Antaño conocida popularmente como VIRGEN DE LOS SIETE CUCHILLOS
Cofradía Penitencial de Nuestra
Señora de las Angustias
Iglesia de las Angustias
Transcripción de la leyenda que figura en la pintura |
Juan de Juni, Virgen de las Angustias, h. 1561, en su camarín |
Juan de Juni sorprendió a todos entregando una magistral creación en
madera policromada en la que no sólo demostraba su pericia en el oficio, sino
que con su intensidad emocional se situaba a la cabeza de la escultura española
del Renacimiento, marcando un hito artístico que después sería imitado por un
buen número de escultores. Ajustándose a la iconografía de la Soledad de la
Virgen, la escultura muestra una interpretación rigurosa de los versos que
darían lugar a la modalidad de "Stabat Mater".
Juan de Juni representó el trágico momento en que María cae derrumbada por el dolor sobre una roca al pie de la cruz, en la más estricta soledad y con una disposición helicoidal del cuerpo para realzar su agitación interior en tan patético trance. Tiene una pierna extendida al frente y otra flexionada hacia atrás a la altura de la rodilla, un recurso manierista que produce un arqueamiento del torso hacía su izquierda y que el hombro izquierdo se coloque en posición avanzada. El esquema de las piernas tiene cierta correspondencia en los brazos, el izquierdo extendido hacia atrás, cubierto por el manto y con la mano apoyada en la roca, y el derecho con la mano hundida sobre el pecho con gesto de desconsuelo. El centro emocional, como es habitual en la obra de Juni, se encuentra en la impresionante cabeza, elevada y cubierta por una toca y el manto, con un expresivo rostro en el que la boca aparece entreabierta con gesto lastimoso y la mirada suplicante dirigida al cielo.
Izda: Grabado de Alejandro Carnicero, 1719 Plancha en el Museo Nacional de Escultura, Valladolid Dcha: Fotografía de la Virgen de los Siete Cuchillos Fotógrafo Francisco Sancho, 1865 |
Un ejemplo significativo fue el caso de la Virgen de las Angustias, a la que en 1623 le fueron incorporadas siete espadas de plata clavadas en el pecho y que colocadas de forma radial entre los dedos de la mano aludían a los siete dolores expresados en la profecía de Simeón. De esta manera su devoción se popularizó todavía más como Virgen de los Siete Cuchillos, cuya iconografía fue repetidamente imitada. Sirvan como ejemplos ilustrativos la Virgen de las Angustias realizada en Madrid en 1714 por Felipe del Corral para la Cofradía de la Vera Cruz de Salamanca o la Dolorosa que repitiendo miméticamente el modelo juniano hizo Tomás de Sierra hacia 1720 para la Cofradía de la Vera Cruz de Medina de Rioseco (en nuestros días Hermandad de la Dolorosa).
Pintura mural de la Virgen de los Siete Cuchillos en una capilla de la iglesia de San Miguel y San Julián, Valladolid |
De la expansión de su devoción se conservan múltiples manifestaciones
artísticas. Sirva de ejemplo la pintura mural que decora una de las capillas de
la iglesia de San Miguel y San Julián, hasta 1775 iglesia de la Casa Profesa de
la Compañía de Jesús en Valladolid, donde aparece sobre una peana, con los
siete cuchillos y una corona tipo resplandor como muestra de la enorme
veneración recibida a lo largo del tiempo.
Los grandes cuchillos fueron sustituidos por siete puñales de plata con los que desfiló desde 1920, año en que se recuperaron los desfiles procesionales por iniciativa de Remigio Gandásegui, Arzobispo de Valladolid, hasta ser eliminados —por ser agresivos con la talla— en 1971, cuando la imagen fue sometida a una restauración integral, siendo estos expuestos de continuo bajo la imagen en su camarín y en sus andas procesionales.
UN EXVOTO COMO AGRADECIMIENTO A LA VIRGEN DE LOS CUCHILLOSMuy elocuente de los favores recibidos de la Virgen de los Siete
Cuchillos por los devotos vallisoletanos, es una pintura que se conserva en la Sala
Capitular de la Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de las Angustias, una obra
que constituye un exvoto por un hecho que está narrado con detalle en la base
del cuadro: “Don Juan de Cobarrubias, Don Miguel Fernández de Araujo, Don
Manuel Joseph Caniero, Procuradores de esta Real Chancillería, Don Tomás Hejado
agente de negocios y Contador de ella y Don Francisco García de Obragón,
Abogado de dicha Real Chancillería, estando en un pozo de nieves sobre un
tabladillo que tenía, faltaron las maderas y cayeron a lo profundo de más de 40
pies de alto y conociendo el riesgo de sus vidas invocaron el auxilio de Nuestra
Señora de los Cuchillos y por su intercesión y especial milagro fue Dios
servido saliesen con felicidad y recobraron perfecta salud; sucedió el día
cinco de enero año 1726”.
