GRUPO DE LA
ANUNCIACIÓN
Taller leonés
/ Maestro de la Virgen de la Calva
Hacia 1307
Piedra caliza
policromada
Iglesia de
Santa María la Real, La Hiniesta (Zamora)
Escultura
gótica castellana
Iglesia de Santa María la Real, La Hiniesta (Zamora) |
El pequeño municipio de La Hiniesta, en plena
comarca de la Tierra del Pan y a escasos kilómetros de Zamora, fue fundado en
el siglo XII durante el proceso de repoblación llevado a cabo por los reyes
leoneses, siendo en la división provincial de 1833 cuando pasó a formar parte
de la provincia de Zamora. De su histórico pasado conserva la majestuosa
iglesia de Santa María la Real, declarada Monumento Histórico-Artístico en 1944,
que según la leyenda fue erigida a finales del siglo XIII por expreso deseo del
rey Sancho IV de Castilla, que durante una jornada de cetrería encontró una
pequeña imagen de la Virgen entre una hiniesta o retama, hecho que fue
interpretado como un mensaje milagroso que dio lugar a la construcción del
templo en el lugar de la aparición, en torno al cual se fue configurando el
caserío1. La devoción a la pequeña talla románica de la Virgen de la Hiniesta, de finales del
siglo XII, continúa teniendo vigencia en nuestros días, siendo objeto de una
concurrida romería cada lunes de Pentecostés.
Traspasado el gran pórtico de la iglesia, levantado
en tiempos de los Reyes Católicos, y tras admirar la monumental portada gótica
presidida por Cristo en Majestad, que aún presenta restos de su policromía
original, se accede a la única nave del templo, en cuyo interior se conservan
restos de lo que fue su esplendoroso pasado, entre ellos un notable conjunto de
esculturas góticas de piedra policromada y un conjunto de pinturas murales
—descubiertas recientemente tras el retablo mayor barroco— que se adscriben a
la corriente gótica francesa.
Portada de la iglesia de Santa María la Real, hacia 1307, La Hiniesta |
Entre este patrimonio, hoy fijamos nuestra atención
en el sugerente grupo de la Anunciación,
formado por las figuras aisladas de la Virgen y el arcángel San Gabriel,
labradas por un desconocido maestro a principios del XIV2. Tras
permanecer durante años relegadas a la oscuridad de un trastero, actualmente aparecen
colocadas sobre modernos pedestales graníticos situados junto al muro norte de
la nave o lado del evangelio, presentando mutilaciones en las manos de las dos
figuras y en la del arcángel la desaparición de las alas, lo que no dificulta
apreciar la gracilidad formal de su planteamiento gótico para moverse en el
espacio.
Se desconoce su primitiva ubicación en la iglesia,
dadas las características de su única nave, aunque bien podrían haber estado
colocadas en la embocadura de la capilla mayor, que sufrió importantes modificaciones
en época barroca, con una disposición similar a la que presenta el grupo del
mismo tema en la iglesia de Santa María del Azogue de Benavente.
DESCRIPCIÓN DE LAS ESCULTURAS
El arcángel Gabriel, con el cuerpo ligeramente
arqueado y la rodilla derecha adelantada, contrapone su movimiento a la
serenidad de la Virgen, vistiendo una túnica y un manto que llega a los pies. Inclina
suavemente la cabeza, con una abultada cabellera de formas acaracoladas,
mientras los brazos se disponen a diferentes alturas, seguramente para sujetar
una filactería vertical, como ocurre en el modelo de la Colegiata de Toro, o
bien señalando con el dedo índice de la mano derecha el origen de su mensaje,
como lo hace el modelo de Benavente.
La Virgen responde al modelo difundido por Castilla,
con extensiones en Galicia y Portugal y algunas zonas limítrofes —Tarazona,
Laguardia, etc.—, caracterizado por una gestualidad serena y la mano reposando sobre
el vientre, aludiendo al preciso momento del misterio de la Encarnación, siendo
difícil profundizar en las razones teológicas que llevaron a los escultores a
representar a María en avanzado estado de gestación en el preciso momento de la
visita del arcángel.
La Virgen de la Anunciación
de La Hiniesta presenta una indumentaria común en estas representaciones, con
una túnica ajustada que se ciñe a la cintura mediante un cinturón y deja asomar
un zapato, un manto que se desliza desde el hombro y se cruza bajo el vientre
formando abundantes pliegues en "V", y una toca que cubre su cabeza y
se ajusta "a la hebrea", ceñida por una diadema, adoptando un gesto
ensimismado con la mirada perdida.
