11 de septiembre de 2023

Visita virtual: BASÍLICA DE SAN JUAN DE BAÑOS, la iglesia más antigua de España


 


BASÍLICA DE SAN JUAN DE BAÑOS

Arquitecto anónimo, bajo el mandato de Recesvinto

661

Piedra caliza, fustes romanos reaprovechados, capiteles visigóticos y cubierta de madera

Iglesia de San Juan Bautista, Baños de Cerrato (Palencia)

Arquitectura visigoda

 

 


Fuente de Recesvinto, antiguas aguas termales romanas
GÉNESIS DE UNA HISTÓRICA CONSTRUCCIÓN

Según cuenta la tradición, sin que exista ningún aval documental ni arqueológico, Recesvinto, rey visigodo entre los años 653 y 672, en su regreso a Toledo tras su victoria sobre Fruela, caudillo de los vascones, y los aquitanos, por estar aquejado de una infección renal tuvo que hacer un alto en el camino en una pequeña aldea —Balneos, actual Baños de Cerrato— tras serle recomendado que bebiera las aguas curativas de un manantial existente en ese lugar, donde, al parecer, habían existido unas termas romanas y un templo consagrado al dios Esculapio. Al recuperar rápidamente su salud, Recesvinto lo consideró como un hecho milagroso y en señal de agradecimiento mandó construir a pocos metros del manantial un templo dedicado a San Juan Bautista, al tiempo que mandó remodelar la fuente —actualmente conocida como Fuente de Recesvinto— preservando la cisterna, donde se realizaban baños por inmersión, con dos grandes arcos de herradura. 

     Este recinto, construido con piedra caliza, es una de las escasas obras hidráulicas y civiles conservadas de la arquitectura prerrománica, constituyendo en la actualidad un pequeño oasis en la paramera del Cerrato. Fue remodelado para su preservación en el siglo XX, protegido por rejas modernas y declarado el 8 de agosto de 1966 como Monumento Histórico-Artístico. Hay que recordar que en las proximidades de la iglesia de San Juan de Baños fue encontrado el “Ara dedicada a las ninfas”, actualmente depositado en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, en el que figura una inscripción con una dedicatoria votiva a aquellas deidades benéficas del manantial: “NVMINI SACRVUM VOTO SOL-TO (Al numen del manantial, voto cumplido). 

LA  BASÍLICA  DE  SAN  JUAN  DE  BAÑOS  

Al margen de las circunstancias en que la tradición señala el origen de la iglesia, un hecho cierto es que fue mandada erigir por el rey Recesvinto y consagrada en el año 661 de la Era Cristiana (699 de la Era Hispánica) en honor de San Juan Bautista, tal y como se describe en la lápida que aparece coronando el arco triunfal de la capilla mayor, cuyo texto también figura en el Códice de Azagra del siglo X, copiado de un manuscrito toledano del siglo VII. Esta fundación real, que sería tutelada por la sede episcopal de Palencia, no sólo es la iglesia más antigua de España, sino la arquitectura más original y genuinamente hispánica de cuantas realizó el arte visigodo.

     Asimismo, tuvo que ser una fundación muy apreciada por Recesvinto, pues este monarca hizo donación de una suntuaria corona votiva que fue elaborada en el taller real de la Corte de Toledo, a cuyo frente estaba el “Conde de los tesoros”, obra que constituye la pieza de orfebrería visigoda más importante del conjunto aparecido en el contexto europeo de la Alta Edad Media: el tesoro de Guarrazar. La leyenda incorporada a la corona, en forma de letras colgantes, testimonia la estrecha relación entre la Iglesia y el poder real.

En origen la basílica, construida con un buen aparejo de sillares colocados a hueso, constaba de un pórtico a los pies, tres naves separadas por arquerías de herradura sobre columnas con capitel y una planta en forma de tridente al incorporar un crucero con tres ábsides rectangulares de testeros planos y separados entre sí por espacios de idénticas dimensiones, siguiendo un esquema similar a la cabecera de la iglesia visigoda de Santa Lucía del Trampal en Alcuéscar (Cáceres), igualmente levantada en el siglo VII. 

     La disposición de triples ábsides separados pudo estar inspirado en el credo arriano y su interpretación del misterio de la Trinidad, especulándose que los dos ábsides laterales no fuesen capillas, sino estancias para los monjes —a modo de ergástulas— necesarias en las primitivas liturgias, una como “Prothesis”, donde se preparaba el pan para la eucaristía, y otra como “Diaconium”, lugar donde se vestían los sacerdotes, es decir, ambas con función de sacristías.

