13 de enero de 2021

Visita virtual: PUERTAS DE SAN ZENÓN, fascinante narrativa románica de carácter didáctico








PUERTAS DE SAN ZENÓN

Anónimo sajón / Anónimos veroneses

1030 / 1137

Paneles y elementos de bronce

Basílica de San Zeno Maggiore, Verona

Escultura románica

 

 





Basílica de San Zenón, Verona


Algunas catedrales italianas muestran en sus puertas principales bellos trabajos de bronce de estilo románico, aunque en ningún caso alcanzan la magnificencia que presentan las puertas de la basílica de San Zenón de Verona, donde unos desconocidos escultores dejaron el espectacular legado de una biblia en imágenes que alcanza el paroxismo del afán narrativo y didáctico en una copiosa serie de paneles historiados elaborados entre los siglos XI y XII. En pocas ocasiones como en esta se patentiza el misterio por el que el arte románico puede llegar a producir tanta fascinación, a pesar de unos patrones determinados por las "incorrecciones" anatómicas y la falta de naturalismo de las escenas, capaces, sin embargo, de cautivar y emocionar al espectador por su exquisita sensibilidad.    

Las placas en relieve de San Zenón aglutinan la esencia de la escultura románica. No persiguen ser un objeto artístico en sí mismas, sino que, supeditadas al trazado arquitectónico de la portada del templo, se presentan como un medio educativo acorde con la religiosidad del momento, siendo esta la principal finalidad del encargo. Para la transmisión del mensaje, se recurre a un repertorio temático reiterativo en el que cada elemento ambiental, como ocurre en las miniaturas de la época, viene determinado por su esquematismo y su simbolismo, de modo que un árbol puede representar un bosque, una torre o una cerca a una ciudad, unas ondas al mar, etc.

Tímpano del pórtico, basílica de San Zenón, Verona

     De acuerdo a unos parámetros mentales, las figuras mantienen un orden jerarquizado según la importancia del personaje representado, de modo que los principales, especialmente los sagrados, presentan mayor tamaño que los secundarios. Todas las figuras son ajenas a la representación naturalista, sin ajustarse a un canon anatómico ni a la lógica en su ubicación en el espacio, predominando las desproporciones, la rigidez y la tendencia a la estilización, alternando figuras planas con otras de marcado volumen que, en algunas escenas, alcanzan un alto grado de expresionismo para resaltar una idea, sobre todo cuando se pretende una perspectiva que siempre es fallida.

En las figuras prevalece un fuerte esquematismo compositivo basado en volúmenes geométricos puros, siendo plasmados los pliegues de los paños mediante incisiones. Las figuras tienden a la frontalidad, con una rígida gesticulación y una simplificación y un hieratismo que paradójicamente proporciona una gran solemnidad a los personajes sagrados. En líneas generales, esta escultura aglutina las influencias de la escuela carolingia con las recibidas, desde comienzos del siglo X, de los modelos bizantinos llegados desde Constantinopla, motivo por el que se engloba como escultura italo-bizantina.


CONTEXTO: EL PÓRTICO DE LA IGLESIA DE SAN ZENÓN EL MAYOR      

La iglesia de San Zeno Maggiore es la iglesia románica más ornamentada del norte de Italia. San Zenón fue un religioso originario de África que el año 362 fue proclamado como octavo obispo de Verona. Tras su muerte el 12 de abril de 372, sobre su sepultura se construyó en el siglo X una primitiva iglesia —desde el año 921 albergó en su cripta el sarcófago con el cuerpo de San Zenón— que sufrió sucesivas modificaciones y que fue víctima de un terremoto en el año 1117.