UNA PECULIAR ICONOGRAFÍA MEDIEVAL
Aunque el tema de la Anunciación ha sido
representado prolíficamente durante todas las épocas, como fundamento de la
naturaleza humana de Cristo, el grupo de La Hiniesta se engloba dentro de un
subgénero cuya peculiaridad principal es presentar a la Virgen embarazada, un
tipo de representación que fue habitual durante la Baja Edad Media y que puede
considerarse como una particularidad escultórica de la península ibérica3,
siendo un gesto fundamental que define este tipo de Anunciaciones la colocación
de una de sus manos sobre el vientre, la derecha en los modelos castellanos.
Tan peculiar modelo virginal apareció a finales del
siglo XIII, como se aprecia en la Virgen
de la Esperanza de la catedral de León, ya conocida en 1288, que, aunque se
conserva sola, supuestamente estaría acompañada del arcángel. La tipología
alcanzaría en el siglo XIV su mayor apogeo, siendo extenso el catálogo que
siguió esta iconografía, que debió estar vinculada a la liturgia de la Expectatio Partus —cuya paternidad es
atribuida a San Ildefonso—, y por lo tanto con las modalidades marianas de la
Virgen de la Expectación, de la Esperanza o de la O, siempre, según advirtió
Trens4, teniendo como origen la recreación de la Virgen
Apocalíptica.
A pesar de que en la mayoría de los casos las obras
aparecen descontextualizadas, se han llegado a contabilizar veintiocho ejemplos
en España y algunos en Portugal, siempre como figuras aisladas que forman un
armonioso conjunto que enfatiza el misterio de la Encarnación durante la
Salutación Angélica. Los grupos diseminados por León y Zamora se comenzaron a
inventariar a principios del siglo XX por Manuel Gómez Moreno, siendo el
estadounidense Frederick B. Deknatel quien matizó que toda la serie de grupos
podrían derivar del modelo leonés de la Virgen
de la Esperanza, la más antigua de esta variante. Por su parte, el alemán Gregor
Martin Lechner estudió otras variantes localizadas en Galicia y Portugal.
En tiempos recientes ha sido Rocío Sánchez
Ameijeiras quien, indagando sobre el origen de este tipo de imágenes en
Castilla y León, las ha relacionado con una posible utilización política por
parte de la reina María de Molina y su entorno, así como con la intención de
catequizar a las comunidades judías5.
Otras notas características están referidas al
atrezo y la indumentaria. A pesar de que el arcángel Gabriel porte una
filactería, esto no es exclusivo de este tipo de representaciones con la Virgen
en estado de gestación, sino un rasgo habitual en ellas, que en los casos
castellanos sostiene con las dos manos con una posición de verticalidad. Su
indumentaria varía desde el aspecto clásico de túnica y manto de esta Anunciación de La Hiniesta, al uso de
ropas litúrgicas, como ocurre en la colegiata de Toro, donde el arcángel viste
alba y casulla, siendo común mostrar los pies descalzos.
En el caso de la Virgen, la base de su indumentaria
la constituyen la túnica ceñida con un cíngulo y el manto, que se cruza bajo el
vientre de manera sistemática, quedando recogido en el brazo derecho en los
ejemplos de la variedad castellana. Cubre su cabeza con un velo cruzado como el
que presentan los modelos de la Virgen de
la Esperanza de la catedral de León
y los grupos de la Anunciación de la
colegiata de San Isidoro de León y este de la Hiniesta, ajustado a la cabeza
mediante una corona o diadema ornamentada con pedrería. A diferencia del
arcángel, la Virgen está calzada, siendo también visibles sus zapatos en la
mayoría de los conjuntos gallegos y portugueses.
EN TORNO A LA AUTORÍA
Es conocido que durante los últimos años del siglo
XIII y comienzos del XIV, un grupo de escultores pertenecientes a los talleres
catedralicios de León, o formados en ellos y su entorno, dirigieron sus pasos
hacia la cercana ciudad de Zamora. Allí, durante el primer cuarto de la
centuria, desplegarían su arte en varios de los principales templos de la
diócesis, como la catedral de San Salvador, la iglesia de Santa María de La
Hiniesta, la colegiata de Toro…, legándonos un conjunto escultórico
sobresaliente.
Recientemente, Sergio Pérez Martín y Rubén Fernández
Mateos han publicado un estudio en el que engloban un conjunto de esculturas de
estilo más o menos homogéneo, estereotipado e inmutable, aunque lleno de
novedades y originalidad, en la obra del que fuera artífice de la imagen de
Nuestra Señora de la Majestad de la catedral zamorana, conocida popularmente
como Virgen de la Calva6,
una obra maestra que sería el primer trabajo de este taller en la ciudad del
Duero. De modo que a la personalidad del "Maestro de la Virgen de la
Calva" podrían ser atribuidas todas las imágenes pétreas del entorno
zamorano que hasta ahora se adjudicaban a autores anónimos.
