Tres son los monumentos levantados en Valladolid que están dedicados a reyes de España, pero sólo uno de ellos es bien conocido por estar ubicado en la Plaza de San Pablo, uno de los lugares con mayor solera del casco antiguo. Allí se yergue sobre su pedestal el rey Felipe II, una copia que hiciera Federico Coullaut Valera del bronce original de Pompeo Leoni. Es una escultura que aparece colocada desde 1964 frente al Palacio Pimentel, donde en 1527 tuvo lugar el nacimiento del monarca. Pero hay otros dos monumentos de carácter regio que son desconocidos incluso por muchos vallisoletanos y hay razones para ello.
MONUMENTO A LOS REYES CATÓLICOS
Antonio Vaquero
1969
Piedra
Jardín del Palacio de Congresos Conde Ansúrez, Valladolid
A finales de los años sesenta los jardines del parque de La Rosaleda, dedicado al director municipal de jardines Francisco Sabadell y situado entre el río Pisuerga y la Plaza del Poniente, se convirtieron en uno de los lugares más atractivos de Valladolid, tanto por el colorido y la fragancia de la gran variedad de rosas allí cultivadas como por la recuperación de tan apreciado espacio público en una zona privilegiada de la ribera, hasta entonces convertida en un solar anodino reservado para la instalación de carpas de variedades y circos, a pesar de estar muy próximo al centro histórico. La Rosaleda culminaba un proyecto iniciado en 1945 por Fernando Ferreiro, por entonces alcalde de Valladolid, de ajardinamiento de los tramos de la ribera comprendidos entre el Puente Mayor y la plaza de Tenerías, como una continuación del conocido como Paseo de las Moreras.
En 1969, con motivo de celebrarse el V Centenario del matrimonio de los Reyes Católicos en el Palacio de los Vivero de Valladolid, el Ayuntamiento decidió erigir un monumento dedicado a monarcas tan significativos en la historia de España, eligiendo como emplazamiento el centro de aquella concurrida y vistosa Rosaleda.
La obra fue realizada por el escultor Antonio Vaquero, profesor de la Escuela de Artes y Oficios de Valladolid, que en piedra blanca esculpió la figura sedente de la reina Isabel de Castilla acompañada por el rey Fernando de Aragón de pie. Los monarcas descansaban sobre un pedestal de apenas dos metros de altura en el que figuraba el célebre lema de “Tanto Monta” y se acompañaban de un monolito en forma de alto pilar, colocado detrás de las figuras, que simbolizaba la unidad de España conseguida con la unión matrimonial. Completaban el conjunto tres estanques superpuestos en la parte delantera, en alusión a los dominios conseguidos por España a través de las rutas marinas a finales del siglo XV. Las modernas esculturas seguían la estética propia de aquellos años, con formas figurativas muy depuradas y simplificadas, en este caso con gran estilización, ajenas a la pomposidad de los monumentos de este tipo realizados en años anteriores y con las efigies de los monarcas muy jóvenes, en alusión a su edad casadera.
El monumento fue inaugurado el 18 de octubre de 1969 con una pompa especial y con la asistencia de representantes de numerosas instituciones oficiales, ya que el acto contó con la presencia del por entonces Príncipe Juan Carlos y de Franco, que aprovechó la ocasión para darse un baño de multitudes desde el balcón del Ayuntamiento vallisoletano, una arenga de la que fue testigo quien esto escribe.
Pasado el tiempo, los estanques se deterioraron y las figuras de piedra empezaron a acusar los estragos de la intemperie y la humedad. En lugar de acometer su restauración y mantenimiento, cuando se construyó el Palacio de Congresos Conde Ansúrez, el Ayuntamiento decidió trasladar el grupo escultórico, no la totalidad del monumento, al recoleto jardín de acceso a este nuevo edificio, justificando esta decisión por su proximidad al Palacio de los Vivero, hoy reconvertido en Archivo Histórico Provincial de Valladolid, en cuyas salas el 19 de octubre de 1469 se produjo el estrambótico enlace que tratamos en otro artículo.
Allí permanece oculto a la vista de los ciudadanos, sin ocupar siquiera un lugar destacado en el restringido jardín, ya que está colocado en el lateral de un recoleto aparcamiento en el que es algo cotidiano que tengan por compañía vehículos colocados apenas a un metro de distancia que impiden su contemplación. Y lo que es peor, las olvidadas figuras vuelven a acusar los estragos de la intemperie. De aquellos modos, estos lodos.
Antonio López García, Julio López Hernández y Francisco López Hernández.