El edificio actual, que fue levantado sobre el anterior entre 1125 y 1135, presenta un pórtico avanzado, erigido en 1138, con una bóveda de cañón rematada con un tejadillo a dos aguas y sustentado sobre dos altas columnas que descansan sobre leones estilóforos, siguiendo un modelo muy difundido en las iglesias románicas italianas. Su finalidad es proteger los trabajos escultóricos de la portada, en este caso el tímpano policromado, realizado por el maestro Nicolò, en cuyo centro aparece San Zenón venciendo al demonio y bendiciendo a la comuna veronesa, simbolizada por soldados armados a la izquierda, que sujetan el estandarte de la ciudad, y un grupo de jinetes a la derecha. La parte inferior de la luneta está recorrida por debajo por un friso con arquerías, bajo las que se muestran milagros del santo obispo, y otro inferior con encasillamientos que albergan rosetas y animales.


     El pórtico se completa con relieves laterales que representan, junto a otras figuras simbólicas, el ciclo de los meses, mostrando al exterior las figuras de San Juan Bautista y San Juan Evangelista en las enjutas y el Agnus Dei en la clave del arco, sobre el que se coloca un relieve con la mano de Dios bendiciendo. La puerta está flanqueada por dieciocho bajorrelieves de mármol, realizados por el mismo maestro y colocados en 1140, con escenas del libro del Génesis en la parte derecha y episodios de la vida de Cristo en la parte izquierda, incluyendo entre ellos algunos episodios de la vida de Teodorico. Sobre el pórtico se abre un enorme rosetón, inscrito en un círculo en el que aparecen relieves simbólicos de la Rueda de la Fortuna elaborados por Brioloto.    

En el interior del pórtico se abre una puerta adintelada de grandes dimensiones, de 3,60 m de ancho y 4,80 de alto, cerrada por dos hojas de madera que se abaten hacia el exterior y que protegen las puertas originales, constituidas por dos hojas de madera totalmente recubiertas con 48 placas de bronce que, al igual que ocurre con los relieves marmóreos que las flanquean, reproducen escenas del Antiguo y Nuevo Testamento, junto a una serie dedicada a los milagros de San Zenón. 


LOS PANELES DE BRONCE DE LAS PUERTAS DE SAN ZENÓN
 

Las puertas están elaboradas en madera, estando recubierto el exterior de cada una de las hojas por 24 paneles de bronce —de 45 x 45 cm— que fueron realizados por tres desconocidos maestros y en distintas fechas, con una diferencia entre ellas de cien años. Su montaje sobre las puertas sigue un esquema reticular, con una disposición simétrica organizada a base de triadas de placas dispuestas a ocho alturas y separadas por perfiles semicilíndricos con distintos tipos de calados ornamentales, estando colocados en cada una de las intersecciones una serie de mascarones que actúan como nexo de unión entre las distintas escenas y que casi se conservan en su integridad. Se completa con otras placas de menor tamaño, que recorren los bordes formando una orla exterior en la que no faltan representaciones de figuras humanas, de cuyo conjunto se han perdido algunas piezas. 

PUERTA IZQUIERDA: ANTIGUO TESTAMENTO, 1030

Es el trabajo de placas fundidas en bronce más antiguo del conjunto. Su autoría se atribuye a maestros sajones de Hildesheim y se data en 1030, por lo que habrían sido elaboradas para la primitiva iglesia construida sobre le sepultura de San Zenón, dañada gravemente por un terremoto producido en 1117, hecho que obligó a la reconstrucción general del templo.

El repertorio está constituido mayoritariamente por escenas del Antiguo Testamento, comenzando en la parte superior por escenas del Génesis. En la parte inferior se incorporan otros temas, entre ellos una serie dedicada a los milagros de San Zenón. 

Paneles 28, 29, 30, 31, 32 y 33

25 Creación de Adán y Eva: Escena distribuida a dos alturas, arriba con la dinámica figura de Dios creando a Eva de la costilla de Adán y con la serpiente tentando a Adán y Eva en la parte inferior.

26 El árbol del conocimiento del Bien y del Mal: De composición simétrica marcada por un esquemático árbol colocado en el centro bajo un arco, presenta a un lado la figura de Dios prohibiendo la comida de sus frutos y al otro a Adán y Eva tapando sus vergüenzas después de haber pecado.

