20 de julio de 2009

Historias de Valladolid: LA RENEGADA DE VALLADOLID, entre la leyenda y la realidad




ANTECEDENTES HISTÓRICOS

     La curiosa historia que nos ha llegado de la vallisoletana Águeda de Acevedo y Salcedo, a través de textos teatrales y pliegos de cordel, tiene su origen en una serie hechos históricos que tuvieron gran repercusión en nuestra ciudad. Tras la abdicación del emperador Carlos V en Bruselas, producida en 1556, hereda la corona de España y de las Indias su hijo Felipe II, nacido en Valladolid el 21 de mayo de 1527. En ese momento el emperador abandona Flandes para instalarse en un palacio mandado construir junto al Monasterio de Yuste, donde fallece en 1558.

     Desde 1521 el emperador se había enfrentado, en Europa y en el Mediterráneo, a las incesantes amenazas del Imperio Otomano, especialmente beligerante durante el gobierno de Solimán el Magnífico, sultán desde 1520 a 1566. Su alianza con Jeireddín Barbarroja, que había expulsado a los españoles de Argel en 1532, favoreció la conquista de Túnez en 1534, constituyendo estas derrotas un hecho traumático para el emperador Carlos. Por aquel tiempo una de las posesiones que se mantenían era el puerto argelino de Bujía (el actual puerto de Béjaïa en Argelia), una ciudad famosa desde la Edad Media por la calidad de las velas elaboradas con cera de abejas (bujías) y que había sido conquistada por los españoles en 1510. Este enclave era una plaza fuerte y presidio del que estaba al mando el capitán don Alonso Carrillo de Peralta.


     En 1555 el rey de Argel, Azan Bajá, adscrito al Imperio Otomano, organiza un ataque contra Bujía y consigue apoderarse de la ciudad meses después. Alonso de Peralta sobrevive a la batalla y consigue regresar a España. Pero en aquellos tiempos violentos era tan arriesgado morir a manos de los enemigos como ser acusado por los propios compañeros de cobardía, que es lo que le ocurrió a este personaje. Como consecuencia de estos hechos, en 1556 el capitán don Alonso Carrillo de Peralta era ahorcado públicamente en la Plaza Mayor de Valladolid.

LA HISTORIA DE LA RENEGADA

     En este contexto histórico, la amenaza del turco y las peripecias en las plazas del norte de África serían sin duda un tema constante de conversación, fomentando la imaginación popular las historias contadas por aquellos que regresaban de esos lugares. Un caso ilustrativo fue la presencia en la ciudad en 1551 de la familia de Miguel de Cervantes, que en 1575 sería capturado cuando regresaba de participar en la batalla de Lepanto, permaneciendo cautivo en Argel hasta que fue liberado por los padres Trinitarios en 1580.

     Como ha estudiado en profundidad el hispanista Bartolomé Benassar, en aquellas sociedades sacralizadas existían dos grupos de matiz religioso bien definido: los moriscos, musulmanes convertidos a la fuerza en cristianos en España, y los renegados, cristianos obligados a convertirse en musulmanes en territorio otomano. Generalmente, unos y otros mantenían de forma secreta sus convicciones.

     A la sombra de la ejecución de Alonso Carrillo de Peralta y de las noticias llegadas de la lucha contra los otomanos, se fraguó la historia de la cautiva de Valladolid, una narración que según los datos que aporta, como el nombre de la dama, Águeda de Acevedo, y su lugar de residencia, calle de la Obra de Valladolid, localizada junto a la catedral, en aquellos momentos en construcción, bien puede estar basada en un hecho histórico, aunque después el relato se aderece con situaciones imaginarias de mayor atractivo literario para extraer un final aleccionador.

     La primera versión conocida corresponde a Mateo Sánchez de la Cruz, que en 1586 escribió un pliego suelto, en la forma métrica de las quintillas de ciego, contando un penoso caso con final feliz.

La historia comienza así:

En Valladolid vivía
una dama muy hermosa,
y su padre la tenía
bien ataviada y honrosa.
Esta tenía un hermano
en gramática sapiente,
aunque joven, buen cristiano
siervo del Omnipotente.
A Valladolid llegó
de paso para Turquía
un capitán que eligió
nuestro Rey para Bujía.
El capitán se hospedó
enfrente de la doncella,
y al instante que la vió
se encendió en amores de ella.


