VIRGEN CON
EL NIÑO
Juan de Juni
(Joigny, Francia, h.1507 – Valladolid 1577)
Hacia 1560
Madera
policromada
Iglesia de
la Asunción, Tudela de Duero (Valladolid)
Escultura renacentista
española. Escuela de Valladolid
Juan de Juni fue un escultor polifacético que a lo
largo de su periplo profesional, por León y Valladolid, demostró dominar tanto
la talla de esculturas exentas y relieves en madera policromada como el labrado
de la piedra para componer altorrelieves y sepulcros, así como el modelado del
barro para realizar composiciones en terracota de diferentes formatos. Entre su
extensa producción se puede seleccionar un buen grupo de obras que constituyen
auténticas obras maestras de la escultura renacentista española.
Dentro de su prolífica y variada obra se encuentran
ciertas peculiaridades, figurando entre ellas el que fuera el creador de un
arquetipo para las representaciones de Cristo crucificado, con ejemplares que adapta a unas características personales
que les hace inconfundibles. Sin embargo, en las representaciones de la Virgen todos los modelos son
completamente diferentes y todos ellos de una calidad de talla y una
expresividad verdaderamente admirable, figurando entre sus representaciones
marianas algunas obras sin parangón en la estatuaria de su tiempo, como la Virgen de las Candelas (hacia 1548) de
la iglesia de Santa Marina de León, las Inmaculadas
del retablo de la Capilla de los Benavente de la iglesia de Santa María de
Mediavilla de Medina de Rioseco (1557) y la del retablo mayor de la catedral de
Valladolid (1550-1562, retablo en origen realizado para la iglesia de Santa
María de la Antigua de la misma ciudad) y, sobre todo, la Virgen de las Angustias (hacia 1561) de la iglesia penitencial
vallisoletana de la misma advocación, todas ellas diferentes entre sí y colocadas
en la cumbre del renacimiento castellano.
En algunas ocasiones sus esculturas ofrecen una
iconografía tan extendida desde la Edad Media como es la Virgen con el Niño, representaciones a las que Juan de Juni consigue
impregnar valores plásticos renovadores, especialmente en la vivacidad del
Niño, como ocurre en la Virgen con el
Niño que realizara en alabastro hacia 1538, conservada en la iglesia de San
Agustín de Capillas (Palencia), en la Virgen
con el Niño de la sacristía del monasterio de Veruela (Zaragoza), elaborada
hacia 1560, o en la Virgen con el Niño
realizada hacia 1576 y que actualmente se conserva en la Iglesia-Museo de Santa
María de Becerril de Campos (Palencia).
A esta serie se suma la bella Virgen con el Niño de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción
de Tudela de Duero (Valladolid), diferente a todas las obras mencionadas, aunque
se aproxime al ejemplar del monasterio de Veruela en la vivacidad y actitud
juguetona del Niño.
Esta escultura recibe culto en un retablo barroco
situado a los pies del templo, junto al muro del cerramiento del coro en la
nave de la Epístola, en un contexto muy diferente a la estética del tiempo en
que fue realizada, prevaleciendo en el conjunto el brillo del oro y el
abigarramiento decorativo. La Virgen con
el Niño fue atribuida a Juan de Juni por el historiador Federico Wattenberg1
en los años sesenta del siglo XX, cuando ocupaba el cargo de Director del Museo
Nacional de Escultura. Desde entonces la autoría no ha sido discutida.
La Virgen aparece de pie y sujetando al Niño en su
brazo izquierdo, mientras con la mano derecha sostiene una parte del manto
sobre la que están depositados diversos frutos, un motivo iconográfico de
significación simbólica poco común en las figuras marianas. La anatomía de la
Virgen describe una suave curvatura y está recubierta por una amplia túnica que
deja adivinar el volumen de los pechos y rodillas, con un manto que la envuelve
por completo y se cruza al frente formando la concavidad que contiene los
frutos.