27 Expulsión del Paraíso: Bajo una doble arquería, muestra el momento en que un ángel expulsa a Adán y Eva, que aparecen con gesto doliente y pudorosamente vestidos.

 

28 Caín y Abel: Escenas a dos alturas. En la parte superior Caín y Abel ofrecen sacrificios, siendo bendecido por la mano de Dios el que ofrece Abel. En la parte inferior Caín da muerte a Abel.

29 El arca de Noé: El arca, con forma de edificio, navega sobre las aguas. En una ventana superior Noé recibe la visita de una paloma con una rama de olivo como anuncio de que el Diluvio ha terminado.

30 Noé y sus hijos: Abigarrada composición en la que aparece el patriarca junto a sus hijos y sobre ellos la escena de Noé embriagado y recostado sobre una vid.

Panel 33: El Sacrificio de Isaac

 


31 Dios pidiendo a Abraham que cuente las estrellas: Muestra a Dios indicando a Abraham que observe el firmamento, representado por un semicírculo con estrellas, equiparando la gran cantidad de astros con la futura descendencia del patriarca.

32 Historias de Abraham: A dos alturas aparecen las escenas de la visita de tres ángeles a Abraham, caracterizado con un gorro cónico de tipo oriental, y abajo el patriarca con sus esposas a la puerta de un edificio.

33 Abraham y el sacrificio de su hijo Isaac: El célebre episodio está narrado al completo de forma muy expresiva, con el joven Isaac colocado sobre un ara de sacrificios y un ángel deteniendo la espada de Abraham y señalando a un carnero enredado en una zarza, una vez demostrada la férrea obediencia a Dios por el patriarca. 

 



Panel 34: Moisés recibe las tablas de la ley



34 Moisés recibe las tablas de la ley: Con figuras a dos niveles se narra el pasaje del Éxodo. Arriba aparece Moisés recibiendo de Dios las tablas de la ley en el Monte Sinaí, abajo tres figuras se hallan junto a un altar en que se veneran veladas, en alusión al Arca de la Alianza.

35 Moisés en Egipto: Escena a doble nivel. Abajo, bajo dos arquerías, se encuentra el faraón, sedente, y Moisés solicitando la salida del pueblo de Israel. Arriba la plaga de la muerte de los primogénitos egipcios, con un ángel exterminador y un judío que pinta la entrada a una casa.

36 Moisés y la serpiente de bronce: Pasaje tomado de Números. Presenta un asta central sobre el que está colocada la serpiente que Dios ordenara colocar a Moisés para que los israelitas arrepentidos se salvaran con su simple mirada.


 


Panel 38: El Árbol de Jessé



37 El profeta Balaam en su burra: Tomado del libro de los Números, presenta a Balaam sobre la burra a la que Dios permitió que le hablase para impedir que maldijera a los israelitas. Al fondo un edificio alude a la corte de Balak, destino del adivino mesopotámico.

38 El árbol de Jessé: Sobre un lecho aparece recostado Jessé, padre de David, de cuyo cuerpo brota un árbol con la genealogía de Cristo, representado en el vértice superior.

39 Personaje a caballo: De difícil identificación, este jinete al trote llega a una ciudad en la que aparecen dos figuras femeninas, por lo que es posible que represente a Salomón y las mujeres del célebre juicio.



 

Paneles 40, 41 y 42: Mascarón, San Zenón pescando y Curación de la princesa endemoniada

40 Cabeza de león: Esta placa, que tiene la función de tirador de la puerta, en lugar de un pasaje representa una gran cabeza de león en la línea de los bestiarios románicos. La presencia del animal rey adquiere un simbolismo cristológico.

41 San Zenón pescando en el río Adige: Esta placa comienza la serie dedicada a San Zenón, que aparece pescando en el río Adige junto a dos figuras que le observan. Rememora los milagros obrados por el santo a través del agua.

