VIRGEN DE LA
LECHE
Anónimo,
seguidor de Rogier van der Weyden
Hacia 1475-1490
Óleo sobre madera
de roble
Museo
Nacional de Escultura, Valladolid
Procedente
del monasterio de San Norberto de Valladolid
Pintura gótica
flamenca
Esta obra de pequeño formato —41 x 29 cm.— es una
buena muestra del gusto en Castilla por la pintura flamenca en tiempos de los
Reyes Católicos, pues parece indudable que se trata de una de las tablas de
carácter devocional que con el tema de la Virgen y el Niño fueron pintadas en la
ciudad de Brujas por un pintor anónimo seguidor de Rogier van der Weyden1,
de quien repite los modelos con gran fidelidad.
Se desconocen las circunstancias en las que esta
obra llegó a Valladolid, como también se desconocen los datos de su lugar de
origen, ya que la pintura ingresó tras la Desamortización, sin una
documentación acreditativa, en el recién creado Museo Provincial de Bellas
Artes de Valladolid —desde 1933 reconvertido en Museo Nacional de Escultura—, aunque
se viene aceptando su procedencia del desaparecido monasterio de San Norberto
que la orden de Canónigos Premonstratenses tenían en el Campillo, sobre el
solar ocupado actualmente por el colegio García Quintana.
La escena, que representa a la Virgen dando el pecho
al Niño Jesús, se ajusta a una iconografía muy repetida desde el siglo XV y
está pintada sobre una fina lámina de roble, recuso habitual en la pintura de
los Países Bajos. Siguiendo un dibujo muy perfilado y modelado con veladuras al
óleo, la Virgen aparece en posición sedente hasta la cintura, con el cuerpo
ligeramente ladeado hacia su izquierda, mientras mantiene en su regazo y entre
pañales a un Niño de cuerpo enjuto, gesto sonriente y brazos y piernas
estirados, como si sugiriera el habitual enfajado aplicado a los pequeños
infantes en aquellas tierras.
La Virgen es presentada como una bella adolescente
de cuerpo estilizado y delicados ademanes, con una cabeza de forma ovalada en
la que aparecen rasgos habituales en la pintura flamenca, como los largos
cabellos rubios, la frente alta y despejada, los ojos arqueados en forma de
media luna, la nariz recta y la boca pequeña. Viste el tradicional atuendo
cargado de simbolismo, como es una túnica roja que deja asomar una manga
abotonada con tejido de damasco hilado en oro, un manto azul con los ribetes
recorridos por una sencilla cenefa con motivos dorados y una toca blanca con
los bordes fruncidos al modo de Flandes.
Las figuras, delineadas con un preciso dibujo y descritas con minuciosos detalles, se recortan sobre un fondo neutro indefinido,
aunque en la parte derecha se pueden contemplar dos cuarterones de madera
claveteada, uno de ellos colocado en escorzo para sugerir la perspectiva, permitiendo
adivinar la existencia de una ventana que convierte el espacio en una íntima
estancia.
Incluso se puede afirmar que la tabla ha sido
recortada por tres de sus lados para ajustar su tamaño al marco, pues esta
escena repite con fidelidad la de una pintura idéntica, realizada antes de
1494, que se conserva en los Museos Reales de Bruselas, obra atribuida a un
seguidor de Rogier van der Weyden (después de desecharse su atribución al
Maestro de la Leyenda de Santa Úrsula), que presenta el mismo tratamiento de
cabezas, manos y telas y que sólo difiere de la tabla vallisoletana por la
colocación de nimbos radiantes sobre las cabezas de la Virgen y el Niño. En
ella se aprecia una ventana con dos cuarterones, rematada por una vidriera con
el escudo de armas de Martín Reynhout, boticario de Brujas, con un paisaje
arbolado y una fortaleza al fondo. Actualmente tanto la tabla bruselense como
la vallisoletana se consideran obras de un seguidor de Rogier van der Weyden (Tournai,
1400-Bruselas, 1464) que estuvo activo en Brujas en el último cuarto del siglo
XV.
El origen de esta iconografía, de la que se hicieron
repetidas versiones, se halla en una tabla original de Rogier van der Weyden,
pintada en 1440, que representa a San
Lucas pintando a la Virgen, obra que se conserva en el Museum of Fine Arts
de Boston y en la cual la Virgen aparece representada de cuerpo entero. Su
disposición corporal sería copiada por su seguidor, recortando la figura a la
altura de la cintura e incorporando una toca blanca sobre los cabellos de la
Virgen para establecer un panel muy apto para los oratorios particulares y para
ser ofrecidas en las ferias de algunas ciudades españolas, como la de Medina
del Campo, posible vía de llegada de la pintura de Valladolid.
Otras tablas con este modelo se conservan en el Fogg
Art Museum (Universidad de Harvard) de la ciudad de Cambridge
(Massachusetts) y en el Staatliche
Museum de Kassel, siendo incluso el tema recogido en el trabajo miniado del Libro de Horas de Juana de Castilla
(1496-1506) que se conserva en la British Library de Londres2.
Asimismo, esta iconografía fue recurrente para el propio Rogier van der Weyden para
su plasmación en dípticos devocionales, como en el caso del Díptico de Jean de Gros (1450), una de
cuyas tablas repite la figura de la Virgen amamantando al Niño, actualmente
conservada en el Museo de Bellas Artes de Tournai, mientras que la que
representa el retrato del donante se guarda en el Art Institute de Chicago.
Rogier van der Weyden. San Lucas pintando a la Virgen, 1440 Museum of Fine Arts, Boston |
Informe y fotografías: J. M. Travieso.
NOTAS
1 HERNÁNDEZ REDONDO, José Ignacio: Virgen
de la Leche. En: URREA FERNÁNDEZ, Jesús: Pintura del Museo Nacional de Escultura. Siglos XV al XVIII. Madrid,
2001, p. 34.
2 HERNÁNDEZ REDONDO, José Ignacio: Virgen
de la Leche. En Museo Nacional
Colegio de San Gregorio: colección / collection. Madrid, 2009, p. 58.
Seguidor de Rogier van der Weyden. Izda: Virgen de la Leche, Museos Reales de Bruselas. Dcha: Virgen de la Leche. Museo Nacional de Escultura, Valladolid |
Izda: Rogier van der Weyden. Virgen de la Leche. Museo de Bellas Artes, Tournai. Dcha: Seguidor de Rogier van der Weyden. Virgen de la Leche. Fogg Art Museum, Cambridge (Massachusetts) |
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