Estos trabajos tienen su origen en la catedral de
León —la Pulchra leonina—, donde en
el último tercio del siglo XIII, durante el mandato del obispo Martín Fernández
(1254-1289) y con el apoyo del rey Alfonso X (1252-1284), las jambas, tímpanos,
arquivoltas y hornacinas se ornamentaron con esculturas que constituyen la
producción más copiosa de la centuria y de la península ibérica, mezclando en
ellas la tradición autóctona con las novedades llegadas de Francia.
A pesar de no tener un soporte documental que lo
acredite, en tiempos de los obispos de Zamora Pedro II (1286-1302) y Gonzalo
Rodríguez Osorio (1302-1311), y especialmente a petición de la reina María de
Molina Molina (c. 1264-1321) y de su hijo Fernando IV (1295-1312), en torno a
1300 un grupo no muy numeroso de aquellos escultores activos en León debieron
desplazarse a la diócesis de Zamora, donde con un estilo bastante homogéneo
legaron lo mejor de la escultura gótica zamorana.
Una de las primeras obras realizadas durante el
episcopado de Pedro II fue la Virgen de
la Calva que recibe culto en la catedral de Zamora, labrada en piedra en
torno a 1300 por un autor que después trabajaría para las poblaciones zamoranas
de Bamba (Tierra del Vino) y la Hiniesta (Tierra del Pan), donde en 1307
realizaría el grupo de la Anunciación
siendo obispo de Zamora Gonzalo Rodríguez, con una iconografía inspirada en la Virgen de la Esperanza de la catedral de
León, de finales del siglo XIII, pero con un estilo completamente diferente.
Virgen de la Esperanza, finales siglo XIII, Catedral de León |
No es posible profundizar en la personalidad del
Maestro de la Virgen de la Calva o de su taller, del que tan sólo es segura su
pertenencia a los talleres catedralicios leoneses, donde habría convivido con
escultores locales y otros llegados de Francia, que sin duda influyeron en su
formación, ya que todos ellos muestran el mismo planteamiento escultórico.
Las
esculturas realizadas en Zamora presentan estilemas muy definidos en todo tipo
de obras, permitiendo rastrear la actividad de este maestro en Zamora, La
Hiniesta, Toro y Benavente. En sus obras se aprecia la introducción de
novedades originales que evitan la repetición monótona, presentando sus figuras
como principales características los ojos almendrados con párpados marcados,
las cejas altas y arqueadas y los rostros redondeados con facciones dulces y
delicadas, junto al uso de diademas sobre la frente que ciñen cabellos y tocas,
cabellos cortos en los personajes masculinos, un esmerado tratamiento de los
paños, gusto por el movimiento y un cuidado acabado formal orientado a la
búsqueda de naturalismo.
Virgen de la Calva, 1300, Catedral de Zamora |
Dentro de su producción, destaca, como ya se ha
dicho, la Virgen de la Calva de la
catedral de Zamora, imagen pétrea entronizada, sedente y con el Niño en sus
brazos, que sigue los modelos realizados en madera aunque su calidad los supera
para convertirse en una de las más bellas creaciones de la escultura gótica
española de finales del siglo XIII.
La huella de este maestro también se aprecia en Santa
María la Real de La Hiniesta, donde el rey Fernando IV continuó en 1307 la
labor benéfica de sus padres otorgando un nuevo privilegio desde León, lo que
permitió que bajo la dirección de Pero Vázquez se levantara la espléndida
portada meridional, conjunto derivado de los talleres catedralicios leoneses,
donde trabajaría a sus órdenes el "Maestro de la Virgen de la Calva",
al que pertenecen las esculturas descontextualizadas de su interior, como la Virgen con el Niño, que posiblemente
estuvo colocada en el parteluz de la entrada, y el maltrecho grupo de la Anunciación, obras que siguen el estilo
característico del maestro y hacen indudable su filiación.
Virgen con el Niño, h. 1307, iglesia Santa María la Real, La Hiniesta (Zamora) |
Idénticas características, aunque con ligeras variaciones,
presenta la Anunciación de la
Colegiata de Toro, cuyas imágenes aparecen colocadas en los últimos pilares
exentos de la nave central del templo, dispuestas sobre repisas y coronadas por
un gran dosel, todo de la misma época. De nuevo el modelo compositivo deriva de
la Anunciación leonesa. A pesar de
las variantes en los detalles, las figuras presentan el mismo grado de finura y
delicadeza, mostrando cierto preciosismo en el tratamiento de los cabellos del
ángel y en las grandes alas plegadas en su espalda. El verismo de las figuras
queda realzado por la policromía que aplicara Domingo Pérez.