42 San Zenón liberando a la princesa endemoniada: Bajo una arcada aparece San Zenón revestido de obispo y realizando un exorcismo, con la ayuda de un diácono, sobre la hija del rey, de cuya boca sale el maligno.

Paneles 43, 44 y 45: Nabucodonosor, Curación de un poseído y Zan Zenón y el emperador Galieno
43 Castigo en la corte de Nabucodonosor: Arriba aparecen las figuras sedentes del rey y dos dignatarios contemplando como en el parte inferior un soldado cumple sus órdenes introduciendo a un prisionero en un horno. El fondo de la placa se decora con un bello rameado calado de gran plasticidad.

44 Poseído curado por San Zenón: Con la mitad de la placa mutilada, presenta a un personaje poseído que conduce un carro y que es curado por San Zenón.

45 El emperador Galieno ofrece su corona a San Zenón: Es la placa más sencilla del conjunto, presentando las dos figuras giradas en tres cuartos y sobre un fondo plano. Hace referencia a la antigua leyenda de que San Zenón liberó del demonio a una hija del emperador.

Paneles 46, 47 y 48: Expulsión del Paraíso, Construcción del Arca de Noé y San Miguel

46 Sacrificio de Isaac: El tema repite el representado en la placa 33, con los mismos componentes aunque con un trabajo y una composición más elemental.

47 Noé construyendo el arca: Mientras Noé trabaja en una mesa de carpintero, por una rampa son introducidos los animales. La nave presenta un mascarón de proa en forma de cabeza animal.

48 San Miguel venciendo al dragón: La figura del arcángel, con grandes alas desplegadas y ante un sugestivo follaje calado, da muerte al demonio, que adopta la forma de un temible basilisco.

Panel 50: El escultor

 

49 Santoral: Colocadas a la izquierda de la retícula, se conservan una serie de seis placas de menor formato que conforman una orla exterior. Bajo arquerías apeadas sobre columnillas con capiteles aparecen distintos santos, entre los que se identifica a San Pedro, San Pablo, San Zenón y Santa Elena, así como las figuras de Matilde de Canossa, donante y benefactora de la abadía, y su esposo Godofredo.


50 El escultor: Con el mismo formato, pero colocada a la altura de la placa 43, se encuentra la figura de un escultor, que aparece representado trabajando con un mazo y un cincel. Se especula que pueda tratarse de un autorretrato del artífice.

 

PUERTA DERECHA: NUEVO TESTAMENTO, 1137

Este conjunto de paneles fue elaborado con motivo de la reconstrucción de la iglesia entre 1125 y 1135, viniendo a complementar, con escenas dedicadas al Nuevo Testamento en su mayoría, el programa iconográfico de la puerta preexistente. En el repertorio incluye una trilogía dedicada a San Juan Bautista.

Su autoría se atribuye a maestros veroneses, aunque no faltan opiniones que incluyen la participación de Benedetto Antelami (1150-1230), hecho imposible de demostrar. 

Paneles 1, 2 y 3: Anunciación, Adoración de los pastores y los Reyes y Huída a Egipto

1 La Anunciación: La escena comienza la serie dedicada a la vida de Cristo. Bajo un arco anexo a un edificio, descrito mediante una torre con ventanales calados, aparecen las esquemáticas figuras de la Virgen y del arcángel San Gabriel, que con las alas desplegadas anuncia a María su maternidad.

2 Adoración de los pastores y de los Reyes Magos: Sobre un fondo plano se superponen dos secuencias. Arriba aparece el Niño Jesús recostado en un pesebre custodiado por la mula y el buey, con la Virgen convaleciente y acompañada por San José, y una pareja de pastores que reciben el anuncio de un ángel que señala una estrella. Más abajo los tres Reyes entregan sus ofrendas a la Virgen, que siguiendo el arquetipo románico aparece sedente, en posición frontal y con el Niño en su regazo.

