Recreación virtual de la iglesia de la Paz con su torre |
Estampas y recuerdos de Valladolid
En Valladolid se conserva el testimonio de un
ambicioso proyecto inacabado en el majestuoso edificio de la catedral
metropolitana, trazada en el siglo XVI por el arquitecto Juan de Herrera y materializada
parcialmente en el mismo siglo bajo la supervisión de Diego de Praves y la
dirección Pedro de Tolosa, a los que tomarían el relevo en el siglo XVII
Francisco de Praves, Juan de Répide, Francisco Tejerina y Sebastián Mardaz,
para culminar en el siglo XVIII con los trabajos de la fachada diseñados por
Alberto Churriguera. El aspecto de esta megalómana construcción, de la que no
se llegó a levantar ni la mitad de lo proyectado, vista desde la cabecera, es
decir, desde la iglesia de Santa María la Antigua, es un conjunto de muñones
con vocación de ir suplantando a los restos de la antigua colegiata de Santa
María, hecho que por falta de fondos nunca se llegó a producir.
Pero no sólo en la catedral se aprecia un magno
proyecto inconcluso, pues algo parecido se repetiría en los años 50 del siglo
XX en el utópico "Alcázar de Cristo Rey", proyectado por el
arquitecto Pascual Bravo, que englobando el Santuario de la Gran Promesa y el
desaparecido Colegio de San Ambrosio —cuya fachada fue trasladada al jardín del
Colegio de Santa Cruz— ofrece algunos edificios aislados del complejo que ocuparía la manzana formada por las actuales calles del
Santuario, Simón Aranda, José María Lacort y Alonso Pesquera (la maqueta aún se
conserva en el actual Centro de Espiritualidad).
Sin embargo, hay otro edificio que, salvando las
diferencias de su finalidad y su desarrollo en el tiempo, repite la
peculiaridad de ser un megalómano proyecto inacabado: la iglesia de Nuestra
Señora Reina de la Paz, que no pasa desapercibida en un enclave tan céntrico
como es la Plaza de España.
Parte inacabada de la catedral de Valladolid |
Para comprenderlo tenemos que remontarnos a los
inicios de los años 60 del siglo XX, momento en que Valladolid conoció un
espectacular desarrollo económico, demográfico y urbanístico en el que hizo su
aparición una feroz especulación inmobiliaria incapaz de mostrar el mínimo
respeto y sensibilidad por el patrimonio histórico-artístico. Los ejemplos son
innumerables y afectaron por igual a edificios religiosos y civiles, pasando a
engrosar, en posición de cabecera, el triste "ranking" de destrucción
masiva del patrimonio. En algún momento se dijo que después de Dresde, ciudad
alemana que en febrero de 1945 los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial
redujeron su centro histórico a escombros, la ciudad de Valladolid era la
ciudad europea con mayor pérdida de su legado histórico, y ello ante la
pasividad e impotencia de las instituciones locales, totalmente mudas en el
proceso.
En este sórdido contexto es fácil de comprender que
pronto fuera elegida como objetivo la modesta iglesia de San Felipe de la
Penitencia, aquella levantada por orden de Felipe II — de ahí su advocación— en
el llamado Campillo de San Andrés (actual Plaza de España), y vinculada desde
1605 con la Casa Pía de la Aprobación, institución promovida por la madre
Magdalena de San Jerónimo para encauzar a las "mujeres
enamoradas" y orientar su ingreso como religiosas en San Felipe de la
Penitencia.
Aspecto actual de la iglesia de la Paz |
El convento y la iglesia fueron derribados en 1961 y
su patrimonio, como en otras ocasiones, dispersado de un modo oscuro impidiendo
seguir el mínimo rastro. En este caso fueron los Padres Capuchinos los que
volvían a hacer de nuevo acto de presencia en Valladolid presentando un
megalómano proyecto que fue aprobado sin reticencias. Con él se anticipaban dos
décadas a la fiebre de edificios espectaculares y singulares que surgirían por
toda la geografía española durante los años 80 y 90, aunque en este caso la
ciudad nunca se identificó con el edificio, a pesar de su localización en tan
privilegiado enclave.
La iglesia de la Paz, como popularmente se la
conoce, fue proyectada el mismo año de 1961 por el arquitecto vizcaíno Pedro
Ispizua Susunaga, que con un delirante diseño en 1963 conseguía sorprender a
todos los vallisoletanos con una fachada que alcanza los 40 metros de altura y
que está articulada mediante colosales arcos parabólicos revestidos de piezas
cerámicas en tonos blancos y grises (que nadie piense en la sutileza de las
experiencias de Antonio Gaudí) que enmarcan una enorme vidriera y que destacan
sobre un frente en ladrillo de estructura reticular.
Con arcos parabólicos también está abovedado el
interior y el elevado presbiterio de la iglesia, un espacio diáfano con aspecto
de auditorio ajustado a una planta trapezoidal. El compacto edificio dispone de
una cripta, salón de actos, una biblioteca en la tercera planta, una capilla en
la quinta y dependencias funcionales que llegan hasta la calle Divina Pastora.
Sin embargo, seguramente por motivos económicos, el
proyecto faraónico quedó interrumpido en 1963 y nunca más se ha planteado su
continuación, pues, de acuerdo a su espíritu megalómano, estaba proyectada una
torre campanario que hubiese superado en altura a la de la catedral, una torre
cuyo trazado queda bien definido en la parte izquierda de la fachada mediante
un trazado reticular de mayor anchura que marca el ritmo de los siete pisos
actuales, pero que duplicaría su altura incluyendo un remate para albergar las
preceptivas campanas.
Interior de la iglesia de la Paz |
De todo aquel delirio, que vino a complicarse con
construcciones a los lados que no guardan ninguna sincronía de alturas, la
iglesia de la Paz permanece enclavada en un lugar neurálgico como un pegote
incapaz de despertar ningún apego sentimental y sí cierta retranca, como la de
aquellos que califican su fachada como "la tapa del water".
Actualmente la crisis no sólo afecta a los aspectos
monetarios, sino también a los vocacionales, motivo por el que los Padres Capuchinos en 2012 decidieron poner en venta el edificio, incluyendo la iglesia, aunque
al parecer la compra no ha seducido a nadie. Lo cierto es que esta comunidad en
cierto modo se ha desvinculado de nuevo de Valladolid y explota el edificio
alquilando algunas dependencias a diversas asociaciones, siendo jesuitas quienes actualmente se ocupan de los servicios religiosos.
Iglesia de la Paz, postal de los años 60 |
Iglesia de la Paz, postal de los años 70 |
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