18 de mayo de 2018

Theatrum: VISIÓN DE SAN JUAN EVANGELISTA EN PATMOS, alegoría de la mujer apocalíptica













SAN JUAN EVANGELISTA EN PATMOS
Antonio Vázquez (Valladolid?, 1485-Valladolid, hacia 1563)
Hacia 1530
Óleo sobre tabla
Iglesia de San Pablo (procedente del convento de Santa Catalina), Valladolid
Pintura renacentista española. Escuela castellana













En el ábside izquierdo de la iglesia de San Pablo de Valladolid, convertido en capilla de la Virgen de Fátima, junto a la entrada a la sacristía cuelga una magnífica pintura de considerable formato que representa la visión apocalíptica del evangelista San Juan durante su destierro en la isla griega de Patmos. 
Se trata de una pintura sobre tabla que, junto a un destacado grupo de obras, fue trasladada a esta iglesia procedente del clausurado convento de Santa Catalina (MM. Dominicas) de Valladolid. La pintura se muestra en un bello marco ornamentado con piedras y gallones, un basamento calado y un frontón curvado como remate, que fue realizado en época posterior a la tabla para configurar un pequeño retablo. Con un excelente estado de conservación, la pintura destaca sobre el muro por su brillante colorido, siendo, sin duda alguna, la escena pintada más bella de cuantas existen en la ciudad referidas a San Juan y sus revelaciones del Apocalipsis. José Carlos Brasas Egido1 la atribuye a Antonio Vázquez, el pintor más activo en Valladolid durante el segundo cuarto del siglo XVI.

La obra se encuadra dentro de las denominadas pinturas "meditativas", presentando al santo evangelista sentado en un paisaje idílico —de inspiración flamenca— y escribiendo el contenido de su revelación en un libro que sujeta sobre sus rodillas, en un momento en que se detiene ensimismado y alza su mirada hacia la visión que le señala el ángel que le acompaña, pudiendo contemplar la imagen de la Virgen con el Niño dentro de una mandorla solar y con la luna menguante a sus pies, junto a otra señal también descendiente del cielo: un terrorífico dragón con siete cabezas y diez cuernos que se pone delante de la mujer en trance de dar a luz.

Antonio Vázquez, con una composición a partir de una diagonal que separa el espacio del evangelista y el de las visiones —terrenal y celeste—, recrea un sugestivo escenario paisajístico delimitado por formaciones rocosas que adoptan la forma de "V", permitiendo contemplar en el vértice inferior una ciudad en la que destaca un conjunto de altas torres con aspecto gótico y de la que parte una pequeña vereda que llega al primer plano salpicada de pequeños cantos. En la parte superior izquierda, sobre un alto risco semicubierto por formaciones arbóreas, se dejan entrever construcciones de otra ciudad, mientras la parte derecha está ocupada por la cola del dragón, que se desliza entre nubarrones y estrellas indicando su descenso celeste. Como atributo identificativo, junto a San Juan aparece el águila como símbolo del tetramorfos, que como nota anecdótica sujeta en su pico el tintero, siguiendo un modelo iconográfico muy difundido durante el Renacimiento.

De acuerdo a una iconografía generalizada, San Juan aparece representado en plena juventud, casi como un adolescente, cuando en el momento de escribir el Apocalipsis era un anciano de 90 años. Esta imagen deriva del deseo de resaltar su perpetua virginidad y de presentarle como un modelo de pureza que consagró a Cristo su juventud.
Su cabeza responde a las características del pintor, con un giro en tres cuartos y delicado modelado, rostro ancho y redondeado, frente muy despejada, mentón remarcado, cabello dirigido hacia atrás con raya al medio y sutiles brillos en la melena expresados mediante pequeñas pinceladas doradas, así como un nimbo formado igualmente por finos rayos dorados. El joven apóstol viste una holgada túnica verde y se cubre con un manto rojo que se desparrama por el suelo formando múltiples pliegues relacionados con los modelos flamencos. Tanto la túnica como el manto aparecen con los bordes recorridos por una cenefa dorada, otra nota habitual del pintor, que volvería a utilizar similar tipología humana y colorido en la tabla de los Santos Justo y Pastor (1533) de la iglesia de Compludo (León).

Similar tratamiento recibe la figura del ángel, que con su mano izquierda señala la visión, siendo, no obstante, un personaje más inexpresivo. Viste una amplia túnica ceñida por un cíngulo y un manto que remonta los hombros, ambos en tonos rosados muy pálidos, con la melena recogida por una diadema formada por una cinta del mismo color que forma anudamientos y cuyos cabos se agitan al aire.

Especial protagonismo tiene la visión de la Virgen, que se ajusta a la descripción del Apocalipsis (12, 1-4): "Una gran señal apareció en el cielo: una mujer revestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre la cabeza". La representación explícita en su vientre de una pequeña figura del Niño Jesús sujetando el globo terráqueo hace referencia a la visión de la mujer apocalíptica, en que la Virgen toma el valor de madre de Dios y concebida sin pecado, subrayando el origen literario de esta iconografía mariana, referida a la Inmaculada Concepción a partir de las palabras escritas por San Juan.

La Virgen y el Niño aparecen con una estética muy goticista ubicados en una mandorla con tonos de fuego de la que emanan numerosos y finos rayos dorados, un recurso recurrente en el pintor, con la figura coronada como reina, dispuesta frontalmente, con la pierna derecha flexionada  y las manos a la altura del pecho en actitud de oración. Una similar disposición aplicaría Antonio Vázquez en la representación de la Asunción conservada en el Museo Nacional de Escultura y en la Inmaculada Concepción que se conserva en el Museo Diocesano y Catedralicio de Valladolid, donde la Virgen aparece con similar disposición y rodeada de símbolos —con filacterías explicativas— referidos a las virtudes glosadas en las letanías lauretanas, así como de una gloria abierta con la figura de Dios Padre.

