VIRGEN DE LA
ARMEDILLA
Iglesia de
Nuestra Señora de la Asunción,
procedente
del Monasterio de Nuestra Señora de la Armedilla
Cogeces del
Monte (Valladolid)
Es conocido el dicho, de inspiración bíblica, de que "La fe mueve montañas". Esto es perfectamente aplicable al monasterio
de Santa María de la Armedilla, donde la devoción a una pequeña talla mariana
de madera, que apenas supera los 70 centímetros de altura, dio lugar a la
construcción de un vasto complejo conventual de cuya magnitud dan testimonio
las ruinas románticas en que actualmente está convertido, algo que no ocurre
con la imagen medieval de aquella Virgen, que permanece viva en la veneración
de los vecinos de Cogeces del Monte, que en ella rememoran buena parte de su
historia y de su idiosincrasia como pueblo ligado tradicionalmente a la
agricultura.
Y como no podía ser de otra manera, la Virgen de la Armedilla está rodeada de
toda una serie de leyendas milagrosas, desde su aparición en un paraje apartado
hasta su reparto de beneficios a los peregrinos que hasta ella llegaban, siendo
aún recordadas por los cogezanos las rogativas de que era objeto cuando en
tiempos de sequía le suplicaban en procesión la lluvia para el Valle del Cerral.
Virgen de la Armedilla antes de su restauración en 1986 |
UNA IMAGEN LEGENDARIA Y EL JUEGO DE TRANSFORMACIÓN
Los orígenes devocionales de la Virgen de la Armedilla son imprecisos, por lo que es preciso
recurrir a la leyenda que atribuye a unos pastores el descubrimiento de la
imagen en una cueva situada en la ladera meridional del valle de Valdegascón, en
un lugar sombrío y húmedo no demasiado lejos del caserío de Cogeces del Monte
(Valladolid). Por otra parte, Juan de Rodrigo, párroco de Cogeces, escribía en
1651 —con una confusa cronología— que fueron los cogezanos quienes, para
protegerla de las incursiones musulmanas, escondieron la imagen en la cueva de
este paraje y que apareció cuando había pasado el peligro, llegando a ser
servida hasta 1147 por cuatro sacerdotes.
Sea cual sea el origen real de la llegada de la
imagen de la Virgen de la Armedilla a
dicha cueva, lo cierto es que desde el siglo XII comenzó su fama milagrera,
convirtiéndose el lugar en que apareció —la ermitiella—
en un centro de culto popular y de peregrinación, lo que se puede considerar como
un típico ejemplo de cristianización de un espacio rupestre con posibles
antecedentes de cultos paganos, en este caso localizado en un territorio que
desde el siglo XI estaba integrado en el sexmo de Valcorba, al norte de la
Comunidad de Villa y Tierra de Cuéllar, después de la segunda repoblación de
estas tierras llevada a cabo por el Conde Ansúrez.
Virgen de la Armedilla en su adaptación barroca |
La Virgen de
la Armedilla es una talla románica del último tercio del siglo XII, elaborada
en madera de pino con diseño estilizado y acabado policromado, que sigue el
arquetipo del momento, con la Virgen sedente en posición frontal, las manos
(desaparecidas) dirigidas al frente y manteniendo sobre el centro de sus
rodillas la imagen del Niño en actitud de bendecir, mientras sujeta en su mano
izquierda, la única conservada, el simbólico globo terráqueo.
Con una composición ajustada a la ley de simetría, la
escultura responde a la tipología de origen bizantino —muy difundida en el
Románico— de Virgen Theotokos (Madre
de Dios), caracterizada por estar tallada en un bloque único, por la frontalidad y rigidez
de las figuras, que miran al frente sin comunicación entre ellas y sin atisbo
de emociones, así como por su significación simbólica, ya que María, que
aparece entronizada, se convierte a su vez en el trono de Dios, personificado
en la figura del Niño, que generalmente es presentado con forma adulta.
Las figuras presentan una indumentaria esquemática
sin alusiones naturalistas a los pliegues, tan sólo animada por el colorido de
la policromía. La Virgen viste una saya azul con el cuello dorado y decoración
a base de bandas con medallones y soles dorados; un manto discurre desde los
hombros a los pies sujeto al pecho por un broche, con los bordes ornamentados
con orlas y un ribete rojo; cubre su cabeza una toca que llega algo más abajo
de los hombros y decorada con listas. La parte inferior, donde asomarían los
zapatos, aparece mutilada. Por su parte, el Niño, con la cabeza rehecha, cubre su
cuerpo con una escueta túnica con volúmenes geométricos que insinúan su anatomía.