     A pesar de todo tipo de regalos la dama se resistía, aunque finalmente accede a las propuestas de boda del capitán. Una noche la sacó en secreto de Valladolid y la llevó hasta Bujía, pero nada más llegar, la ciudad fue conquistada por los “moros” y todos hechos prisioneros. Esto sitúa la acción en 1555. Entre los presos destacaba la belleza y el decoro de la mujer, que llamó la atención del bajá, siendo embarcada hacia Argel y reservada para el gobernante.

     A bordo de la nave, el bajá le agasajaba con buenas comidas mientras le proponía matrimonio, para lo cual ella debía renegar de la fe cristiana. Viendo su futuro incierto como cautiva, la mujer accedió a casarse y tuvo dos hijos con el bajá, viviendo en la corte otomana veintiséis años y practicando los ritos de la religión de Mahoma.

     Allí cierto día conoció a un criado español que había sido comprado por su marido en Mahón como esclavo. Era un clérigo apresado a su regreso de Roma, después de que las naves de los musulmanes atacaran la embarcación en que viajaba. En secreto, mantenía sus rezos diarios a la Virgen. Al cabo de tres años y medio, las sospechas de la mujer la llevaron a espiar a este criado, al que sorprendió rezando el Rosario. Admirada por su fe, se interesó por su persona, preguntándole cuál era su oficio en España y si estaba casado. El clérigo respondió que estaba casado con Dios y con la Virgen, que su oficio era el de sacerdote. Ella se interesa por la ciudad de la que procede y él se niega a responder. Deseosa de obtener noticias de su tierra la dama le confiesa:

No me lo quieras negar,
dilo ahora por mi amor,
que aunque me ves aquí ahora
turca, en Valladolid
he sido rica y señora

     Al oir nombrar su tierra el clérigo rompió a llorar. Desconsolado le declara que la ciudad que ha nombrado es donde nació y creció. Ella le pregunta en qué calle vivía:

Comenzó a consolarle
y aplacar su llanto y lid,
y preguntarle en que calle
vivía en Valladolid.
Respondió con gran dolor,
con aflicción y zozobra
vive mi padre y señor
en la calle de la Obra.
¿Conoces a los Rosales,
gente rica y principal?
Dijo; ya doblas mis males,
esos son mis tíos carnales
y no saben de mi mal.


     Al momento comenzó a sospechar que el clérigo pudiese ser su hermano, pero quiso cerciorarse:

No hay contento que la cuadre
más que ver su buen hermano;
y le dijo: di ¿tu padre
cómo se llama y tu madre?
y tu nombre dime llano.
Llámase Juan de Acevedo
el mi buen padre y señor;
y mi madre Leonor,
por apellido Salcedo
y yo me llamo Melchor.


     Confirmando su presentimiento le preguntó si tenía alguna hermana, a lo que le respondió que si, pero que se había perdido y no se conocía su paradero. La dama, reconociendo sus errores, cayó desmayada y fue atendida por el clérigo, al que abrazó y confesó ser su hermana Águeda de Acevedo. Después le pide perdón por los años pasados renegando de Dios y él cayó de rodillas rogando por su hermana. La historia termina en Roma, donde acompañada de su hermano obtiene la absolución del papa y sus hijos se convierten a la fe cristiana.

     El tema se haría muy popular en el siglo XVII, conociendo después hasta ocho adaptaciones teatrales y casi cincuenta ediciones en pliegos de cordel. En 1598 Pedro Herrero lo publicó como “La cautiva de Valladolid”, en 1605 lo hizo Lorenzo de Avellaneda como “La vida, conversión y muerte de Águeda de Acebedo, dama de Valladolid”, en 1637 Belmonte, Moreto y Martínez Meneses como la comedia “La renegada de Valladolid”, manteniendo el mismo título Monteser, Solís y Silva en 1655 y Diego Granados y Mosquera en 1668, sirviendo también de base para “La renegada de Vallecas”, publicada por Juan Vélez de Guevara hacia 1700. En la Fundación Joaquín Díaz, en Urueña, se conservan cinco pliegos de cordel referidos a “La renegada de Valladolid”, impresos en Barcelona y Córdoba.


Informe: J. M. Travieso.
Registro Propiedad Intelectual - Código: 1104108944996



Ilustraciones:
1 Detalle de panel de azulejos del zaguán del Palacio Pimentel, de J. Ruiz de Luna, 1939.
2 Vista de la actual ciudad de Bujía, Argelia.
3 Edición de "La Renegada de Valladolid".
4 Detalle del escenario del suceso en el plano de Valladolid de Ventura Seco.
5 y 6 Ilustración de un pliego de cordel editado por la Vda. de Llorens, Barcelona.

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