3 Huída a Egipto: Sin referencias espaciales, la escena se reduce a su esencia narrativa, con las figuras de San José caminando con un cayado y la Virgen con el Niño bendiciendo a lomos de un asno. Esta ajusta su imagen al modelo "theotokos" de la tradición bizantina.

Paneles 4, 5 y 6: Expulsión de los mercaderes, Bautismo de Cristo y Jesús entre los doctores

4 Expulsión de los mercaderes del templo: Recoge un episodio de la vida pública de Jesús. Bajo las torres de un edificio esquemático, y sobre un dinámico fondo de follaje calado, se coloca la figura de Cristo portando un látigo con el que amenaza a tres comerciantes que portan enseres y animales.

5 Bautismo de Cristo y pasaje de la mujer adúltera: En este panel se colocan dos pasajes a doble altura. En la parte superior se muestra el bautismo de Cristo en el río Jordán, con las figuras de Cristo sumergido en las aguas, San Juan Bautista derramando el agua sobre su cabeza, sobre la que desciende la paloma del Espíritu Santo y a los lados un ángel y dos figuras femeninas que sujetan sus vestiduras. Abajo, bajo una triple arquería, aparecen Jesús y la mujer adúltera, a la que libra de morir apedreada en su confrontación con los tres escribas y fariseos que se incluyen en la escena tocados con curiosos gorros cónicos.

6 Cristo entre los doctores: En un templo delimitado por una arquería inferior y tres arcos superiores con pequeñas torres, con pequeños ventanales calados, aparece la figura de Cristo señalando las Sagradas Escrituras a los cuatro doctores que se sientan a su lado.

Paneles 8 y 9: Lavatorio de los pies y Última Cena

7 Entrada de Jesús en Jerusalén: Inicia el ciclo de la Pasión. Colocadas aleatoriamente en el espacio se muestran las figuras de Cristo montado en un asno, bendiciendo y acompañado de dos discípulos, mientras tres personajes agitan palmas y paños a su paso. Destaca la profusión de profundos pliegues en las vestiduras.

8 Lavatorio de los pies: Con un gran sentido narrativo, la figura de Cristo, identificado por el nimbo crucífero, aparece en escorzo, de espaldas y de rodillas ante cuatro apóstoles sedentes, a uno de los cuales lava los pies. Completa la escena una asistente que entrega el agua a Cristo en un recipiente.

9 La Última Cena: A pesar del arcaico sistema compositivo, la escena muestra una gran expresividad. Ante una mesa que se abate del fondo en forma de arista, colocada en un cenáculo sugerido por una triple arcada, se encuentran las figuras centrales de Cristo y San Juan apoyado en él. A cada lado se colocan tres apóstoles, que representan a todos ellos, reservando el primer plano para la figura de Judas sobre una alfombra, que señala su cuello en alusión a la horca tras la traición. La mesa ejerce como elemento divisor entre el bien y el mal. 

Paneles 10, 11 y 12: Prendimiento, Camino del Calvario y Jesús ante Pilatos

10 Prendimiento de Cristo: Con la única referencia espacial de un pequeño muro, Cristo es apresado en el huerto de Getsemaní por cuatro soldados que cubren sus cabezas con cascos cónicos. Dos de ellos portan teas encendidas sugiriendo que la escena se produce de noche. Destaca el elemental tratamiento de la perspectiva para establecer un expresivo corro en torno a la figura frontal de Jesús.

11 Camino del Calvario: Composición dinámica por las calles de Jerusalén, reducida a una arquería rematada con tres torres. A la derecha una columna alude a la flagelación y en el centro unas escaleras sugieren el Pretorio. Cristo camina con el torso desnudo, portando la cruz y con la cabeza agachada acusando el castigo, mientras es instigado por tres soldados que repiten la misma indumentaria.

12 Cristo ante Pilatos: Cristo, amarrado e identificado por el nimbo crucífero, es conducido por dos soldados ante la presencia de Pilatos, que aparece sedente, coronado y con gesto inquisitivo junto a un escolta armado. Las figuras aparecen adheridas a un fondo plano y para fijarlas al suelo los pies se apoyan sobre protuberancias. 