La pintura, con unas dimensiones de 167 x 123 cm y realizada por un discreto pintor local dieciochesco, representa a los cinco beneficiados del prodigio en actitud de oración y de rodillas, dos colocados en la parte izquierda, seguramente el contador y el abogado, y los tres procuradores en la parte derecha. En el espacio librado entre los dos grupos se muestra un escueto paisaje en el que destaca un nevero que se podría identificar con el existente en las huertas de Linares, en terrenos del actual barrio de La Rondilla, lugar donde ocurrió el milagro como indica con su mano el primero de los procuradores. La parte superior de la pintura aparece ocupada por un celaje de nubes grisáceas entre las que se abre un resplandor celestial ocupado por la Virgen de los Cuchillos, protagonista del milagro, que repite el aspecto divulgado por los grabados del siglo XVIII.
La imagen restaurada en 1971, con los cuchillos como testigos |
Sobre la veneración de la Virgen de los Siete Cuchillos sólo podemos añadir que se mantiene casi inalterable en nuestros días como Virgen de las Angustias, constituyendo un momento álgido de su devoción su participación en la emotiva Procesión del Encuentro que se celebra en el espacio público vallisoletano cada Martes Santo. La gran veneración que suscita en la ciudad fue puesta de manifiesto durante su coronación canónica celebrada en octubre de 2009.
Respecto a la cofradía que la asiste, ya aparece citada en una bula datada en 1536, durante el pontificado de Paulo III, siendo sus primeras reglas aprobadas en 1569 por el Abad de Valladolid como delegado del Obispo de Palencia, diócesis a la que por entonces pertenecía la ciudad. Denominada por entonces como Cofradía de la Quinta Angustia, conocería una gran pujanza por las vinculaciones personales con distintos funcionarios de la Real Chancillería de Valladolid, que tradicionalmente engrosaron la lista de cofrades, figurando entre las funciones de la Cofradía la asistencia jurídica a los cofrades presos. Asimismo, el hecho de que la Corporación y Cofradía del Patriarca San José, integrada por el potente gremio de entalladores, tuviera su sede en la iglesia penitencial, facilitó que los más destacados entalladores y escultores de la ciudad también fueran hermanos cofrades de las Angustias, entre ellos Juan de Juni, Francisco Rincón y Gregorio Fernández, por citar los más conocidos.
Detalle de la pintura exvoto de 1726 En la parte inferior vista del nevero o pozo de nieve |
Este tipo de explotación, distribuida por toda España, también conoció su actividad en pueblos vallisoletanos, entre otros en La Seca, Alaejos, Íscar, Laguna de Duero, Rueda, Peñafiel, Pesquera de Duero y Olmedo (donde todavía una calle conserva el rótulo de pozo de nieve), aunque es en Nava del Rey donde pervive el único pozo de nieve íntegro construido en el siglo XVII, que consta de un amplio pozo de seis metros de profundidad revestido de ladrillo y restos de útiles para el tratamiento de la nieve, todo cobijado en una construcción de ladrillo soportada por grandes arcos en su interior y con un tejado a dos aguas en el exterior. El edificio, que en los últimos tiempos fue utilizado para almacenar distintos productos, fue restaurado por el Ayuntamiento de Nava del Rey en el año 2010, preservándolo como testigo de esta actividad tan poco conocida por su gran valor etnográfico.
Nevero o pozo de nieve conservado en Nava del Rey (Valladolid) |
Desde el siglo XVI en España se popularizó el consumo de hielo procedente de los neveros, lo que motivó su construcción generalizada por todos los territorios donde en invierno se podía almacenar la nieve. Su actividad se convirtió en un servicio público que atendía tanto con fines hospitalarios o para la conservación de determinados alimentos, como con un sentido lúdico para la elaboración de la aloja, una bebida refrescante, a modo de un granizado actual, generalizada en el Siglo de Oro entre las clases acomodadas, que mezclaba el hielo con miel, polvos de jengibre, pimienta, longa, canela, clavo y nuez de especia.
Nevero de Nava del Rey (Valladolid) restaurado en 2010 (Fotos tomadas del blog Vallisoletum y El Día de Valladolid) |
Informe: J. M. Travieso.
Fotografías de la pintura y de la Virgen de las Angustias del autor.
Estructura y procesos de un nevero |
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Muy buenas. Tengo la impresión que junto a la fantástica historia de la Virgen de las Angustias hay unas líneas dedicadas a los neveros de Valladolid que seguramente provendrán de otro artículo. firmado: Crucito
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