La construcción que ha llegado a nuestros días mantiene buena parte de su primitiva planta basilical, modelo que viene a suponer un nexo de conexión entre la arquitectura de tradición romana y la realizada en la Hispania cristiana a finales del Imperio romano.

 


Fachada de la basílica de San Juan de Baños
El pórtico

De la primitiva basílica se mantiene el austero pórtico, avanzado en planta, en el que se abre la portada del templo mediante elementos de gran pureza visigótica, como un gran arco de herradura, sobrepasado en 1/3 y compuesto por doce dovelas que no mantienen un trazado paralelo y con espesor irregular, que están ornamentadas en el trasdós con una cenefa de tetrafolias simétricas, labradas a bisel, que hacen recordar los trabajos de orfebrería típicamente visigodos. Se remata en la clave con una cruz patada de Malta en relieve a la que se añade un pequeño clípeo con el busto de un desconocido personaje. El arco reposa sobre dos impostas decoradas con los mismos motivos, a mayor tamaño y más complejos, a los que figuran en las dovelas del arco: tetrafolias alternando con cabujones formando círculos tangentes. Añadidos a la parte superior del arco, en la enjuta derecha, aparecen dos sillares decorados con una venera y una palma de significación simbólica.

Portada con arco de herradura

     Sobre la portada, se levantó en 1865 la espadaña que corona la fachada, en la que se abre un vano con arco de herradura que posiblemente emula a otro que existiera previamente a la serie de intervenciones llevadas a cabo a finales del siglo XIX. 

El interior

El interior conserva la disposición original de tres naves, la central de mayor altura que las laterales, separadas por arquerías de herradura (con un tercio del radio de peralte) sobre columnas con fustes monolíticos romanos del siglo IV reaprovechados —de tonos grises, beige y rosáceos— y siete capiteles corintios de factura visigoda que imitan al único original romano de ejecución anterior, reutilizado en la parte izquierda junto al ábside central. Las calidades y tonalidades de las columnas de mármol ponen un sugestivo contrapunto a los austeros muros del templo, levantados en austera piedra caliza de tonos pálidos. Por su parte los capiteles, que algunas fuentes atribuyen a un arquitecto sirio, siguen un orden corintio muy esquemático del que existen precedentes romanos, con hojas de acanto lisas dispuestas en dos filas y tallos que se alargan para formar las volutas angulares —habituales caulículos—, lo que supone una evolución del capitel corintio clásico, pues, conservando todos los elementos esenciales, reciben otro tratamiento estilístico mediante la alteración de la fisionomía vegetal, lo que da lugar a la configuración de originales y dispares combinaciones en el arte visigodo.

Decoración de la portada

     Sobre las arquerías que separan las naves y en los muros que prolongan la altura de la nave central (la altura de la nave es el doble que su anchura), se abren pequeños ventanales abocinados —en su día cerrados por celosías— sobre los que discurre una imposta decorativa que recorre todo el perímetro de la nave con los mismos motivos geométricos utilizados en la portada.

Sin embargo, la planta actual no conserva en la cabecera la disposición original, pues en la Edad Media la iglesia se reconstruyó haciendo desaparecer los ábsides laterales y el espacio con función de crucero o transepto que los unificaba, siendo convertidos en nuevos ábsides laterales los espacios que separaban los ábsides laterales originales con función de sacristías, de modo que la planta quedó convertida en un rectángulo con la cabecera desfigurada en forma de tres ábsides continuos de testeros planos de los que únicamente es original el central, que se cubre con bóveda de cañón de herradura, mientras los laterales lo hacen con bóvedas de crucería góticas. Al tiempo, los muros de las naves laterales modificaron su trazado original para adoptar otro ligeramente oblicuo que se estrecha hacia los pies de la iglesia. 

Impostas decoradas de la portada
El ábside central

Afortunadamente, el ábside central, convertido en capilla mayor, conserva todos sus elementos originales, como una fantástica bóveda de cañón de herradura que arranca de una monumental imposta que recorre los muros laterales con el mismo tipo de decoración geométrica que en las impostas de la portada: tetrafolias que se funden con cabujones formando círculos tangentes, un modelo típicamente visigodo que algunos han interpretado como un símbolo de la doble naturaleza —divina y humana— de Cristo.  

