipo de vendedores y productos gastronómicos, con la escena del Misterio en segundo plano, pasando casi desapercibida la gruta o el templo donde se producía el Nacimiento, y terminando por el exótico cortejo de los Reyes Magos, caracterizado por el derroche de fantasía y por ser reflejo del gusto dieciochesco por lo pintoresco.

La posada
Por el contrario, en el belén napolitano del Museo Salzillo el templo adquiere un protagonismo absoluto, destacado en la composición por el extraordinario conjunto de querubines que acompañan a la Virgen, San José y el Niño, y la docena de ángeles que lo sobrevuelan portando guirnaldas, filacterías, trompetas e incensarios. La Virgen, que viste la tradicional túnica rosa y manto azul, sujeta entre sus rodillas la figura del Niño, con San José a su lado con la característica túnica morada, el manto azafrán y portando la vara florida de plata. A los pies de la Sagrada Familia aparecen una serie de ofrendas depositadas por los pastores, entre ellas cestas con aves, productos hortícolas y prendas de la canastilla.

A un lado y a otro se distribuyen figuras que se encaminan sus pasos hacia el templo, reservando la parte derecha para la colocación de la posada o "diversorio", donde aparece un cocinero sirviendo pescado a tres comensales sentados a una mesa repleta de objetos de menaje. En torno suyo se colocan numerosas figuras sorprendentes por su realismo, perfección técnica y exuberante riqueza de materiales.
Personajes en el mercado
Un nutrido grupo de campesinos y artesanos portan infinidad de objetos y alimentos como representación de todos los artesanos napolitanos y de los vendedores del mercado, convirtiendo el ambiente en una fiesta gastronómica que viene a ser una ensoñación de fantasía contra la hambruna cotidiana, con profusión de músicos, carniceros y hortelanos que manipulan realistas productos cárnicos elaborados en barro y frutas y verduras  modeladas en cera, así como un repertorio inagotable de utensilios que, con los mismos materiales de la vida real, reproducen en miniatura trabajos de cestería, vidrio, metal, etc.

Detalle de pastor y aldeana
Próximo al templo se encuentra un grupo de mendigos callejeros, que incluye figuras de niños y constituyen un grupo de figuras especiales en el belén napolitano. Son las llamadas academias, figuras modeladas como desnudos de cuerpo entero que reciben este nombre por recordar los trabajos previos de los escultores a la realización de esculturas de gran tamaño. Entre estas figuras destaca un ciego que pide limosna, magistral creación de Giuseppe Sanmartino, el escultor napolitano más importante del siglo XVIII.

Detalle de músico y pastor
En la parte izquierda del templo se coloca el resto del caserío, así como una formación de cuevas rocosas en las que se resguardan los pastores con el ganado, destacando un grupo de búfalas recostadas —de cuya leche se elabora la mozzarella— y un rebaño de ovejas y cabras. En este espacio aparece dormido el ya citado pastor Benino, inspirado en la obra teatral La Cantata dei Pastori de Andrea Perrucci, tradicionalmente utilizado en el belén napolitano como comienzo de la narración, por lo que su presencia es inexcusable, apareciendo aquí acompañado de su hijo Armenzio, un zagal igualmente dormido. Muy cerca, en la entrada de una cueva, está el pastor Miniello, cuya mirada dirigida a lo alto sugiere el anuncio a los pastores por el arcángel San Gabriel.

Carro del vinatero Ciccibacco y mendigos (academias)
Tampoco falta el carro de Ciccibacco, portando toneles de vino sobre los que va encaramado un niño. El origen de este personaje está ligado a los cultos báquicos o dionisiacos, cuyo producto contribuye al ambiente orgiástico de la celebración gastronómica, simbolizando que algunas apariencias simpáticas, como el vino, pueden ser engañosas.

Un conjunto bien definido, situado a la izquierda del templo, es el que representa el cortejo de los Reyes Magos, cuyas figuras aparecen a caballo y luciendo una rica indumentaria, con coronas en forma de turbantes y cubiertos por un manto que recrea el utilizado en Nápoles por la prestigiosa Orden de San Genaro, con una larga cola que cubre la parte trasera del animal. Junto a ellos discurre una guardia de alabarderos de rasgos caucásicos y turcos, así como una banda uniformada de músicos de raza negra, de rasgos abisinios, que hacen sonar exóticos instrumentos de viento y percusión.

