CRISTO CON
LA CRUZ A CUESTAS O JESÚS NAZARENO
Juan Antonio
de la Peña (Santa María de Galdo, Mondoñedo (Lugo), h. 1650 - Valladolid 1708)
Hacia 1697
Madera
policromada y postizos (imagen vestidera)
Iglesia de
San Quirce / Cofradía de la Sagrada Pasión, Valladolid
Procedente del
primitivo paso "Camino del Calvario"
Escultura barroca
española. Escuela castellana
Esta escultura aislada de Jesús Nazareno ha conocido una historia controvertida cuyo origen
se remonta a finales del siglo XVII, cuando esta escultura vestidera fue
concebida para formar parte del paso procesional Camino del Calvario, el que fuera contratado por la Cofradía de la Sagrada
Pasión de Cristo el 22 de noviembre de 1614 con Gregorio Fernández, que elaboró
para la misma una auténtica obra maestra de la escultura procesional, según se
puede apreciar en el conjunto actualmente recogido en el Museo Nacional de
Escultura.
La fecha del contrato del Camino del Calvario y la valoración de la elaboración de sus
componentes en 2.000 reales fue recogida por el Conde de la Viñaza en las
adiciones que hiciera al Diccionario
de Ceán Bermúdez, al parecer conocedor de la escritura del contrato que se da
por desaparecida, en la que se cita estar integrado por las figuras del
Nazareno portando la cruz con la ayuda del Cirineo, un sayón tirando de una
soga amarrada al cuello de Jesús y otro armado. En una revisión posterior a los
escritos de Ceán, fue Martí y Monsó quien incorporó al conjunto la figura de la
Verónica, basándose en unas instrucciones de 1661 para armar el paso en las que
es citada junto a un sayón portando la soga y la corneta y otro metiendo la
lanza en el costado de Jesús, por lo que el conjunto estaría compuesto por cinco
figuras.
Izda.: Reconstrucción virtual del aspecto original del paso Camino del Calvario Dcha.: Aspecto actual del paso Camino del Calvario en el Museo Nacional de Escultura |
Todo ello concuerda con los recursos compositivos
habituales en Gregorio Fernández, dotado de una especial habilidad para el
diseño de pasos procesionales en los que, además de definir cada pasaje
pasional de forma diáfana, era capaz de repartir sutilmente el peso de las
figuras sobre la plataforma, en este caso con dos figuras a cada lado y otra en
el centro actuando como contrapeso.
Por razones estilísticas es evidente que la actual figura
de Cristo que figura en el paso —representación de una de las caídas camino del
Calvario— no pertenece a la gubia de Gregorio Fernández, siendo Luis Luna
Moreno quien, con motivo de la exposición "Gregorio Fernández y la Semana
Santa de Valladolid", organizada en 1986 por el Museo Nacional de
Escultura, apuntó que la figura original de Cristo debería estar erguida, como
ocurre en la réplica del paso que a finales del siglo XVII se hizo para
Palencia. Fue entonces cuando propuso como posible figura original de Jesús Nazareno la que recibía culto en
el santuario del Carmen Extramuros y con ella se presentó el montaje del Camino del Calvario en la citada
exposición1.
Sin embargo, a pesar de dejar en el aire la
incógnita por tratarse de una escultura cuya tipología de vestir poco encajaba
con los modos fernandinos, como Juan Agapito y Revilla y Juan José Martín
González ya habían advertido, Luis Luna Moreno recordaba la costumbre de
separar de los pasos procesionales las figuras principales para recibir culto aislado
en altares de sus iglesias penitenciales, como ocurrió con este Jesús con la cruz a cuestas en la
iglesia de la Cofradía de la Pasión, para el que en 1697 acordaba hacer una
nueva túnica, que sería renovada de nuevo en 1816.
Tras la desamortización, las figuras integrantes del
paso Camino del Calvario fueron
recogidas en 1828 en el recién creado Museo Provincial de Bellas Artes de
Valladolid —reconvertido en 1933 en Museo Nacional de Escultura—, identificadas
con una "P" incisa en su hombro derecho para indicar su procedencia
de la Pasión. La cofradía solicitaba en 1848 el préstamo de la figura del
Cirineo para desfilar el Jueves Santo, lo que indica que la imagen de Cristo
aún permanecía en la iglesia. Allí la conoció Juan Agapito y Revilla, que
informa que en 1926 fue trasladada al convento de San Quirce, donde sufriría
ligeramente las consecuencias de un incendio.
