CENOTAFIO DE JUAN I, DUQUE DE
BORGOÑA
Y SU ESPOSA MARGARITA DE BAVIERA
Juan de la Huerta (Daroca, 1413 – Mâcon,
h. 1462)
Antoine Le Moiturier (Aviñón, 1425
– París, 1480)
1439-1470
Mármoles de diferentes colores y
alabastro
Museo de Bellas Artes, Dijon
Escultura gótica. Escuela
borgoñona
En 1419 fallecía en la comuna francesa de Montereau el duque Juan I de
Borgoña, conocido por el sobrenombre de Juan sin Miedo, que había heredado el poderoso
ducado de su padre Felipe el Atrevido, aquel que mucho antes de fallecer fue el
comitente de su suntuoso mausoleo, encargado al escultor de corte Jean de
Marville en 1381 y continuado a la muerte de este en 1389 por Claus Sluter, que
le sucedió al frente del taller de escultores de la corte borgoñona en Dijon. El
duque Felipe el Atrevido murió en 1404 y Claus Sluter dos años después, dejando
aquella obra inacabada.
Fue el heredero del ducado, Juan sin Miedo, quien solicitó al escultor
Claus de Werve, sobrino de Claus Sluter y colaborador suyo en las obras que se
estaban realizando en la cartuja de Champmol, que continuara el monumental mausoleo
de su padre, que fue concluido e instalado en el centro del coro de la iglesia
de la cartuja en 1410.
Aquella obra funeraria asombró a la sociedad borgoñona por su originalidad
y majestuosidad, por el virtuosismo técnico de sus artífices y por los valores
plásticos producidos por el contrate entre los soportes de mármol negro y la
galería de alabastro blanco que recorre el perímetro cobijando un original cortejo
de dolientes —genial invención de Claus Sluter— con las más variadas actitudes
humanas ante la situación de duelo, elementos que a su vez contrastan con la
efigie del yacente orante que reposa en la parte superior, policromada con
vistosos colores y dorados y acompañada de una pareja de ángeles que le coronan
configurando un conjunto único, impactante e innovador en la escultura
funeraria de su tiempo.
Tanto es así, que quiso repetir la experiencia Felipe III el Bueno,
heredero del Ducado de Borgoña a la muerte de su padre Juan sin Miedo en 1419.
Felipe el Bueno, también apodado Gran Duque de Occidente por la amplitud de
territorios bajo la influencia del Ducado —fue el fundador de la Orden del Toisón
de Oro en 1429— estaba al frente de aquella Corte, que era una de las más espléndidas
de Europa y famosa por el buen gusto y los productos de lujo, cuando encargó a
Claus de Werve otro mausoleo idéntico dedicado a la memoria de sus padres Juan
sin Miedo y Margarita de Baviera.
La participación de Claus de Werve fue mínima, ya que le sorprendió la
muerte en 1439, por lo que el duque Felipe el Bueno, ante la insistencia de la
Cámara de Cuentas, recurrió en 1443 al escultor Juan de la Huerta,
oriundo de Daroca (Aragón), para realizar el proyecto, al que ordenó que debía
realizar un mausoleo mimético al de Felipe el Atrevido —destinado al mismo
lugar— especificando en el contrato que debía ser de una calidad tan buena o mejor
que aquel, de la misma altura y longitud, que fuese concluido en cuatro años y
que de nuevo se usasen como materiales el mármol negro de Dinant, para las dos
plataformas que configuran la cama sepulcral, y alabastro de Salins para las
arquerías, figuras dolientes y efigies yacentes.
Juan de la Huerta, que había llegado desde Aragón atraído por el trabajo
que ofrecía el Ducado de Borgoña, estaba considerado el mejor escultor del
momento en el ambiente cortesano de Dijon. Por un periodo de trece años estuvo trabajando
en el mausoleo, simultaneando su trabajo con la realización de otras obras,
como en 1443 para el convento de carmelitas de Chalon-sur-Saone, en 1444 para
un desaparecido retablo de la antigua iglesia de Saint-Jean de Dijon, en 1448,
a petición de Philippe Machefoing, consejero del duque, para una capilla de la colegiata
de Saint-Jean-Baptiste en la fortaleza ducal de Rouvres y entre 1449 y 1450 para
la familia del canciller Nicolas Rolin en Autun. Juan de la Huerta, también
ejerció como buscador de oro, obteniendo del duque la licencia para la
explotación exclusiva de las minas de oro y plata en Borgoña.
