Félix González Madroño es un nuevo novelista nacido en Vizcaya en 1965, aunque sus padres proceden de Villalpando, en las estribaciones zamoranas de Tierra de Campos. Licenciado en Derecho por la Universidad de Salamanca, trabaja desde 1991 en el sector financiero y reside actualmente en Sevilla. Junto a su afición por la fotografía, ha sentido el impulso de escribir, recibiendo varios premios por sus relatos. Hace escasos años, tomando como inspiración aquellos lugares conocidos durante su periplo vital, ha puesto de manifiesto su gran creatividad para recrear ficciones en torno a determinados momentos históricos.
Fruto de una auténtica necesidad por plasmar y ordenar todos aquellos personajes que acudían a su imaginación, así como de su afición por el cine negro y la novela de intriga, especialmente la de Agatha Christie, ha sido la publicación de la novela “La sangre de los crucificados”, en la que ha contado con la ayuda de Ángel Infestas, profesor de Sociología en Salamanca, y de Natalia Fernández, trabajadora del Archivo Histórico Nacional. En equipo han conseguido la documentación necesaria para novelar la sociedad española de finales del XVII con un gran rigor histórico.
El autor convierte al madrileño Fernando de Zúñiga, Doctor en Medicina por la Universidad de Salamanca, en un investigador que llega a Zamora en 1682 para atender un requerimiento del obispo Balmaseda: indagar la aparición de un crucifijo de madera en extrañas circunstancias. Durante las pesquisas, salpicadas de misterios y asesinatos, en las que están implicados reyes, religiosos y artistas, en pleno esplendor artístico del Barroco, el detective recorre distintos escenarios localizados en los ambientes universitarios de Salamanca, en la corte madrileña del último rey de los Austrias y en una Sevilla en decadencia tras pasados momentos de esplendor, experimentando un auténtico trauma durante el Auto de Fe llevado a cabo en 1680 por el Santo Oficio, institución a la que prestaba sus servicios.
Un hábil y trepidante “thriller” que aprovecha el tirón de la enorme afición actual a la novela histórica de intriga, tras el fenómeno editorial producido en todo el mundo por la célebre novela “El Código da Vinci”, de Dan Brown, o los trabajos en España del novelista Arturo Pérez-Reverte. Según declara el autor, la inspiración llegó cuando, pocos días después de visitar el Hospital de la Caridad de Sevilla, estando convaleciente de una afección ocular, descubrió la leyenda del célebre Cristo conocido popularmente como "El Cachorro", del escultor utrerano Francisco Antonio Ruiz Gijón, que supuestamente refleja la agonía de un gitano herido en una reyerta.
Durante el año 2008 el autor presentó su obra, publicada por Algaida, por toda la geografía española, viviendo una especial jornada emotiva el 22 de marzo en las dependencias del Ayuntamiento de Villalpando.
Debido a la buena acogida de la obra y del doctor Zúñiga, inteligente e intuitivo, el autor le convierte de nuevo en protagonista en su segunda novela, “Muerte dulce”, ambientada en el País Vasco y con un argumento que gira en torno a la invención del juego del mus.
J.M.T.
Fruto de una auténtica necesidad por plasmar y ordenar todos aquellos personajes que acudían a su imaginación, así como de su afición por el cine negro y la novela de intriga, especialmente la de Agatha Christie, ha sido la publicación de la novela “La sangre de los crucificados”, en la que ha contado con la ayuda de Ángel Infestas, profesor de Sociología en Salamanca, y de Natalia Fernández, trabajadora del Archivo Histórico Nacional. En equipo han conseguido la documentación necesaria para novelar la sociedad española de finales del XVII con un gran rigor histórico.
El autor convierte al madrileño Fernando de Zúñiga, Doctor en Medicina por la Universidad de Salamanca, en un investigador que llega a Zamora en 1682 para atender un requerimiento del obispo Balmaseda: indagar la aparición de un crucifijo de madera en extrañas circunstancias. Durante las pesquisas, salpicadas de misterios y asesinatos, en las que están implicados reyes, religiosos y artistas, en pleno esplendor artístico del Barroco, el detective recorre distintos escenarios localizados en los ambientes universitarios de Salamanca, en la corte madrileña del último rey de los Austrias y en una Sevilla en decadencia tras pasados momentos de esplendor, experimentando un auténtico trauma durante el Auto de Fe llevado a cabo en 1680 por el Santo Oficio, institución a la que prestaba sus servicios.
Un hábil y trepidante “thriller” que aprovecha el tirón de la enorme afición actual a la novela histórica de intriga, tras el fenómeno editorial producido en todo el mundo por la célebre novela “El Código da Vinci”, de Dan Brown, o los trabajos en España del novelista Arturo Pérez-Reverte. Según declara el autor, la inspiración llegó cuando, pocos días después de visitar el Hospital de la Caridad de Sevilla, estando convaleciente de una afección ocular, descubrió la leyenda del célebre Cristo conocido popularmente como "El Cachorro", del escultor utrerano Francisco Antonio Ruiz Gijón, que supuestamente refleja la agonía de un gitano herido en una reyerta.
Durante el año 2008 el autor presentó su obra, publicada por Algaida, por toda la geografía española, viviendo una especial jornada emotiva el 22 de marzo en las dependencias del Ayuntamiento de Villalpando.
Debido a la buena acogida de la obra y del doctor Zúñiga, inteligente e intuitivo, el autor le convierte de nuevo en protagonista en su segunda novela, “Muerte dulce”, ambientada en el País Vasco y con un argumento que gira en torno a la invención del juego del mus.
J.M.T.
No hay comentarios:
Publicar un comentario