2002
Bronce
Museo de Arte Contemporáneo Español Patio Herreriano, Valladolid
Basándose en la tradición escultórica de la ciudad, el Ayuntamiento de Valladolid decidió ser pionero en levantar en espacio público un monumento a los Reyes de España don Juan Carlos I y doña Sofía como garantes de la Constitución de 1978 y de los nuevos tiempos democráticos. Procurando garantizar la calidad de la obra, el proyecto fue encomendado al reconocido pintor y escultor Antonio López, máximo representante del hiperrealismo artístico, figura capital en el arte español del siglo XX.
Tras realizar repetidos bocetos, el grupo elegido estaría formado por las efigies sedentes de los monarcas. Para realizar la obra, de tamaño monumental, colaboraron junto a Antonio López los hermanos Julio y Francisco López Hernández, que modelaron y fundieron las figuras en Madrid siguiendo el estilo figurativo y naturalista habitual en su obra.
El monumento, que fue culminado en 2002 tras un minucioso trabajo de modelado y fundición, está concebido para ser colocado a ras de tierra, sin elocuentes pedestales, con las figuras cercanas al espectador, una forma sucinta de democratizar el arte evitando al distanciamiento que producen los altos pedestales, un recurso que se ha generalizado como concepto de los nuevos tiempos.
Su entrega a la ciudad coincidió con la puesta a punto y apertura del Museo Patio Herreriano, que dedicado al Arte Contemporáneo Español estableció su sede en uno de los tres claustros del antiguo Monasterio de San Benito, después de la firma del acuerdo del Ayuntamiento de Valladolid con la Asociación Colección Arte Contemporáneo en el año 2000. Como contribución del Ayuntamiento a tan ansiado centro, fue entregada la escultura de Antonio López a la nueva Fundación, que decidió colocarla en el mal llamado Patio Herreriano, ya que en realidad el recinto clasicista es obra del arquitecto renacentista Juan de Ribero Rada, presidiendo el principal espacio del museo, que desde entonces ha pasado a denominarse Patio de los Reyes. La inauguración del recinto y la presentación de la escultura, el 1 de junio de 2002, supuso un acontecimiento cultural tanto de alcance local y autonómico como nacional, por estar avalado por la asistencia personal de los monarcas, que tuvieron la deferencia de respaldar con su presencia la andadura de la nueva institución museística.
Pero con ello, aunque en este caso el espacio mantenga una gran dignidad, la escultura perdió el carácter público para el que fue concebida, pasando a convertirse en una obra más de la colección de arte contemporáneo español que ofrece el Museo. Y de nuevo el monumento a unos reyes pasó a ocupar un espacio restringido.
Estos dos monumentos dedicados a reyes de España, inaugurados en su momento con gran boato y con la presencia de los máximos gobernantes de la nación, fueron finalmente privados del espacio público al que estaban destinados y colocados en lugares recoletos y semiocultos. Ante esta coincidencia sólo cabe preguntarse: ¿Se trata de hechos circunstanciales o es que Valladolid tiene vocación republicana?
Ilustraciones:
1 Monumento a los Reyes Católicos en su ubicación actual (foto Travieso).
2 y 3 Monumento a los Reyes Católicos en los años 70 en la Rosaleda.
4-6 Monumento a don Juan Carlos I y doña Sofía. Patio de los Reyes en el Museo Patio Herreriano.
1 Monumento a los Reyes Católicos en su ubicación actual (foto Travieso).
2 y 3 Monumento a los Reyes Católicos en los años 70 en la Rosaleda.
4-6 Monumento a don Juan Carlos I y doña Sofía. Patio de los Reyes en el Museo Patio Herreriano.
Informe : J. M. Travieso.
Registro Propiedad Intelectual - Código: 1104108944255
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Registro Propiedad Intelectual - Código: 1104108944255
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Aparte de la desproporción del conjunto escultórico con el entorno, hay que señalar que Antonio López se metío a escultor sin serlo ya que toda su obra de volumen se basa en moldeados del natural. Esta pieza concretamente fue realizada por la triología compuesta por los dos hermanos López Hernández (Julio y José Luís)y su primo el pintor Antonio López, excelente artista pictórico surrealista español. Fué fundida por el taller Arte-6 de Arganda del Rey, (Madrid)
ResponderEliminarPerdón por mi errata del estilo de Antonio López que efectivamente es hiperrrealista...Lo conozco muy bien ya que intentó ser mi profesor en Bellas Artes y no lo consiguió
ResponderEliminar¿Podrias decirme en que año se quito la fuente de los reyes catolicos de la rosaleda?
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