Para el mausoleo realizó la mayor parte de las cuarenta y una figuras
dolientes colocadas bajo las arquerías, en las que, siguiendo los modelos
precedentes de Claus Sluter en el mausoleo de Felipe el Atrevido, logró captar
la misma vivacidad y naturalismo en las figuras labradas en alabastro con gran
finura y una fuerte carga emotiva, destacando el tratamiento de los paños, voluminosos
y con profusión de pliegues suaves y redondeados que proporcionan una gran
belleza formal.
Sin embargo, Juan de la Huerta, tras realizar las dos parejas de ángeles
que aparecen en la cabecera, dos sujetando en casco del duque y otros dos el
emblema ducal sobre la cabeza de la duquesa, tuvo problemas en el momento de
afrontar las efigies yacentes de los titulares, al parecer llegando a romper en
dos ocasiones los bloques de alabastro a ellos destinados. Esto debió causar desavenencias
con el duque Felipe el Bueno, porque el escultor abandonó Dijon a finales de
1456 para refugiarse en la ciudad de Mâcon, donde permaneció hasta su muerte hacia
1462.
Tras una interrupción de nueve años, el duque Felipe el Bueno en 1465 confió
la culminación de la obra al escultor aviñonés Antoine Le Moiturier, sobrino
y discípulo del escultor Jacques Morel. Este trabajó en el mausoleo hasta 1469
realizando las dos efigies policromadas de los yacentes, los leones colocados a
sus pies, las arquerías, en las que incluyó como novedad gabletes sobre los arcos
y pináculos laterales con pequeñas figuras de ángeles, y las figuras de los dolientes
restantes, las cuales, a pesar de su belleza y buena factura, no alcanzan la
calidad de las realizadas por Claus Sluter en el mausoleo de Felipe el Atrevido,
junto al que en 1470 fue asentado este nuevo conjunto funerario en el coro de
los monjes de la iglesia de la cartuja de Champmol, mientras los restos de los
duques fueron enterrados en una cripta.
El mausoleo de Juan sin Miedo repite el mismo esquema que el de su padre
Felipe el Atrevido, siendo ambos el centro referencial de la cartuja de
Champmol, estableciendo una relación simbólica con las esculturas del duque y
la duquesa que como donantes aparecen en el portal de la iglesia, que al igual
que el Pozo de Moisés del claustro fueron elaboradas por Claus Sluter.
El mausoleo de Juan sin Miedo y Margarita de Baviera presenta como base
una gran plataforma realizada en mármol negro de Dinant ornamentada con placas
de mármol blanco en la parte central. Sobre esta, de forma escalonada, se
asienta otra plataforma moldurada y realizada con el mismo material sobre la
que se apoya una arquería gótica labrada en alabastro blanco de Salins que
recorre todo el perímetro. Estos soportales, que recuerdan el trazado de un
claustro, presentan una arquitectura más flamígera que la del mausoleo de
Felipe el Atrevido que toma como referente, es este caso con cinco tramos en
los frentes largos y tres en los cortos rematados por cuádruples arcos ojivales
con gabletes, pináculos en los lados con pequeñas figuras de ángeles bajo
doseletes y rematados por una galería calada compuesta por dobles arcos
apuntados con tracerías, repitiéndose el esquema en las arquerías achaflanadas
que se intercalan entre ellos y que, de la misma manera, cobijan las figuras de
dolientes que participan de una procesión.
El cortejo de las figuras dolientes, labradas en alabastro en bulto
redondo y colocadas bajo las arcadas góticas, siguiendo la creación realizada
por Claus Sluter en el mausoleo de Felipe el Atrevido, suponen una verdadera
innovación en la escultura funeraria de su tiempo al convertir los frentes de
la cama sepulcral en un espacio tridimensional que viene a sustituir a los tradicionales
frentes planos decorados con relieves, aquí con ecos de los antiguos sarcófagos
romanos en la disposición del cortejo fúnebre. A ello se suma la calidad
técnica con que las figuras dolientes están labradas y pulimentadas, su fuerte
naturalismo y su belleza formal, cada una de ellas tratada de forma individual
para representar a personajes religiosos y laicos relacionados con los duques
que muestran diferentes actitudes ante la muerte, unos llorando o meditabundos,
otros leyendo, rezando u oficiando el funeral, todos participando de un sentimiento
colectivo de desolación. Esta serie de cuarenta y una figuras fue realizada en
su mayor parte por Juan de la Huerta, correspondiendo el resto —sin poder
matizar cuáles por ajustarse al mismo estilo— por Antoine Le Moiturier.