La imagen conserva una policromía muy deteriorada
que fue parcialmente recuperada en la restauración que, patrocinada por la Caja
de Ahorros Popular de Valladolid, fue realizada en 1986 por Francisco Santamaría y
su hija Carmen en su taller vallisoletano. Fue entonces cuando se puso al
descubierto la composición original de la Virgen
de la Armedilla, siguiendo los deseos del párroco de Cogeces, que con el
aspecto completamente cambiado regresó a esta población causando extrañeza y alguna
incomprensión entre los vecinos, pues desde antaño se venía venerando nada
menos que como una "virgen negra".
Detalles de la adaptación barroca de la Virgen de la Armedilla Izda: Rostrillo de la Virgen / Dcha: Niño Jesús de Malinas incorporado (Fotos: Web Cogeces del Monte. Cultura y Tradición) |
A este respecto, debemos recordar que el culto a las
vírgenes negras se divulgó entre los siglos XI y XIII, teniendo su origen en una
adaptación cristiana del culto egipcio a la diosa Isis, símbolo de la tierra y
la fertilidad. En su difusión contribuyeron en gran medida las comunidades de
templarios y cistercienses entre los siglos XI y XII, así como la Orden de los
Caballeros del Hospital de San Antonio, fundada en el siglo XII bajo el
patrocinio de San Antonio Abad, decisiva de la propagación, en época medieval,
de la devoción a la vírgenes negras como manifestación de la Madre-Tierra, tipología de
la que en España existen numerosos ejemplos.
Lo cierto es que hasta su restauración, la Virgen
presentaba un rostro ennegrecido que no parecía estar originado por el humo de
las velas, sino repintada expresamente para darle el aspecto de una virgen
negra. En este sentido, hay que tener en cuenta que, según está documentado, el 21 de marzo de 1147 el Concejo de Cuéllar entregaba el sitio de Sancte Marie Armidelle al monasterio
cisterciense de Santa María y San Juan de Sacramenia. Esto ha originado la
creencia de la fundación del monasterio por los monjes cistercienses, aunque no hay indicios de que esta orden allí construyera algo, ni tampoco de su presencia en la Armedilla. Posiblemente los monjes bernardos, ante
aquella concesión, se limitaron a la explotación económica de los pastos,
huertos y viñedos y a la administración de la ermita, existiendo la posibilidad
de que ya por entonces se intentara reconvertir la imagen en una virgen negra,
pues, como se ha dicho, en el siglo XII el Císter fue uno de los mayores
propagadores de esta devoción.
Vara de mando con la imagen de la Virgen de la Armedilla Iglesia de la Asunción, Cogeces del Monte (Valladolid) |
Pero aquí no acabaría su proceso de transformación,
pues en época barroca fue una de tantas imágenes marianas adaptada a la
modalidad de imagen vestidera, según los gustos litúrgicos del momento con
intento de dignificarla, quedando su verdadera imagen enmascarada bajo una
indumentaria con el aspecto arquetípico de una túnica y un manto acampanados elaborados
con sofisticados textiles reales, así como una enagua, una toca, un rostrillo ornamentado
con pedrería y una gran corona de orfebrería, para cuyo encaje no hubo reparos
en rebajar la cabeza de la imagen, ocurriendo otro tanto en la parte de los
pies, que fueron serrados para colocar una extensión de madera con el fin de
aumentar su altura y fingir una postura erguida. El aspecto que la Virgen
ofrecía por entonces, es apreciable en el relieve cincelado de la vara, utilizada
antiguamente en rogativas y procesiones, que se conserva en la iglesia de la
Asunción de Cogeces del Monte.
Aspecto actual de la Virgen de la Armedilla tras su restauración Iglesia de la Asunción, Cogeces del Monte (Valladolid) |
Si el cambio de aspecto ya había sido drástico, la transformación
de la imagen alcanzaría su punto álgido en el siglo XVIII, cuando a la Virgen de la Armedilla se le mutilaron
las manos originales para ser reemplazadas por otras nuevas, de estética
barroca y, por supuesto, pintadas de negro. Al mismo tiempo, al quedar la
figura original del Niño oculta entre los ropajes, se le añadió sobre las
nuevas manos una pequeña figura del Niño Jesús que respondía a la tipología
característica de los elaborados en la ciudad flamenca de Malinas (en la actual
Bélgica), que en buena parte se distribuían en España en ferias como la de
Medina del Campo. Sobre la cabeza del infante también se incorporaría una
corona de bronce.