Escena doméstica
Al principio del cortejo, simulando un zoco, aparece un vendedor de rasgos turcos ante un puesto con lujosas piezas de orfebrería, al que se acercan elegantes damas con vestidos de seda. Asimismo, colocada en primer plano, aparece sobre un elefante la curiosa figura de la Reina Maga, cuya presencia en los belenes napolitanos se sustentaba en la leyenda de su papel como seductora de hombres, a los que después arrojaba a un pozo. El diablo Siccome, contrario a que Jesús fuese reconocido como el Mesías, encargó a Maga que sedujera al más joven de los Reyes Magos, que acabó dentro del pozo, aunque la mujer, arrepentida, lo comunicó a los otros dos Reyes, que lograron salvarle a tiempo.
Detrás del elefante aparece otra composición curiosa, con una dama que luciendo una rica indumentaria oriental, a modo de odalisca, es transportada por dos sirvientes otomanos en un palanquín de diseño dieciochesco, con la compañía de dos galgos afganos. Sobre estas figuras se encuentra un jinete turco y una elegante dama georgiana a caballo, cuya riqueza contrasta con la de una aldeana a lomos de un mula.

Cortejo de los Reyes Magos
Todo este despliegue de fantasía, inspirado en el esplendor de las cortes orientales y como testimonio del gusto por lo exótico y la fastuosidad rococó, tuvo su origen en un hecho real ocurrido en Nápoles en febrero de 1778, como fue la llegada del séquito que acompañaba al enviado extraordinario de Abdulhamid I, sultán del Imperio Otomano, con el que el reino de las Dos Sicilias mantenía excelentes relaciones desde la firma del Tratado de Paz de 1740. En tal ocasión desfiló por las calles de Nápoles el cortejo conocido como Viaje del Gran Señor de la Meca, en el que participó el propio rey Fernando IV de Borbón y su esposa Carolina de Austria, cuyo exotismo causó la admiración de los napolitanos y estimuló la fantasía de los artesanos en la elaboración del séquito de los Reyes Magos en los belenes, incorporando vistosas bandas de música y portadores de tesoros que permitían alargar el cortejo hasta el infinito, para regocijo de los coleccionistas.



Cortejo de los Reyes Magos. Jinete turco y amazona georgiana
Todo belén napolitano es una obra coral, como lo es este de la familia García de Castro, que cuenta entre sus artífices a los más importantes escultores especializados del momento, de los que reúne una buena cantidad de obras maestras del género. Entre las figuras algunas proceden de la casa de Borbón y de la colección personal de Carlos III, monarca que convirtió el coleccionismo del belén en uno de sus divertimentos preferidos.  
      

Informe y fotografías: J. M. Travieso.

Cortejo de los Reyes Magos. Mercader del zoco
















Cortejo de los Reyes Magos. Detalle de banda de músicos y músico con sonajas













Cortejo de los Reyes Magos. Detalle de Reina Maga y dama en palanquín













Museo Salzillo, Murcia
















Detalle del Belén de Francisco Salzillo, 1776-1783, Museo Salzillo, Murcia 













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28 de diciembre de 2020

Visitas navideñas: BELENES MONUMENTALES EN VALLADOLID

 

Rey Gaspar, belén napolitano s. XVIII, Museo Nacional de Escultura




Puntuales a su cita, a pesar de las especiales connotaciones de este año, marcadas por las condiciones preventivas contra la pandemia, se vuelven a ofrecer al público vallisoletano, con todas las medidas de seguridad, las creaciones belenistas que ya constituyen una arraigada tradición. Al margen de los belenes instalados en algunas iglesias, reseñamos cuatro instalaciones caracterizadas por su alto nivel de creatividad.

 




Belén de la Esperanza, Sala Las Francesas

BELÉN NAPOLITANO DEL MUSEO NACIONAL DE ESCULTURA

Palacio Villena.

Hasta el 7 de febrero de 2021.

