MARTIRIO DE SAN MAURICIO Y LA
LEGIÓN TEBANA
Doménikos Theotokópoulos, el Greco
(Candía, Creta, 1541 - Toledo, 1614)
1580-1582
Óleo sobre lienzo
Pinacoteca del Monasterio de El
Escorial (Madrid)
Pintura del Renacimiento.
Manierismo
La elección del tema no era improvisada, pues el rey consideraba
necesaria la presencia de San Mauricio en el repertorio de la iglesia debido a
la existencia de reliquias en la misma y por ser considerado, junto a San
Andrés, patrono de la Orden del Toisón de Oro, cuyo rango de Gran Maestre de la
Orden había pasado a los Austrias españoles a través de Felipe el Hermoso, así
como por representar los valores de la lucha contra la herejía, un asunto con
el que el monarca se sentía plenamente identificado.
A pesar de todo, hoy día el Martirio de San Mauricio está
considerado como una genial obra maestra de El Greco, tanto por su composición
como por la ejecución con una técnica tan personal. Todo es originalidad en su
planteamiento. En primer lugar por situar el momento estricto del martirio en
un segundo plano, reservando el lugar de honor para colocar a distintos santos
de la Legión Tebana a modo de "sacra conversazione", con personajes
sobre un promontorio que insinúan estar dilucidando de forma filosófica la
conveniencia y aceptación del martirio que, de forma secuencial y narrativa,
aparece plasmado en las pequeñas escenas desplegadas por detrás.
Abundan en la escena una diversidad de planos y de perspectivas, así
como elaborados escorzos y elegantes posturas de contrapposto, mientras que con
gusto manierista elige un colorido frío, con gran profusión de tonos violáceos,
con zonas iluminadas de forma desigual a través de una luz cenital que procede
de la gloria abierta, lo que impregna a la pintura de una atmósfera irreal y da
lugar a una representación muy alejada de los típicos cuadros de altar de la
época.
En la pintura El Greco manifiesta su capacidad para fundir motivos de la
ortodoxia medieval con nuevos elementos iconográficos, de modo que, a primera
vista, la escena supuestamente ocurrida en el siglo III, al aparecer elementos
militares del siglo XVI, como las alabardas y el estandarte, permite al tiempo
asociar la lucha de los generales españoles contra la herejía y el paganismo,
estableciendo un paralelismo con la Legión Tebana.
Ese martirio es el que representa la pintura, con San Mauricio colocado
de frente, barbado, con una coraza azulada un tanto convencional y descalzo. Está
acompañado por sus capitanes, San Exuperio, que porta un estandarte rojo, y San
Cándido, que aparece de espaldas al espectador. Formando el grupo del primer
plano, también aparece un personaje con túnica que ha sido identificado por
algunos como el apóstol Santiago el Menor, que convirtió a toda la legión al
cristianismo, así como un personaje maduro con armadura identificado como el
Duque Enmanuel Filiberto de Saboya, comandante de las tropas españolas en San
Quintín y Gran Maestre de la Orden Militar de San Mauricio, y a su lado
Alejandro de Farnesio, duque de Parma, que por entonces luchaba en los Países
Bajos.
San Mauricio fue un santo muy popular en toda la Europa occidental
durante la Edad Media y patrono de los emperadores del Sacro Imperio
Romano-Germánico, dando lugar a numerosos escritos sobre su historia, no
siempre coincidentes, en base a distintas tradiciones orales. Según uno de
ellos, redactado hacia el año 430 por Eucherio, obispo de Lyon, fue Teodoro o
San Teódulo, obispo de la población suiza de Martigny (antigua Octodurus),
quien recibió la revelación de donde yacían los restos de los mártires de la Legión
Tebana en Agaune, erigiendo en el lugar, tras excavar y encontrar las
reliquias, una basílica a ellos dedicada, pronto convertida en popular centro
de peregrinación.
Jorge Manuel Theotocópuli. Martirio de San Mauricio 1619-20 Izda: Museum of Fine Arts, Houston Dcha: National Museum of Art de Rumania, Bucarest |
San Mauricio y la Legión Tebana en una miniatura de los siglos IX-X Biblioteca Nacional de Francia |
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