AUTORRETRATO
(EL MARCO)
Frida Kahlo
(Coyoacán, México, 1907-1954)
1938
Óleo sobre aluminio,
pintura bajo vidrio y marco realizado por la artista
Centro
Pompidou, Málaga
Surrealismo,
primitivismo y expresionismo
De las más de ciento cincuenta obras que llegó a
realizar Frida Kahlo, la mayor parte corresponden a autorretratos en los que plasmó
sus dificultades para sobrevivir, después de que el infortunio marcara su existencia
desde la infancia. Una de sus primeras obras catalogadas es este autorretrato
que con el título de "El marco"
(The frame) se expone en la colección permanente del Centro Pompidou de Málaga.
Hasta la realización de esta pintura, Frida Kahlo
únicamente había pintado para satisfacer sus inquietudes en el ámbito privado y
personal, siéndole costoso admitir que su obra pudiese despertar un interés
general, especialmente después de que este cuadro, realizado en 1938, fuese el
primero de un artista mexicano adquirido por el Museo del Louvre.
El cuadro en su conjunto responde a los gustos de la
pintora en ese momento, mezclando de forma ecléctica técnicas y diseños. Su
autorretrato constituye el motivo central, con su busto recortado sobre un
intenso fondo azul cobalto, colocado ligeramente ladeado y con la mirada fija
en el espectador, al que parece querer transmitir un mensaje existencial con un
semblante grave, aunque desprovisto de símbolos trágicos. Sus rasgos anticipan su
obsesiva representación ante el espejo, con la característica frente despejada,
cejas pobladas y unidas en el entrecejo, ojos grandes, nariz ancha, pelillos
incipientes en el bigote y boca cerrada, en este caso con el cabello recogido
en forma de trenzas adornadas con cintas verdes entrelazadas que forman un lazo
en la nuca, así como un ramillete de flores amarillas en lo alto del cráneo,
siguiendo la tradición del folklore mexicano.
La imagen supone una exaltación de los ideales de la
juventud, aunque con un rictus enigmático que incita a pensar en cierto
padecimiento que no está explícito. Este autorretrato está pintado al óleo
sobre una superficie de aluminio, lo que realza la luminosidad del color.
El autorretrato aparece enmarcado por un conjunto de
flores, con un arco en la parte superior y dos aves enfrentadas en la inferior,
elementos pintados sobre un cristal colocado sobre un marco rojo realizado por
la propia Frida Kahlo. Son motivos tomados del repertorio artesanal de los
tejidos mexicanos, definidos por su simplicidad y fuerte colorido.
En la pintura ya están patentes los rasgos que
definen un estilo personal que se continuaría en el tiempo, como las
referencias estéticas al arte popular mexicano, impregnadas de cierto
nacionalismo; el uso deliberado de ingenuos estilemas que acercan sus
composiciones a la corriente primitivista y a la espontaneidad y autodidactismo
del arte naif; el uso de la pintura como medio de indagación autobiográfica,
con carácter expresionista y empleada como medio para proclamar su mundo
interior desde un punto de vista subjetivo; el arte como recurso expresivo de
la relación del autor con su cuerpo, en este caso con su feminidad, motivo por
el que algunos autores interpretan sus obras como un símbolo de feminismo, a
pesar de que la autora nunca militara en esa causa; finalmente el uso de
recursos oníricos, con numerosos elementos simbólicos, que sitúan sus obras
próximas al surrealismo.
Frida Kahlo. Autorretrato, 1926, Colección privada |
Previamente a la realización de esta pintura, Frida
Kahlo, que sufría las secuelas de una poliomielitis padecida a los 6 años,
había sido estudiante en la Escuela Preparatoria de México, donde se aplicaron
las reformas educativas de José Vasconcelos, inspiradas por la Revolución
mexicana. Allí había recibido sus primeras clases de arte, aunque mostraba más
interés por las letras y las ideas políticas, formando parte del grupo
estudiantil "Los cachuchas".
El 17 de septiembre de 1925 marcaría un punto de
inflexión en su vida, pues fue víctima de un accidente en que un tranvía chocó
con el autobús en el que viajaba con su novio, sufriendo múltiples fracturas en
la pierna derecha, clavícula, costillas, pelvis y columna vertebral. Ello le
obligó a permanecer postrada en la cama durante meses, encontrando su
entretenimiento en pintar. Fue entonces cuando comenzó a realizar retratos de
sí misma utilizando espejos. De 1926 datan una serie de autorretratos, de corte
convencional, como el que se conserva en una colección particular.