Panel 13: La Flagelación




13 La Flagelación: Es una de las placas que adolece de más errores compositivos y sin embargo una de las más expresivas. El centro está ocupado por la figura de Cristo, que aparece suspendido en el espacio y amarrado a una columna alta. Dos sayones le azotan con flagelos terminados en bolas en presencia de un mando destacado por su tamaño, mientras un soldado y dos judíos deambulan por un espacio sin definir.







Panel 14: Crucifixión y Descendimiento



14 Crucifixión y Descendimiento: En esta placa, que representa dos momentos sucesivos, se condensa la iconografía heredada de modelos bizantinos. El tema central es la Crucifixión, con la figura de Cristo siguiendo el arquetipo románico, presentado como rey coronado, sujeto a la cruz por cuatro clavos y con un faldellín que le llega a las rodillas. Le acompañan a los lados las figuras sufrientes de la Virgen y San Juan. Sobre la cruz aparecen las alegorías del sol y la luna, que aluden al paso a las tinieblas producidas tras la muerte de Cristo. La esquemática representación incluye el Descendimiento, con la figuras a los lados de José de Arimatea sujetando el cuerpo de Jesús y Nicodemo portando unas grandes tenazas. La placa conserva restos de la policromía aplicada selectivamente a ciertos elementos.





Panel 15: Visita de las Marías al sepulcro




15 Visita de las Marías al sepulcro: Sobre un bello fondo de follaje calado aparecen las figuras de las dos mujeres que visitan el sepulcro, que aparece vacío y con parte del sudario al descubierto. Sobre el sarcófago se sienta un ángel que indica a las mujeres que Cristo ha resucitado. La escena, reducida a lo esencial, a pesar de su hieratismo es altamente expresiva y de una gran belleza plástica.

 






Paneles 16, 17 y 18: Bajada al Limbo, Cristo Juez y Mascarón alegórico

16 Bajada al limbo: Los infiernos aparecen simbolizados por una ciudad amurallada que está regida por el demonio, figura de tamaño destacado que se ocupa de castigar a los condenados, como el que es arrojado a una caldera en la parte inferior. Cristo llega a la puerta del recinto para salvar a los justos, tomando de la mano a Adán y Eva.

17 Cristo Juez y en Majestad: Siguiendo una iconografía muy repetida en los tímpanos de las iglesias románicas, muestra la figura sedente de Cristo en majestad, sujetando el libro de la ley y levantando la mano en gesto de acogida, mientras dos ángeles agitan incensarios dando solemnidad a la escena. Bajo sus pies aparece la cruz, como símbolo de redención, sujetada por dos serafines. Las figuras conservan restos de policromía de tonos rojizos.

18 Mascarón con una alegoría del Mal: A la misma altura y en correspondencia con la placa de la otra puerta, este espacio está ocupado por un gran mascarón con función de tirador. Con sentido alegórico del Mal, representa a un hombre barbado con dos serpientes que atacan su cabeza, mientras por su boca asoma una pequeña cabeza de dragón. 

Paneles 19, 20 y 21: Trilogía del martirio de San Juan Bautista

19 Decapitación de San Juan Bautista: Esta placa inicia una trilogía dedicada al martirio de San Juan Bautista, que aparece como una secuencia ininterrumpida. Esta primera escena muestra el recinto amurallado de Herodes Antipas en Galilea, con una torre como calabozo. Un soldado acaba de decapitar al Bautista, cuya cabeza porta otro soldado que camina en dirección a la placa siguiente.

20 Danza de Salomé:  Bajo una triple arquería se muestra el banquete con motivo del cumpleaños de Herodes, que aparece junto a su esposa Herodías. Junto a la mesa, Salomé ejecuta la danza que tanto agradó al rey y por la que fue recompensada, por consejo de su madre Herodías, con la cabeza del Bautista.