Martes a sábado, de 11 a 14 h. y de 16.30 a 19.30 h. Domingos y festivos, de 11 a 14 h.

Apertura extraordinaria los días 23, 26, 29, y 30 de diciembre, y 2 y 5 de enero, de 11 a 14 h y de 16.30 a 21.30 h. Domingos 27 de diciembre y 3 de enero, de 11 a 14 h y de 18 a 21 h.

Entrada gratuita.

 

Belén de la Esperanza, Sala Las Francesas
BELÉN "EL MAR DE GALILEA" EN EL PALACIO PIMENTEL

Asociación Belenista Castellana.

Sala Teresa Ortega Coca del Palacio de Pimentel.

Hasta el 6 de enero de 2021.

De lunes a domingo, de 11 a 14 y de 17 a 21 h.

Días 24 y 31 de diciembre, de 11 a 14 h.

Cerrado el 1 de enero.

Entrada gratuita.

 

Belén de la Esperanza, Sala Las Francesas

"BELÉN DE LA ESPERANZA" EN LA SALA LAS FRANCESAS

Asociación Belenista de Valladolid.

Sala Municipal de Exposiciones de Las Francesas.

Hasta el 10 de enero de 2021.

De martes a domingo, incluyendo festivos, de 12 a 14 h. y de 18.30 a 21.30 h.

Entrada gratuita.

 



Belén de la Esperanza, Sala Las Francesas

BELÉN MONUMENTAL DE LA IGLESIA DE LAS ANGUSTIAS

Asociación Belenista La Adoración / José María Villa.

Sala de Pasos de la Cofradía Penitencial de Ntra. Sra. de las Angustias.

Hasta el 6 de enero de 2021.

De lunes a domingo y festivos, de 12 a 14 h. y de 18 a 21 h.

Entrada gratuita.

 

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24 de diciembre de 2020

Visita virtual: BELÉN NAPOLITANO, el magnetismo de un teatro petrificado








BELÉN NAPOLITANO
Diferentes escultores y artesanos activos en Nápoles
Siglo XVIII
Madera, terracota, textiles, orfebrería, artesanía del barro, cristal, cera, etc.
Museo Palacio March-Fundación Bartolomé March, Palma de Mallorca
Arte rococó y popular







Diseminados por museos del mundo se encuentran notables conjuntos de belenes napolitanos que testimonian la efervescencia que durante el siglo XVIII tuvo en la ciudad de Nápoles este tipo de producción artística, totalmente novedosa, que en base a las vivencias históricas, sociales, artísticas, políticas y económicas reflejarían la idiosincrasia de la sociedad de la época a través de artistas y artesanos especializados, cuyas obras se convertirían en objetos de exportación equiparables a los tapices, la porcelana, la talla de coral, la plata y la seda como manufacturas impulsadas desde las Reales Fábricas creadas por los Borbones.

Entre las colecciones más destacadas, respecto a sus artífices —el belén napolitano siempre es una obra coral— podemos citar el belén Cuccinello del Museo de la Cartuja de San Martino de Nápoles, el belén de la Reggia de Caserta, los belenes napolitanos del Bayerisches Nationalmuseum de Múnich, el belén del Domberg Museum de Frisinga o el belén Woward del Metropolitan Museum de Nueva York. Pero no hay que irse tan lejos, pues en España se conservan magníficas colecciones representativas de este género, como el belén napolitano del Palacio Real de Madrid, el belén napolitano del Museo Nacional de Artes Decorativas, el belén napolitano de los duques de Cardona (legado de la Casa Ducal de Medinaceli de titularidad privada) y, sobre todo, tres grandes colecciones: el belén napolitano del Museo Nacional de Escultura de Valladolid, el belén napolitano del Museo Salzillo de Murcia y el belén napolitano del Museo Palacio March de Palma de Mallorca, en el que ahora fijamos nuestra atención.