Una vez recuperada, continuó su carrera pictórica
hasta conseguir cierto renombre en el ámbito local, involucrándose con la
actividad cultural de México. Merced a sus relaciones con la fotógrafa Tina
Modotti y el cubano Juan Antonio Mella, se puso en contacto con el pintor Diego
Rivera, con quien contraía matrimonio en 1929. La pareja estableció su
residencia en la Casa Azul (actualmente museo), que se convirtió en centro de
encuentro de intelectuales del momento. Allí sufrió en 1930 un aborto
terapéutico, a causa de los daños en su cadera, que se vino a sumar a la serie
de infortunios personales.
Izda: Retrato coloreado de Frida Kahlo y Diego Rivera, 1929. Dcha: Frida Kahlo y Diego Rivera, 1931, Museum of Modern Art, San Francisco |
En 1930 el matrimonio fijaba su residencia en
Estados Unidos, donde permanecería tres años. En 1931 se daba a conocer
internacionalmente al participar en la VI Exhibición Anual de la Sociedad de
San Francisco de Mujeres Artistas, a la que presentó su pintura Frida y Diego Rivera, actualmente en el
Museum of Art de San Francisco, obra realizada como celebración de su
matrimonio cuando había transcurrido poco más de un año del enlace, donde con
rasgos primitivistas se representa frágil y pequeña junto a la monumental
figura de su idolatrado esposo Diego Rivera, al que con gesto de admiración
plasma con la paleta y los pinceles en la mano.
La pareja regresa a México en 1934 y establece su
residencia en el barrio de El Ángel, donde, a petición de Diego Rivera, en 1931
Juan O'Gorman había diseñado uno de los primeros edificios funcionalistas de
Latinoamérica, con estudios independientes para Diego y para Frida. Ambos se
influyen mutuamente, compartiendo el gusto por el arte popular mexicano de
raíces indígenas.
Las dos Fridas, 1939, Museo de Arte Moderno, Ciudad de México |
En 1938 Frida Kahlo realizaba El Marco, el autorretrato que hemos tratado, que formó parte de una
exposición celebrada en Francia en 1939, atendiendo una invitación del teórico
del movimiento surrealista André Breton, aunque Frida manifestara "Pensaron que yo era surrealista, pero no lo
fui. Nunca pinté mis sueños, sólo pinté mi propia realidad".
Ese año de 1939 realizaba su emblemática obra Las dos Fridas (Museo de Arte Moderno de
la ciudad de México), donde con un carácter íntimo y gran sencillez muestra al
mundo sus heridas físicas y espirituales, convirtiendo su sufrimiento en un
modo de expresión artística hasta convertirse en un símbolo internacional,
según su pensamiento "Amurallar el
propio sufrimiento es arriesgarte a que te devore desde el interior".
La década de los años 40 fue pródiga en nuevos
autorretratos en los que fusiona sus padecimientos, simbolizados por collares
de tallos con espinas (Autorretrato
dedicado al doctor Eloesser, 1940, colección privada; Autorretrato con collar de espinas y colibrí, 1940, Colección Nickolas
Muray, Universidad de Texas, Austin), con otros en que sigue plasmando la
admiración por su marido Diego Rivera (Diego
en mi pensamiento, 1943, Colección Gelman, México).
Como representante de la pintura mexicana, sus obras
serían presentadas en distintas exposiciones celebradas en México, Nueva York,
Boston, ...
Al igual que ocurriera con la pintura, Frida Kahlo y
Diego Rivera compartieron sus ideales políticos como miembros del Partido
Comunista de México. Como tales, recogieron al líder comunista ruso León
Trotsky cuando, perseguido por Stalin, huyó a México, cediéndole como refugio
la Casa Azul de Coyoacán. En 1940 Trotsky era asesinado por el activista
español Ramón Mercader.
Tras una serie de recaídas de salud y de nuevas
intervenciones quirúrgicas, que culminaron con la amputación de un pierna en
1953, y su confinación a una silla de ruedas que le sumió en una depresión, lo
que no impidió su militancia política, fallecía sin descendencia el 13 de julio
de 1954.
Su obra, admirada por Pablo Picasso, Vasili
Kandinski, André Breton o Marcel Duchamp, alcanzaría el reconocimiento
internacional a finales de los años 80 del siglo XX.
Informe y fotos de "El Marco": J. M. Travieso.
* * * * *
No hay comentarios:
Publicar un comentario