Gigantes y cabezudos en los años 50. Archivo Municipal de Valladolid |
Estampas y
recuerdos de Valladolid
La existencia de gigantes como elemento lúdico y
festivo es una tradición que en España se remonta a la Edad Media, aunque también con carácter de alegorías aparecen documentados en otros países desde el siglo XV. Los conocidos en
Valladolid como gigantones, tradición
compartida con numerosas poblaciones españolas, adoptan la forma de muñecos de gran tamaño, con la cabeza y las manos realizadas por artesanos en
cartón-piedra y el cuerpo estructurado como un bastidor de madera recubierto
por enormes ropajes confeccionados con telas reales, todo ello realizado en
materiales livianos que permiten ser cargados y manipulados por una persona que
introducida en su interior simula hacerles caminar y, sobre todo, bailar de
forma cómica, motivo por el que tradicionalmente van acompañados por comparsas
musicales que, en el caso de Valladolid, se presentan como grupos que hacen sonar con dulzainas y tamboriles un repertorio folklórico para regocijo de los espectadores.
Gigantes y cabezudos en los años 70 |
Siguiendo la tradición, aparecen organizados por
parejas de gigante y giganta y se acompañan de un séquito de cabezudos que, a modo de actores,
sujetan sobre los hombros enormes y grotescas cabezas, también modeladas en
cartón-piedra, vistiendo una indumentaria apropiada que caracteriza determinado
personaje o distintos pecados en su origen medieval. Su cometido en otros tiempos
era provocar y perseguir a los presentes, participando igualmente como un
cuerpo de baile, antaño interpretando conocidas danzas tradicionales, pues una
característica de los gigantes y cabezudos es representar arquetipos populares
de cada lugar o figuras históricas con él relacionadas.
Dentro de lo que permite la memoria gráfica —Archivo Municipal de Valladolid—, conocemos hasta tres generaciones de gigantones, perviviendo en la actualidad aquellos encargados por el
Ayuntamiento al prestigioso artista fallero Regino Más Mari en 1947, que sustituyendo a otros anteriores
mantuvieron como motivo de inspiración local las regias figuras de los Reyes
Católicos, en recuerdo de su enlace en Valladolid, desfilando acompañados de
dos cabezudos que representaban
grotescos maceros. Asimismo, en alusión a la pasada gloria del imperio español,
gestada tras los descubrimientos de Colón, muerto en la ciudad, los reyes
tienen un acompañamiento de figuras que representan a África, América y Asia
con parejas de sultanes, indios pielesrrojas y mandarines respectivamente, todas ellas con su
correspondiente y estrafalario cabezudo, una tipología que también se repitió en Zaragoza como celebración de la Hispanidad el día del Pilar.
Gigantes y cabezudos en la Plaza Mayor en 2011 |
El material endeble con que están confeccionadas las
cabezas, sensibles a la lluvia y a los golpes, ha producido el deterioro
ocasional de algunas figuras (la cabeza de la mujer mora fue renovada por
completo), en cuya reparación no siempre han sido tratadas con el afán de
mantener su identidad e integridad tradicional, un asunto que con tan admirable
celo se ha producido en otros lugares como preservación de la tradición local,
especialmente en Levante y Cataluña, al ser considerados como patrimonio cultural. Si todos los gigantones vallisoletanos han perdido los atributos que portaban en
sus manos y no han sido repuestos —cetros, abanico, alfanje, tomawak indio,
etc—, aún visibles en esta fotografía de los años 50, peor han sido las labores
de repintado de los cabezudos hacia
los años 80, cuya identidad quedó desvirtuada hasta perder su idiosincrasia y
hacerles casi irreconocibles, sobre todo en la renovación de un vestuario que, aunque festivo, nada tiene que ver con el original. Sirvan como referencia los trajes que
aparecen en la fotografía. Para colmo, se incorporaron en los cabezudos las
figuras de un torero, una bruja, un bandolero y un pirata, de elaboración seriada, que contribuyen al tótum revolútum por falta de un criterio
identitario.
Gigantes y cabezudos en la Plaza Mayor en 2011 |
No obstante, a pesar de haber sido tan mal tratados,
los gigantes y cabezudos
vallisoletanos siguen cumpliendo su misión festiva, alegrando las fiestas,
junto a las entrañables figuras del Tragaldabas y la Tía Melitona, a grandes y
pequeños, buena muestra del arraigo y la identificación de los vallisoletanos
con estos iconos populares cuya presencia se hace imprescindible en las fiestas.
En la actualidad la diseñadora de los trajes de los gigantes y cabezudos es la costurera
Carmen Pérez, con taller en la calle Matías Sangrador, que también realiza el mantenimiento de los renovados trajes de los gigantes que en su día financiara El Corte Inglés y que para el Tragaldabas
ha confeccionado en 2013 una nueva capa para cuya confección ha sido necesaria
una pista de tenis.
Gigantones en el Ayuntamiento de Valladolid, 2013 |
Gigante con la figura de la reina Isabel la Católica, 2013 |
Detalle del gigante de la reina Isabel la Católica, 2013 |
Cabezudos, antiguos maceros de los Reyes Católicos, 2011 |
Vídeo: Recogida de los gigantones en el Ayuntamiento de Valladolid después de los desfiles callejeros
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