Vitrina 1
Se podría afirmar que el conjunto más sobresaliente de los conservados en España es el de la Fundación Bartolomé March de Palma de Mallorca, adquirido en Italia por el coleccionista y bibliófilo Bartolomé March Servera (1917-1998) en los años setenta del siglo XX, que pacientemente fue reuniendo un espectacular conjunto con buena parte de las figuras que habían pertenecido a los duques de Gatti Farina. La colección se compone de 322 pastori o figuras humanas, 132 animales mamíferos, 66 aves y más de 500 finimenti o aparejos en miniatura, siendo muchas de estas piezas elaboradas por los mejores artífices especializados, como los escultores Antonio Vaccaro (1678-1745), Giuseppe Sanmartino (1720-1793), Lorenzo Mosca (1720-1793), Giuseppe Gori (activo de 1770 a 1820) o Salvatore Franco (activo de 1770 a 1815), así como Francesco Gallo (activo de 1770 a 1829) y los hermanos Francesco y Nicola Vassallo, los mejores especialistas en animales.
Tras la constitución de la Fundación Bartolomé March en 1975, el belén reunido en sus viajes comenzó a mostrarse en público, siendo declarado por el Consell Insular de Mallorca como Bien de Interés Cultural el 24 de abril de 2003.

Vitrina 1. La Reina Maga
PRESENTACIÓN DEL BELÉN NAPOLITANO DEL MUSEO PALACIO MARCH

El belén napolitano del Museo March está constituido, como la gran mayoría de los conservados actualmente, por piezas de distinta procedencia reunidas paulatinamente por coleccionistas. En este caso, hasta el año 2002, la extraordinaria colección de figuras era presentada en una escenografía elaborada por Gabriel Alomar, en la que los edificios se inspiraban en la arquitectura tradicional mallorquina, incluyendo los característicos patios de los palacios urbanos, y con el Misterio alojado en una gruta y no en un templo clásico en ruinas, siguiendo la tradición isleña. Desde ese año, tras una drástica remodelación, la presentación del belén está planteada con criterios expositivos más didácticos, separando la colección en dos espacios diferentes situados de la planta baja del palacio convertido en museo.


PRIMER ÁMBITO EXPOSITIVO

Vitrina 1
El primer espacio al que se accede ocupa dos salas con vitrinas adosadas a los muros en las que, con un marcado acento minimalista, se muestran pastori sacados de contexto para mostrar la variada tipología de figuras que conforman la esencia de un belén napolitano, una variedad de expresivos personajes, a distintas escalas, que incluyen diferentes formas de elaboración, recursos que los coleccionistas dieciochescos entendían como elementos codificados imprescindibles en el belén. Entre la selección de la primera sala, aparecen dispuestos en grupos los tipos populares que pueblan el "diversorio" o mercado en torno a la posada, con muestras de vendedores, oficios, músicos, niños, nuevos ricos (mezzocarattere) y mendigos (academias, figuras con la anatomía completamente tallada), así como soldados y sirvientes del séquito de los Reyes Magos y grupos de animales.
En esta selección se incluye la figura de la gitana portando un niño, personaje denominado tradicionalmente Lucía que, como adivinadora, rememora a las antiguas sibilas y establece una relación con la Virgen, en su equiparación con una emigrante gitana en su huida a Egipto para poner a salvo al Niño.

Vitrina 1. Gitana con niño y soldado turco

Una figura curiosa es la de la Reina Maga, que aparece sobre un baldaquino colocado sobre un elefante y que, según la leyenda napolitana, seducía a los hombres para luego tirarles a un pozo. Por encargo del diablo Siccome, la Maga debía seducir al más joven de los reyes, que acabó en el pozo, aunque arrepentida comunicó la fechoría a los otros dos reyes que lograron salvarle. El vivaracho personaje de color, que desnudo conduce el elefante, como la castañera situada en la vitrina de enfrente, son obra del escultor Lorenzo Mosca.   

Vitrina 1
En otra de las vitrinas de este espacio se expone una selección de finimenti que constituyen una reproducción a escala reducida de objetos realizados con los mismos materiales que en la vida real: recipientes de cerámica decorados, botellas de cristal en cestas de mimbre, objetos suntuarios cincelados en plata y otros metales, etc.

