6 de enero de 2010

Bordado de musas con hilos de oro: VIENTOS DEL PUEBLO ME LLEVAN, de Miguel Hernández


VIENTOS DEL PUEBLO ME LLEVAN

Vientos del pueblo me llevan,
vientos del pueblo me arrastran,
me esparcen el corazón
y me aventan la garganta.

Los bueyes doblan la frente,
impotentemente mansa,
delante de los castigos:
los leones la levantan
y al mismo tiempo castigan
con su clamorosa zarpa.

No soy de un pueblo de bueyes,
que soy de un pueblo que embargan
yacimientos de leones,
desfiladeros de águilas
y cordilleras de toros
con el orgullo en el asta.
Nunca medraron los bueyes
en los páramos de España.

¿Quién habló de echar un yugo
sobre el cuello de esta raza?
¿Quién ha puesto al huracán
jamás ni yugos ni trabas,
ni quién al rayo detuvo
prisionero en una jaula?

Asturianos de braveza,
vascos de piedra blindada,
valencianos de alegría
y castellanos de alma,
labrados como la tierra
y airosos como las alas;
andaluces de relámpagos,
nacidos entre guitarras
y forjados en los yunques
torrenciales de las lágrimas;
extremeños de centeno,
gallegos de lluvia y calma,
catalanes de firmeza,
aragoneses de casta,
murcianos de dinamita
frutalmente propagada,
leoneses, navarros, dueños
del hambre, el sudor y el hacha,
reyes de la minería,
señores de la labranza,
hombres que entre las raíces,
como raíces gallardas,
vais de la vida a la muerte,
vais de la nada a la nada:
yugos os quieren poner
gentes de la hierba mala,
yugos que habéis de dejar
rotos sobre sus espaldas.

Crepúsculo de los bueyes
está despuntando el alba.

Los bueyes mueren vestidos
de humildad y olor de cuadra;
las águilas, los leones
y los toros de arrogancia,
y detrás de ellos, el cielo
ni se enturbia ni se acaba.
La agonía de los bueyes
tiene pequeña la cara,
la del animal varón
toda la creación agranda.

Si me muero, que me muera
con la cabeza muy alta.
Muerto y veinte veces muerto,
la boca contra la grama,
tendré apretados los dientes
y decidida la barba.

Cantando espero a la muerte,
que hay ruiseñores que cantan
encima de los fusiles
y en medio de las batallas.

                         MIGUEL HERNÁNDEZ


2010: CENTENARIO DEL NACIMIENTO DEL POETA MIGUEL HERNÁNDEZ

Miguel Hernández nació en Orihuela (Alicante) el 30 de octubre de 1910. Durante la Guerra Civil se alistó al bando republicano y se casó el 9 de marzo de 1937 con Josefina Manresa. Con ella tuvo dos hijos, Manuel Ramón, nacido en 1937 y muerto a los pocos meses, a quién dedica el poema Hijo de la luz y la sombra y otros recopilados en el Cancionero y romancero de ausencias, y Manuel Miguel, nacido en 1939, a quién escribió en la cárcel las Nanas de la cebolla. En este periodo también escribió su obra Viento del pueblo.

Al terminar la guerra civil española fue arrestado en Rosal de la Frontera (Huelva) cuando intentaba cruzar la frontera de Portugal, siendo encarcelado durante tres años en varias prisiones. En ellas contrajo una enfermedad pulmonar que provocó su traslado al Reformatorio de Adultos de Alicante, donde murió el 28 de marzo de 1942 a los 31 años de edad. Su viuda, Josefina Manresa, permaneció residiendo en Elche.

Con motivo del primer centenario del nacimiento del autor de El rayo que no cesa, 2010 ha sido declarado "Año Hernandiano", estando programado un variado ciclo de actividades en distintas localidades, entre ellas Orihuela, su pueblo natal, Elche, residencia de parte de la familia, Rosal de la Frontera, donde fue detenido, Jaca (Huesca), ciudad hermanada con Elche, y Quesada (Jaén). La programación incluye exposiciones, conferencias, conciertos, publicaciones, audiovisuales, recitales (entre ellos uno de Juan Manuel Serrat) y el proyecto de artes plásticas "La memoria del laberinto". Los actos comenzarán el 9 de enero y se llevarán a cabo a lo largo del año, destacando un Congreso Internacional que se celebrará en octubre en Orihuela, Elche y Alicante.

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1 comentario:

  1. Magnnífico blog. Felicidades.

    Un sentido homenaje para Miguel Hernández, por el progreso y el compromiso.

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