3 de mayo de 2019

Excellentiam: VIRGEN CON EL NIÑO, la melancolía animada por la espontaneidad del Niño













VIRGEN CON EL NIÑO
Juan de Juni (Joigny, Francia, h.1507 – Valladolid 1577)
Hacia 1560
Madera policromada
Iglesia de la Asunción, Tudela de Duero (Valladolid)
Escultura renacentista española. Escuela de Valladolid













Juan de Juni fue un escultor polifacético que a lo largo de su periplo profesional, por León y Valladolid, demostró dominar tanto la talla de esculturas exentas y relieves en madera policromada como el labrado de la piedra para componer altorrelieves y sepulcros, así como el modelado del barro para realizar composiciones en terracota de diferentes formatos. Entre su extensa producción se puede seleccionar un buen grupo de obras que constituyen auténticas obras maestras de la escultura renacentista española.

Dentro de su prolífica y variada obra se encuentran ciertas peculiaridades, figurando entre ellas el que fuera el creador de un arquetipo para las representaciones de Cristo crucificado, con ejemplares que adapta a unas características personales que les hace inconfundibles. Sin embargo, en las representaciones de la Virgen todos los modelos son completamente diferentes y todos ellos de una calidad de talla y una expresividad verdaderamente admirable, figurando entre sus representaciones marianas algunas obras sin parangón en la estatuaria de su tiempo, como la Virgen de las Candelas (hacia 1548) de la iglesia de Santa Marina de León, las Inmaculadas del retablo de la Capilla de los Benavente de la iglesia de Santa María de Mediavilla de Medina de Rioseco (1557) y la del retablo mayor de la catedral de Valladolid (1550-1562, retablo en origen realizado para la iglesia de Santa María de la Antigua de la misma ciudad) y, sobre todo, la Virgen de las Angustias (hacia 1561) de la iglesia penitencial vallisoletana de la misma advocación, todas ellas diferentes entre sí y colocadas en la cumbre del renacimiento castellano.

En algunas ocasiones sus esculturas ofrecen una iconografía tan extendida desde la Edad Media como es la Virgen con el Niño, representaciones a las que Juan de Juni consigue impregnar valores plásticos renovadores, especialmente en la vivacidad del Niño, como ocurre en la Virgen con el Niño que realizara en alabastro hacia 1538, conservada en la iglesia de San Agustín de Capillas (Palencia), en la Virgen con el Niño de la sacristía del monasterio de Veruela (Zaragoza), elaborada hacia 1560, o en la Virgen con el Niño realizada hacia 1576 y que actualmente se conserva en la Iglesia-Museo de Santa María de Becerril de Campos (Palencia).

A esta serie se suma la bella Virgen con el Niño de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Tudela de Duero (Valladolid), diferente a todas las obras mencionadas, aunque se aproxime al ejemplar del monasterio de Veruela en la vivacidad y actitud juguetona del Niño.

Esta escultura recibe culto en un retablo barroco situado a los pies del templo, junto al muro del cerramiento del coro en la nave de la Epístola, en un contexto muy diferente a la estética del tiempo en que fue realizada, prevaleciendo en el conjunto el brillo del oro y el abigarramiento decorativo. La Virgen con el Niño fue atribuida a Juan de Juni por el historiador Federico Wattenberg1 en los años sesenta del siglo XX, cuando ocupaba el cargo de Director del Museo Nacional de Escultura. Desde entonces la autoría no ha sido discutida.

La Virgen aparece de pie y sujetando al Niño en su brazo izquierdo, mientras con la mano derecha sostiene una parte del manto sobre la que están depositados diversos frutos, un motivo iconográfico de significación simbólica poco común en las figuras marianas. La anatomía de la Virgen describe una suave curvatura y está recubierta por una amplia túnica que deja adivinar el volumen de los pechos y rodillas, con un manto que la envuelve por completo y se cruza al frente formando la concavidad que contiene los frutos. 
En conjunto ofrece una composición volumétrica muy compacta que sigue los ideales miguelangelescos, ajustándose a la definición de Panofsky sobre las características de la escultura del gran genio: "Unidades, figuras o grupos se condensan en una masa compacta que se aísla claramente del espacio circundante". A lo que añade "La pretendida afirmación de Miguel Ángel, según la cual una buena escultura debería rodar por una colina sin romperse, aunque apócrifa, es una descripción bastante exacta de su ideal artístico", en referencia a una forma maciza, cerrada y despojada de elementos superfluos2.

