El pasado día 1 de julio, tras tres años y medio de trabajos, se han inaugurado las nuevas instalaciones que cobijan el yacimiento arqueológico de la Villa Romana de la Olmeda (VRO), en el término palentino de Pedrosa de la Vega. Se trata de un edificio vanguardista del siglo XXI, diseñado por los arquitectos Ángela García de Paredes e Ignacio García-Pedrosa, que se adapta perfectamente a la conservación y contemplación de las ruinas y al apacible paisaje circundante, cuyo horizonte dibujan las hileras de chopos.
LA VILLA ROMANA DE LA OLMEDA
Este importante yacimiento, uno de los más importantes de la Hispania romana, se trata de una villa agrícola construida en el siglo IV, durante el bajo imperio romano, por una rica familia dedicada al comercio de caballos. Cuando cesó esta actividad familiar en la segunda mitad del siglo V, y tras producirse un incendio en el edificio, la villa fue abandonada. Con el tiempo parte de los muros se arruinaron, quedando ocultos los pavimentos de mosaicos.
La villa se organiza, como es tradicional, en torno a un patio central recorrido por un ancho peristilo al que se abren las distintas estancias. La más destacada es el oecus o salón principal, situado en la zona este. Esta sala, en la que se celebraban los banquetes y recepciones, está pavimentada con un enorme mosaico polícromo, historiado y rodeado de una cenefa con ánades y medallones con retratos, que narra la escena de origen literario en que Aquiles es descubierto por Ulises en el gineceo del rey Licomedes, en la isla de Skyros, y junto a él la monumental escena de una cacería en la que aparecen leones, leopardos, jabalíes, antílopes, perros y cazadores, formando en el pavimento uno de los mosaicos de mayores dimensiones en el mundo romano. Otras dependencias aparecen cubiertas por mosaicos con variados motivos geométricos, todos ellos realizados mediante la técnica de “opus tessellatum”, es decir, con teselas regulares de diferentes colores.
En la zona oeste se localizan el apoditerium y frigidarium de unas termas cuyo pavimento sigue la técnica de “opus signinum”, que tiene como base un polvo rojizo, obtenido con los desechos de fabricación de tejas, que mezclado con cal se convertía en un cemento duro e impermeable, muy apto para baños y piscinas.
Este importante yacimiento, uno de los más importantes de la Hispania romana, se trata de una villa agrícola construida en el siglo IV, durante el bajo imperio romano, por una rica familia dedicada al comercio de caballos. Cuando cesó esta actividad familiar en la segunda mitad del siglo V, y tras producirse un incendio en el edificio, la villa fue abandonada. Con el tiempo parte de los muros se arruinaron, quedando ocultos los pavimentos de mosaicos.
La villa se organiza, como es tradicional, en torno a un patio central recorrido por un ancho peristilo al que se abren las distintas estancias. La más destacada es el oecus o salón principal, situado en la zona este. Esta sala, en la que se celebraban los banquetes y recepciones, está pavimentada con un enorme mosaico polícromo, historiado y rodeado de una cenefa con ánades y medallones con retratos, que narra la escena de origen literario en que Aquiles es descubierto por Ulises en el gineceo del rey Licomedes, en la isla de Skyros, y junto a él la monumental escena de una cacería en la que aparecen leones, leopardos, jabalíes, antílopes, perros y cazadores, formando en el pavimento uno de los mosaicos de mayores dimensiones en el mundo romano. Otras dependencias aparecen cubiertas por mosaicos con variados motivos geométricos, todos ellos realizados mediante la técnica de “opus tessellatum”, es decir, con teselas regulares de diferentes colores.
En la zona oeste se localizan el apoditerium y frigidarium de unas termas cuyo pavimento sigue la técnica de “opus signinum”, que tiene como base un polvo rojizo, obtenido con los desechos de fabricación de tejas, que mezclado con cal se convertía en un cemento duro e impermeable, muy apto para baños y piscinas.
La fachada principal se abría al sur, con una galería porticada enmarcada por dos torres octogonales, mientras que el conjunto residencial se remata con dos torres cuadradas en la fachada norte.
Próximas a la villa aparecieron tres necrópolis, una más antigua situada al noreste, con enterramientos del siglo I de los primitivos moradores del lugar, que se continuó utilizando hasta el bajo imperio romano, cuando se construye la villa en el siglo IV. Otra descubierta en la zona sur, donde se han localizado hasta quinientos enterramientos de época tardorromana que han proporcionado numerosos elementos de ajuar, armas, gran variedad de joyas, complementos de indumentaria, recipientes de vidrio y piezas de cerámica, entre ellas vasos de terra sigillata de época tardía. Estas colecciones fueron depositadas en el Museo Arqueológico instalado en la cercana población de Saldaña (Palencia), donde vivía Javier Cortés, descubridor y propietario del yacimiento.