21 Salomé entrega a su madre la cabeza del Bautista: Culmina la trilogía con el momento en que Salomé entrega la cabeza de San Juan Bautista a su madre Herodías, en presencia del rey y otro asistente al banquete.

Panel 22: La madre Tierra y la madre Agua



 

22 La Madre Tierra y la Madre Agua: La temática de esta placa es simbólica por excelencia y está basada en la mitología griega. En la parte derecha aparece una alegoría de la Madre Tierra, cuyo origen se encuentra en la diosa Gaea, que en posición sedente, amamanta a dos niños. A su lado se encuentra, en la misma posición, la Madre Agua, inspirada en Talasa, hija de Éter y Hemera y diosa principal del mar o personificación del mar Mediterráneo, que amamanta a un pez y a un tritón. De sus espaldas, como símbolo de fertilidad, crecen árboles cuyas sintéticas ramas destacan sobre el follaje calado del fondo.





Detalles de las placas de la orla exterior

23 Expulsión del Paraíso: Por su temática, estas dos últimas placas pudieron ser reaprovechadas de la primitiva puerta. Este pasaje del Génesis muestra la expulsión de Adán y Eva del Jardín del Edén tras haber cometido el pecado original. Adán y Eva se cubren pudorosamente sus vergüenzas con hojas, mientras un ángel con grandes alas desplegadas les empuja hacia fuera del Paraíso, representado por un esquemático árbol y varios arbustos.

24 Adán y Eva con sus hijos trabajando: En esta atípica iconografía se muestra un grupo familiar que refiere el castigo de ganar el pan con el sudor de la frente. Dispuestos aleatoriamente sobre un fondo plano, Adán y Eva aparecen rodeados de tres de sus hijos, dos de los cuales aran la tierra. 

La puerta se completa con una serie de pequeñas placas que conforman una orla alrededor de la retícula central y que representan follaje, incluyendo ocho figuras de Reyes relacionadas con la música y tres alegorías de Virtudes.

 



Panel 23: Expulsión del Paraíso

A MODO DE CONCLUSIÓN 


     Los paneles con relieves en bronce que recubren las puertas pueden considerarse como una obra maestra de la escultura románica. En este conjunto se sintetizan los invariables ideales del arte a lo largo de todo un siglo, regidos por las directrices de una férrea religión que se manifiesta abstracta e intocable. En la variedad iconográfica de los paneles aparece como constante la oposición al naturalismo clásico y el alejamiento de la realidad como herencia del arte bizantino. Las figuras se ajustan a unas fórmulas ideales basadas en valores geométricos y siguiendo un estilo arcaico caracterizado por la rigidez de los cuerpos, la inexpresividad de los rostros, la jerarquización de tamaños y el gusto por los efectos pintorescos y anecdóticos, predominando sobre cualquier otro aspecto su carácter didáctico, lo que justifica su simplicidad y primitivismo, con lo que se consigue una expresión deshumanizada que, paradójicamente, en muchas ocasiones se torna en solemne, a pesar de que el papel determinante de la Iglesia, respecto a sus objetivos religiosos, hace que el arte se aparte de toda preocupación formal.

     En las composiciones, como ocurre en este conjunto, modelos y actitudes se inspiran en modelos bizantinos y en el universo de las miniaturas prerrománicas, pudiéndose intuir la influencia de los códices irlandeses en el trazado de motivos geométricos y vegetales rítmicamente tratados, como ocurre en los follajes que sirven de fondo a distintas escenas. Asimismo, la fabulación iconográfica en ocasiones toma como referencia los bestiarios de procedencia oriental o islámica, que el artista románico sacraliza para convertir los animales, reales o imaginarios, en símbolo de virtud o perversión, siempre con un objetivo didáctico.


      Ningún otro lugar es mejor para expresar todo el mensaje que la puerta de la iglesia, convertida en sí misma en símbolo de Cristo, que se autoproclamó como la puerta hacia la salvación.

 

Informe: J. M. Travieso.



 

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