ADÁN
Tullio
Lombardo (Padua, h. 1455 - Venecia 1532)
Entre 1490 y
1495
Mármol
The
Metropolitan Museum, Nueva York
Escultura
renacentista italiana del Quattrocento.
Escuela veneciana
Escuela veneciana
Tullio Lombardo es un arquitecto y escultor italiano
no demasiado conocido por el gran público, a pesar de haber dejado un impresionante
legado artístico en la Venecia renacentista. Nacido en Padua a mediados del Quattrocento, era hijo del afamado
arquitecto Pietro Lombardo, que embelleció Venecia con edificios tan
pintorescos como la Scuola di San Marco
y la iglesia de Santa Maria dei Miracoli,
en los que supo imponer una tendencia decorativista, arraigada en la tradición
medieval veneciana, mediante el juego de elementos polícromos en mármol de
diseño clasicista. Sus dos hijos, Tullio y Antonio, seguirían sus pasos en el
campo de la escultura y la arquitectura.
Tullio, que comenzó su aprendizaje en el taller
veneciano de su padre, inició su actividad colaborando en el presbiterio de la iglesia de San Giobbe, aunque su primera
obra escultórica importante la realizaría en 1481 para el patio de Santa Maria dei Miracoli. Más tarde,
entre 1485 y 1490, trabaja en la capilla que el obispo Zanetti disponía en la
catedral de Treviso, donde se ocupó de la arquitectura y de la escultura
funeraria. Tras el incendio en 1485 de la Scuola Grande di San Marco, su padre
tuvo que ocuparse de la planta baja y la fachada, aportando Tullio Lombardo los
relieves con escenas de San Marcos y los leones incrustados dentro de falsos
arcos, obra en la que el artista ya demuestra una gran madurez caracterizada
por la inspiración directa en los modelos clásicos, demostrando haber estudiado
a fondo los relieves del Arco de Constantino de Roma. Tampoco es ajeno a las
realizaciones de los grandes maestros de su tiempo en Lombardía, como lo
demuestra en la Última Cena de la
iglesia de Santa María dei Miracoli, claramente inspirada en el célebre fresco
de Leonardo en Milán.
Tullio Lombardo. Busto de Cristo. Museo del Bargello, Florencia |
Con un estilo muy definido, decantado
definitivamente hacia el clasicismo, remata a principios de los noventa del
siglo XV el sepulcro del dux Andrea Vendramin en Santa Maria dei Servi, donde incorpora una figura de Adán, una obra maestra en la que recrea
las representaciones romanas de Antinoo y de la que debió de sentirse
orgulloso, pues dejó plasmada su firma en la base. De esta escultura, uno de
los primeros ejemplos de desnudo clasicista en la Venecia renacentista,
trataremos después.
A partir de aquellos años, coincidiendo con el paso
del siglo XV al XVI, Tullio Lombardo depuraría sus obras con gran virtuosismo
atraído por la antigüedad clásica, siempre con una ejecución técnica impecable y
demostrando un total dominio del trabajo en mármol en obras que en ocasiones
podrían pasar por auténticas esculturas romanas. Por sus obras distribuidas por
Venecia y sus inmediaciones, puede ser considerado como uno de los mejores
representantes de la escultura veneciana del Quattrocento. Son muchas y exquisitas las esculturas que lo demuestran,
como el friso de la capilla Cornaro de Santa
Maria dei Frari, el altorrelieve de Baco
y Ariadna, realizado hacia 1505, que se conserva en el Kunsthistorisches
Museum de Viena, los conocidos relieves con milagros de San Antonio que adornan
el sepulcro del santo en la basílica de Padua y la importante serie de obras
conservadas en importantes museos, como el sepulcro
de Guidarello Guidarelli del Museo de Arte de Ravena, el busto de Cristo del Museo del Bargello
de Florencia, el Joven desnudo del
Museo del Prado, el altorrelieve con bustos de hombre y mujer del Museo
Nacional Brukenthal de Sibiu (Rumanía), etc.
