5 de octubre de 2012

Historias de Valladolid: FABIO NELLI DE ESPINOSA, la ostentación y la vanidad de un banquero


     El palacio que construyera en Valladolid el banquero Fabio Nelli, en las inmediaciones del monasterio de San Benito, revitalizó todo el entorno y le proporcionó un aire italianizante, fruto de un exacerbado deseo de ostentación, de un ejercicio de vanidad y de una imperturbable conciencia de clase, siempre con valores representativos más que funcionales. El grandilocuente edificio no sólo enriqueció el patrimonio arquitectónico de Valladolid con uno de los mejores ejemplos de arquitectura clasicista, sino que también fue receptor de una importante colección de bienes suntuarios y con el tiempo alojamiento de ilustres personajes.

FABIO NELLI, UN NOBLE Y RICO VALLISOLETANO

     Fabio Nelli de Espinosa, nacido hacia 1533 en una casa de la Plaza Mayor de Valladolid, era hijo de Alfonso Nelli, originario de la ciudad italiana de Siena, y de Damiana de Espinosa, cuya familia ostentaba un linaje concedido por Carlos V en 1532 a sus progenitores. El matrimonio tuvo otros dos hijos, Claudio y Julia, de los cuales el primero llegaría a ser canónigo de la catedral vallisoletana.

     Fabio Nelli comenzó su dedicación a los negocios financieros al amparo de su padre, que murió arruinado en Tábara (Zamora). Durante los años 1559 y 1561 se vio envuelto en un pleito establecido en la Real Chancillería de Valladolid por el que tuvo que justificar su condición de noble, para lo cual envió a Siena un emisario que pudo hacer las correspondientes averiguaciones, favoreciendo a su vuelta una sentencia ejecutoria favorable a Fabio Nelli [1], que desde entonces hizo gala de su pertenencia a la nobleza.

     Tras la muerte de su padre, tomó las riendas de la empresa familiar y se desplazó a Sevilla, donde estaban establecidos sus tíos Pedro y María de Espinosa. Allí residió durante más de quince años, aunque nunca perdería su condición de vecino de Valladolid. Sus gestiones como prestamista a la vera del Guadalquivir le permitirían el enriquecimiento personal, de modo que a su regreso a la ciudad del Pisuerga era uno de los nobles más ricos de la villa. El 17 de enero de 1582 contrajo matrimonio con Violante de Rivadeneira, hija de Alonso de Torres Salado y Leonor de Espinosa, del que nacerían dos hijas: Damiana y Leonor. En 1595, merced a una provisión real, llegó a constituir un mayorazgo, ratificado y modificado en 1608, a favor de Damiana, su primogénita, y sus descendientes, fundando al tiempo una Obra Pía que sería beneficiaria de sus bienes en caso de no existir herederos directos.

     Es significativa la mentalidad de la época respecto a la posición económica y la conciencia de clase, siendo el acaudalado banquero Fabio Nelli paradigma de unas creencias que postulaban a nobles y ricos por encima de cualquier contingencia adversa. Sirva como ejemplo un episodio producido en julio de 1599, cuando con motivo de una epidemia de peste que en una semana había producido la muerte de cerca de un millar de personas, a la vista de que sólo habían fallecido nueve altos funcionarios municipales, Fabio Nelli escribía en Valladolid: "yo no me pienso mover de aquí... no ha muerto casi nadie de importancia" [2]. Este dato permite atisbar el pensamiento de algunos ricos de que la muerte en cierto modo llegaba a discriminar hasta llegar a considerarse inmunes algunos de ellos. Otro tanto puede decirse del afán por levantar un majestuoso y epatante palacio que pregonara su estatus de ciudadano "importante".