Completa el conjunto otra plataforma superior, igualmente elaborada en
mármol negro, sobre la que reposan las efigies yacentes de los duques de
Borgoña realizadas en alabastro, que aparecen con la cabeza reposando sobre
altos cojines decorados con cenefas de perlas y borlones en los ángulos, con
los rostros idealizados, los ojos abiertos y en actitud orante con los brazos
flexionados y levantados a la altura del pecho, con una minuciosidad de labra
que se manifiesta en las venas y los anillos de las manos.
Juan sin Miedo luce una armadura que queda cubierta por un manto azul con
ribetes dorados en relieve y el revés de armiño con las texturas de la piel
bien definidas. Sobre el cabello, corto y liso, lleva una corona que recrea una
pieza de orfebrería de oro con cabujones incrustados. Margarita de Baviera luce
un vestido blanco con corsé ornamentado con florecillas doradas, un manto azul
ribeteado con orlas en oro, con el revés igualmente de armiño, un tocado sobre
la cabeza en forma de red con simulación de perlas y piedras preciosas y una
corona de oro igualmente con cabujones. Ambas esculturas fueron labradas por Antoine
Le Moiturier, al igual que los leones que como símbolo de realeza y valor
aparecen recostados a sus pies con melenas doradas, el del duque con la lengua
fuera y el de la duquesa sugiriendo un bramido.
En la cabecera dos parejas de ángeles arrodillados, vestidos de
ceremonial y con las alas doradas desplegadas sujetan el casco de gala de Juan
sin Miedo y el escudo ducal sobre la cabeza de Margarita de Baviera. Estos, que
sugieren la acogida de los duques en el Paraíso, fueron realizados en la
primera fase por Juan de la Huerta.
Al igual que el mausoleo de Felipe el Atrevido, este permaneció en el
coro de la iglesia de la cartuja de Champmol, fundada en 1384 por Felipe el
Atrevido próxima a Dijon, hasta los acontecimientos de la Revolución Francesa, cuando
tras ser declarada bien nacional en 1791 y los monjes abandonaran el recinto, fue
puesta a la venta y destruida en su mayor parte, siendo los dos mausoleos
desmontados y trasladados a la catedral de San Benigno de Dijon en 1792, donde
fueron reensamblados un año después. Sin embargo, en este emplazamiento sufrieron
actos vandálicos en 1793, siendo los mausoleos desmontados y algunas piezas disgregadas.
Habría que esperar a 1819, para que el arquitecto Claude Saint-Père
decidiera reagrupar todos los fragmentos y proceder a su restauración, labor
que fue llevada a cabo entre los años 1819 y 1825 por el escultor Louis Marion,
que se ocupó de la arquitectura de las arquerías, y por Joseph Moreau, que restauró
las esculturas, siendo en 1827 ambos conjuntos instalados por el conservador Charles
Févret de Saint-Mémin en el gran salón del palacio de los duques de Borgoña,
una de cuyas alas se había reconvertido en Museo de Bellas Artes de Dijon,
actualmente uno de los más prestigiosos de Francia por las obras de arte de todas
las épocas que guarda.
Tanto el mausoleo de Felipe el Atrevido como el de Juan sin Miedo y
Margarita de Baviera, fueron objeto de una restauración integral, entre 2003 y
2005, llevada a cabo por Benoît Lafay y su equipo, contando con el apoyo de la
Fundación Getty y el Ministerio de Cultura de Francia. Durante este proceso,
las esculturas de los dolientes fueron expuestas independientemente, momento
recogido por algunas ilustraciones de este artículo. Asimismo, entre 2010 y
2012 así fueron presentadas en exposiciones celebradas en Nueva York, St. Louis,
Dallas, Minneapolis, Los Ángeles, San Francisco, Williamstown y también en
París.
Informe: J. M.
Travieso.
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Mausoleos de Juan sin Miedo y Felipe el Atrevido (al fondo) en el Museo de Bellas Artes de Dijon |
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Izda: Anónimo. Retrato de Juan sin Miedo, h.1450 Museum Hof van Busleyden, Malinas Dcha: Anónimo. Retrato de Felipe el Bueno, según Van der Weyden, h.1450 Museo Groeninge, Brujas |
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