Con el nuevo aspecto, la Virgen de la Armedilla permaneció al culto durante más de
doscientos años, primero presidiendo la iglesia del Monasterio de la Armedilla,
hasta que, a consecuencia de la Desamortización de Mendizábal, este fue
desalojado y abandonado a su suerte en el siglo XIX. Después en la iglesia
parroquial de la Asunción de Cogeces del Monte, donde fue recogida y colocada
al culto en un retablo barroco situado en el lado del evangelio. La Virgen
recibía en Cogeces la atención de una camarera que, con carácter vitalicio y
hereditario, se encargaba celosamente de su ornato y de cambiarla los ricos
vestidos, mantos y joyas de su ajuar, siendo de las pocas personas que conocían
el aspecto real que la imagen presentaba bajo su enmascaramiento.
Hoy todo esto es historia pasada, pues actualmente la
imagen restaurada se presenta a los devotos en dicha iglesia en su esencia
románica, desprovista de los añadidos dieciochescos, de sus joyas y ropajes
barrocos, colocada sobre una peana de piedra de Campaspero adosada al muro, de
donde es descendida para la celebración de la romería que, desde hace más de
treinta años, se celebra en el penúltimo fin de semana del mes de agosto,
momento en que se traslada en procesión hasta las ruinas del Monasterio de la
Armedilla, donde fue encontrada en la cueva que hoy permanece en ruinas, espacio convertido en centro de nostalgia para los cogezanos.
Panorámica de las ruinas del Monasterio de la Armedilla |
APUNTES PARA LA HISTORIA DEL MONASTERIO DE LA ARMEDILLA
Ya se ha dicho que los orígenes devocionales de la
Armedilla se encuentran en la veneración de una imagen de la Virgen en el
interior de una cueva que, desde el siglo XII, se convirtió en un importante
centro de peregrinación. También se ha dicho que desde el siglo XI este paraje
pertenecía a la jurisdicción de la villa de Cuéllar, cuyo Concejo, ante la
afluencia masiva de devotos, construyó en el siglo XII un albergue para los
cofrades que allí se establecieron y para los peregrinos que llegaban para
venerar a la Virgen, cuyos milagros se difundían por toda la comarca.
Fue el padre Sigüenza, de la orden jerónima, el
pionero en recoger la tradición de la aparición de la imagen tras visitar el
monasterio en la segunda mitad del siglo XVI. En el capítulo 26 de su Historia de la Orden de San Jerónimo,
1600-1605, describe la cueva como grande, cavada en la roca viva, en forma
de una capilla tan profunda que su oscuridad producía temor, si bien respecto a
la imagen de la Virgen de la Armedilla matiza que "quién la trajo allí, cuándo se puso, quién labró la capilla o en qué
tiempo, todo está sepultado en olvido". También se refiere a la
afluencia de peregrinos y a la construcción de aposentos por los cuellaranos
para que las cofradías que llegaban de toda la comarca hiciesen sus juntas y
cabildos, así como a las numerosas donaciones que la Virgen recibía en forma de
limosnas, cera, joyas, etc.
Aspecto actual de la cueva-capilla en que fue encontrada la imagen |
Según está documentado, el 21 de marzo de 1147 el Concejo
de Cuéllar entregaba este lugar al monasterio cisterciense de Santa María y San
Juan de Sacramenia (Segovia), hecho que ha originado la creencia de que el
monasterio de la Armedilla fue fundado por monjes cistercienses. Sin embargo, como ya se ha dicho, no existe el menor indicio de su presencia en este lugar, siendo posible que
los monjes bernardos se limitaran a la explotación económica del lugar, a la custodia de la primitiva ermita y la propagación del culto a la
Virgen, meras hipótesis al no disponer de noticias del monasterio hasta los albores del siglo
XV, cuando el enclave seguía perteneciendo al Concejo de Cuéllar, que poco
antes había convertido la cueva en una cripta sobre la que fue erigido un
templo.
Fue a principios del año 1402 cuando llegaron al
lugar monjes jerónimos procedentes del monasterio de la Mejorada de Olmedo,
comunidad a la que Fernando de Antequera, Señor de Cuéllar y Peñafiel, devoto
de la Virgen de la Armedilla y de la
ermita, hizo donación del paraje para que se levantase un monasterio, para lo
que entregó a los jerónimos la generosa cantidad de 5.500 maravedís de renta.