     Fabio Nelli, que participó de la frenética actividad cortesana durante el traslado de la Corte a Valladolid entre 1601 y 1606, en julio de 1610 estableció un pleito en la Real Chancillería contra el escultor Pedro de la Cuadra, por tres esculturas funerarias en alabastro de Cogolludo que le había encargado y que debían representar a Fabio Nelli, su esposa y su hermano Claudio, todos en actitud orante, al parecer no conforme ni con los retratos ni con la indumentaria (Fabio Nelli aparecía con calzas comunes, prenda que nunca utilizó).

     Moría el banquero en su flamante palacio el 15 de octubre de 1611, siendo enterrado en la capilla familiar por él fundada en 1591 sobre otra preexistente en el lado de la Epístola de la iglesia del convento de San Agustín, un recinto que bajo la advocación de la Anunciación había servido de capilla al colindante Colegio de San Gabriel, también agustino, y para cuyo retablo Gregorio Martínez pintó la magnífica escena de la Anunciación que hoy se conserva en el Museo Nacional de Escultura.

EL PALACIO DE FABIO NELLI

     El palacio se levanta sobre unos terrenos antes ocupados por unas casas propiedad de Pedro Fernández Manrique, IV conde de Osorno, que, al venderlas con urgencia para pagar unas deudas contraídas, fueron adquiridas el 31 de diciembre de 1575 por el acaudalado Fabio Nelli por 3.500 ducados. Las obras dieron comienzo en 1576 y prosiguieron con grandes inversiones hasta 1587, año en que quedaron interrumpidas, siendo su artífice el prestigioso cantero Juan González de la Lastra, que trabajó hasta su muerte en 1582 en la órbita del arquitecto vallisoletano Francisco de Salamanca, reconstructor de la Plaza Mayor y autor del trazado de la calle de Platerías tras el incendio de 1561. Entre 1582 y 1586 se había encargado personalmente de las obras del nuevo palacio Claudio Nelli, hermano del pujante banquero.

     Las obras se reanudaron en 1589, año en que el arquitecto y escultor Francisco de la Maza concluía el patio y la espaciosa escalera claustral. En ese momento se trata de incorporar como novedad una portada esquinera con la calle de la Puente (actual Expósitos), con una torre en la esquina y las puertas del zaguán en recodo, disposición similar al Palacio de Pimentel, según un proyecto encargado a Diego de Praves, aunque esta propuesta fue desechada al aceptarse finalmente el diseño general del palacio presentado en 1594 por el arquitecto Pedro de Mazuecos el Mozo, que interpretando a la perfección los gustos del banquero, con el que siempre mantuvo muy buena sintonía, proyectó la distribución definitiva con múltiples soluciones extraídas del Libro Tercero de Serlio [3], con una fachada monumental e italianizante, centrada y simétrica, amparada por dos grandes torres avanzadas a los lados, aunque la intervención de este maestro se limitaría a su intervención en la elegante portada clasicista que hoy ofrece el edificio.

     Prácticamente el palacio fue terminado durante los años en que Valladolid fue sede de la Corte española, en el primer lustro del siglo XVII, aunque las pretensiones de Fabio Nelli de disponer de una residencia equiparable al Palacio Real vallisoletano, le movieron a comprar en 1605 al licenciado Rivas una casa situada frente a la iglesia de la Concepción, para establecer un edificio con una galería unida a la torre derecha del palacio, cerrando una parte de la placeta formada ante la fachada, de modo que establecía un nuevo espacio urbanístico en el corazón histórico de la ciudad.

     Sobre los paramentos de la fachada destaca el relieve de una portada pétrea, de magnífica factura, que está planteada en dos cuerpos. El inferior como un arco de triunfo romano, elemento muy repetido en fachadas y retablos del Renacimiento, que aquí se convierte en símbolo de poder. El arco de entrada aparece flanqueado por parejas de columnas de fuste acanalado y capiteles corintios sobre un basamento, con cajeados en los intercolumnios y figuras de putti con frutas en las enjutas. Se remata con un friso esculpido con grutescos, donde a los lados de un mascarón central se disponen simétricamente cestos de frutas, victorias y figuras de niños con frutos y animales entrelazados por roleos, un elemento que concentra los motivos esculpidos.