Tullio Lombardo. Baco y Ariadna, 1505, Kunsthistorisches Museum, Viena |
Tullio Lombardo fue un escultor que contribuyó a crear
los nuevos ideales de belleza renacentista desde un planteamiento poético y
nostálgico de la antigüedad clásica, consiguiendo fusionar, con sus
imaginativas evocaciones, la antigüedad con el Renacimiento y lo sagrado con lo
profano, creando, en definitiva, una nueva forma de arte.
INCIDENTE Y RECONSTRUCCIÓN EN EL METROPOLITAN MUSEUM
Ya hemos citado que la escultura de Adán fue realizada por Tullio Lombardo,
junto a otras que representan virtudes y glorias militares, para el sepulcro de
Andrea Vendramin, por entonces dux de Venecia, en la iglesia de Santa Maria dei Servi, en el que también
aparece retratado el gobernante. En 1812 esta monumental tumba sería
desmantelada y reconstruida en la iglesia de San Zanipolo, el templo funerario más importante de los dogos
venecianos, prescindiendo en esta operación de la escultura de Adán, que fue trasladada a la basílica
de Santi Giovanni e Paolo. Desde allí
pasó al patio del palacio Vendramin Calergi, que en 1844 fue comprado por la duquesa de Berry,
cuyos descendientes vendieron la escultura a un banquero parisino. Cuando este
falleció, su viuda la entregó a un marchante de arte en 1935, siendo adquirida
al año siguiente por el Metropolitan Museum de Nueva York, donde también la
esperaba un azaroso destino como ahora veremos.
Tullio Lombardo. Sepulcro de Guidarello Guidarelli, Museo de Arte, Rávena |
El año 2002 la escultura de Adán iba a adquirir un fuerte protagonismo como consecuencia de una
tragedia. El 6 de octubre de aquel año, al llegar los trabajadores del
Metropolitan Museum, se encontraron que se había desmoronado el pedestal que
sustentaba la escultura y que esta había impactado contra el suelo,
desintegrándose en 28 trozos y centenares de pequeños fragmentos marmóreos. El
hecho causó conmoción en el mundo del arte y la noticia fue difundida por todos
los medios.
Desde un primer momento se planteó su restauración,
pero nadie sabía que el minucioso proceso llevaría a los restauradores casi
doce años de intenso trabajo hasta recuperar su aspecto original. En el proceso
de laboratorio, con todas las fases del proceso perfectamente documentadas, se
aplicaron las tecnologías más vanguardistas en el campo de la restauración,
entre ellas el mapeado con rayos láser, que permitió recrear en tres
dimensiones las proporciones exactas y las características de la escultura
original. Con ello se pudieron conocer las partes más sometidas a presión por
el peso del mármol una vez reconstruida la obra. Para paliar este problema se
diseñaron unas agujas de fibra de vidrio que se insertaron en los tobillos y en
una de las rodillas para reforzar la estructura, complementándose con la
elaboración de un adhesivo, más flexible que los conocidos hasta entonces, para
unir con paciencia, y utilizando sofisticados útiles, la multitud de fragmentos
que previamente habían sido escaneados informáticamente y estudiados con
detalle.
El proceso, en el que junto a restauradores de arte
intervinieron científicos, ingenieros e informáticos, terminaba el 1 de abril
de 2013 con la colocación de la cabeza después de haber rellenado las diminutas
carencias de material ajustándolas al aspecto del mármol, de modo que las
cicatrices del accidente, aunque son perceptibles si se observa con detalle, prácticamente
pasan desapercibidas.
La obra recuperada fue presentada en el
Metropolitan Museum con una exposición monográfica en la que se mostró el largo
proceso de recuperación, inaugurando al tiempo una nueva galería dedicada a la
escultura veneciana. Para encuadrar la escultura se ha diseñado una sala con la
forma de un cubo perfecto, basada en los ideales de la proporción áurea del
Renacimiento, reservando para Adán un
nicho que recuerda su disposición en el sepulcro original de Andrea Vendramin.
En este espacio de remanso también se han colocado otras obras venecianas, como
la recientemente adquirida Santa Catalina
de Alejandría de Cristoforo Solari.
Informe: J.
M. Travieso.
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