En la sala contigua se expone una selección de figuras ambientadas en los antiguos decorados, destacando una reproducción del propio Palacio March y partes del mercado y la posada.
Vitrina 2. Castañera de Lorenzo Mosca y soldado abisinio
Destaca el grupo de comensales rodeados de utensilios y animales domésticos; el pozo, que en la leyenda napolitana en Navidad adquiere un significado exotérico como punto de contacto con los muertos; vendedores ambulantes de pescados, frutas y verduras, elaborados con precisión en barro y cera; danzantes y músicos, con pequeños instrumentos a escala, así como un variopinto grupo del séquito de los Reyes formado por soldados, un encantador de serpientes, y bellas mujeres georgianas y arménides luciendo ricas vestiduras y joyas, configurando un teatro petrificado con actores inmóviles.

Vitrina 3. Finimenti
SEGUNDO ÁMBITO EXPOSITIVO

Cruzando el hall del palacio se llega a una espaciosa sala en la que se ha instalado una gran vitrina, con un moderno sistema de iluminación, en la que se ha montado una escenografía que permite un recorrido circundante por sus cuatro lados, en el que,  siguiendo la tradición, se disponen cuatro de los espacios preceptivos: un ambiente pastoril en que se inicia la narración, un pequeño caserío con un ambiente rústico poblado por laboriosos campesinos, un cortejo de los Reyes Magos de gran exotismo y las ruinas de un templo con el Misterio, al que concurren, a derecha e izquierda, personajes con todo tipo de ofrendas.

Ambiente pastoril
Junto al portón de una muralla se encuentra la figura durmiente del pastor Benino, personaje inspirado en la Cantata dei Pastori de Andrea Perrucci, que inicia el relato con el sueño profético del inminente nacimiento del Mesías, siendo su onírica visión lo que el espectador irá encontrando a continuación. A su lado se encuentran pastores con sus rebaños, campesinos con mulas cargadas de verduras y otros labrando la tierra, con profusión de personajes en el entorno.
Vitrina 4. Restos de la antigua escenografía

Ambiente rústico
Sin interrupción narrativa, el ambiente pastoril se fusiona con un  escueto caserío elaborado en corcho ante el que deambula una variada serie de personajes de aspecto rústico. Muy llamativo es un carro del vinatero conducido por Ciccibacco, otro personaje habitual en el belén napolitano derivado de la tradición pagana de los cultos dionisiacos. Porta barriles de vino de significación engañosa por sus efectos orgiásticos.
A su lado aparece un grupo de cuatro mujeres de gran belleza que lucen el atuendo rural napolitano, una de pie, otra hilando y dos de ellas con pequeñas criaturas que amamantan, formando una composición de extraordinario naturalismo y belleza plástica.
En un extremo aparece una recua de búfalas —de cuya leche se extrae la mozzarella— que es dirigida por una pareja de campesinos de facciones grotescas, incluyendo, con sentido del humor, una búfala que mea, original pieza naturalista elaborada por di Nardi.

Vitrina 4. Aldeana y Posada
Cortejo de los Reyes Magos
Este apartado, poblado por el mayor número de figuras, aporta un universo de exotismo y fantasía en torno a las figuras de los tres Reyes Magos, que aparecen rodeados de escoltas y sirvientes de diferentes razas portando tesoros. Las sofisticadas figuras de Melchor, Gaspar y Baltasar, cuya autoría se atribuye a Giuseppe Sanmartino, montan sobre magníficos caballos y presentan los convencionalismos codificados en el belén napolitano, como representar las tres edades del hombre —juventud, madurez y ancianidad— y los rasgos raciales de los tres continentes conocidos cuando se produce el Nacimiento. Lucen una rica indumentaria ornamentada con joyas y lujosas coronas en forma de turbante, adquiriendo el color de sus capas el simbolismo del recorrido diario del sol en su viaje a Belén: blanco referido al alba, rojo al mediodía y oscuro aludiendo a la noche.
Vitrina 4. Soldado otomano a caballo y georgiana
En este apartado del belén mallorquín, destaca el conjunto de la "Fanfare alla turca" que acompaña al rey Baltasar, con grupos de gran exotismo, como la mujer rodeada de jovencitos acompañados de galgos afganos.                    