Luna Moreno reforzaba su hipótesis realizando un
pormenorizado análisis de la escultura del Nazareno del santuario del Carmen
Extramuros, precisando que la imagen vestidera presentaba la talla de un
desnudo algo tosco en las partes a cubrir por la túnica, que las manos se
encontraban muy deterioradas y con partes rehechas debido a su atornillado a la
cruz, que en el costado derecho llevaba insertada una chapa metálica con rosca
que debía de servir de apoyo a la lanza hiriente que portaba el sayón2
y que en su hombro derecho aparece grabada una "P" que delata su
pertenencia a la Cofradía de la Pasión, conjunto de signos inequívocos de su
pertenencia al paso Camino del Calvario.
Además precisaba la alta calidad de talla de la cabeza, estimando su relación
con las obras de Gregorio Fernández en su primera época y apuntando la
posibilidad de que dicha imagen de Jesús
Nazareno, que desde la iglesia de la Pasión pasó a la iglesia de San Quirce
y hacia 1940 al santuario del Carmen Extramuros, pudiera tratarse de la
escultura original del paso que se daba por desaparecida3.
Respecto al Cristo que actualmente integra el paso Camino del Calvario se le identifica con
la imagen titular de la Cofradía de Jesús Nazareno cuando esta tenía su sede en
el convento de San Agustín. Tras la construcción de su propia iglesia
penitencial e independizarse de dicho convento en 1676, dando lugar a un pleito
por haberse apropiado de su patrimonio, esta cofradía se vio obligada a
devolver la imagen a los frailes de dicho convento, donde permaneció hasta que,
durante la guerra de la Independencia, fue trasladada primero a la iglesia de
San Nicolás y después a la Catedral, donde permaneció hasta que en 1827 fue
devuelta a San Agustín.
Sin embargo, en la Desamortización de Mendizábal la
escultura fue requisada junto a otros bienes agustinos y recogida en el Museo
Provincial de Bellas Artes. En 1922, durante el proceso de reconstrucción de
los pasos tradicionales, a falta de la imagen original recurrieron a ella Juan
Agapito y Revilla y Francisco de Cossío para recomponer el paso Camino del Calvario. Según propuesta de
Luna Moreno, se viene aceptando como autor al escultor Pedro de la Cuadra, que hacia
1600 talló la cabeza, pies y manos para una imagen vestidera a la que en 1697 se
añadiría un cuerpo en forma de túnica tallada con numerosos pliegues y tono
violáceo.
Izda.: Cristo con la cruz a cuestas, h. 1697. Iglesia de San Quirce, Valladolid Dcha.: Cristo de la Agonía, Juan Antonio de la Peña, 1684. Iglesia penitencial de Jesús Nazareno, Valladolid |
Fue Jesús Urrea quien, por razones estilísticas,
rechazaba la atribución a Gregorio Fernández sugerida por Luis Luna Moreno del Jesús Nazareno del santuario del Carmen
Extramuros, poniéndola en relación con dos escultores que trabajaron en
Valladolid en la segunda mitad del siglo XVII: el vallisoletano Juan de Ávila y
el lucense Juan Antonio de la Peña4. Esto implica aceptar que, por
razones desconocidas, posiblemente por el deterioro sufrido, la Cofradía de la
Sagrada Pasión decidiera encargar una réplica del desaparecido Cristo original de Gregorio
Fernández, obra que pudo ser terminada en 1697, año en que está documentado el
estreno de una nueva túnica.
Respecto al autor, después de la reciente
restauración de la escultura, personalmente me inclino por la autoría de Juan
Antonio de la Peña por un doble motivo. El primero, por la fidelidad de
adaptación de este escultor en toda su obra a los modelos creados por Gregorio
Fernández, que sin duda en este caso fue un requisito exigido por la cofradía
comitente, como ya ocurriera en otras ocasiones en que realizó imágenes
sustitutorias. El segundo, precisamente por las concomitancias estilísticas que
esta escultura presenta con el Cristo de la Agonía, realizado en 1684 para la Cofradía de Jesús Nazareno para suplir
al Cristo del paso de la Crucifixión,
realizado por Gregorio Fernández en 1612, que esta cofradía se vio obligada a
devolver al convento de San Agustín por resolución judicial5.