Cruz e imposta de la portada

     La capilla mayor está precedida de un monumental arco triunfal abierto a la nave, con un arco de herradura en cuya clave figura de nuevo la cruz patada de Malta en relieve, decorada con motivos vegetales que posiblemente aludan al “Árbol de la Vida”. Hay que recordar que en la Lex Romana Visigotorum ya desde antes de la construcción de San Juan de Baños se cita la Fiesta de la Santa Cruz como una de las más solemnes del calendario litúrgico. El trasdós de las dovelas está recorrido por una arquivolta con molduras en relieve que reproducen palmas, colocándose por encima y ocupando el centro, empotrada en el muro, la lápida fundacional del templo, todo un documento histórico que nos informa sobre quién fue el constructor de la iglesia, los motivos y la fecha de su consagración.

Interior de la basílica de San Juan de Baños

En el texto figura:

V PRECURSOR DNI MARTIR BABTISTA AIOHANNES

POSSIDE CONSTRUCTAM IN ETERNO MUNERE SEDE

QUAM DEVOTUS EGO REX RECCESVINTHUS AMATOR

NOMINIS IPSE TUI PROPRIO DE IURE DICAUI

TERTII POST DECM REGNI COMES INCLITUS ANNO

SEXCENTUM DECIES ERA NONAGESIMA NOBEN

 cuya traducción literal es:

U Precursor del Señor, mártir Juan Bautista, posee en eterno ofrecimiento esta basílica construida para ti, la cual yo mismo, el devoto rey Recesvinto, amador de tu nombre, te he dedicado de lo mío propio, en el año tercero después del décimo en que he sido compañero ínclito del reino. En la Era seiscientos noventa y nueve”.

La lápida está enmarcada por cuatro dados pétreos, a modo de modillones, decorados al frente por veneras, figuras de aves a los lados y discos solares en la parte inferior, recordando la ornamentación del “Nicho de Mérida” (Museo Visigodo de Mérida), en este caso sustituyendo el crismón de aquel por discos solares que aluden a Cristo como fuente de luz. Sobre la lápida discurre la imposta que recorre toda la nave decorada con los mismos motivos geométricos que se repiten por toda la iglesia labrados a bisel.


Separación de naves: Arcos de herradura, fustes romanos
y capiteles visigodos

     En el testero plano del ábside central se abre una ventana abocinada rematada con una arco de herradura que al exterior está cerrada por una celosía original de piedra que ha sido posible recomponer y que se adorna con una gran venera que cubre todo el arco y por debajo cinco registros separados por franjas horizontales con formas ovales, aspadas y curvilíneas, con un sogueado en relieve recorriendo todo el perímetro, así como dos impostas encajadas en el muro decoradas con tallos entrelazados formando círculos. 


La Corona de Recesvinto

Sobre la mesa del altar que ocupa el centro del ábside central pende la Corona de Recesvinto, una copia fidedigna, realizada en 1961, de la original conservada en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid. Se trata de una joya de la orfebrería visigoda, elaborada en el siglo VII y donada a la basílica de San Juan de Baños por dicho rey con la finalidad de honrar a Dios.

Separación de naves

     Recesvinto fue un rey visigodo, sucesor de Chindasvinto, que tuvo su corte en Toledo. A lo largo de su reinado realizó diversas donaciones en los territorios de la vertiente norte de los montes de León, destacando la fundación de la iglesia de San Juan de Baños en 661, el acondicionamiento del manantial vinculado a esta iglesia y la donación al monumento visigodo de la espectacular corona votiva que fue descubierta en el año 1858 formando parte del tesoro de Guarrazar. 

El tesoro de Guarrazar es un conjunto de orfebrería visigoda compuesto por coronas y cruces que varios reyes y abades del reino visigodo de Toledo ofrecieron en su día como exvoto. Fue hallado fortuitamente en agosto de 1858 en el yacimiento arqueológico denominado huerta de Guarrazar, situado en la localidad de Guadamur, muy cerca de Toledo. Del conjunto formado por coronas, cruces y otros objetos litúrgicos de oro y pedrería, elaborados en el siglo VII, distintas piezas se hallan repartidas entre el Museo Nacional de la Edad Media de Cluny de París (tres lotes), la Galería de las Colecciones Reales de Madrid (Corona del abad Teodosio y la cruz de Lucecio) y el Museo Arqueológico Nacional de Madrid (seis coronas, cuatro cruces colgantes y fragmentos como los brazos de una gran cruz, destacando la Corona de Recesvinto). Una corona votiva de este tesoro, perteneciente al rey Suintila, fue robada en 1921, sin que hasta ahora haya sido recuperada.

