La expresión más genuina de la música portuguesa es el fado. El término deriva del vocablo latino “fatum”, que significa “destino”. Como ocurre con el flamenco, con este canto se expresan las experiencias más dolorosas. Los temas que aborda siempre hacen referencia a la nostalgia (saudade) por la tierra y por los momentos de la vida cotidiana en los barrios más humildes, destacando la frustración y el fatalismo ante la vida a través del amor, los celos, el dolor o el pecado.
Generalmente es interpretado por una sola persona y exige una difícil modulación de la voz. Mientras que en Coimbra sólo lo cantan los hombres, en los distintos barrios de Lisboa lo hacen hombres y mujeres. Se acompaña de viola (guitarra española en portugués) y de guitarra portuguesa, que pone los sonoros contrapuntos que le caracterizan. Aunque tiene un origen tabernario, la letra de las canciones, en forma de cuartetas, se deben con frecuencia a prestigiosos poetas.
El fado fue difundido por todo el mundo por la lisboeta Amalia Rodrigues (1920-1999), la mejor cantante de este género de todos los tiempos. Como ilustración, en el vídeo aparece un ejemplo de fado a través de una canción que esta cantante hizo muy popular. Se trata de “Una casa portuguesa”, en la que con melancolía narra el recuerdo de su humilde hogar y la amabilidad del pueblo portugués con todo tipo de gente. En la fotografía de arriba, un graffiti de Amalia Rodrigues en una fachada del Barrio Alto de Lisboa.
UMA CASA PORTUGUESA
Numa casa portuguesa fica bem / En una casa portuguesa está bien
pão e vinho sobre a mesa. / pan y vino sobre la mesa.
Quando à porta humildemente bate alguém, / Cuando alguien humilde llama a la puerta
senta-se à mesa co'a gente. / se sienta a la mesa con la gente.
Fica bem essa fraqueza, fica bem, / Está bien esa confianza, está bien,
que o povo nunca a desmente. / que el pueblo nunca niega.
A alegria da pobreza / La alegría de la pobreza
está nesta grande riqueza / está en esta gran riqueza
de dar, e ficar contente. / de dar y sentirse feliz.
Quatro paredes caiadas, / Cuatro paredes encaladas,
um cheirinho á alecrim, / un ramito de romero,
um cacho de uvas doiradas, / un racimo de uvas doradas,
duas rosas num jardim, / dos rosas en un jardín,
um São José de azulejos / un San José de azulejos,
sob um sol de primavera, / bajo el sol de primavera,
uma promessa de beijos / una promesa de besos,
dois braços à minha espera... / dos brazos a mi espera...
É uma casa portuguesa, com certeza! / Es una casa portuguesa, con certeza.
É, com certeza, uma casa portuguesa! / Es, con certeza una casa portuguesa.
No conforto pobrezinho do meu lar, / En el pobre confort de mi casa,
há fartura de carinho. / hay demasiado cariño.
A cortina da janela e o luar, / La cortina de la ventana y la luna
mais o sol que gosta dela... / le gustan al sol.
Basta pouco, poucochinho p'ra alegrar / Basta poco, poquito para alegrar
uma existência singela... / una existencia sencilla...
É só amor, pão e vinho / Sólo el amor, pan y vino
e um caldo verde, verdinho / y un caldo verde, verdiño,
a fumegar na tigela. / humeando en el plato.
Quatro paredes caiadas, / Cuatro paredes encaladas,
um cheirinho á alecrim, / un ramito de romero,
um cacho de uvas doiradas, / un racimo de uvas doradas,
duas rosas num jardim, / dos rosas en un jardín,
um São José de azulejos / un San José de azulejos,
sob um sol de primavera, / bajo el sol de primavera,
uma promessa de beijos / una promesa de besos,
dois braços à minha espera... / dos brazos a mi espera...
É uma casa portuguesa, com certeza! / Es una casa portuguesa, con certeza.
É, com certeza, uma casa portuguesa! / Es, con certeza una casa portuguesa.
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¡¡Precioso fado!!
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