La Roca y el Misterio
En este espacio se ubican las ruinas de un templo, situándose en lo alto de una escalinata las figuras de la Virgen, San José y el Niño, junto a la mula y el buey. Las figuras, de notable factura, siguen el arquetipo más extendido en Nápoles, con la Virgen sedente y vistiendo una túnica rosácea, un manto azul y una toca blanca, mientras a su lado San José, portando la vara florida, viste la característica túnica violácea y un manto azafrán. El Niño, de diseño barroco, se presenta desnudo y con las manos sobre el corazón. En torno a las figuras sagradas y sobre la escalinata aparecen colocadas multitud de ofrendas, junto a figuras llegadas al epicentro de la composición.
Vitrina 4. Recreación del palacio March y músico
Una belleza especial, por su exquisito modelado, presenta la triple gloria de ángeles que aparece sobrevolando las ruinas de la bóveda y que se consideran obra de Giuseppe Sanmartino. El primer grupo está constituido por cabezas de querubines con alas, superpuestas al muro; un segundo grupo lo forman putti  de cuerpo entero con guirnaldas y ramos de flores, que revolotean y se mezclan con el tercer grupo, formado por ocho ángeles que portan incensarios, trompetas de plata y, uno de ellos, una filactería con la inscripción "Gloria in excelsis Deo".
La cueva santa enlaza con parte del caserío inicial, ocupado por una serie de obras maestras que representan personajes napolitanos de las más variadas condiciones, destacando el naturalismo y la expresividad de algunas figuras, como la mujer con un lazo azul a la cintura, obra de Giuseppe Gori.
Vitrina 4. Encantador de serpientes y arménide

Vitrina de los músicos
En una sala contigua se ha instalado una vitrina que contiene una selección de músicos integrantes del séquito de los Reyes Magos, acompañados de figuras que transportan mercancías junto a un camello y un jinete precedido de un oteador. El espacio está ambientado en un paisaje de corcho atravesado por un riachuelo, símbolo del fluir de la vida, en el que se incluye un pórtico columnado. La gran mayoría de estos músicos son obra del escultor Salvatore Franco y aparecen uniformados y caracterizados como turcos, ofreciendo un gran interés etnográfico el conjunto de finimenti que reproducen armas y un variado repertorio de instrumentos musicales de viento y percusión.
Vitrina 4. Finimenti: pescados y verduras
La presencia de estas interminables e imaginativas bandas de música se generalizó en los belenes napolitanos después de que el taller de Giuseppe Sanmartino las incluyera inspirándose en el desfile real que tuvo lugar por las calles de Nápoles en febrero de 1778, en el conocido como Viaje del Gran Señor de la Meca, con motivo de la visita a la ciudad del enviado extraordinario de Abdulhamid I, sultán del Imperio Otomano, con el que el reino de las Dos Sicilias mantenía excelentes relaciones desde la firma del Tratado de Paz de 1740.


Vitrina 5. Vista general de la instalación
Informe y fotografías: J. M. Travieso.





REPORTAJE GRÁFICO
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Vitrina 5. Ambiente pastoril: El sueño del pastor Benino









Vitrina 5. Ambiente pastoril









Vitrina 5. Ambiente rústico. Carro de Ciccibacco









Vitrina 5. Ambiente rústico









Vitrina 5. Cortejo de los Reyes Magos: Melchor, Gaspar y Baltasar, atribuidos a Giuseppe Sanmartino













Vitrina 5. Cortejo de los Reyes Magos









Vitrina 5. Cortejo de los Reyes Magos









Vitrina 5. Cortejo de los Reyes Magos









Vitrina 5. Misterio, atribuido a Giuseppe Sanmartino













Vitrina 5. Misterio. La Virgen y San José













Vitrina 5. Misterio. Gloria de ángeles, Giuseppe Sanmartino









Vitrina 5. Misterio. Dcha: Aldeana, Giuseppe Gori









Vitrina 5. Misterio. Mendigo (academia) y aldeano (mezzocarattere)









Vitrina 6. Músicos del Cortejo de los Reyes Magos. Salvatore Franco













Vitrina 6. Músicos del Cortejo de los Reyes Magos, Salvatore Franco













Museo Palacio March, Palma de Mallorca














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