Citar la Casa de las Conchas remite automáticamente al bello palacio salmantino que construyera don Rodrigo Maldonado de Talavera entre 1493 y 1517, caracterizado por la decoración esculpida de su fachada con 300 veneras, valvas estriadas de las vieiras que son el símbolo por excelencia del peregrino, posiblemente como homenaje de su propietario a la prestigiosa Orden de Santiago, a la que pertenecía.
Sin embargo, la Casa de las Conchas, conocida igualmente como Casa de las Veneras, fue también un notable palacio vallisoletano, uno de los más prestigiosos entre las mansiones nobles levantadas durante el Renacimiento en la ciudad, situado prácticamente enfrente del Colegio Mayor de Santa Cruz y dotado de una larga fachada decorada con veneras de forma similar al palacio salmantino. Desgraciadamente, con el tiempo ha pasado a engrosar la lista de los innumerables palacios vallisoletanos desaparecidos, incluso de la memoria, aunque en este caso se conserven restos testimoniales de su existencia.
Sin embargo, la Casa de las Conchas, conocida igualmente como Casa de las Veneras, fue también un notable palacio vallisoletano, uno de los más prestigiosos entre las mansiones nobles levantadas durante el Renacimiento en la ciudad, situado prácticamente enfrente del Colegio Mayor de Santa Cruz y dotado de una larga fachada decorada con veneras de forma similar al palacio salmantino. Desgraciadamente, con el tiempo ha pasado a engrosar la lista de los innumerables palacios vallisoletanos desaparecidos, incluso de la memoria, aunque en este caso se conserven restos testimoniales de su existencia.
El palacio se levantaba en un lugar privilegiado en la ciudad, colindante a la parte trasera de la vieja Universidad (actual calle Librería), justamente al lado de la también desaparecida capilla universitaria, en una plaza ocupada por grandes casonas pertenecientes a familias de ilustre abolengo, la mayor parte con cargos oficiales en las instituciones del siglo XVI. El edificio intentaba poner un digno contrapunto, a través de una atractiva fachada, signo de prestigio, al imponente edificio del Colegio de Santa Cruz, el primer palacio renacentista de España, fundado en tiempos de los Reyes Católicos por el cardenal Pedro González de Mendoza y levantado entre 1486 y 1491. Junto a la Casa de las Veneras se levantaba la casa de don Rodrigo de Mercado, obispo de Ávila y fundador de la Universidad de Oñate.
Años después, en 1615, el acaudalado don Luis de Vitoria, Tesorero de las Alcabalas y Rentas Reales, levantaría un palacio de grandes dimensiones situado casi enfrente de la Casa de las Conchas y con la fachada principal abierta a la calle Librería, edificio muy reformado que actualmente está ocupado por el Colegio de Jesús y María, perteneciente a las Carmelitas de la Caridad Vedruna. Estos dos palacios cerraban uno de los ángulos de la que fuera denominada Plaza del Duque, una de las más importantes de la ciudad, presidida por el flamante Palacio de Santa Cruz.
EL PALACIO SOLARIEGO
La Casa de las Conchas disponía de una larga fachada de piedra, sin torres, en la que figuraba una decoración de veneras labradas en cantería, se supone que numerosas por dar nombre a la casa, colocadas de forma apaisada, con una portada presidida por el blasón familiar, un zaguán y el tradicional patio interior, en torno al cual se organizaban las distintas dependencias. En su parte trasera contaba con huertas y corrales.
El patio de la Casa de las Conchas, con un pozo en el centro y arcos escarzanos apoyados sobre dobles columnas empotradas, dando lugar a un fuste de forma oval con una estrangulación en el centro, repetía a pequeña escala el diseño goticista que hiciera Lorenzo Vázquez de Segovia en el patio del Colegio de Santa Cruz, con idénticas basas y capiteles de bolas, blasones familiares en las enjutas de los arcos y una serie de pretiles con tracerías góticas caladas en el primer piso, en forma de motivos ondulados y elementos vegetales estilizados, un repertorio muy repetido en los patios vallisoletanos a imitación de Santa Cruz. Son precisamente los fragmentos de las partes norte y oeste del patio lo único que se conserva de aquel palacio, una reliquia que nos informa de la gran calidad del desaparecido edificio.
El patio de la Casa de las Conchas, con un pozo en el centro y arcos escarzanos apoyados sobre dobles columnas empotradas, dando lugar a un fuste de forma oval con una estrangulación en el centro, repetía a pequeña escala el diseño goticista que hiciera Lorenzo Vázquez de Segovia en el patio del Colegio de Santa Cruz, con idénticas basas y capiteles de bolas, blasones familiares en las enjutas de los arcos y una serie de pretiles con tracerías góticas caladas en el primer piso, en forma de motivos ondulados y elementos vegetales estilizados, un repertorio muy repetido en los patios vallisoletanos a imitación de Santa Cruz. Son precisamente los fragmentos de las partes norte y oeste del patio lo único que se conserva de aquel palacio, una reliquia que nos informa de la gran calidad del desaparecido edificio.