Tratándose de una imagen de vestir, y teniendo en
cuenta el deterioro de las manos, excesivamente retocadas por su acoplamiento a
la cruz durante los montajes del paso, es en el trabajo de la cabeza donde se
puede apreciar que el Cristo con la cruz
a cuestas y el Cristo de la Agonía
comparten idénticos recursos expresivos, como la blandura en el modelado del
rostro con fines naturalistas, el mismo arqueado de las cejas, la misma forma
de tener tallados los párpados, nariz y boca entreabierta y, sobre todo, la
misma forma de talla en la melena y la barba, la primera con raya al medio y
plana en la parte superior para ir adquiriendo volumen en los mechones rizados
a la altura del cuello, incluyendo algunos sueltos, aunque la similitud es más
patente en la barba, con minuciosa talla en la que queda resaltado el bigote y
la perilla, dispuesta con ondulaciones simétricas y dos puntas muy pronunciadas
trabajadas de forma similar.
A ello podemos añadir el empleo en ambos casos de
ojos de cristal y corona de espinas postiza, aunque es más significativo el
gesto ensimismado y piadoso que ambos comparten, colocándose entre lo más
selecto del repertorio barroco de la escultura procesional vallisoletana.
Respecto a la situación actual del Cristo con la cruz a cuestas hay que
reseñar que la histórica Cofradía de la Sagrada Pasión conseguía en febrero de
2013 la recuperación de la escultura para su patrimonio, tras lo cual abandonó su altar en el santuario del Carmen Extramuros para pasar a
ser custodiada en la iglesia de San Quirce y Santa Julita, sede canónica de la
cofradía. Asimismo, como ha ocurrido de forma ejemplarizante con otras imágenes
de su titularidad, la Cofradía de la Sagrada Pasión emprendió la consolidación
y restauración integral de la escultura, que como novedades recibió una nueva
túnica y una nueva corona de espinas, así como la incorporación de una nueva
cruz que fue tallada en madera ligera de cedro de Canadá en el taller que el
imaginero gaditano Rafael Martín Hernández tiene en el municipio sevillano de
Mairena de Aljarafe. Dicha cruz, que recrea un madero con betas y nudos de
aspecto envejecido, dispone de un innovador sistema de anclaje mecanizado a la
figura de Cristo, con una tuerca camuflada que permite variar su inclinación.
Con su aspecto renovado se reincorporaba a las procesiones en la Semana Santa
de 2014, ochenta y siete años después de que lo hiciera por última vez en la
procesión de "Penitencia y Caridad" de 1927 .
Informe, fotografías y recreación virtual: J. M. Travieso.
NOTAS
1 LUNA MORENO, Luis. Gregorio
Fernández y la Semana Santa de Valladolid. Catálogo exposición con motivo
del 310 aniversario de la muerte del escultor, Ministerio de Cultura, Museo
Nacional de Escultura y Junta de Semana Santa de Valladolid, Valladolid, 1986,
pp. 51-53.
2 VASALLO TORANZO, Luis. El paso
Camino del Calvario de Gregorio Fernández. Boletín del Museo Nacional de
Escultura 11, Valladolid, 2007, pp.17-22.
Nueva cruz de Cristo con la cruz a cuestas Rafael Martín Hernández, 2013 |
3 LUNA MORENO, Luis. Op. cit., p.
52.
4 URREA, Jesús: Paso del Camino
del Calvario. En Pasos restaurados,
Museo Nacional de Escultura, Valladolid, 2000, p. 55.
5 ARRIBAS ARRANZ, Filemón: La
Cofradía penitencial de N. P. Jesús Nazareno de Valladolid. Valladolid,
1946, pp. 82-90.
Cristo con la cruz a cuestas antes de su restauración en el Santuario del Carmen Extramuros, Valladolid |
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