En conjunto ofrece una composición volumétrica muy compacta que sigue
los ideales miguelangelescos, ajustándose a la definición de Panofsky sobre las
características de la escultura del gran genio: "Unidades, figuras o grupos se condensan en una masa compacta que se
aísla claramente del espacio circundante". A lo que añade "La pretendida afirmación de Miguel Ángel,
según la cual una buena escultura debería rodar por una colina sin romperse,
aunque apócrifa, es una descripción bastante exacta de su ideal artístico",
en referencia a una forma maciza, cerrada y despojada de elementos superfluos2.
De acuerdo a la declaración de Miguel Ángel de que
"La perfección no es cosa pequeña,
pero está hecha de pequeñas cosas", la Virgen presenta un rostro
ancho, de expresión melancólica, con una larga cabellera con raya al medio que
discurre sobre los hombros formando efectistas ondulaciones y dejando visibles
las orejas, cubriendo la cabeza una toca que se sujeta al frente con un broche
rodeado de perlas —elemento típicamente juniano— y que en la parte superior
adopta una forma cilíndrica para encajar una corona, seguramente metálica, como
ocurre en la Virgen con el Niño del Monasterio
de Veruela, lo que implica la aplicación de los primeros postizos en la obra de
Juni3.
Un especial atractivo presenta el bello desnudo de
la figura del Niño, con gesto sonriente y mucha gracia formal, cuyo cuerpo se
retuerce sobre el brazo de la Virgen produciendo detalles mórbidos en el
tratamiento de su carne, incluyendo en la pierna izquierda una flexión muy
forzada que el escultor repite en otras esculturas, en este caso con los dedos
maternos hundiéndose en la blandura del cuerpo del infante. Sin duda, este
trabajo anatómico de tanta suavidad y delicadeza, aunque de concepción
manierista en su torsión, deriva de las experiencias del escultor en el
modelado del barro en su etapa leonesa. Esta misma vivacidad infantil se repite
en la obra del monasterio de Veruela, donde el Niño juguetea con un pequeño y
simbólico pelícano colocado sobre su cabeza, lo que, unido a otras
representaciones del Divino Infante o de ángeles, coloca a Juan de Juni como un
gran creador de figuras infantiles de extraordinaria expresividad, una pauta que
recogería su seguidor Juan de Anchieta en las versiones que realizara de la Virgen con el Niño, con infantes de gran
amabilidad.
El hecho de que esta escultura presente el dorso
cuidadosamente tallado, hace presuponer su uso procesional por alguna cofradía
de su tiempo. Según el archivo parroquial, en la misma iglesia de la Asunción
de Tudela de Duero aparecen reseñadas en 1603 diversas cofradías, entre ellas
las de la Concepción, Nuestra Señora del Rosario y Nuestra Señora de Duero4,
pudiendo ser la imagen titular de esta última en base a los frutos que porta,
pues en esta población desde siempre se han producido productos hortícolas de
extraordinaria calidad.
La policromía de la escultura presenta una carnación
a pulimento de tonos muy pálidos y efectos sonrosados, mientras que en el
estofado de los paños predomina el oro, seguramente a petición de los
comitentes, con pequeñas superficies pintadas y decoradas con labores de
esgrafiados sobre un fondo azul intenso.
Informe y fotografías: J. M. Travieso.
Iglesia de la Asunción, Tudela de Duero (Valladolid) |
NOTAS
1 MARTÍN GONZÁLEZ, Juan José: Juan
de Juni, vida y obra. Dirección General de Bellas Artes. Ministerio de
Educación y Ciencia, Madrid, 1974, p. 317.
2 CALÍ, María: De Miguel Ángel a
El Escorial. Ed. Akal, Madrid, 1994, p. 89.
3 MARTÍN GONZÁLEZ, Juan José: Juan
de Juni... Op. cit., p. 317.
4 MARTÍN GONZÁLEZ, Juan José: Juan
de Juni... Op. cit., p. 317.
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