MORADORES Y PROPIETARIOS DE LA CASA DE LAS CONCHAS
La Casa de las Conchas o de las Veneras de Valladolid fue levantada en el último decenio del siglo XV, durante el reinado de los Reyes Católicos, para el capitán Bernal Francés de Zúñiga y su esposa Juana Carrillo de Córdoba, fundadores de un panteón familiar en la capilla de San Miguel de la iglesia de San Pablo. Su hija Catalina Rillo se casó con el licenciado de origen soriano Rodrigo de Morales, alcalde de los Hijosdalgo en la Chancillería de Valladolid, heredando este matrimonio la casa, donde vivieron durante la primera mitad del siglo XVI.
Rodrigo de Morales repartió la vivienda en herencia entre sus hijos Luis Carrillo, Juan de Morales, Bartolomé de Morales y Pedro de Morales, siendo valorado el inmueble en dicho trámite en ocho mil ducados, lo que manifiesta que se trataba de un palacio importante.
El edificio y sus huertas fue dividido en dos bloques en 1547, habitando en uno de ellos el doctor don Luis Carrillo, consejero real y Alcalde de Casa y Corte, casado con doña María de Ovando, y en el otro el doctor Juan de Morales, recibiendo los demás hermanos una compensación económica.
Poco después Luis Carrillo vendió su parte al licenciado Francisco de Vera, que al partir sus bienes en 1597 la lega a su hijo de igual nombre. En el siglo XVII la casa fue adquirida por la familia de Hermenegildo Lugo y Montalvo, siendo recibida en herencia por dos frailes que la donaron al monasterio burgalés de la Vid, de la orden premostratense. En el XVIII la casa pertenecía a la Catedral de Valladolid y estaba alquilada a don Manuel de la Gándara, abogado de la Real Chancillería.
En el siglo XIX el edificio fue reconvertido en viviendas particulares y pasada la mitad del siglo XX la finca, que contenía enmascarados en su interior los restos parciales del patio, fue adquirida por la Universidad para ampliar las dependencias de la Facultad de Filosofía y Letras. Cuando el arquitecto Leopoldo Uria Iglesias construyó en 1984 el moderno y racionalista edificio Rector Tejerina de la Plaza de Santa Cruz, tras demoler la primitiva edificación, se conservaron en su interior los fragmentos del patio y el pozo, que pasaron a delimitar el espacio de una pequeña sala de exposiciones bautizada también con el nombre de "Rector Tejerina", imagen reflejada en la primera ilustración, en la que se han eliminado los tabiques acristalados para recrear su primitivo aspecto.
En el siglo XIX el edificio fue reconvertido en viviendas particulares y pasada la mitad del siglo XX la finca, que contenía enmascarados en su interior los restos parciales del patio, fue adquirida por la Universidad para ampliar las dependencias de la Facultad de Filosofía y Letras. Cuando el arquitecto Leopoldo Uria Iglesias construyó en 1984 el moderno y racionalista edificio Rector Tejerina de la Plaza de Santa Cruz, tras demoler la primitiva edificación, se conservaron en su interior los fragmentos del patio y el pozo, que pasaron a delimitar el espacio de una pequeña sala de exposiciones bautizada también con el nombre de "Rector Tejerina", imagen reflejada en la primera ilustración, en la que se han eliminado los tabiques acristalados para recrear su primitivo aspecto.
Ilustraciones:
1 Partes conservadas del patio de la Casa de las Conchas, integradas en la sala Rector Tejerina del nuevo edificio universitario de la Plaza de Santa Cruz.
2 Detalle de la Casa de las Conchas de Salamanca.
3 Una flecha señala el lugar de la plaza donde se encontraba la Casa de las Conchas (foto Travieso).
4 Aspecto actual del patio, convertido en sala de exposiciones, tras la demolición del edificio en 1984 (foto Travieso).
5 Nuevo edificio universitario Rector Tejerina, edificado en el lugar que ocupó la Casa de las Conchas de Valladolid (foto Travieso).
6 Reconstrucción del primitivo aspecto de la Casa de las Conchas en la Plaza de Santa Cruz (foto Travieso).
1 Partes conservadas del patio de la Casa de las Conchas, integradas en la sala Rector Tejerina del nuevo edificio universitario de la Plaza de Santa Cruz.
2 Detalle de la Casa de las Conchas de Salamanca.
3 Una flecha señala el lugar de la plaza donde se encontraba la Casa de las Conchas (foto Travieso).
5 Nuevo edificio universitario Rector Tejerina, edificado en el lugar que ocupó la Casa de las Conchas de Valladolid (foto Travieso).
6 Reconstrucción del primitivo aspecto de la Casa de las Conchas en la Plaza de Santa Cruz (foto Travieso).
Informe y tratamiento de las fotografías: J. M. Travieso.
Registro Propiedad Intelectual - Código: 1104108944620
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