     El segundo cuerpo, separado por una cornisa con modillones, repite la misma estructura, aunque adaptada a su función de balcón del salón noble, con hornacinas entre las columnas y una cartela superior que curiosamente proclama "SOLI DEO HONOR ET GLORIA". Se corona con un frontón quebrado manierista en el que se incluye un gran escudo de armas (el que aparece actualmente fue colocado en el siglo XVII y pertenece al marqués de la Vega de Boecillo, nieto de Fabio Nelli ) y decoración de bolas a los lados. Es evidente que en esta portada clasicista Pedro de Mazuecos el Mozo intentó proclamar con fervor la gloria y prerrogativas del mecenas propietario.

     El palacio carece del zaguán con las puertas en recodo de otras casonas vallisoletanas, ofreciendo el acceso directo, a la italiana, a un elegante patio con amplias galerías en tres de sus lados y un pozo en el centro, según el modelo repetido en la arquitectura doméstica en Valladolid. Las arquerías son de medio punto y están molduradas, apeadas en los dos pisos sobre columnas de fuste de piedra liso y monolítico, con capiteles corintios en las galerías inferiores y compuestos en las superiores, decorándose con medallones en las enjutas, la mayor parte de los originales, con bustos en relieve, perdidos. Realza su aspecto italianizante los elegantes balaustres que recorren el primer piso. A la derecha del patio se abre la espaciosa escalera principal, con columnas en los ángulos de la balaustrada que sujetan pebeteros, cubriéndose con un notable artesonado.

     Pero si nos hemos referido a los elementos arquitectónicos más importantes de tan elegante palacio, no hemos de olvidar la rica colección de enseres distribuidos por las habitaciones del banquero. Entre ellos, aparte de un selecto mobiliario funcional, un tradicional estrado con damascos y una alfombra turca, siete paños con Virtudes traídos de Sevilla, lo mismo que un escritorio, distintos tipos de arcas, unos de nogal con taraceas y otros de marfil, un contador alemán de sobremesa, tapices, alfombras, relojes, imágenes de devoción en las salas y el oratorio, una pequeña biblioteca, una cuadra bien dotada y una importante colección de joyas. Atendiendo las necesidades de los moradores del palacio, Fabio Nelli tenía tres esclavas negras de las que conocemos sus nombres: Florencia, Juana y María [4].

     Además, emulando la forma de vida de los magnates italianos, en 1599 Fabio Nelli también adquiría una villa campestre localizada en el paraje de Vega de Abajo, entre los ríos Cega y Duero y perteneciente al término de Boecillo. La villa de recreo, que aún se conserva y que fue conocida como "Casas de la Vega de Porras", se inspiraba en la casa de campo que Carlos V tenía en El Abrojo y estaba dotada de capilla, molino, viñedos, un corral y un "colgadizo".

     A todas estas propiedades sumaba unas casas situadas junto al palacio del Conde de Benavente (actual plaza de la Trinidad) y otras propiedades en Boecillo (Valladolid), Fuente Escarcel y Soto (Palencia) y en Madrid, según consta en la ratificación de su mayorazgo. Era pues Fabio Nelli, con su mayorazgo, su majestuoso palacio, su capilla privada, su finca de recreo, sus posesiones y sus riquezas, la misma imagen del dinero y de la vanidad mundana en un momento en que la economía nacional se hallaba penosamente resentida. En el propio palacio, hoy Museo de Valladolid, se conserva un medallón bastante deteriorado en el que aparece el supuesto retrato de Fabio Nelli, que muestra un caballero maduro, barbado y con entradas pronunciadas, que viste jubón y gorguera como signo de nobleza.