La actividad del "Maestro de la Virgen de la
Calva" llegó hasta Benavente, por entonces perteneciente al obispado de
Oviedo. Allí realizaba para la iglesia de Santa María del Azogue el grupo
pétreo de la Anunciación que fue
colocado a los lados de la embocadura de la capilla mayor, a la altura del
transepto, sobre peanas poligonales goticistas que están decoradas con molduras
y hojas de cardina. La policromía que presenta no es la original, sino de época
posterior, habiendo recobrado en la restauración realizada en 2003 la
abundancia de tonos dorados.
Detalles de la Virgen con el Niño, h. 1307, La Hiniesta |
Tampoco conserva la policromía original la Virgen de la Esperanza de la catedral de
León, que está considerada como el primer ejemplar de Virgen en estado de
gestación, una escultura pétrea, realizada por un desconocido escultor a
finales del siglo XIII, que fue pionera e inspiradora de la serie realizada en
tierras zamoranas por el Maestro de la Virgen de la Calva.
Anunciación, principios s. XIV, Colegiata de Santa María la Mayor, Toro |
A modo de adenda
Entre la serie que sigue esta tipología tratada,
forzosamente tenemos que hacer una selección de algunas obras conocidas, cuyos
modelos aparecen a finales del siglo XIII y se desarrollan en el XIV:
-
Virgen de la Esperanza, catedral de
León. Según Hannshubert Mahn podría haber formado el grupo con el arcángel
Gabriel, conocido como "Ángel de Reims" de la Portada de la Virgen
del Dado de la misma catedral. Ya es mencionada en 1288 en el testamento del
obispo Martín Fernández, según el
estudio de C. Julia Ara Gil de 1995.
-
Anunciación, Colegiata de San Isidoro
de León, finales siglo XIII.
-
Anunciación, Colegiata de Santa María
la Mayor, Toro.
-
Anunciación, iglesia de Santa María
del Azogue, Benavente.
-
Anunciación, iglesia de Santa María
la Real, La Hiniesta.
Detalles de la Anunciación de la Colegiata de Toro |
-
Anunciación, Real Monasterio de Santo
Domingo, Caleruega (Burgos), primera mitad del siglo XIV.
-
Virgen de la O, iglesia de San Pedro
de Balsemao, Lamego (Galicia).
-
Anunciación, catedral de Santiago de
Compostela.
-
Anunciación, catedral de Tarazona
(Zaragoza).
-
Anunciación, iglesia de Santa María
de los Reyes, Laguardia (Álava).
-
Anunciación, Hospital de Esgueva,
Valladolid (Museo Nacional de Escultura). Único ejemplo conservado
perteneciente a una arquitectura civil.
Informe y fotografías: J. M. Travieso.
NOTAS
1 ROMERO LÓPEZ, Francisco: Leyendas
y tradiciones zamoranas. Ed. preparada por J. A. Rivera, Zamora, 2010, pp.
43-49.
Anunciación, principios s. XIV, iglesia de Sta. María del Azogue, Benavente |
2 ARA GIL, Clementina Julia: Arcángel
San Gabriel y María Anunciada. En Remembranza,
catálogo de la exposición Las Edades del Hombre, Zamora, 2001, p. 561.
3 IBÁÑEZ PALOMO, Tomás: La
Anunciación del Monasterio de Caleruega (Burgos): contextualización en la Baja
Edad Media peninsular. Anales de Historia del Arte, vol. 25, Universidad
Complutense, Madrid, 2015, p. 21.
4 TRENS, Manuel: María:
iconografía de la Virgen en el arte español. Plus Ultra, Madrid, 1947, p.
75.
5 SÁNCHEZ AMEIJEIRAS, Rocío: Cultura
visual en tiempos de María de Molina: poder, devoción y doctrina. En:
SEVILLANO SAN JOSÉ, María Carmen (coord.): El
conocimiento del pasado: una herramienta para la igualdad, Plaza
Universitaria, Salamanca, 2005, p. 316.
6 PÉREZ MARTÍN, Sergio y FERNÁNDEZ MATEOS, Rubén: El Maestro de la Virgen de la Calva: un escultor / taller al servicio
de la monarquía castellanoleonesa y del alto clero de Zamora. Studia
Zamorensia, vol. XIV, Centro de la Universidad Nacional de Educación a
Distancia, Zamora, 2015, pp. 79-107.
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