TAPICES FLAMENCOS
Maestros liceros de Arrás, Tournai
y Bruselas
Siglos XV y XVI
Tejido con hilos de lana y seda
Museo Catedralicio de la Catedral
de Zamora
Arte gótico y renacentista. Artes
suntuarias
Una sala del Museo Catedralicio de Tapices de Zamora |
Para realizar un tapiz el punto de partida era disponer de un modelo o
diseño, realizado por algún pintor, consistente en un dibujo a
escala reducida sobre papel, generalmente no coloreado y en algunos casos
simplemente abocetado, que se presentaba al cliente para su aprobación. Una vez
aceptado, el pintor procedía, frecuentemente con la ayuda de colaboradores, a
realizar el cartón, soporte con base de papel al que se trasladaba el dibujo
ya coloreado y a escala real lo que sería el patrón del tapiz. Sobre el cartón
trabajaban directamente los liceros, que mediante husos con hilos de colores adaptaban
la trama al diseño.
Una sala del Museo Catedralicio de Tapices de Zamora |
El tapiz es una manufactura que desde muy antiguo era considerada un mueble
decorativo, generalizándose en el siglo XV su uso como colgaduras en palacios,
iglesias e incluso vías públicas en ocasiones solemnes. Desde el siglo XVI,
aunque más en el XVII, se popularizó el uso de tapetes y alfombras, objetos
bien diferenciados de los tapices, definidos por su colocación vertical.
Coronación de Tarquino Prisco |
TAPICES FLAMENCOS EN LA CATEDRAL DE ZAMORA
La Catedral de Zamora guarda uno de los tesoros más preciados del arte textil medieval, una colección de 20 tapices —aunque en origen fueron más— que fueron confeccionados en los talleres flamencos de Arrás, Tournai y Bruselas entre los siglos XV y XVII, desarrollando temas históricos, bíblicos y alegóricos. Entre ellos destacan cinco del siglo XV, conocidos como tapices góticos; uno de ellos representando la Vida de Lucino Tarquino Prisco, elaborado en Arrás, y los otros cuatro la serie de La Guerra de Troya, provenientes del taller de Tournai.
Un águila arrebata el bonete a Tarquino Prisco |
Fue elaborado hacia 1475 en un taller de Arrás, con unas dimensiones de
4,31 x 8,54 m. El argumento de las escenas, inspirado en la Historia de Roma
de Tito Livio, queda explicitado en una inscripción en latín colocada en la
parte superior, con letras góticas en color ocre claro sobre fondo azul, entre
las que aparecen las armas de Íñigo López de Mendoza. La narración se articula
en cuatro secuencias, dos centrales y dos laterales, separadas por torres
arquitectónicas cilíndricas, por torreones palaciegos y castillos. De impecable
factura, constituye una obra capital del arte pictórico y textil flamenco.
Como es habitual en los tapices flamencos, el inicio de la historia se encuentra en la parte izquierda, donde aparece Lucino Tarquino Prisco a caballo, identificado por una inscripción sobre su cuerpo, en compañía de su esposa Tannaquil y una numerosa comitiva que se dirige a Roma. Llegando al monte Janiclo, un águila le arranca el pileo (bonete), pero después de girar sobre él descendió de nuevo para devolvérselo, hecho que contempla expectante el séquito cortesano. Este hecho fue interpretado por su esposa, que monta un brioso caballo blanco, como un agüero sobre su futura proclamación como Rey de los romanos.
Tarquino Prisco dirigiéndose a Roma |
La parte central está ocupada por la coronación de Tarquino, revestido de ricos brocados en presencia de sus cortesanos, en el interior de un palacio. Más abajo y en primer plano, Tarquino inspecciona la edificación de la Cloaca Máxima, construcción por él ordenada hacia el año 600 a.C.
En la parte derecha se encuentra la tercera escena, que muestra el
fragor de una batalla contra los Sabinos capitaneada por “Prisco Tarquino”,
cuya figura destaca en el centro sobre un caballo blanco, lujosamente
enjaezado, luciendo una armadura de gala de color cobrizo —a diferencia de las
armaduras plateadas de su ejército— y portando una lanza rota con la que acaba
de derribar a un enemigo, que cae del caballo en el ángulo inferior derecho.