De acuerdo a la declaración de Miguel Ángel de que "La perfección no es cosa pequeña, pero está hecha de pequeñas cosas", la Virgen presenta un rostro ancho, de expresión melancólica, con una larga cabellera con raya al medio que discurre sobre los hombros formando efectistas ondulaciones y dejando visibles las orejas, cubriendo la cabeza una toca que se sujeta al frente con un broche rodeado de perlas —elemento típicamente juniano— y que en la parte superior adopta una forma cilíndrica para encajar una corona, seguramente metálica, como ocurre en la Virgen con el Niño del Monasterio de Veruela, lo que implica la aplicación de los primeros postizos en la obra de Juni3.

Un especial atractivo presenta el bello desnudo de la figura del Niño, con gesto sonriente y mucha gracia formal, cuyo cuerpo se retuerce sobre el brazo de la Virgen produciendo detalles mórbidos en el tratamiento de su carne, incluyendo en la pierna izquierda una flexión muy forzada que el escultor repite en otras esculturas, en este caso con los dedos maternos hundiéndose en la blandura del cuerpo del infante. Sin duda, este trabajo anatómico de tanta suavidad y delicadeza, aunque de concepción manierista en su torsión, deriva de las experiencias del escultor en el modelado del barro en su etapa leonesa. Esta misma vivacidad infantil se repite en la obra del monasterio de Veruela, donde el Niño juguetea con un pequeño y simbólico pelícano colocado sobre su cabeza, lo que, unido a otras representaciones del Divino Infante o de ángeles, coloca a Juan de Juni como un gran creador de figuras infantiles de extraordinaria expresividad, una pauta que recogería su seguidor Juan de Anchieta en las versiones que realizara de la Virgen con el Niño, con infantes de gran amabilidad.

El hecho de que esta escultura presente el dorso cuidadosamente tallado, hace presuponer su uso procesional por alguna cofradía de su tiempo. Según el archivo parroquial, en la misma iglesia de la Asunción de Tudela de Duero aparecen reseñadas en 1603 diversas cofradías, entre ellas las de la Concepción, Nuestra Señora del Rosario y Nuestra Señora de Duero4, pudiendo ser la imagen titular de esta última en base a los frutos que porta, pues en esta población desde siempre se han producido productos hortícolas de extraordinaria calidad.

La policromía de la escultura presenta una carnación a pulimento de tonos muy pálidos y efectos sonrosados, mientras que en el estofado de los paños predomina el oro, seguramente a petición de los comitentes, con pequeñas superficies pintadas y decoradas con labores de esgrafiados sobre un fondo azul intenso.      


Juan de Juni. Izda: Virgen con el Niño, h. 1538, iglesia de San Agustín, Capillas (Palencia).
Centro: Virgen con el Niño, h. 1576, Museo de Santa María, Becerril de Campos (Palencia).
Dcha: Virgen con el Niño, h. 1560, Monasterio de Veruela (Zaragoza)
Informe y fotografías: J. M. Travieso.














Iglesia de la Asunción, Tudela de Duero (Valladolid)
NOTAS

1 MARTÍN GONZÁLEZ, Juan José: Juan de Juni, vida y obra. Dirección General de Bellas Artes. Ministerio de Educación y Ciencia, Madrid, 1974, p. 317.

2 CALÍ, María: De Miguel Ángel a El Escorial. Ed. Akal, Madrid, 1994, p. 89.

3 MARTÍN GONZÁLEZ, Juan José: Juan de Juni... Op. cit., p. 317.

4 MARTÍN GONZÁLEZ, Juan José: Juan de Juni... Op. cit., p. 317.

















* * * * *

No hay comentarios:

Publicar un comentario