La comunidad tomó posesión del lugar el 19 de febrero de 1402, aunque fue en
mayo cuando obtuvieron la licencia del monasterio de la Mejorada para la
fundación de un recinto monacal de nueva planta. Su construcción sería autorizada
por el papa Benedicto XIII el 27 de enero de 1405.
Aspecto del interior de la iglesia parcialmente restaurada Ruinas del monasterio jerónimo de la Armedilla, Cogeces del Monte |
De este modo se iniciaron las obras de un gran
proyecto, que rodeado de una cerca incluía una nueva iglesia, un gran claustro
en torno el que se disponía la cocina, el refectorio, los dormitorios, la
librería, la botica y las bodegas, junto a patios y otras dependencias, entre ellas la iglesia
sobre la legendaria cueva en que había aparecido la imagen de la Virgen, que
durante el siglo XV había sido objeto de modificaciones, siendo reorganizada en
un espacio de dos naves, una excavada al fondo y una nave rectangular cubierta
con bóvedas y perforada por tres ventanas, ocupándose de su ornamentación el
mecenas Juan Velázquez, Oidor del Consejo Real. Actualmente esta capilla, que
funcionó como iglesia del monasterio hasta comienzos del siglo XVI, se haya
convertida en una patética ruina.
Asimismo, en el siglo XVI, dentro del recinto fue
construido un complejo palacial para los duques de Cuéllar o duques de
Alburquerque, benefactores del monasterio, que allí pasaban temporadas como
retiro espiritual. El complejo monacal fue rematado en la segunda década del
siglo XVI con la construcción de una nueva iglesia gótico-renacentista, a la
que fue trasladada la imagen de la Virgen
de la Armedilla en 1552.
Reconstrucción del monasterio de la Armedilla en el siglo XVI |
Desde entonces, el monasterio permaneció activo, con
la Virgen de la Armedilla como
principal enseña, hasta el siglo XIX, cuando víctima de la Desamortización
quedó abandonado y su patrimonio dispersado, siendo recogida la cajonería de la
sacristía y la imagen de la Virgen en la iglesia parroquial de Cogeces del
Monte, donde actualmente permanece. Convertido el monasterio abandonado en
cantera, sus elementos arquitectónicos y dotacionales más notables fueron
expoliados, como una bella portada renacentista que se encuentra repartida
entre el patio de la Casa de Cervantes de Valladolid y el Spencer Museum of Art de la Universidad de Kansas en Lawrence
(Massachusetts), el retablo mayor de la iglesia, trasladado a la iglesia de Nuestra
Señora del Manto de Riaza (Segovia) o la sillería del coro, parcialmente
asentada en la iglesia de Serrada (Valladolid), a lo que podríamos sumar una
buena colección de pintura y objetos litúrgicos.
Iglesia de la Asunción, donde recibe culto la Virgen de la Armedilla Cogeces del Monte (Valladolid) |
En nuestros días, la Asociación de Amigos del
Monasterio de la Armedilla, como iniciativa popular, trabaja para investigar,
conservar y recuperar los restos arquitectónicos del complejo monacal jerónimo,
declarado el 30 de enero de 2007 como Bien de Interés Cultural por la Dirección
General de Patrimonio y Bienes Culturales de la Consejería de Cultura y
Turismo. Esperemos que el ánimo no decaiga en este empeño, pues no hay más que acercarse al lugar para contemplar unas ruinas que emergen entre el verdor y que, a modo de
grito desgarrador, claman en tan bello paisaje por recuperar el antiguo
esplendor que conocieron bajo la protección de una afamada virgen negra que no era tal.
Informe: J. M. Travieso.
Virgen de la Armedilla restaurada (Foto José María Sacristán) |
Bibliografía
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y evocación en la Armedilla, Revista Atticus (digital), nº 31, Valladolid,
2016, pp. 17-26.
GARCÍA FLORES, Antonio: La
Iglesia del Monasterio Jerónimo de Santa María del Armedilla (Cogeces del
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GARCÍA GUINEA, Miguel Ángel y RODRÍGUEZ MONTAÑÉS, José Manuel: Enciclopedia del románico en Castilla y León, Santa María la Real, 2002, pp.184-185.
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LOSA HERNÁNDEZ, Roberto: En
torno a los orígenes del Monasterio de Sta. Mª de la Armedilla, Cogeces del
Monte (Valladolid), Revista digital de Estudios de Patrimonio Cultural, nº
oo, 2008, pp. 20-31.
VILORIA GARCÍA, J.M.:
Curiosidades Históricas. Personas e Instituciones. Diputación de
Valladolid, 2006.
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