JAVIER CORTÉS, DESCUBRIDOR, MECENAS Y ALMA MATER
Pese a los elogios recibidos de los arqueólogos Pedro de Palol, director del yacimiento durante veinte años, y José Antonio Abásolo, actual director, pese al interés mostrado por la Diputación de Palencia y la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León, en realidad no se ha rendido un suficiente tributo y un justo reconocimiento a una figura tan excepcional en los tiempos que corren como era Javier Cortés Álvarez de Miranda, que murió el pasado 3 de marzo sin poder asistir a la inauguración de las nuevas instalaciones de su Olmeda. Desde aquí sugerimos que se le dedique un digno monumento que perpetúe su memoria , no simplemente una lápida conmemorativa, ante la entrada de la villa, acorde con la importancia del legado que con tanta generosidad nos dejó a todos.
Pese a los elogios recibidos de los arqueólogos Pedro de Palol, director del yacimiento durante veinte años, y José Antonio Abásolo, actual director, pese al interés mostrado por la Diputación de Palencia y la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León, en realidad no se ha rendido un suficiente tributo y un justo reconocimiento a una figura tan excepcional en los tiempos que corren como era Javier Cortés Álvarez de Miranda, que murió el pasado 3 de marzo sin poder asistir a la inauguración de las nuevas instalaciones de su Olmeda. Desde aquí sugerimos que se le dedique un digno monumento que perpetúe su memoria , no simplemente una lápida conmemorativa, ante la entrada de la villa, acorde con la importancia del legado que con tanta generosidad nos dejó a todos.
Javier Cortés, que era el dueño de estas tierras, cuando se encontraba en 1968 rebajando el terreno para incorporar nuevo regadío, descubrió con su azada parte de un mosaico. Lejos de ocultarlo, lo comunicó a las autoridades palentinas, de las que recibió apoyo pero poca ayuda económica. Cortés quedo fascinado y desde entonces se entregó en cuerpo y alma a la excavación que él mismo financiaba convertido en mecenas. Tímido por naturaleza, muy afable y generoso en demasía, fue almacenando en su casa de Saldaña todo aquello que encontraba: cientos de monedas, ajuares, armas, vasijas, etc., al tiempo que se volcó en estudios de arqueología hasta convertirse en un verdadero un experto en arte romano, llegando a recibir a especialistas de todo el mundo. Interesado el Museo Arqueológico Nacional por los importantes hallazgos, hizo a Cortés una oferta de compra que éste rechazó de forma heroica en tiempos en que el dinero todo lo puede, donando el yacimiento a la Diputación de Palencia en 1980 después de haber invertido en él grandes sumas. Desde entonces se ha convertido en uno de los principales reclamos culturales de Palencia, recibiendo miles de visitantes. En 1996 la Villa de la Olmeda fue declarada Bien de Interés Cultural, tras lo cual comenzaron las iniciativas para dotarla de una instalación más acorde con su categoría.
EL NUEVO YACIMIENTO-MUSEO
El moderno exterior, concebido como una enorme envoltura, está distribuido a dos niveles. Abajo un basamento en el que se combina el hormigón blanco encofrado y un ventanal corrido, realizado en policarbonato traslúcido, que permite el paso de luz natural al conjunto evitando los deslumbramientos del sol. Arriba una enorme celosía metálica de acabado oxidado y trazado irregular que filtra el viento de la llanura como las ramas de los árboles y se funde con el ocre del paisaje.
En su interior, que por ser completamente diáfano permite la vista de los 3.000 metros cuadrados de pavimentos, una inmensa cubierta reticular de acero, dividida en varios tramos, se apoya en dos estilizados pilares de acero que no dificultan la visión global. Un juego de pasarelas elevadas, con piso de madera y barandillas de cristal, establecen un recorrido que permite la contemplación de los mosaicos a corta distancia, al tiempo que una serie de mamparas metálicas ayudan a recomponer los muros desaparecidos de algunas estancias.
Completa la nueva instalación una información audiovisual e informática que sustituye a los antiguos paneles, con recreaciones virtuales en tres dimensiones, que proporciona todo tipo de datos de forma interactiva y en varios idiomas. Recibe al visitante la figura virtual de Marciano, mayordomo de la vivienda, que informa de lo que se encontrará en todo el recorrido. Asimismo, una maqueta metálica, con los nombres en braille, permite la visita de la villa a los invidentes.
Jornadas de puertas abiertas: del 1 al 8 de julio 2009.
Para más información consultar la web oficial: http://www.villaromanalaolmeda.com/
Ilustraciones: 1 Aspecto de la celosía envolvente. 2 Entrada principal a la Villa. 3 Detalle del mosaico de Aquiles en el oecus. 4 Vista general del interior.
Informe: J. M. Travieso.
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Mi enhorabuena por esta inauguración de la nueva sede para la Villa Romana de la Olmeda , conozco La Villa desde hace tiempo y siempre he pensado en la necesaria remodelación de las instalaciones que cobijasen adecuadamente el inmenso tesoro arqueológico que se encuentra en la localidad palentina de Pedrosa de la Vega.
ResponderEliminarReitero mi enhorabuena y un cordial saludo
Javier Mínguez