La Virgen aparece triunfante sobre el dragón de siete cabezas que representa al maligno y al pecado. El monstruoso animal, cuyas cabezas coronadas adoptan la forma de diversos animales en un ejercicio de fantasía,  está claramente tomado del grabado de la Mujer Apocalíptica realizado en 1511 por Alberto Durero, serie muy común en los talleres de pintura de la época. Antonio Vázquez aplica distinto colorido para cada cabeza, contribuyendo con ello a la brillantez general de la pintura, en la que se define una atmósfera de gran transparencia.
         
La pintura refleja la ingenuidad y el carácter devoto de las obras de Antonio Vázquez, especiales atractivos de su producción que explica su éxito entre la clientela de su tiempo y la abundancia de encargos en un ambiente dominado por la estética tardogótica influenciada por la pintura flamenca. Asimismo, esta obra es un buen exponente de la corrección del pintor, que permaneció fiel a su estilo a lo largo de toda su trayectoria, poniendo de manifiesto que el calificativo de "atrasado y arcaico" que le dedicaran tanto Martí y Monsó como Agapito y Revilla2 es totalmente injusto.

El tema de la visión de la Mujer apocalíptica fue muy apreciado a partir del siglo XV —El Bosco—, siendo representado en el siglo XVI por pintores como Fernando de Llanos y Juan Fernández de Navarrete y continuado en el siglo XVII, por su implicación con el dogma de la Inmaculada Concepción, por maestros como Pedro de Orrente, Juan del Castillo, Alonso Cano, Velázquez, etc., así como por el escultor Gregorio Fernández en un relieve del retablo mayor de la iglesia de los Santos Juanes de Nava del Rey, para el que tomó como base un grabado de Juan de Jáuregui.
Antonio Vázquez. Izda: Visión de San Juan en Patmos, iglesia de San Pablo, Valladolid
Centro: Asunción con donante, Museo Nacional de Escultura, Valladolid
Dcha: Alegoría de la Inmaculada Concepción, Museo Diocesano y Catedralicio, Valladolid (Foto Javier Baladrón)

Como apunta Brasas Egido3, en esta pintura de San Juan en la isla de Patmos el pintor manifiesta su admiración por la obra de Pedro Berruguete y Juan de Borgoña. La pintura se encuadra en el grupo de obras del autor con un carácter más primitivo, en las que pervive el estilo hispano-flamenco y que fueron realizadas anteriormente a 1540. A partir de ese año, el pintor evolucionaría discretamente hacia un estilo más moderno en el que, en algunos casos, asimila los modos pictóricos de Alonso Berruguete, con el que mantuvo relaciones de amistad en la ciudad.                


Informe y fotografías: J. M. Travieso.


Antonio Vázquez. Detalle de la Asunción con santos
Iglesia del Salvador, Simancas (Valladolid)


NOTAS

1 BRASAS EGIDO, José Carlos: El pintor Antonio Vázquez. Institución Cultural Simancas, Diputación de Valladolid, Valladolid, 1985, p. 27.

2 Ibídem, p. 27.

3 BRASAS EGIDO, José Carlos: Antonio Vázquez: Nuevas obras y algunas precisiones (a manera de "addenda"). Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología (BSAA) nº 51, Universidad de Valladolid, 1985, p. 468.




BIBLIOGRAFÍA SOBRE EL PINTOR ANTONIO VÁZQUEZ

Izda: Alberto Durero. Mujer apocalíptica, grabado 1511, Metropolitan
Museum, NY.   Dcha: Mathias Gerung. Mujer apocaliptica 1530-1532 
Biblia de Ottheinrich, Biblioteca Estatal de Baviera, Munich
BRASAS EGIDO, José Carlos: El pintor Antonio Vázquez. Institución Cultural Simancas, Diputación de Valladolid, Valladolid, 1985.

BRASAS EGIDO, José Carlos: Antonio Vázquez: Nuevas obras y algunas precisiones (a manera de "addenda"). Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología (BSAA) nº 51, Universidad de Valladolid, 1985, pp. 467-483.

BRASAS EGIDO, José Carlos: Cuatro nuevas tablas de Antonio Vázquez. Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología (BSAA) nº 53, Universidad de Valladolid, 1987, pp. 368-372.

BRASAS EGIDO, José Carlos: Antonio Vázquez: Nuevas adiciones a su obra. Boletín del Museo Nacional de Escultura, nº 3, 1998-1999, págs. 19-22.

CAAMAÑO MARTÍNEZ, Jesús María: Antonio Vázquez (nuevos comentarios y obras).
Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología (BSAA), nº 36, 1970, pp. 193-204.

MARTÍN GONZÁLEZ, Juan José: Tablas inéditas de Antonio Vázquez. Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología (BSAA), nº 47, 1981, pp. 441-443.

Iconografía. Izda: Juan de Jáuregui. Inmaculada apocalíptica
Dcha: Gregorio Fernández. Inmaculada apocalíptica, 1612-1620
Iglesia de los Santos Juanes, Nava del Rey (Valladolid)
PADRÓN MÉRIDA, Aída: Nuevas pinturas de Antonio Vázquez. Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología (BSAA), nº 57, 1991, pp. 357-360.

PÉREZ RODRÍGUEZ, Fernando: Una nueva tabla de Antonio Vázquez con el tema de la Asunción. Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología (BSAA), nº 59, 1993, pp. 355-358.

URREA, Jesús: Contribución al catálogo del pintor Antonio Vázquez. Boletín del Museo Nacional de Escultura, nº 4, 2000, pp. 11-16.






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