Asimismo, en primer plano aparece la figura de un arquero revestido de armadura
con un diseño de gran esbeltez y detallismo.
Séquito de Tarquino Prisco |
Coronación de Tarquino Prisco |
Batalla dirigida por Tarquino Prisco contra los Sabinos |
Tarquino Prisco a caballo dirige la batalla |
Tapices de la Guerra de Troya, Tournai, último tercio del siglo XV
La tienda de Aquiles |
De los once tapices que componían la serie de La Guerra de Troya,
en Zamora se conservan cuatro de los seis que fueron donados a la Catedral en
1608 por el VI Conde de Alba y Aliste, que los tenía en su palacio zamorano. Antes
habían pertenecido a Íñigo López de Mendoza y Quiñones, II conde de Tendilla, que
a su vez los habría recibido, como recompensa a sus labores diplomáticas, del
rey Fernando de Nápoles, que envió a España “doce acémilas cargadas de tapices”.
Los cuatro presentan unas dimensiones de 4,67 m de alto y 9,30 m de largo.
Dos tapices, con los temas de “La Historia de Tideo y Polinice” y el “El paso del Mar Rojo”, fueron vendidos por el cabildo catedralicio al Ayuntamiento de Madrid en 1945, actualmente en la madrileña Casa de Cisneros.
La tienda de Aquiles. Héctor se prepara para el combate |
Cronológicamente constituye la primera composición del relato y en él se narran tres escenas. En la primera aparece en su palacio Príamo, rey de Troya, deseando rescatar a su hermana Hesíone de los griegos. En la segunda se muestra el saqueo de Citerea y el encuentro de Helena con Paris, hijo de Príamo, mientras en la tercera se narra la llegada de Helena a Troya y su bendición por Príamo.
La tienda de Aquiles. Héctor sale para el combate |
Este tapiz era el octavo de la serie. Está dividido en tres escenas y representa una narración libre basada en la Ilíada. En la parte izquierda se describe una cruenta batalla muy realista y macabra, con una enorme confusión en la lucha a muerte, en el cuerpo a cuerpo. La parte superior está ocupada por multitud de lanzas, gallardetes y estandartes que sugieren un inmenso ejército. Aquiles decapita a Troilo, cuyo cuerpo aparece, en primer plano de la parte inferior, arrastrado de la cola del caballo de Aquiles.
La escena central se sitúa en un templo circular cubierto con cúpula, con un triple arco en el interior con adornos góticos. Aquiles, que ha respondido a la llamada de la reina Hecubea para casarse con su hija Polixena, es sorprendido por una emboscada preparada por dicha reina y dirigida por Paris. Mientras se defiende de los troyanos, una de las flechas disparadas por Paris, desviada por el dios Apolo, se clava en su talón, su única parte vulnerable. El fragor de la batalla continúa en la tercera escena, con Paris utilizando el arco en primer plano. A su alrededor caballos ricamente enjaezados aparecen representados en variadas posturas, junto a una innumerable cantidad de pequeños detalles. En medio del caos, Paris sucumbe dramáticamente por el tajo mortal que le proporciona Ayax con su espada.
Es el último tapiz de la serie de inspiración literaria. Su protagonista es el mítico caballo concebido por la astucia de Odiseo, personaje colocado a la izquierda. También aparece la muerte de Príamo a manos de Pirro y la captura de Polixena, Casandra y Hécuba por Ajax. En el extremo derecho se encuentra un personaje que, a modo de narrador, se sitúa junto a la inscripción gótica “Así termina la miserable historia de una ciudad digna de un gran nombre”.
Otros tapices de esta serie, completos o fragmentados, se encuentran en
el Victoria & Albert Museum de Londres, en el castillo francés de
Sully-sur-Loire, en la catedral de Beaubais, en el Tribunal de Issoire (siete
fragmentos) y en el Palacio Ducal de Urbino.
Continuará...
Detalle de La tienda de Aquiles |
Detalle de La tienda de Aquiles |
Detalle de La tienda de Aquiles |
Detalle de La tienda de Aquiles |
Detalle de La muerte de Aquiles |
Informe y fotografías: J. M. Travieso.
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