EL DEVENIR DEL PALACIO DE FABIO NELLI

     El palacio fue heredado por su hija Damiana, que lo habitó menos de tres años por su muerte prematura el 22 de agosto de 1614. Pasó entonces a su nieto Alonso Nelli, que casaría con Catalina de Zúñiga, hija del regidor de Salamanca Álvaro de Zúñiga, con la que tuvo cinco hijos y tres hijas, cuyo primogénito, Baltasar Francisco, sería el primer marqués de la Vega de Boecillo.

     Siendo el palacio propiedad de este último, en él se alojó Catalina de Braganza, reina viuda de Inglaterra, a su llegada a Valladolid. En 1711, en el palacio estuvo retenido como prisionero Lord James Stanhope, tras la derrota de las tropas británicas que lideraba en la batalla de Brihuega contra el ejército franco-español [5].

     Con la extinción de los herederos directos de Fabio Nelli, el palacio pasó a manos de Antonio de Aranda Guillamas, caballerizo de la Reina, que reclamó los derechos de su esposa, aunque en 1748 fueron anulados por la Chancillería y todos los bienes pasaron a la Obra Pía que estableciera en vida el banquero, después gestionada por la Real Casa de la Misericordia.

     El 2 de junio de 1743 en el palacio de Fabio Nelli moría Julián Domínguez, obispo de Valladolid, que lo habitaba en alquiler. El palacio sufrió un gran deterioro durante la invasión francesa, siendo acondicionado en 1816 para albergar las oficinas de la Real Hacienda y la Aduana. Tras la desamortización, el edificio fue subastado y comprado por José Laguna, vecino de Madrid, que poco después lo vendió a Felipe Tablares, que lo convertiría en viviendas particulares.

     Tras ser adquirido por el Estado, con la intención de convertirlo en instituto de enseñanza para niñas, este proyecto no se llevó a cabo y finalmente en 1879 pasó a convertirse en el Museo Provincial de Antigüedades. Después de una restauración, desde 1968 fue sede del Museo Arqueológico, función que continua en activo como Museo de Valladolid.

     Hoy el palacio de Fabio Nelli está considerado como uno de los mejores edificios representativos de la arquitectura civil de la ciudad, permaneciendo dormido, cuando esto se escribe, un ambicioso proyecto de ampliación como Museo de Valladolid.

     El edificio sigue ennobleciendo un distrito que aglutina múltiples palacios y templos, aunque el entorno de la pequeña plaza es posible que nunca recobre el esplendor que conoció cuando el palacio estuvo habitado por Fabio Nelli y en él realizaba sus quehaceres mercantiles rodeado de lujo y riqueza.

Informe: J. M. Travieso.

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NOTAS

(1) URREA, Jesús. Arquitectura y Nobleza. Casas y palacios de Valladolid. Ayuntamiento de Valladolid, Valladolid, 1996, p.118.
(2) BEL BRAVO, María Antonia. La familia en la historia. Ediciones Encuentro, 2010, p. 129
(3) VILLALOBOS, Daniel, ARNUNCIO PASTOR, Juan Carlos y otros. Guía de Arquitectura de Valladolid. Valladolid, 1996, p. 98.
(4) URREA, Jesús. Arquitectura y Nobleza. Casas y palacios de Valladolid. Ayuntamiento de Valladolid, Valladolid, 1996, p.119.
(5) Ibídem.

Ilustraciones:
 1 Fachada del Palacio de Fabio Nelli, hoy Museo de Valladolid.
 2 Portada de Pedro Mazuecos en el Palacio de Fabio Nelli.
 3 Arco triunfal de la portada.
 4 Detalle de la portada.
 5 Vista del patio desde el zaguán.
 6 Arquerías del patio del palacio de Fabio Nelli
 7 Escalera de Francisco de la Maza.
 8 Aspecto de una galería superior del palacio.
 9 Detalle de los capiteles de una galería superior del patio, obra de Francisco de la Maza.
10 Supuesto retrato de Fabio Nelli en un medallón conservado en el Museo de Valladolid.

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1 comentario:

  1. esta muy bien la informacion nos sirve de mucho en nuestro trabajo de socilales

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