Capiteles visigodos corintios de la nave derecha

     La Corona de Recesvinto, que tiene una altura de 80 cm, presenta una diadema cilíndrica, de tradición bizantina, formada por dos capas de oro articuladas por charnelas, la interior lisa y la exterior repujada y calada con una decoración de pequeñas hojas que alojan granates (casi todos perdidos) y que cubren la superficie formando una red en la que se insertan cabujones con zafiros y perlas. En los bordes superior e inferior está recorrida por pequeñas orlas en las que se reproducen los mismos motivos que presentan las impostas de San Juan de Baños: círculos tangentes divididos en cuartos circulares que sugieren cuatro pétalos de una flor.  

Capiteles visigodos corintios de la nave izquierda

     La corona cuelga de cuatro cadenas con cinco eslabones en forma de hojas de peral caladas que parten de una doble azucena que es coronada por un pequeño capitel de cristal de roca, del que también pende una cadena que forma el eje central sujetando en la parte inferior una cruz de oro, de estructura calada y decorada con zafiros azules y exóticas perlas.

De una cadeneta que recorre la parte inferior de la diadema cuelgan de pequeñas cadenas 23 letras de oro con incrustaciones que componen la dedicación real en latín. Estas configuran la leyenda "RECCESVINTHVS REX OFFERET (El rey Recesvinto la ofreció)" y de todas penden ricos cabujones y piezas de pedrería, configurando un conjunto colorista a través del amarillo del oro, el azul de los zafiros, el rojo de los granates y almandinas y los tonos blanquecinos de las perlas. Con estas coronas votivas y cruces los visigodos continuaron en Hispania la tradición de los reyes bizantinos de ofrecer estas joyas a determinadas iglesias.  

Arquerías en la nave central y ventanales abocinados
El baptisterio

En la actualidad, el ábside izquierdo de la iglesia está reconvertido en baptisterio, después de que en él se instalara una gran pila bautismal de piedra que fue encontrada en el exterior del templo, cuya falta de decoración impide afinar sobre su cronología. No obstante, bien podría tratarse de una obra realizada en tiempos de la construcción del templo, pues es evidente que fue utilizada para los ritos del bautismo por inmersión, por tanto, acorde con los modos litúrgicos utilizados por los visigodos. 

Capitel romano reutilizado a la izquierda del ábside central
Avatares históricos

Cien años después de su construcción se produjo la invasión de los musulmanes de la Península Ibérica, por lo que el templo de San Juan de Baños quedaría temporalmente en desuso, aunque nunca llegó a ser destruido por completo posiblemente por el respeto profesado por el Islam a San Juan Bautista, reconocido por los musulmanes como el profeta Yahia.  

Tras la reconquista cristiana del Valle del Duero, la iglesia pasó a ser posesión de la reina doña Urraca, que tiempo después la entregó en donación a los monjes del cercano monasterio de San Isidro de Dueñas. Después tuvo función de parroquia hasta el siglo XVI, aunque tras la construcción en dicho siglo en Baños de Cerrato de una nueva iglesia dedicada a San Martín de Tours, que en 1581 fue convertida en parroquia, la iglesia de San Juan de Baños pasaría a ostentar la categoría de ermita.

El año 1897 la basílica de San Juan de Baños fue declarada Bien de Interés Cultural. 

Imposta con decoración geométrica que recorre el ábside central

     En tiempos recientes, la población de Baños de Cerrato se ha convertido en una pedanía de la populosa ciudad de Venta de Baños. En las afueras del municipio se ha preservado la histórica basílica visigoda de las humedades que podrían afectar a su cimentación, se ha protegido el templo con una cerca de piedra y se ha construido una explanada ante la fachada que realza, junto a la renovación del arbolado, la potente arquitectura visigótica que ha permanecido en aquel lugar durante más de 1.400 años.

Arco triunfal y bóveda de herradura del ábside central

 Informe y fotografías: J. M. Travieso.

 








Lápida fundacional sobre el arco triunfal










Texto en latín de la lápida fundacional y transcripción






Celosía pétrea visigoda en el exterior de la ventana del ábside central










Copia de la Corona de Recesvinto sobre el altar. Original en el Museo Arqueológico Nacional








Detalles de la Corona de Recesvinto original. Museo Arqueológico Nacional









Vista exterior de los ábsides de San Juan de Baños










Aspecto del baptisterio y nave central











Pila bautismal visigoda sin decoración, rito de inmersión










Bóvedas de crucería del siglo XIV en los ábsides laterales






Techumbre a dos aguas de la nave central, factura moderna










Aspecto actual de la basílica de San Juan de Baños
Baños de Cerrato (Palencia)








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